Foto: karl Pearson
Los proyectos para mejorar cualidades consideradas "indeseables" de la raza humana (según cualquier poder establecido) datan de tiempos remotos. Existen referencias de ideales eugenésicos en el Antiguo Testamento. Ya en "La República" de Platón, tal como lo cita Bambarén (4), se idealiza una sociedad en la cual hay un esfuerzo para perfeccionar humanos a través del cruce selectivo de individuos.
Sin embargo, la primera exposición completa, con pretensiones de cientificidad, fue planteada por el científico inglés Francis Galton, un pionero en el uso de las estadísticas. En su libro "El Genio Heredado" (1869) (5), Galton propuso que un sistema de matrimonios arreglados entre hombres distinguidos y mujeres ricas con clase, produciría una raza privilegiada y mejorada a través de varias generaciones consecutivas. Galton posteriormente acuñó el término "eugenesia" en 1883 en su libro "Indagaciones hacia el interior de las facultades humanas" (6). Más tarde publicaría "La herencia natural" (1889) (7) que trata del desarrollo y aplicación avanzada de métodos estadísticos para beneficio del hombre, estudio que continuó hasta su muerte en 1911.
Fue Karl Pearson, el notable matemático inglés, promotor de la biometría, quien continuaría con la idea de Galton, pero difundiéndolas bajo otros enfoques. Reformuló la "ley de la herencia ancestral" de Galton, según la cual al cabo de unas cuantas generaciones sometidas a la selección, una población se multiplicaría de acuerdo al carácter elegido (8). Pearson sostenía que el medio ambiente tenía poco que ver con el desarrollo de cualidades mentales y emocionales. Pensaba que el alto índice de nacimientos de los pobres era una amenaza para la civilización y que las razas "superiores" (la clase alta, ¿cuál otra?) deberían suplantar a las razas inferiores que "coincidentemente" (o "con alto grado de correlación"), abundaban entre los pobres. Su visión le dio cuerda –"base científica"– a aquellos que creían en razas y clases superiores.
Sin embargo, la Sociedad Eugenésica Británica fundada por Galton, aunque no él mismo necesariamente, se opuso a las ideas de Pearson y de todos aquellos que se apoyaban en la eugenesia para sustentar en ellas sus propuestas discriminatorias. Mientras tanto, en 1926 se creó en los Estados Unidos la Sociedad Eugenésica Americana fundada por aquellos que creían que la raza blanca, en especial la "Nórdica Europea" era superior a las demás, y pensaban que las cualidades hereditarias superiores de las clases altas justificaban una razón para ser ellos la clase dominante.
La ciencia de aquella época tenía una visión extrema sobre la demencia y los tipos criminales. Se utilizaban las pruebas de inteligencia de Binet para medir la inteligencia genética innata. La criminalidad era considerada un sinónimo de imbecilidad y se creía que ésta era heredable. También se creía que los inmigrantes del Sur y Este de Europa, además de ser socialmente inferiores, incluían características defectuosas y criminales. Así se dio origen en los Estados Unidos a una xenofobia y racismo, sustentada bajo "sólidas bases científicas". En 1931, con la aprobación del Congreso Norteamericano y con una pobre base científica, se permitió la esterilización de "personas defectuosas". Los más perjudicados con esta norma fueron dementes, retardados mentales, homosexuales, negros, epilépticos y criminales. Pero sin duda, la aplicación extremista de los ideales eugenésicos ocurrieron en la Alemania nazi, cuando tratando de producir la raza perfecta, se añadieron a esta lista a los judíos.
Después de todo el descrédito acumulado por la eugenesia, por estos acontecimientos mencionados, se renueva ahora el interés por ella. A partir de 1950, con los adelantos y con una mayor conciencia de los límites de la ciencia, fue posible detectar algunas enfermedades hereditarias.
Así pues, en medio de mucha controversia, han habido a lo largo de la historia de la humanidad enormes beneficios de la ciencia, pero también se ha demostrado que, en malas manos y con un enfoque no apropiado, se han cometido muchos atropellos e injusticias en su nombre.
ESTRACTO DE ARTÍCULO PUBLICADO EN:
http://sisbib.unmsm.edu.pe/bvrevistas/anales/v60_n1/ideas.htm