viernes, 21 de diciembre de 2018

El Seguro como derecho de tercera generación. La inequidad en la medida del riesgo de supervivencia

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Publicado en Revista de la Mutualidad de la Abogacía Nº 102, página 46 y siguientes. Fernando Ariza y José Miguel Rodríguez-Pardo

sábado, 1 de diciembre de 2018

martes, 23 de octubre de 2018

jueves, 11 de octubre de 2018

Novedades en el estudio y comportamiento de la supervivencia humana


Introducción
El estudio continuo de la supervivencia humana nos aporta novedades que deben contribuir a un mejor conocimiento de los modelos que miden y proyectan la longevidad. Presentamos tres aportaciones recientes que por su relevancia, confirman la necesidad de que la industria del seguro privado actualice sus hipótesis técnicas sobre las que establece las métricas del riesgo biométrico.
Desaceleración en las tasas de mejora de la supervivencia
El proceso de mejora continua de la longevidad observado en la segunda mitad del siglo XX, parece que ha iniciado una senda de desaceleración de las tasas de mejora en los últimos años de esta segunda década del presente siglo. Este fenómeno que ha sorprendido a los demógrafos se ha comprobado en 2017, tanto en los Estados Unidos como en Gran Bretaña con conclusiones similares.
En un trabajo de fin de Máster de julio de 2018, de Ciencias Actuariales y Financieras de la UC3M, realizado por Teresa Alba Junge, hemos realizado un estudio en el que proponía analizar si para en España se ha producido un fenómeno similar. En los cuadros siguientes elaborados en el trabajo podemos verificar este comportamiento, analizando la mejora de la supervivencia en dos series temporales, 2000 a 2010 y 2010 a 2016.




Vemos que la desaceleración alcanza a los dos géneros y a todas las edades por encima de los 60 años edad, llama la atención que en el caso de las mujeres en la cohorte de edad de 60-69 años la disminución de la mejora es del 2,53%.
Para explicar este fenómeno, inédito en las sociedades occidentales desarrolladas, los demógrafos se han preguntado si detrás está la crisis económica o alguna explicación de origen médico.
En este segundo aspecto, el análisis causal de las tasas de fallecimiento nos corrobora para España lo que ya han concluido los expertos internacionales, y es que la reducción de la tasa de mortalidad de las enfermedades del sistema circulatorio ha disminuido su intensidad de mejora.
La justificación a este fenómeno se encuentra en los efectos beneficiosos de las estatinas, fármacos que disminuyen el colesterol, que se han identificado como uno de los vectores principales de la reducción esta causa de fallecimiento específica y del total de la mortalidad. En una serie más larga, de 1968 a 2010, el 70% de todas las mejoras de la mortalidad se puede atribuir al caso de las muertes por enfermedades circulatorias, de hecho, las tasas de mortalidad por enfermedades circulatorias han disminuido alrededor de una cuarta parte del nivel de hace 40 años, según The Actuary agosto 2017, Mortality improvements in decline
Este efecto de reducción en las tasas de mortalidad debido al uso generalizado de las estatinas parece que ya se ha producido, y todo indica que las mejoras del sistema circulatorio tomarán una senda de mejora similar a la del cáncer.
Los cuadros siguientes confirman estás conclusiones, y llamamos la atención al comportamiento de las enfermedades del sistema nervioso y trastornos mentales que presentan tasas de mortalidad creciente.



F:Teresa Alba, TFM 2018, MCAF-UC3M
El otro gradiente que puede explicar la desaceleración de las tasas de supervivencia pudiera ser la crisis económica que tiene su fecha más reconocible la de septiembre de 2008. Sabemos que el nivel de renta tiene una correlación fuerte con la esperanza de vida en España, todo indica que, en efecto, detrás de la crisis económica pudiera estar detrás de la perdida de mejoras de las tasas de supervivencia, y tal vez la inequidad social, agravada en la crisis, puede haber desacelerado de manera distinta la esperanza de vida en la población.
Nos queda por reflexionar si las proyecciones a largo plazo de la longevidad recuperarán los mejores comportamientos pasado o se asemejarán más al comportamiento de los últimos años, este debate necesita tiempo para ver si hay cambio de tendencia. En todo caso para la industria del seguro privado de rentas vitalicias se presenta un escenario de menor incertidumbre en el subriesgo de tendencia de longevidad, lo que debería contribuir a un mayor apetito al riesgo biométrico.
Nuevos datos que confirman el comportamiento de la supervivencia de las edades extremas.
Tan solo a finales del siglo pasado cuando los registros demográficos poblacionales empezaron a disponer de datos de personas fallecidas en edades extremas, se pudo evidenciar un comportamiento singular en la forma en la que evoluciona la supervivencia humana en sus últimos tramos de la vida. Así la primera evidencia que se dató fue observando a la población de mujeres de Suecia, esta singularidad se ha visto corroborada con los registros mundiales de supercentenarios (más de 110 años de edad) que mantiene de forma continua el GRC
 ( Gerontology Research Group) de los Ángeles en los Estados Unidos.
La dificultad de modelar actuarialmente las edades extremas se pone de manifiesto con el siguiente dato, en la actualidad  tan solo 36 hay personas vivas en el mundo, de las cuales 34 son mujeres, que hayan superado la edad de 110 años, con una edad media de 113 años y 91 días.
Un estudio reciente publicado en la prestigiosa revista científica Science el 29 de junio de 2018, nos aporta nuevos datos y ciertamente relevantes. El equipo del profesor Kenneth Wachter profesor emérito de demografía y estadística de la Universidad de California en Berkeley, sostiene las tasas de mortalidad se aceleran hasta los 80 años, se desaceleran, y luego se estabilizan entre las edades de 105 a 110.

Según el estudio, a los 105 años las probabilidades de sobrevivir a tu cumpleaños número 106 están en el 50%. Y lo mismo ocurre a los 107, y otra vez a los 108, 109 y 110.Por lo tanto se confirma la existencia de la meseta de mortalidad entre las edades de 105 y 110 y según recoge el gráfico adjunto, publicado en la Revista, continua más allá de los 110 años. El gráfico publicado en el artículo referenciado así lo demuestra.



Por otra parte, la forma que adopta la curva de supervivencia se ha mostrado similar en los registros biométricos de los fondos de pensiones de Estados Unidos y de Gran Bretaña, este estudio se publicó en el Working Paper número 85 del CMI en 2015
Entender el comportamiento de la supervivencia humana en forma de meseta al final de la vida, que también se ha verificado en animales, permite afinar los modelos actuariales de longevidad lo que elimina incertidumbre de riesgo de error en el modelo en la industria del seguro privado. Todo sugiere que la tasa de mortalidad humana que se desacelera a partir de una cierta edad, por tanto, se aleja del modelo propuesto por Gompertz a principio del Siglo XIX y que constituía una definición canónica de los modelos actuariales utilizados hasta la actualidad.

La edad máxima de vida.
Dos son los estudios más recientes acerca del límite máximo de la vida humana.
Estadísticos de las universidades de Tilburg (sur) y Róterdam analizaron los datos de las últimas tres décadas sobre una muestra de unos 75.000 holandeses, registrando la edad en el momento de fallecer, concluyendo en 2017 que la máxima edad alcanzable para un ser humano seria:
Mujeres… 115,7 años
Hombres…114,1 años
Estas conclusiones no coinciden con la propuesta que se publicó en el trabajo Many possible maximum lifespan trajectories de la Revista Nature 28 de junio de 2017 que  dibuja distintos escenarios de máxima vida probable en proyecciones al año 2300 que varían desde 115 -120 años hasta un máximo 150 años. El trabajo que ha generado mucha controversia en la comunidad científica, podría cuestionar a falta de más datos estadísticos el consenso tradicional de que la máxima esperanza de vida de los seres humanos es "fija y sujeta a restricciones "
 Otros estudios como el que ha utilizado datos de longevidad similares de Japón y países occidentales recopilados por el Instituto Max Planck de Investigación Demográfica, rechazan la noción de un límite estricto para la vida humana. El estudio determinó que sería posible en el próximo cuarto de siglo que alguien alcanzase la edad de 128 años.

 Por último, en 2016, los investigadores del Colegio de Medicina Albert Einstein argumentaron en Nature, sobre la base de datos de longevidad de 40 países, fijó un límite máximo de alrededor de 115 de edad.
A la vista de los estudios citados, la comunidad científica no ha alcanzado un consenso sobre el limite máximo de la vida humana, este punto tiene su relevancia habida cuenta que en este siglo ser centenario dejará de ser noticia para ser algo cotidiano.
De hecho la mayor incertidumbre en la medida del riesgo de longevidad se sitúa en la llamada “cuarta edad”, o lo que es lo mismo el comportamiento biométrico de las edades extremas.

José Miguel Rodríguez-Pardo

martes, 2 de octubre de 2018

Efectos de la digitalización en el sector asegurador


XXXVI Encuentro Intereuropeo de Reaseguros 3, 4 y 5 de octubre 2018


Los próximos 3, 4 y 5 de octubre tendrá lugar el XXXVI Encuentro Intereuropeo de Reaseguros, en él se darán cita aseguradores, reaseguradores, corredores de seguros y reaseguros y, en general, técnicos y profesionales vinculados con el mundo del seguro y el reaseguro. El evento, que estará compuesto de diferentes conferencias, mesas redondas y exposiciones, tendrá lugar en el Hotel Hesperia, Pº de la Castellana, 57. El profesor Dr. José Miguel Rodríguez-Pardo del Castillo, Profesor del Master en Ciencias Actuariales y Financieras de la  Universidad Carlos III de Madrid. intervendrá en el mismo con la conferencia "Efectos de la digitalización en el sector asegurador". Esta conferencia tendrá lugar el día 5 de octubre a las 9:00 horas y será seguida de un coloquio.


De la cobertura de riesgos a la prevención
“El seguro va a dejar de ser adonde llamamos cuando se produce algo malo para convertirse en aquello que sirve para que no ocurra”, declaraba José Miguel Rodríguez-Pardo, profesor del Máster de Ciencias Actuariales de la Universidad Carlos III. Así, indicó que la frecuencia de Autos se reducirá un 80% en 2040, a la par que las casas y ciudades inteligentes permitirán reducir las reclamaciones un 43% en 2025. Además, las tecnologías médicas añadirán un año de esperanza de vida en 2029. De este modo, predijo que el seguro se transformará, prestando servicios de prevención de riesgos, en lugar -o a la vez- de asegurarlos, convirtiéndose el propio asegurado en el principal mitigador del riesgo.
Reconoció la innovación que aportan al sector las insurtech, que se están centrando especialmente en distribución, pricing y producto. “Las aseguradoras pueden perder al menos el 20% de su negocio por la irrupción de las insurtech”, anotó.  Por otra parte, dijo que es un error establecer un ‘sandbox’ regulatorios para las insurtech.
También se detuvo en el uso de la analítica de datos, que puede llegar a incrementar un 20% las primas y un 30% la eficiencia. Sin embargo, apuntó que una tarificación distinta para cada cliente puede comportar un problema ético, ya que podría suponer un tratamiento discriminatorio, además de intensificar el proceso de desmutualización del riesgo, debido a la eliminación de las subvenciones cruzadas de riesgo al hipersegmentar la tarifa. De este modo, afirmó que los clientes con peores perfiles de riesgo pueden abandonar el seguro por el precio, debilitando la función social del seguro.

bds 8-10-2018

viernes, 21 de septiembre de 2018

Presente y futuro del sistema de pensiones I Encuentro FECOR



El sector asegurador defiende el sistema público de pensiones, pero pide reformas
Ayer se celebró en Madrid el I Encuentro FECOR, bajo el título 'Presente y futuro del sistema de pensiones’. Cristina Gutiérrez, directora gerente de la federación, introdujo a Maciste Argente, presidente de la organización, quien especificó que este acto se organizará con carácter bienal, en los años en los que no se celebre su congreso; y a Alberto Ocarranza, vicepresidente y presidente de GRUPO HIB.
A continuación, José Antonio de Paz, en representación de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, desgranó los últimos desarrollos normativos en materia de pensiones. Por su lado, José Miguel Rodríguez-Pardo, Doctor en Economía por la UCM y en Biomedicina por la UEM, hizo una radiografía del sistema de pensiones y su evolución futura, alertando acerca de los desafíos que comportan el paulatino aumento del déficit de la Seguridad Social, el descenso de la fertilidad, la reducción de la aportación de los flujos migratorios o el aumento de la expectativa de vida, aunque remarcó que el ritmo de mejora de la longevidad se está desacelerando.
Por otro lado, explicó que el sector asegurador puede tener una oportunidad de negocio en la creación de rentas vitalicias para la 'cuarta edad', como alternativa ante el riesgo que comporta la incertidumbre biométrica, el escenario de bajos tipos de interés y la carga de capital que exige Solvencia II.
Sistema insustituible
La visión de los agentes sociales quedó recogida en una mesa redonda conducida por Rodríguez-Pardo, en la que participaron Carlos Bravo, secretario confederal de Protección Social y Políticas Públicas de CC.OO.; Antonio González, coordinador de la Secretaría de Políticas Sociales, Empleo y Seguridad Social de UGT; y Marina Gordon, jefa del Área de Protección Social de CEOE.
Bravo declaró que “es incomprensible que el Pacto de Toledo no haya llegado a un acuerdo, sobre todo cuando los partidos políticos están a un palmo unos de otros”. Puso el acento en que “se ha debilitado la principal fuente de financiación del sistema de pensiones, que es el mercado de trabajo” y apuntó que se podría incrementar la financiación del sistema mediante el aumento de las cotizaciones –especialmente en las bases de cotización más altas– y el incremento del salario mínimo, pero también a través de impuestos finalistas y partidas presupuestarias específicas.
González explicó que el sistema público de pensiones español se enfrenta a dos incertidumbres: la financiación actual -déficit de la Seguridad Social- y la futura - sostenibilidad del sistema-. Señaló que las reformas del sistema no han ido encaminadas a reducir el déficit del sistema, sino a controlar el gasto a largo plazo e insistió en la necesidad de avanzar en la contributividad mediante la mejora de los salarios y el ‘destope’ de las cotizaciones de los salarios más altos.
Por su parte, Gordon incidió en que se debe delimitar el sistema para definir qué prestaciones se pagan mediante cotizaciones y cuáles se financian mediante otras fuentes.  Asimismo, insistió en la importancia de la creación de empleo para la recuperación del sistema. “No hay que aumentar los costes laborales, por lo que la contribución empresarial a la Seguridad Social no debe subir”, manifestó.
Aseguradoras y mediadores deben concienciar a la sociedad
El siguiente panel de expertos expuso el punto de vista del sector asegurador, contando con la participación de Pilar González de Frutos, presidenta de UNESPA; Luis Sáez de Jáuregui, director del Área de Distribución y Ventas de AXA; Julián Trinchet, subdirector general del Canal Corredores de MAPFRE; y Antonio Parra, director de Operaciones y Administración Vida de CATALANA OCCIDENTE; con la moderación de José Enrique Devesa, doctor en Economía por la Universidad de Valencia. 
Todos ellos defendieron el mantenimiento de un sistema público de pensiones de reparto, aunque reconocieron que un sistema de cuentas nocionales podría otorgar más transparencia y claridad. En cualquier caso, remarcaron la conveniencia de impulsar un sistema mixto, con un sistema de capitalización complementario para paliar el ‘gap’ en la tasa de reposición de la pensión pública. Por este motivo, se mostraron en contra de la supresión de la deducción fiscal de estos productos.
Además, afirmaron que se necesita una reforma en profundidad, ya que las acometidas en 2011 y 2013 “iban bien encaminadas pero se han quedado cortas”. Asimismo, lamentaron la escasa información y concienciación de la sociedad en cuanto a la planificación de su futuro. Al hilo de ello, denunciaron que los ciudadanos siguen sin recibir la carta de información de la pensión futura. En este sentido, pusieron el acento en el papel que deben tener las aseguradoras y mediadores en la concienciación de la sociedad, aportando su experiencia en el asesoramiento con el fin de responder a las necesidades de los ciudadanos.

BDS- 21-9-2018

Los sindicatos insisten en financiar las pensiones públicas con impuestos
Negros nubarrones siguen amenazando la sostenibilidad del sistema público de pensiones. Y, según está ahora mismo el cielo, es más factible que caiga una fuerte tormenta a que escampe. Y es que el temporal empeoró este pasado miércoles cuando cientos de pensionistas volvieron a manifestarse a las puertas delCongreso de los Diputados para pedir pensiones dignas, una protesta que dejó momentos de tensión y hasta enfrentamientos con la policía. Y también cuando los políticos que estaban en su interior, en vez de apaciguar los ánimos, volvieron a enredarse y suspendieron la reunión oficial del Pacto de Toledoprogramada para ese día, en la que se preveía que, por fin, llegaría el ansiado acuerdo en torno a la revalorización de las pensiones.
CC.OO.: "Hay falta de voluntad
para avanzar en el Pacto de Toledo"
Y no sólo los partidos políticos están divididos. También los agentes sociales, como se ha escenificado en el I Encuentro Fecor, donde se ha analizado el presente y futuro del sistema de pensiones. Carlos Bravo, secretario confederal de Protección Social y Políticas Públicas de CC. OO., ha pedido "rigor" a todos los actores a la hora de "hablar" de pensiones y reconoce que hay "falta de voluntad para avanzar en el Pacto de Toledo". Desde su punto de vista, "el sistema de reparto es insustituible" porque, de lo contrario, "se estaría empobreciendo a la población". Por tanto, ha subrayado que el único debate posible es "cómo mejorarlo". En este sentido, CC. OO. propone, en primer lugar, reforzar las fuentes actuales de financiación y, especialmente, los ingresos por cotizaciones. Por ejemplo, eliminando el tope máximo, creando empleos de calidad e incrementando el SMI. Y ha señalado: "En la crisis, se nos ha devaluado la principal fuente de financiación: el trabajo". CC. OO. también considera que las aportaciones del Estado, otra fuente de financiación importante, deberían incrementarse e incluso no descarta la vía impositiva.
Tras cargar contra las reformas anteriores (incluida la laboral), UGT se ha mostrado de acuerdo con la mayoría de las medidas que sugiere CC. OO., aunque añade otras, como dejar de pagar con las cotizaciones "gastos de administración" o "financiar otros subsistemas", como se venía haciendo décadas atrás. "La Seguridad Social no debe pagar lo que no debe", ha dicho de forma tajante Antonio González, coordinador de la Secretaría de Políticas Sociales, Empleo y Seguridad Social. No obstante, los dos sindicatos discrepan en un punto: la financiación de las pensiones con impuestos. UGT lo tiene claro: "Son necesarios los impuestos para complementar las cotizaciones". Y, como el PSOE, ve con buenos ojos hasta la creación de una nueva fiscalidad. Pero CC. OO. duda: no lo descarta como hace meses pero insta a aplicar una opción intermedia, como pagar con impuestos sólo algunas partidas. Por ejemplo, "las prestaciones por fallecimiento o las contingencias profesionales". Y si puede ser tras una reforma fiscal y no con nuevos tributos. Por otra parte, ambos sindicatos han aclarado que, para ellos, las pensiones de viudedad son contributivas aunque quizás se deberían redefinir.
UGT: "Son necesarios los
impuestos para complementar
las cotizaciones"
Obviamente, el choque fuerte se ha producido con la CEOE, partidaria de sacar del sistema las pensiones de viudedad y en contra de destopar las cotizaciones, así como de crear nuevos impuestos para sufragar las pensiones. "No se pueden incrementar los costes laborales porque, de hacerlo, no se creará empleo", ha advertido Marina Gordon, jefa del Área de Protección Social de la CEOE. "No lo podemos resolver diciendo: tenemos un problema pero que lo pague otro", le ha contestado Carlos Bravo (CC. OO.). Para la CEOE, antes habría que "controlar más la incapacidad laboral" de los trabajadores e insta a los políticos a que "no se tomen decisiones" sin analizar las consecuencias, como la subida de las pensiones conforme al IPC.
Pero afortunadamente no todo es confrontación entre patronal y sindicatos. Coinciden en que debería"delimitarse el sistema" ya que históricamente "ha financiado cosas que no debía, como bonificaciones o 70.000 millones en asistencia sanitaria", ha apuntado Marina Gordon. También están de acuerdo en que la reforma debe llevarse a cabo tras escuchar a todos las partes. "Debe haber un amplio consenso político y social, y debe hacerse como hasta ahora: en el ámbito del diálogo social", ha indicado la representante de la CEOE.
Atasco parlamentario por el factor de sostenibilidad
"Veo complicado el consenso si los grupos parlamentarios no son capaces ni de reunirse", ha lamentado elprofesor José Miguel Rodríguez-Pardo durante su ponencia. "En el factor de sostenibilidad, que se fijó en la reforma del año 2013, está claramente el atasco parlamentario", ha precisado. Todo se remonta al pasado mes de julio, cuando el PP pactó con el PNV salvar los Presupuestos Generales del Estado a cambio de retrasar la entrada en vigor de dicho factor hasta 2023 a pesar de que estaba previsto para el 2019.
CEOE: "En materia de pensiones,
debe haber un amplio
consenso político y social"
Sin entrar a valorar este cambio en la hoja de ruta, Rodríguez-Pardo ha ofrecido datos objetivos para que cada uno saque sus propias conclusiones sobre la viabilidad del sistema público de pensiones: lanómina de las pensiones está batiendo récords todos los meses (en agosto creció casi un 5% y ya asciende a 9.217 millones de euros), el Gobierno estima que la Seguridad Social cerrará el presente ejercicio con un déficit de 18.000 millones y previsiblemente se elevará hasta los 22.000 millones en 2019, nos encaminamos a una población hiperenvejecida (casi el 30% de la población tendrá más de 70 años en 2066), la tasa de fertilidad está en continuo descenso y el flujo migratorio se está reduciendo a causa de la alta tasa de paro. Esto quiere decir que, si no se toman medidas de calado, no habrá ingresos por cotizaciones suficientes para sufragar todas las pensiones.
El Encuentro Fecor será bienal
Este intenso debate se ha producido en el marco del Encuentro Fecor, que ha celebrado su primera edición y que tendrá lugar cada 2 años. "Cuando no haya Congreso, habrá este encuentro, que tendrá carácter bienal. Y se ha puesto en marcha porque tenemos un compromiso con la sociedad. Y si esto se entiende, tendremos el favor del consumidor de seguros. El seguro comunica muy bien, pero entre nosotros", ha afirmado Maciste Argente, presidente de Fecor. También ha participado José Antonio de Paz Carbajo, subdirector general de Planes y Fondos de Pensiones.

El I Encuentro Fecor, celebrado ayer en Madrid, constató la honda preocupación que existe en el sector asegurador sobre los efectos de la longevidad en el sistema de pensiones, ante la falta de ayudas y promoción de sistemas alternativos al primer pilar público.
El foro fue inaugurado y clausurado por Maciste Argente, presidente de Fecor, y su última mesa redonda analizó la visión de las aseguradoras del presente y futuro del sistema de pensiones, con intervenciones ciertamente pesimistas.
Así, Pilar González de Frutos, presidenta de Unespa, abogo por ir a un sistema mixto, “donde la principal fuente de las pensiones fuera el sistema de reparto complementado por un sistema de capitalización, un modelo por el que ya han optado otros países. Se espera una reducción de la pensión media del 20%, por lo menos, deberíamos conseguir que ese porcentaje fuera `rellenado´ por el sistema de capitalización. Ello debe ir acompañado de la instauración de un sistema nocional, que es un sistema de reparto pero mucho más transparente, que coloca al individuo en el centro de las operaciones, porque hoy toda la sociedad tiene muy poquita información sobre estos temas tan importantes”. 
Añadió que “lo esencial es la sostenibilidad del sistema, que es algo que tiene que ver con la moral. Y también la suficiencia y equidad, que están íntimamente relacionados. Las reformas de 2012 y 2013 iban bien encaminados, pero tenían unos amplios plazps transitorios para que la población no notara su efecto. La regulación en este ámbito va hacia adelante y hacia atrás, como ocurre hoy con el nuevo índice de revalorización de las pensiones. Apelar a pagar algunas pensiones con impuestos debería ser algo que sólo ocurriera de forma puntual, ya que distorsiona el sistema, y detrae fondos de otros prioridades nacionales como los hospitales, las escuelas o las carreteras”.
Por su parte, Luis Sáenz de Jaúregui, director de Distribución de AXA, fue claro y directo: “En AXA apostamos fuertemente por un sistema público de pensiones como fuente principal, pero también apostamos por un sistema complementario. Al segundo y tercer pilar no están ni se les esperas, porque en realidad no existen pilares complementarios en España”. 
Insistió en que “pagar lo mismo por las pensiones es pagar más, porque se reciben durante muchos más años, y pasar a contributivas prestaciones como la de viudedad es claramente reducirlas”. También criticó que se hubiera gastado dinero en la famosa “carta naranja” y finalmente no se hubiera enviado.
Antonio Parra, director de Operaciones en Vida de Catalana Occidente, afirmó que “estamos en un sistema mixto en el que estamos convencidos a que las medidas que se toman son para garantizar la suficiencia del sistema. No pedimos muchas medidas, pero queremos medidas serias. Nadie discute el sistema público sino como financiarlo”.  
Finalmente, Julián Trinchet, director del Canal Corredores de Mapfre, señaló que “los síntomas son claros de una enfermedad grave en el sistema, pero la estamos tratando con paracetamol”. Y se preguntó “si todos estamos de acuerdo ¿porque no se hace nada?. Las aportaciones a los sistemas complementarios son de risa. Necesitamos una reforma sería”. 
La visión de los expertos
El encuentro comenzó con la presentación del mismo a cargo de Maciste Argente, presidente de Fecor, y Alberto O. Carranza, vicepresidente de Innovación de Fecor y presidente de Grupo Hib, dieron la bienvenida al evento.
En su discurso, Argente declaró que “tenemos un compromiso con la sociedad y con el sector, y el firme propósito de mostrar a la sociedad qué hacemos y cómo lo hacemos, u si somos capaces de conseguir que eso se entienda, estaremos más cerca del consumidor”. Por su parte O Carranza, señaló este encuentro como “el foro ideal para que corredores, pequeños y mediamos, compartamos el futuro de la profesión con ciertas garantías y más en un momento como el actual”.
El acto de apertura corrió a cargo de José Antonio de Paz Carbajo, subdirector general de Planes y Fondos de Pensiones, quien, en su intervención, realizó una breve exposición sobre las tareas que se están desarrollando en materia de regulación, concretamente sobre la transposición de la Directiva 2014/50/UE Real Decreto Ley del Parlamento Europeo y del Consejo, así como de la Directiva UE 2016/2341 del Parlamento Europeo y del Consejo, referida a los fondos de pensiones de empleo.
José Miguel Rodríguez-Pardo del Castillo, doctor en Economía UCM y doctor en Biomedicina UEM, quien realizó la ponencia “Radiografía del sistema de pensiones y acercamiento a su evolución futura”. En ella evaluó la situación actual de la demografía y del actual sistema de pensiones, así como su evolución y aspectos a tener en cuenta. En este sentido, Rodríguez-Pardo apuntó que en 2017 se vació la hucha de las pensiones con un déficit de 18.000 millones, que en este año se estima de 20.000 millones y se prevé que llegue a 22.000 el próximo ejercicio, datos que han provocado que el Gobierno estén trabajando en medidas estructurales para que ese déficit sea subsanado en 2022-2023.
Tras este apunte, el ponente determinó que el sistema actual está planeado teniendo en cuenta la demografía de finales del siglo XIX, donde un 30% de la población llegaba a los 65 años, la edad de jubilación, y la esperanza de vida era de apenas 9 años más. Sin embargo, hoy en día el 90% de la población llega a los 65 y la media está en 25 años más, por lo que no es sostenible. Además, a nivel de fertilidad hay un “suicidio demográfico” ya que la población española ha decrecido significativamente y, en caso de un nuevo “baby-boom”, éste no puede tenerse en cuenta como recurso al menos hasta dentro de 25 años después, cuando esa generación se incorpore al mercado laboral. Otro factor a tener en cuenta, es la esperanza de vida donde se espera que en 2050 la población sea hiperenvejecida.
Por último, advirtó que, el sistema de pensiones debe sustentarse en 4 pilares: sostenibilidad, suficiencia, equidad y eficiencia. Pero, “a medida que incorporamos conceptos de equidad a esta estructura, perdemos elementos de solidaridad entre generaciones, e incluso entre determinados estatus creamos diferencias”. Ante estas palabras, Rodríguez-Pardo aconsejó como una propuesta a tener en cuenta de cara a un nuevo sistema de pensiones. Debido a que de los 65 a los 85 años no hay ningún tipo de incertidumbre o riesgos, y sí lo hay a partir de esa edad, sería interesante plantear un sistema de pensiones diferenciado para dicha franja de edad y reservemos el sistema puro de reparto estatal por encima de los 85 años.
Tras su ponencia José Miguel Rodríguez-Pardo modera la mesa de debate “posicionamiento de los agentes sociales en materia de pensiones” en la que intervinieron Marina Gordon, jefa del Área de Protección Social de la CEOE, Carlos Bravo, secretario Confederal de Protección Social y Políticas Públicas de CCOO, y Antonio González González, coordinador de la Secretaría de Políticas Sociales, Empleo y Seguridad Social de UGT.
Marina Gordon explicó que su entidad es favorable al sistema público de pensiones, pero que “debe adecuarse esa contribución. De hecho, el modelo debe adecuarse a las circunstancias y debemos estar comprometidos y fomentar la previsión social complementaria”. Carlos Bravo considera que “no hay capacidad para el sistema público de reparto y empobrecemos el conjunto de la población, y un ahorro individual está solo al alcance de unos pocos”. Además, apuntó que el sistema público de reparto “tiene que afrontar unos retos que están acotados en el tiempo pero que suponen 3 o 4 décadas y, a partir de la quinta tenemos una necesidad creciente y al mismo se nos ha debilitado el principal financiero del sistema, que es el mercado de trabajo”. Por su parte, Antonio González González apuntó que “el sistema público de pensiones se encuentra ante dos incertidumbres. Una ante la financiación actual y otra sobre la financiación futura, pero hay que considerar que el déficit actual tiene su origen fundamentalmente en el hundimiento que se ha producido en los ingresos durante el periodo de la crisis económica y debemos reconsiderar este hecho e incentivarlo”.
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Presentación del Máster en Ciencias Actuariales y Financieras 18/19





El día 17 de septiembre comienza el nuevo curso académico del Máster en Ciencias Actuariales y Financieras. La charla inaugural para los nuevos alumnos correrá a cargo del profesor Dr. José Miguel Rodríguez-Pardo del Castillo. Licenciado en Ciencias Actuariales por la UCM. Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por dicha Universidad. Doctor en Biomedicina y Ciencias de la Salud por la U.E.M y Profesor de la Universidad Carlos III de Madrid en el Máster en Ciencias Actuariales y Financieras.

jueves, 5 de julio de 2018

El modelo de rentas vitalicias de la cuarta edad


José Miguel Rodríguez-Pardo.
Fernando Ariza Rodríguez.
Introducción
La extremada prudencia con la que las entidades de seguros suscriben riesgos vitalicios asociados a la biometría humana se justifica por la dificultad que supone realizar proyecciones actuariales a largo plazo. En efecto, la experiencia pasada en los mercados internacionales de rentas vitalicias ha demostrado que las estimaciones que contemplaban las tablas actuariales de supervivencia resultaron ser insuficientes y generaron por tanto pérdidas técnicas notables a lo largo del tiempo.
Por este motivo, los criterios canónicos de revisión periódica de las bases técnicas de las tablas de longevidad deben ser reformulados. Así, la prudencia aconseja recalcular el riesgo de tendencia cada 3 o 5 años y la tasa de mortalidad base cada 10 años en lugar de los actuales 20 años. De hecho así lo entiende también el artículo 5 de la Ley 23/2013, de 23 de diciembre que regula el Factor de Sostenibilidad del Sistema de Pensiones de la Seguridad Social, pues revisará el importe de la pensión en función de la esperanza de vida cada cinco años.
Este nuevo paradigma actuarial tiene su justificación en la propia naturaleza del contrato de rentas, pues se antoja complejo poder garantizar la robustez estadística de un contrato que en términos habituales se contrata tras la jubilación y que tiene un horizonte temporal vitalicio.
El presente artículo propone como solución técnica, apostar por un modelo de rentas de la cuarta edad que se articule en dos fases. Una, comprendido entre los 65 años y su esperanza de vida situada sobre los 85 años (tercera edad), pues en este periodo no se encuentra la incertidumbre que hace que el riesgo sea no asegurable, y un segundo periodo (cuarta edad) que comprende la edad superior de la tercera edad y el límite de la vida humana, los 115 -120 años de edad.

La cuarta edad como prima de riesgo del negocio de rentas vitalicias
Analizamos a continuación cuales son las incertidumbres de la cuarta edad que originan la calificación de “prima de riesgo de las rentas”, utilizando la expresión de Manuel Aguilera, director general del servicio de estudios de Mapfre.
Observando los datos del tramo de la tercera edad del informe Ageing Report de la Comisión Europea de este año 2018, la esperanza de vida a los 65 años de edad en Europa se cifra en 18,6 años para los hombres y en los 21,7 años para las mujeres, si bien las proyecciones a 2060 la sitúan en los 22,7 años en los hombres y los 25,8 años en las mujeres.
Por este motivo podemos situar el inicio de la cuarta edad en las próximas décadas en el rango entre los 85 y los 90 años de edad. De este modo la incertidumbre de la cuarta edad abarcaría el periodo desde esta edad de inicio (85-90 años) hasta los 115 años de edad, y en términos de esperanza de vida alrededor de los 6-7 años tomando datos del INE.
Para entender las fuentes de incertidumbre que origina la cuarta edad, identificamos tres elementos:
1.    El origen de la incertidumbre, que según A. Klein, de la International Actuarial Association, considera que los once elementos que determinan la mortalidad son el envejecimiento, las catástrofes, las enfermedades, el medio ambiente, el sistema sanitario de salud y cuidados médicos, la desigualdad, el estilo de vida, los avances médicos, la política, los avances tecnológicos y aquello que hoy no conocemos. Todos estos elementos nos presentan un panorama que hace difícil evaluar el futuro de la longevidad humana.
2.    La dificultad que supone realizar tendencias a largo plazo derivada del impacto de los avances médicos y tecnológicos. Guy Coughlan, Chief Risk Officer de Universities Superannuation Scheme (USS), proyecta la reducción de mortalidad según distintos grupos socioeconómicos y concluye que tomando 2010 como base 100 de mortalidad para un varón de 60 años de edad; en 2050 la reducción para la clase socioeconómica alta sería del 60% y si se consideran todas las posibles mejoras la reducción alcanzaría el 80%.
3.    El debate acerca del límite de la edad biológica del ser humano y las trayectorias de la longevidad en edades extremas y si se confirma el efecto conocido como plateau. El debate científico es de tal intensidad que recientemente en la prestigiosa Nature en el número de 28 de junio de 2017, que con el título Many possible maximum lifespan trajectories, dibuja distintos escenarios de máxima vida probable en proyecciones al año 2300 que varían desde 115 -120 años hasta un máximo 150 años.

Las proyecciones de factores de mejora para Europa
En el reciente trabajo de investigación académica en el que hemos participado y remitido a EIOPA “Proposal for the recalibration of mortality and longevity shocks under the Solvency II framework ( Technical Note)”, de diciembre de 2017,  podemos observar que, tomando las proyecciones a diez años del riesgo de tendencia para siete países europeos, el factor de mejora calibrado al 99,5% y calculado sobre la media de modelos, presenta suficiencia técnica para todos los países y edades analizadas, incluidas las correspondientes a la cuarta edad en las que el coeficiente de mejora presenta tasas de variación superiores a las de las tercera edad. El gráfico siguiente nos permite observar la robustez de la calibración al 99,5%



Si bien las proyecciones a 10 años muestran la suficiencia del modelo, no podemos mantener la afirmación si la proyección se hubiera realizado para el periodo de esperanza de vida a los 65 años, o durante 20 o más años. Por este motivo concluimos que es necesario reforzar las hipótesis actuariales.

El modelo de la cuarta edad
·         Pensiones públicas:
Los estudios de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile de Guillermo Larraín, Simón Ballesteros y Sebastián García, constituyen la principal aportación académica en la propuesta de los modelos de la cuarta edad (ver el documento Longevidad y Pensiones: una Propuesta de Seguro para la Cuarta Edad de marzo de 2017).
La aplicación de este modelo podría ser en un sistema de cuentas nocionales, definido por José Antonio Herce  como un “programa de puesta al día de la Seguridad Social para la sostenibilidad de un sistema de reparto”, que resultaría de aplicación a la tercera edad y para la cuarta edad un sistema de reparto tal y como lo conocemos hoy. Esta puede ser una vía de interés para la sostenibilidad de las pensiones públicas.
·         Rentas privadas:
Nos interesa en este artículo realizar una propuesta de valor que contribuya a mitigar el riesgo biométrico de la cuarta edad y contribuir a la mejora del apetito al riesgo hacia el negocio las rentas vitalicias, pilar esencial de la contribución del sector asegurador en la complementariedad de las pensiones públicas.
Proponemos diferentes soluciones:
1.    Reevaluar la cuantía de la renta vitalicia cuando el asegurado alcance la cuarta edad, con las bases técnicas aplicables en ese momento. Para ello, deberá garantizarse que la renta al no ser determinada o determinable en toda la duración del contrato sea considerada vitalicia desde la ortodoxia legal y fiscal. Como inconveniente a esta solución, el consumidor que suscribiera una renta desconoce su importe cuando alcance la cuarta edad, lo que le puede generar incertidumbre e inseguridad en su contrato. El riesgo de inequidad actuarial puede hacer no adecuada esta solución.
2.    Tarificar a partir de la cuarta edad con unas bases técnicas reforzadas como por ejemplo incrementar la esperanza de vida desde los 90 años o reforzando las tasas de supervivencia en diferentes escenarios. Esta propuesta es de fácil aplicación técnica, y así la tasa de longevidad aplicable a esta cuarta edad correspondería a las aplicadas a la de la tercera edad, de tal forma que la renta de la cuarta edad estaría de este modo garantizada.
Si la esperanza de vida de la cuarta edad fuera reforzada al 99,5% de confianza, se conseguiría un ahorro de capital para el riesgo de longevidad de entorno al 25% para el caso de un asegurado de 67 años y durante todos los años que dure la tercera edad, y del 100% para la cuarta edad pues la mejor estimación de supervivencia coincidiría con el estrés de Solvencia II.
3.    Combinar la solución anterior con la primera propuesta, de tal modo que la renta solo se reevaluaría si al evaluar las bases técnicas al inicio de la cuarta edad, la renta resultante fuera menor a la de las bases originales reforzadas.
4.    Constituir un fondo de mutualización extraordinario para abonar la insuficiencia de las diferencias de tablas de longevidad cuando se alcance la cuarta edad. Es decir, la prima única del contrato de renta vitalicia incorpora una prima extra de mutualización de riesgo de cuarta edad. Esta solución requiere contraste con las normas de solvencia y contable, al necesitar una provisión específica mutualizada.
5.    Proporcionar soluciones de reaseguro en el modelo exceso de esperanza de vida.

Conclusión

Las propuestas de modelo de la cuarta edad para el negocio de rentas vitalicias de la industria del seguro, pueden ser una solución confiable para que el asegurador complemente decididamente el sistema público de pensiones mediante la suscripción prudencial de riesgos biométricos que hasta la fecha eran incómodos en el balance pues generan mucha incertidumbre.
Además de lo anterior y habida cuenta de la reciente posición de EIOPA, que ratifica el shock de longevidad en un 20% único para todas las edades atendiendo al criterio de simplicidad, esta modalidad propuesta para la cuarta edad mitigaría el riesgo de longevidad y en consecuencia reduciría la carga de capital exigida por el regulador. Al margen de estas consideraciones técnicas, el asegurador también podría disponer de la liberación de SCR con los consiguientes beneficios en términos de RORAC a lo largo de la vida de la póliza.

Publicado en Actuarios Nº42, Julio 2018