El avance del entendimiento entre los genes y la tecnología alcanzaría niveles tales que en unos 20 años los seres humanos podríamos ser inmortales, según las “predicciones” del científico Ray Kurzweil.
El especialista indica que gracias a la nanotecnología y a una mayor comprensión de cómo funciona el cuerpo, se podrán suplantar órganos vitales y de esa manera vivir para siempre.
Kurzweil asegura que aunque lo que está diciendo puede ser algo completamente descabellado, implantes como el páncreas artificial o los implantes neuronales ya existen en la actualidad.
Asimismo, el experto comentó que tendrán medios para reprogramar el cuerpo humano y así frenar el envejecimiento.
"En última instancia, los nanobots sustituirán a las células de la sangre y harán su trabajo mil veces más eficazmente", aseguró. Además también comentó que dentro de 25 años podremos bucear sin oxigeno.
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domingo, 12 de junio de 2011
En unos 20 años los seres humanos podríamos ser inmortales, según las “predicciones” del científico Ray Kurzweil.
En unos 20 años los seres humanos podríamos ser inmortales, según las “predicciones” del científico Ray Kurzweil.
2011-06-12T15:55:00+02:00
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sábado, 26 de septiembre de 2009
SIMIOS Y PREEMBRIONES
Se permitirá la unión de sus células germinales con células animales, lo que se denomina “quimeras” o híbridos interespecíficos para experimentar con ellos. La siguiente conclusión que se desprende no se desprende sola…
Por Sunsi Estil-les Farré *
Diari de Tarragona - Arvo Net,
28/04/2006
(Recuperado: 25/09/2009)
Releo la propuesta del Proyecto Gran Simio. Si no fuera porque no hay duda de que estamos en abril, creería que se trata de una inocentada típica del 28 de diciembre. El tema es que los grandes simios se han plantado en el Congreso de los Diputados para incluir a los antropoides no humanos en una comunidad de iguales, otorgándoles la protección moral y legal de la que actualmente sólo gozan los seres humanos. En otras palabras, pedir que se reconozcan los "derechos humanos" de los gorilas, orangutanes o chimpancés. El punto de partida es el siguiente dato: somos genéticamente iguales en un 98,8%. El objetivo: librar a los monos del maltrato, las jaulas, la muerte y la extinción.
La conclusión que se desprende de esta propuesta y de la nueva Ley de la reproducción humana artificial se desprende sola. No es necesario pensar. El simio se asimila al hombre y el embrión humano a la cosa.
El proyecto de Ley de Reproducción humana artificial da un paso más respecto de la Ley de reproducción asistida de 1988 : introduce el concepto de preembrión. Y entiende por preembrión el embrión in vitro constituido por el grupo de células resultantes de la división progresiva del ovocito, desde que es fecundado hasta 14 días más tarde. El día 15 ya es embrión. Porque, según la nueva Ley, hasta el día catorce es -más o menos- el momento en que deja de ser posible la gemelación; y también que -más o menos- desde entonces se incrementa notablemente la viabilidad del embrión por haberse consolidado su implantación en la madre. La cuestión de fondo es que se contempla una fase pre-humana, que dura catorce días. Este supuesto preembrión - o sus células - podrá ser utilizado con fines comerciales, industriales y cosméticos. Se elimina la obligación de congelar los no implantados en el útero. Y –ojo al dato- se permitirá la unión de sus células germinales con células animales, lo que se denomina “quimeras” o híbridos interespecíficos para experimentar con ellos.
La siguiente conclusión que se desprende no se desprende sola. Hay que utilizar nuestra capacidad de raciocinio, pero les aseguro que no es en absoluto complicada. A los simios les faltará siempre un 1’8 % para ser hombres; jamás serán personas. ¿Y el “peembrión”?. El preembrión lleva impreso desde el primer instante en que es fecundado toda la información genética de un ser humano, distinto a todos los demás, único e irrepetible. Si nadie lo toca ni lo manipula, inicia un proceso vital: de embrión a feto, de feto a niño, de niño a joven, de joven a adulto y de adulto a anciano. Luego es una vida desde su concepción.
Los que, por fortuna, pudimos estudiar filosofía “en serio” recordamos el concepto aristotélico del cambio. Aristóteles define el cambio –el movimiento en términos metafísicos- como el paso de potencia a acto. El cambio es la actualización de todo lo que se es en potencia. El embrión es acto de ser que posee en potencia todo lo que irá actualizándose con el paso del tiempo. Lo que ahora somos es la actualización de lo que ayer éramos en potencia; lo que fuimos ayer es lo que anteayer potencialmente éramos.... Y así sucesivamente hasta que llegamos al punto en el que fuimos embrión con todas las potencias por actualizar. ¿Quién se atreve a negar que un preembrión –un embrión con menos de catorce días- no es una vida humana al 100%?. Aunque suene a perogrullada, lo demuestra la ley natural y el sentido común. No los toquen. Déjenlos crecer en su hábitat, que no es otro que el vientre de la madre ... y al cabo de unos años serán la charcutera, el profesor de nuestros hijos, la cantante de moda, el médico de cabecera, el conductor del autobús, el recepcionista del hotel, la ministra de... si les permiten vivir.
“¿Qué estás haciendo?”. me preguntó ayer mi hija pequeña mientras repasaba estos asuntos. “Estoy leyendo cosas sobre preembriones”, respondí. “¿Y que es eso?”, volvió a preguntar. “Lo que tú eras cuando ni siquiera yo sabía que existías, cuando tenías tan poquitos días de vida que eras muchísimo más menuda que esta uña”. Y le enseñé el dedo meñique. “A algunos los congelan; y a los que no sirven, los tiran”. “¿¿¿¿Los tiran???”. Su reacción fue inmediata. “¡Pero si eso es matar!”. Ahí queda la afirmación de una mente de once años no contaminada.
http://arvo.net/nuestros-temas-de-hoy/simios-y-preembriones/gmx-niv902-con9381.htm
Por Sunsi Estil-les Farré *
Diari de Tarragona - Arvo Net,
28/04/2006
(Recuperado: 25/09/2009)
Releo la propuesta del Proyecto Gran Simio. Si no fuera porque no hay duda de que estamos en abril, creería que se trata de una inocentada típica del 28 de diciembre. El tema es que los grandes simios se han plantado en el Congreso de los Diputados para incluir a los antropoides no humanos en una comunidad de iguales, otorgándoles la protección moral y legal de la que actualmente sólo gozan los seres humanos. En otras palabras, pedir que se reconozcan los "derechos humanos" de los gorilas, orangutanes o chimpancés. El punto de partida es el siguiente dato: somos genéticamente iguales en un 98,8%. El objetivo: librar a los monos del maltrato, las jaulas, la muerte y la extinción.
La conclusión que se desprende de esta propuesta y de la nueva Ley de la reproducción humana artificial se desprende sola. No es necesario pensar. El simio se asimila al hombre y el embrión humano a la cosa.
El proyecto de Ley de Reproducción humana artificial da un paso más respecto de la Ley de reproducción asistida de 1988 : introduce el concepto de preembrión. Y entiende por preembrión el embrión in vitro constituido por el grupo de células resultantes de la división progresiva del ovocito, desde que es fecundado hasta 14 días más tarde. El día 15 ya es embrión. Porque, según la nueva Ley, hasta el día catorce es -más o menos- el momento en que deja de ser posible la gemelación; y también que -más o menos- desde entonces se incrementa notablemente la viabilidad del embrión por haberse consolidado su implantación en la madre. La cuestión de fondo es que se contempla una fase pre-humana, que dura catorce días. Este supuesto preembrión - o sus células - podrá ser utilizado con fines comerciales, industriales y cosméticos. Se elimina la obligación de congelar los no implantados en el útero. Y –ojo al dato- se permitirá la unión de sus células germinales con células animales, lo que se denomina “quimeras” o híbridos interespecíficos para experimentar con ellos.
La siguiente conclusión que se desprende no se desprende sola. Hay que utilizar nuestra capacidad de raciocinio, pero les aseguro que no es en absoluto complicada. A los simios les faltará siempre un 1’8 % para ser hombres; jamás serán personas. ¿Y el “peembrión”?. El preembrión lleva impreso desde el primer instante en que es fecundado toda la información genética de un ser humano, distinto a todos los demás, único e irrepetible. Si nadie lo toca ni lo manipula, inicia un proceso vital: de embrión a feto, de feto a niño, de niño a joven, de joven a adulto y de adulto a anciano. Luego es una vida desde su concepción.
Los que, por fortuna, pudimos estudiar filosofía “en serio” recordamos el concepto aristotélico del cambio. Aristóteles define el cambio –el movimiento en términos metafísicos- como el paso de potencia a acto. El cambio es la actualización de todo lo que se es en potencia. El embrión es acto de ser que posee en potencia todo lo que irá actualizándose con el paso del tiempo. Lo que ahora somos es la actualización de lo que ayer éramos en potencia; lo que fuimos ayer es lo que anteayer potencialmente éramos.... Y así sucesivamente hasta que llegamos al punto en el que fuimos embrión con todas las potencias por actualizar. ¿Quién se atreve a negar que un preembrión –un embrión con menos de catorce días- no es una vida humana al 100%?. Aunque suene a perogrullada, lo demuestra la ley natural y el sentido común. No los toquen. Déjenlos crecer en su hábitat, que no es otro que el vientre de la madre ... y al cabo de unos años serán la charcutera, el profesor de nuestros hijos, la cantante de moda, el médico de cabecera, el conductor del autobús, el recepcionista del hotel, la ministra de... si les permiten vivir.
“¿Qué estás haciendo?”. me preguntó ayer mi hija pequeña mientras repasaba estos asuntos. “Estoy leyendo cosas sobre preembriones”, respondí. “¿Y que es eso?”, volvió a preguntar. “Lo que tú eras cuando ni siquiera yo sabía que existías, cuando tenías tan poquitos días de vida que eras muchísimo más menuda que esta uña”. Y le enseñé el dedo meñique. “A algunos los congelan; y a los que no sirven, los tiran”. “¿¿¿¿Los tiran???”. Su reacción fue inmediata. “¡Pero si eso es matar!”. Ahí queda la afirmación de una mente de once años no contaminada.
http://arvo.net/nuestros-temas-de-hoy/simios-y-preembriones/gmx-niv902-con9381.htm
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2009-09-26T20:40:00+02:00
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sábado, 25 de julio de 2009
Híbridos de animales y seres humanos
Escrito por Justo Aznar
jueves, 14 de mayo de 2009
Esencialmente se puede decir que los híbridos de humano y animal son la mezcla de células o material genético de humanos y animales, especialmente vaca y ratón. Pero, aunque hay diversas posibilidades de intercambio de material entre células y/o material genético de hombre y animal, más concretamente se puede afirmar que son cuatro los tipos principales de esta práctica:
1) el que resulta de transferir solamente material genético de humanos a animales. Esto se consigue transfiriendo el núcleo de una célula humana adulta, por ejemplo de la piel, a un óvulo de un animal, especialmente de una vaca o de un ratón, al que previamente se le ha extraído su núcleo, es decir, su contenido genético. El embrión híbrido surgido de esta práctica tendría aproximadamente un 98% de material genético de la persona humana que ha donado la célula de piel y un 2% del material genético del óvulo, el correspondiente al ADN de las mitocondrias. A esta quimera, algunos la llaman cíbrido; 2) también se puede producir una quimera a partir de una célula procedente de un embrión animal que se transfiere a un embrión humano. En este caso, el embrión quimérico resultante tiene una mezcla del ADN del animal y del individuo humano. A este tipo de embrión se le denominaría verdadera quimera; 3) igualmente se puede fertilizar un óvulo humano con esperma de animal o viceversa. A los embriones así generados se les denominaría verdaderos híbridos y, finalmente, 4) se podrían formar embriones humanos transgénicos, es decir, embriones humanos a los que se ha transferido algún gen animal.
2. ¿Qué fines buscan los científicos con su creación?
La razón fundamental que se arguye es que, en la primera de las modalidades que anteriormente se ha comentado, para mezclar material genético de una célula adulta con un ovocito, en caso de que fuera humano, se requeriría un gran número de óvulos de mujer, ya que solamente un 15% de los embriones generados resulta útil y solamente una parte de ellos pueden proporcionar líneas celulares adecuadas, por lo que escasamente un 3% de las quimeras de embriones resultantes serían útiles para producir líneas de células embrionarias quiméricas. Esto significa que se necesitarían más de 30 ovocitos para tener la probabilidad razonable de conseguir un material celular útil para el paciente que ha donado la célula adulta y que se supone podría ser el hipotético beneficiario del transplante de cualquier tipo de tejido celular obtenido a partir de las células madre de los embriones quiméricos generados. Por ello, si un gran número de pacientes requirieran un transplante celular, el
número de ovocitos que se requeriría sería muy grande, con toda seguridad inasequible.
Pero si además, se piensa que estos embriones quiméricos pueden también servir para muy diversas experiencias biomédicas, fácilmente se puede colegir que el número de ovocitos humanos que se necesitarían de ninguna forma podrían obtenerse de mujeres, por lo que, los científicos que apoyan estas técnicas creen que esto sólo se podría conseguir utilizando óvulos animales. Esta es la razón última de la creación de cíbridos entre material genético humano y animal.
3. Se dice que la creación de quimeras embrionarias podría ser útil para encontrar nuevos tratamientos para enfermedades hoy incurables, ¿qué hay de cierto en ello?
Es indudable que si se generan embriones quiméricos a partir del material genético extraído de la piel de un paciente, se podrían obtener líneas celulares que contendrían, casi en su totalidad, el genoma del paciente en cuestión, es decir, serían líneas celulares de la enfermedad específica que se quiere estudiar. Esto indudablemente puede ser un instrumento de investigación útil, pero como comentaremos al hablar de la valoración ética de estas técnicas, es absolutamente inadmisible utilizar métodos experimentales que aunque puedan ser útiles para algunas investigaciones científicas, requieran la destrucción de embriones humanos. Por otro lado, gran parte de estas finalidades se pueden conseguir utilizando animales de experimentación, y sobretodo, usando la nueva técnica de reprogramación de células adultas, que permite obtener las deseadas células específicas de una enfermedad, sin tener que destruir embriones. Por ello, la nueva Ley de Fertilización Humana y Embriología, que autoriza la creación de híbridos entre hombre y animal, nace a nuestro juicio ya muerta, pues en ella no se ha tenido en cuenta la posibilidad de utilizar células adultas reprogramadas, con las que se pueden conseguir, sin dificultades éticas, las líneas celulares que se requieren para los fines específicos que se desean llevar a cabo.
4. ¿Qué países experimentan ya con híbridos?
El único país que cuenta con una legislación específica que autoriza la creación de híbridos entre humano animal, es Gran Bretaña, que en la sesión de su Parlamento del pasado 19 de abril, aprobó por 336 votos a favor y 176 en contra la creación de híbridos de hombre y animal. En España, la Ley de Biomedicina, recientemente aprobada, no autoriza explícitamente la creación de estas quimeras, pero por su Artículo 33, que textualmente refiere que "se permite la utilización de cualquier técnica de obtención de células troncales humanas con fines terapéuticos o de investigación... incluyendo la activación de ovocitos mediante la
transferencia nuclear somática" abre una vía para la creación de quimeras de hombre y animal.
5. ¿Cuándo comenzaron los primeros ensayos?
Antes de que la ley fuera específicamente aprobada por el Parlamento británico, ya dos equipos ingleses, uno de la Universidad de Newcastle, dirigido por Lyie Amstrong y otro del King's Collage de Londres, dirigido por Stephen Minger, habían iniciado experiencias para la consecución de híbridos humanos, y según comenta Lyie Amstrong, ellos lo han conseguido, aunque los embriones quiméricos generados murieron a los tres días, por lo que no pudieron obtener las deseadas por ellos líneas celulares, pues para conseguirlas hubieran necesitado que estos embriones hubieran vivido al menos seis día para llegar a la fase de blastocisto, embrión de entre 60 y 200 células, del cual se obtienen las células madre.
6. ¿Cuál debería ser el limite para la ciencia?
No existe ninguna duda de que no siempre se debe hacer todo lo que desde un punto de vista científico se puede hacer. La investigación científica tiene los límites que la evaluación ética del método experimental conlleva. Es decir, se podría hacer todo aquello que científicamente fuera posible y éticamente fuera admisible.
7. ¿Cuál es la opinión mayoritaria de la comunidad científica internacional?
Ciertamente me duele reconocer que un gran número de científicos británicos que desarrollan su labor en este campo médico han apoyado la aprobación de la Ley de Fertilización Humana y Embriología que, como antes se ha comentado, ha obtenido el visto bueno del Parlamento británico. Es indudable que para gran parte de estos profesionales, lo fundamental son sus intereses científicos, al margen de la valoración ética de sus experiencias. Son de los que piensan que en la ciencia, las cosas se deben hacer si pueden hacer. Pero a nivel mundial no tengo datos fidedignos sobre el porcentaje de científicos que aprobarían estas investigaciones.
8. ¿Qué valoración ética merece la creación de híbridos de hombre y animal?
La dificultad ética fundamental es que para obtener las deseadas líneas celulares se requiere la destrucción del embrión quimérico generado. Si como antes se ha comentado, un 98% del genoma de este
embrión es humano, no parece razonable admitir destruirlo, aunque no sea totalmente humano.
Otras razones que se pueden argüir son que estas experiencias van contra la integridad de las especies, principio moral biológico que nunca debería ser alterado. Son contrarias a las leyes de la misma naturaleza, fundamento de la biodiversidad animal. Y finalmente, son contrarias a la dignidad humana, que junto con la primera razón argüida, la destrucción de embriones, constituyen la dificultad ética fundamental para desechar la creación de cualquier tipo de híbrido entre hombre y animal.
9. ¿Por dónde van los verdaderos avances de la ciencia?
Como anteriormente se ha comentado, a nuestro juicio los verdaderos avances de la ciencia van por la utilización de las células iPS, es decir de las células madre pluripotenciales inducidas obtenidas a partir de células somáticas adultas (ver Provida Press nº 281). Desde que en noviembre de 2007, los equipos de Yamanaka y Thomson pusieron a punto esta técnica, ofrecieron al mundo científico una metodología experimental par poder investigar sobre todo tipo de enfermedades, pero especialmente sobre algunas degenerativas como el Parkinson o el Alzheimer o traumáticas como la lesión de médula espinal, con mejores perspectivas científicas, sin ninguna dificultad ética, con mayor facilidad técnica y a más bajo coste. No me cabe ninguna duda que la primera utilización de las células iPS será la obtención de líneas celulares de diversas patologías, para investigar sobre ellas, que es lo que se quiere llevar a cabo con las líneas celulares obtenidas de quimeras de hombre y animal. Por ello, como recientemente comentaba (Provida Press nº 281), el propio Thomson, como se sabe el padre de las células madre, refería en una entrevista en el New York Times, que probablemente "dentro de una década la guerra de las células madre será sólo una nota al pie de una página curiosa de la historia de la ciencia", a lo cual yo añado que lo mismo ocurrirá con las células madre obtenidas de embriones quiméricos. Es ésta una práctica que nace científicamente muerta.
Justo Aznar
http://www.bioeticaweb.com
jueves, 14 de mayo de 2009
Esencialmente se puede decir que los híbridos de humano y animal son la mezcla de células o material genético de humanos y animales, especialmente vaca y ratón. Pero, aunque hay diversas posibilidades de intercambio de material entre células y/o material genético de hombre y animal, más concretamente se puede afirmar que son cuatro los tipos principales de esta práctica:
1) el que resulta de transferir solamente material genético de humanos a animales. Esto se consigue transfiriendo el núcleo de una célula humana adulta, por ejemplo de la piel, a un óvulo de un animal, especialmente de una vaca o de un ratón, al que previamente se le ha extraído su núcleo, es decir, su contenido genético. El embrión híbrido surgido de esta práctica tendría aproximadamente un 98% de material genético de la persona humana que ha donado la célula de piel y un 2% del material genético del óvulo, el correspondiente al ADN de las mitocondrias. A esta quimera, algunos la llaman cíbrido; 2) también se puede producir una quimera a partir de una célula procedente de un embrión animal que se transfiere a un embrión humano. En este caso, el embrión quimérico resultante tiene una mezcla del ADN del animal y del individuo humano. A este tipo de embrión se le denominaría verdadera quimera; 3) igualmente se puede fertilizar un óvulo humano con esperma de animal o viceversa. A los embriones así generados se les denominaría verdaderos híbridos y, finalmente, 4) se podrían formar embriones humanos transgénicos, es decir, embriones humanos a los que se ha transferido algún gen animal.
2. ¿Qué fines buscan los científicos con su creación?
La razón fundamental que se arguye es que, en la primera de las modalidades que anteriormente se ha comentado, para mezclar material genético de una célula adulta con un ovocito, en caso de que fuera humano, se requeriría un gran número de óvulos de mujer, ya que solamente un 15% de los embriones generados resulta útil y solamente una parte de ellos pueden proporcionar líneas celulares adecuadas, por lo que escasamente un 3% de las quimeras de embriones resultantes serían útiles para producir líneas de células embrionarias quiméricas. Esto significa que se necesitarían más de 30 ovocitos para tener la probabilidad razonable de conseguir un material celular útil para el paciente que ha donado la célula adulta y que se supone podría ser el hipotético beneficiario del transplante de cualquier tipo de tejido celular obtenido a partir de las células madre de los embriones quiméricos generados. Por ello, si un gran número de pacientes requirieran un transplante celular, el
número de ovocitos que se requeriría sería muy grande, con toda seguridad inasequible.
Pero si además, se piensa que estos embriones quiméricos pueden también servir para muy diversas experiencias biomédicas, fácilmente se puede colegir que el número de ovocitos humanos que se necesitarían de ninguna forma podrían obtenerse de mujeres, por lo que, los científicos que apoyan estas técnicas creen que esto sólo se podría conseguir utilizando óvulos animales. Esta es la razón última de la creación de cíbridos entre material genético humano y animal.
3. Se dice que la creación de quimeras embrionarias podría ser útil para encontrar nuevos tratamientos para enfermedades hoy incurables, ¿qué hay de cierto en ello?
Es indudable que si se generan embriones quiméricos a partir del material genético extraído de la piel de un paciente, se podrían obtener líneas celulares que contendrían, casi en su totalidad, el genoma del paciente en cuestión, es decir, serían líneas celulares de la enfermedad específica que se quiere estudiar. Esto indudablemente puede ser un instrumento de investigación útil, pero como comentaremos al hablar de la valoración ética de estas técnicas, es absolutamente inadmisible utilizar métodos experimentales que aunque puedan ser útiles para algunas investigaciones científicas, requieran la destrucción de embriones humanos. Por otro lado, gran parte de estas finalidades se pueden conseguir utilizando animales de experimentación, y sobretodo, usando la nueva técnica de reprogramación de células adultas, que permite obtener las deseadas células específicas de una enfermedad, sin tener que destruir embriones. Por ello, la nueva Ley de Fertilización Humana y Embriología, que autoriza la creación de híbridos entre hombre y animal, nace a nuestro juicio ya muerta, pues en ella no se ha tenido en cuenta la posibilidad de utilizar células adultas reprogramadas, con las que se pueden conseguir, sin dificultades éticas, las líneas celulares que se requieren para los fines específicos que se desean llevar a cabo.
4. ¿Qué países experimentan ya con híbridos?
El único país que cuenta con una legislación específica que autoriza la creación de híbridos entre humano animal, es Gran Bretaña, que en la sesión de su Parlamento del pasado 19 de abril, aprobó por 336 votos a favor y 176 en contra la creación de híbridos de hombre y animal. En España, la Ley de Biomedicina, recientemente aprobada, no autoriza explícitamente la creación de estas quimeras, pero por su Artículo 33, que textualmente refiere que "se permite la utilización de cualquier técnica de obtención de células troncales humanas con fines terapéuticos o de investigación... incluyendo la activación de ovocitos mediante la
transferencia nuclear somática" abre una vía para la creación de quimeras de hombre y animal.
5. ¿Cuándo comenzaron los primeros ensayos?
Antes de que la ley fuera específicamente aprobada por el Parlamento británico, ya dos equipos ingleses, uno de la Universidad de Newcastle, dirigido por Lyie Amstrong y otro del King's Collage de Londres, dirigido por Stephen Minger, habían iniciado experiencias para la consecución de híbridos humanos, y según comenta Lyie Amstrong, ellos lo han conseguido, aunque los embriones quiméricos generados murieron a los tres días, por lo que no pudieron obtener las deseadas por ellos líneas celulares, pues para conseguirlas hubieran necesitado que estos embriones hubieran vivido al menos seis día para llegar a la fase de blastocisto, embrión de entre 60 y 200 células, del cual se obtienen las células madre.
6. ¿Cuál debería ser el limite para la ciencia?
No existe ninguna duda de que no siempre se debe hacer todo lo que desde un punto de vista científico se puede hacer. La investigación científica tiene los límites que la evaluación ética del método experimental conlleva. Es decir, se podría hacer todo aquello que científicamente fuera posible y éticamente fuera admisible.
7. ¿Cuál es la opinión mayoritaria de la comunidad científica internacional?
Ciertamente me duele reconocer que un gran número de científicos británicos que desarrollan su labor en este campo médico han apoyado la aprobación de la Ley de Fertilización Humana y Embriología que, como antes se ha comentado, ha obtenido el visto bueno del Parlamento británico. Es indudable que para gran parte de estos profesionales, lo fundamental son sus intereses científicos, al margen de la valoración ética de sus experiencias. Son de los que piensan que en la ciencia, las cosas se deben hacer si pueden hacer. Pero a nivel mundial no tengo datos fidedignos sobre el porcentaje de científicos que aprobarían estas investigaciones.
8. ¿Qué valoración ética merece la creación de híbridos de hombre y animal?
La dificultad ética fundamental es que para obtener las deseadas líneas celulares se requiere la destrucción del embrión quimérico generado. Si como antes se ha comentado, un 98% del genoma de este
embrión es humano, no parece razonable admitir destruirlo, aunque no sea totalmente humano.
Otras razones que se pueden argüir son que estas experiencias van contra la integridad de las especies, principio moral biológico que nunca debería ser alterado. Son contrarias a las leyes de la misma naturaleza, fundamento de la biodiversidad animal. Y finalmente, son contrarias a la dignidad humana, que junto con la primera razón argüida, la destrucción de embriones, constituyen la dificultad ética fundamental para desechar la creación de cualquier tipo de híbrido entre hombre y animal.
9. ¿Por dónde van los verdaderos avances de la ciencia?
Como anteriormente se ha comentado, a nuestro juicio los verdaderos avances de la ciencia van por la utilización de las células iPS, es decir de las células madre pluripotenciales inducidas obtenidas a partir de células somáticas adultas (ver Provida Press nº 281). Desde que en noviembre de 2007, los equipos de Yamanaka y Thomson pusieron a punto esta técnica, ofrecieron al mundo científico una metodología experimental par poder investigar sobre todo tipo de enfermedades, pero especialmente sobre algunas degenerativas como el Parkinson o el Alzheimer o traumáticas como la lesión de médula espinal, con mejores perspectivas científicas, sin ninguna dificultad ética, con mayor facilidad técnica y a más bajo coste. No me cabe ninguna duda que la primera utilización de las células iPS será la obtención de líneas celulares de diversas patologías, para investigar sobre ellas, que es lo que se quiere llevar a cabo con las líneas celulares obtenidas de quimeras de hombre y animal. Por ello, como recientemente comentaba (Provida Press nº 281), el propio Thomson, como se sabe el padre de las células madre, refería en una entrevista en el New York Times, que probablemente "dentro de una década la guerra de las células madre será sólo una nota al pie de una página curiosa de la historia de la ciencia", a lo cual yo añado que lo mismo ocurrirá con las células madre obtenidas de embriones quiméricos. Es ésta una práctica que nace científicamente muerta.
Justo Aznar
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Híbridos de animales y seres humanos
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