viernes, 15 de mayo de 2009

El duelo familiar bajo la optica de la bioetica.5

Estas actitudes negativas hacia la realidad ineludible de la muerte y el duelo, han generado un vacío poco saludable en la sociedad y sus individuos.



Desde la época de la Revolución Industrial y el comienzo del proceso de la muerte en hospitales, se ha desarrollado una creciente desnaturalización en la comprensión y el abordaje de estos temas. En una actitud claramente regresiva y desadaptativa, hemos perdido paulatinamente el contacto con la naturaleza de las cosas tal y como son. La muerte como parte completamente normal del proceso vital es evitada, y con ello queda negada una faceta inmensamente importante de nuestra naturaleza. (17)



En el ejercicio de la profesión médica en el ambiente hospitalario, escenario permanente del morir y de la muerte, el tema, salvo un tratamiento tangencial desde el punto de vista de algunas disciplinas científicas propias de la medicina, que dan cuenta de la constatación de la muerte, no ha constituido un motivo de reflexión desde las perspectivas antropológica, filosófica y ética, ni ha merecido una adecuada consideración en la formación de los profesionales de la salud.



El sentido de la muerte y del dolor que la acompaña –según Teilhard de Chardin- podrían esclarecerse desde una visión espiritual y religiosa del universo. Él afirma que “Semejante a un artista que sabe sacar de los defectos y las impurezas de la piedra que esculpe o del bronce que funde, las líneas más exquisitas, Dios, puesto que nos fiamos amorosamente de Él, sin descartar nuestras muertes parciales, ni la muerte final, que forman esencialmente parte de nuestra vida, las transfigura, integrándolas en un plan mejor... Para los que buscan a Dios –concluye Teilhard– no todo es inmediatamente bueno, pero todo es susceptible de llegar a ser bueno”. (18)



El que sufre los sentimientos del duelo padece de algún modo la tristeza de la soledad, y del aislamiento. Y aquí surge una necesidad que la antigua catequesis catalogaba como obras de misericordia espirituales. Se impone ante todo la presencia espiritual que según el filósofo existencialista Gabriel Marcel no consiste en estar en frente de, junto a, o al lado de, sino en estar con, o mejor aún en ser con: profunda empatía que se nutre más con el silencio de la escucha, que con la palabra. En todo caso ésta se utiliza para esclarecer, dar confianza y reconfortar. (19)



Para superar el duelo hay que mirar hacia delante. “La mirada hacia atrás” sólo debe servir para aprender de las experiencias, y para curar las heridas y para agradecer los bienes que recibimos en préstamo, por los que alabamos y bendecimos a Dios.



Sin duda alguna enfrentar el duelo desde mi visión como patólogo, y bajo la óptica de la Bioética, me hace establecer estas reflexiones finales: (10 mandamientos ante el duelo)



Trata a tus semejantes como a ti mismo
Escucha y apacigua su dolor
Orienta y facilita las cosas
Da una mano de consuelo y fortaleza
No juegues con el dolor ajeno
Aprende a vivir todos los días el duelo de alguien, cada uno es irrepetible y propio.
No hagas mas daño del que la persona ya tiene
Haz el bien, sé esa luz en las tinieblas que guía y serena
Sé justo, auténtico y empático
No olvides que Dios es nuestro padre Celestial y que en él todo se puede…


No puedo terminar sin unas palabras más de esperanza para las personas que estén atravesando por momentos tan difíciles en su vida. Ha habido en la historia un hombre que sufrió lo indecible, pierde sus riquezas, pierde sus empleados, pierde su familia, pierde su salud, ya nada le quedaba, pero un brote de esperanza, inspirado en su relación con Dios, y este hombre Job, dice: "desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré. Dios dio, Dios quitó, sea el nombre de Dios bendito". El cristiano puede llenarse de esperanza ante la muerte, con la absoluta seguridad que los que "duermen" en Cristo, volverán a la vida y la despedida no es un adiós para siempre sino un hasta luego. Finalizo con unas palabras de Juan que tuvo una visión de lo que será la "otra vida": "enjugará Dios todas las lágrimas, y ya no habrá más muerte, ni habrá mas llanto, ni clamor, ni dolor." Esta es la Esperanza del creyente. La Esperanza que deseo para ti.



El duelo es...



Lágrima furtiva ante la tumba. Solitaria soledad entre muchos. Sobrevivir sin vivir. Morir estando vivo. Ir a la mesa y encontrar un hueco vacío. Desear que la realidad fuese distinta, luchando contra lo imposible. Estar en la cama sin sentir el calor de una caricia. - Muerte del hermano que levantó pronto el vuelo. Enterrar los padres al hijo. Ilusión de un embarazo que nunca verá la primavera de la vida. Ternuras de abuelos regadas en penas. Miedo e inseguridad del hijo que perdió una estrella fija en el firmamento de su existencia. Querer amar y mediar la ausencia física. Ver crecer a los hijos de los amigos y no al propio. Un sueño imposible: "Si viviera ahora él..." Lucha de la memoria del corazón contra la memoria de la mente. Mirar al infinito buscando un sentido. Culpa insistente, bronca ciega, tristeza fría. Miedo misterioso, sin sentido, pregunta sin respuesta. Amor sin apegos. Mirar al ser querido con los ojos del alma. Mano a mano con Dios. Esperanza del reencuentro. (20)





Bibliografía



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http://www.portalesmedicos.com