domingo, 31 de mayo de 2009

Paradigma humanista en Enfermeria. Desde la perspectiva de la muerte del adulto mayor.6

Reflexiones



En el humanismo se aprecian diferentes posturas filosóficas y metodológicas que cifran la razón de ser en la persona como ente particular y universal.


En el humanismo se ha entendido y expresado fundamentalmente la relación médico y enfermera con sus pacientes, es allí donde se concentran y decantan las interacciones, que dan la oportunidad a la enfermera y/o medico de ayudar, en forma amplia y efectiva, al ser humano que confía en él para el alivio o curación de una enfermedad.


Desde los albores de la humanidad el desarrollo del conocimiento tecnocientífico ha sido una garantía de supervivencia de la especie, pues con el no solo veríamos adaptando el mundo a nuestras necesidades si no que el mismo conocimiento tecnocientífico nos ha dado acceso al desarrollo de la conciencia moral que nos constituyen en éticos, gracias al progreso que hacemos en el conocimiento fuente de libertad y de autonomía.


El sentido de la vida surge en el contexto social, es transmitida al niño como contenido cultural e ideológico y se transforma en joven al compás de su curso biográfico, permitiendo en el adulto, modificaciones, bien al nivel personal o bien por identificación con otras opciones que pueda ofrecer el medio social en el que se desarrolle el sujeto.


La modernidad concibe la vida humana como un terreno donde es posible intervenir siempre y cuando la libertad del individuo o la sociedad lo determine, no hay límites absolutos, pues la vida humana se cosifica, es terreno para la técnica y la ciencia, según los deseos de libertad, podemos decir que sobre la vida humana confluyen el poder de la ciencia y una ética autónoma que justifica el uso de la ciencia. La vida humana no se identifica con la sustancia del ser personal, es un apéndice de la vida.


La problemática de la muerte se enfoca en intima relación con la vida, el poder y el saber. Hay un deseo de analizar la muerte como un pecado y restituir la inmortalidad perdida (la vida eterna) cuando se logre vencer al pecado (la falta)


El enfoque antropológico considera que tanto la vida como la muerte son fenómenos relacionados con un proceso de praxis humana que se produce desde el mismo momento en que se inicia la hominización.



Referencias bibliográficas



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