viernes, 1 de mayo de 2009

Papel en la renovación celular del organismo


Se están acumulando pruebas de que desde la vida perinatal a la adulta van apareciendo células madre en los tejidos somáticos, como parte de la estrategia del organismo para su renovación en condiciones fisiológicas o ante un daño. Esto nos lleva a la conclusión aparentemente paradójica de que en realidad las células madre de adulto no son células “primitivas” derivadas directamente del embrión temprano, sino que serían células que aparecen tardíamente, “especializadas” en suministrar células de repuesto al organismo adulto.

Un descubrimiento de mediados de los 90 parece apoyar esto: existen células madre neuronales en el cerebro anterior de mamíferos, rodeando al ventrículo lateral, y participan en la repoblación de la subepéndima del ventrículo tras irradiación, y en los roedores son la fuente de nuevas neuronas que migran hasta el bulbo olfativo. Además, en monos migran por una ruta desconocida hasta la corteza cerebral asociaciativa (la que contribuye a los mecanismos de memoria).

La identidad exacta de las células madre neuronales está sometida a controversia, ya que algunos las localizan como células de la epéndima que rodean a los ventrículos, mientras que otros las hacen coincidir con los astrocitos de la zona subventricular.

Las células madre del sistema nervioso central (SNC) pueden generar los tres grandes tipos de células del cerebro adulto: neuronas, astrocitos y oligodendrocitos. Pero desconocemos la importancia y significado real de estas células madre. Puede ser que en verdad el SNC del adulto mantenga una cierta capacidad de autorrenovación, como rasgo adaptativo según las especies. Quizá en los animales superiores la formación local de nuevas neuronas en ciertas estructuras cerebrales tenga algo que ver con los mecanismos de creación e integración de la memoria. Además, hace poco se han aportado pruebas de que los estímulos ambientales pueden intervenir en la regulación de la formación de neuronas.

Las células madre mesenquimales (MSC) humanas están presentes en el estroma de la médula ósea, constituyendo una población totalmente diferente de las células madre hematopoyéticas, y su papel es contribuir a la regeneración de los tejidos mesenquimáticos (hueso, cartílago, músculo, ligamento, tendón, tejido adiposo y estroma). Se han aislado y cultivado MSC humanas, y lo que es mejor, se ha logrado su diferenciación controlada hasta células con rasgos típicos de osteocitos, condrocitos o adipocitos, respectivamente.