Científicos del hospital Vall d´Hebron de Barcelona descubren un gen capaz de plantar cara al cáncer de colón y riñón. ¿Cómo? Haciendo que las células malignas envejezcan de golpe y no proliferen.
En plena era de la cosmética «antiage», la ingeniería genética apuesta por provocar el envejecimiento celular como golpe de efecto contra el cáncer. Un equipo de científicos del Hospital del Vall d'Hebron de Barcelona, dirigidos por el doctor Santiago Ramón y Cajal, responsable del Servicio de Anatomía Patológica del centro y sobrino-biznieto del Nobel de Medicina, han dado con un gen -el RSK4- capaz de detener la propagación de las células tumorales en cáncer de colon y de riñón.
¿Cómo lo consigue? Pues, a priori, parece que de manera innata. Por sus propias características, el gen hace que las células del tejido tumoral envejezcan y se paren, lo que hace que se desactive el proceso de malignización, según explica en declaraciones a ABC el doctor Santiago Ramón y Cajal.
Análisis bioquímicos
La investigación, publicada en la revista Clinical Cancer Research, confirma el papel del RSK4 como un enemigo número uno del cáncer. Para ello, el doctor Ramón y Cajal y su equipo han tenido que analizar a nivel bioquímico las reacciones de tan particular gen, capaz de inducir la senescencia. El coordinador de la investigación recuerda que la senescencia es el proceso por el cual una célula deja de multiplicarse y dividirse para pasar a un estado vegetativo o de inactividad, con lo que pierde su capacidad de proliferar. Es esa capacidad, según dice, la que hace que un tumor se extienda y el cáncer progrese.
Precisamente por este motivo, la gran alternativa es «desactivar el reloj biológico de las células. En definitiva, hacer que poco a poco se vayan apagando y entren en la fase de senescencia», asegura el responsable del Servicio de Anatomía Patológica del Vall d'Hebron. Añade que «ese marcador o reloj biológico es el que determina cuando acaba la capacidad de dividirse de las células, aunque en las tumorales este proceso no se produce por lo que su proliferación no cesa y se convierten en inmortales».
Ciclo de hasta 60 divisionesLa senescencia de la célula se produce cuando hay un ciclo de unas 60 divisiones, y al llegar a este punto, las células normales se paran y quedan como en estado latente.
«Lo que observamos en nuestra investigación es que cuando quitábamos el gen, las células se inmortalizaban y cuando lo añadíamos y sobreexpresábamos éstas envejecían más rápidamente, incluso las tumorales», afirma a este periódico Santiago Ramón y Cajal.
En este sentido, recuerda que desde un principio el estudio partió de la hipótesis de que para que se forme un tumor maligno, una de las vías que debe estar alterada es la de la senescencia.
«Para que eso ocurra hace falta mucho tiempo (hasta 10 años en el cáncer colon) y deben acumularse alteraciones genéticas múltiples que hagan que célula sea metastásica», concluye el experto. El descubrimiento abre la puerta a posibles tratamientos para detener la metástasis en estos dos cánceres.
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