sábado, 18 de abril de 2009

Hacia una declaración Internacional sobre los datos genéticos humanos

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
Hacia una declaración Internacional sobre los datos genéticos humanos
capitulo dedicado al seguro

La discriminación en materia de seguros
El mecanismo económico de los seguros se basa en asegurar a los grupos, pero no a los individuos. Cada siniestro o enfermedad posee un índice estadístico de riesgo determinado, que es necesario modular eventualmente en función de la edad de la persona interesada. Todo el sistema de seguros se funda evidentemente en la buena fe de las partes contratantes. Si muchas personas solicitan la suscripción de una póliza de seguro de vida porque han sabido que su riesgo de padecer un cáncer es mayor que el del resto de la población, el mecanismo se vicia. Las compañías de seguros temen los fraudes de este tipo de clientes, pero no se hallan completamente inermes frente a ellos porque pueden tratar de probar que el asegurado cometió un fraude al no comunicarles elementos que modificaban su situación.
El fraude puede emanar también de la otra parte contratante, la compañía de seguros, y en ese caso el peligro cobra una magnitud muy distinta. En efecto, las empresas aseguradoras pueden caer en la tentación de utilizar en su propio provecho las pruebas genéticas cada vez más abundantes. Sin llegar a obligar a sus clientes a que se sometan a esas pruebas, pueden incitarles a efectuarlas prometiéndoles precios de pólizas más bajos. Esto conduciría a un sistema de seguros doble, o incluso triple, en el que los asegurados que tuviesen una predisposición a una enfermedad grave, o se negasen a someterse a pruebas genéticas, abonarían pólizas caras, mientras que los afortunados en la «lotería genética», es decir los que no corren un gran riesgo de padecer enfermedades graves, pagarían tarifas mucho más baratas a las compañías de seguros.

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