jueves, 30 de abril de 2009

"Asesoramos sobre cómo actuar, por ejemplo, ante la petición de un certificado de virginidad"


Rosa Sáinz, presidenta del Comité de Ética Asistencial del Hospital de Galdakao-Usansolo, nos habla de la labor de estos organismos. "El que algo sea posible técnicamente no quiere decir que sea éticamente correcto".

eitb.com: ¿Por qué surgen los comités de bioética o ética asistencial?
Rosa Sáinz: Las primeras comisiones promotoras de los comités de bioética surgen en la CAV en torno a 1992. La actitud paternalista estaba muy arraigada dentro de las profesiones sanitarias y las cuestiones como la autonomía de las personas y el derecho a decidir habían avanzado mucho en la sociedad, pero en la sanidad se habían quedado ancladas. Grandes pensadores de nuestro ámbito, influidos por las corrientes de pensamiento que llegaban del mundo anglosajón, plantearon la necesidad de crear una disciplina para avanzar con la sociedad en este ámbito y modificar la relación con el paciente. Ya en el año 1995 se crea una ley de formación de los comités de bioética porque se reconoce la necesidad de esta nueva figura en el ámbito sanitario.

eitb.com: ¿Cuál es la labor de un comité de bioética?
R.S.: Los comités son asesores, consultivos, las decisiones no son vinculantes. Se nos consultan decisiones difíciles y son los propios profesionales responsables de cada caso los que tienen que decidir, pero tratamos de asesorarles en casos complejos a nivel ético. En el Hospital de Cruces hay un comité importante que lleva incluso casos de donantes vivos, en los que, por ley, el comité tiene que autorizar las donaciones, es decir, tiene funciones más que consultivas, su autorización es necesaria.

Al margen de estos casos puntuales, promovemos guías de actuación para situaciones generales. Por ejemplo, se acaba de elaborar un documento sobre la petición del certificado de virginidad. Quieren hacer lo mismo con el certificado de circuncisión. Son asuntos que se presentan en las consultas de atención primaria y que el profesional sanitario no sabe cómo abordar. Nosotros hacemos una recomendación a través de una guía que viene a decir, por ejemplo, que la virginidad no es un problema de salud y que esto no está contemplado en la cartera de servicios de Osakidetza, pero no es sólo decir que no, sino cómo decirlo, la manera de explicárselo a la persona que lo demanda. Por último, hacemos actividades de divulgación y sensibilización.

eitb.com: ¿Qué tipo de personas lo componen? ¿Existe una formación específica?
R.S.: Médicos, enfermeras, psicólogos, auxiliares de clínica y al menos un miembro externo al hospital. Todos hemos recibido formación en bioética, pero tiene que haber siempre como mínimo una persona con formación superior en bioética sanitaria. Nosotros somos trece personas, dos ajenas al hospital y una de ellas es ajena al ámbito sanitario, una persona con una sensibilidad especial para estas cuestiones y que mostró su interés y nos aporta una visión como usuario y como ciudadano muy interesante. De todas formas, todos estamos en esto de forma voluntaria, porque nos gusta, al fin y al cabo acabas dedicándole parte de tu tiempo libre.

eitb.com: ¿Cuáles son los casos más comunes que se les plantean?
R.S.: Son conflictos éticos que suponen decisiones difíciles para el profesional como cuando se encuentra con un paciente que se opone a un tratamiento que él sanitario cree indicado o que no quiere operarse o realizarse una transfusión por motivos religiosos o porque su proyecto de vida no lo contempla. El juramento hipocrático, el no hacer daño, ya no es suficiente, porque probablemente ahora hacer daño signifique seguir con el tratamiento cuando el paciente ha decidido que quiere tirar la toalla. Después de curar, queda cuidar y cuidar del paciente en sus últimos momentos es una de nuestras misiones más bellas, pero cuándo pasar del tratamiento a cuidados paliativos es una decisión muy difícil de tomar.

Los entornos al final de la vida suponen problemas difíciles de gestionar como la limitación del esfuerzo terapéutico, es decir, decidir si se continúa con un tratamiento o no. Hay veces en las que el paciente no se puede comunicar y el profesional sanitario tiene que actuar en el mejor interés del paciente, pero su opinión puede no coincidir con la de la familia o la propia familia está dividida…También se plantean conflictos ante rechazos a tratamientos, sobre todo de Testigos de Jehová, o dudas sobre situaciones con discapacitados. Pero hay guías elaboradas y los profesionales siguen esas guías y sólo acuden a nosotros con los conflictos más difíciles. Generalmente nos llegan casos de profesionales del hospital, de equipos sobre todo, pero también pueden consultarnos los pacientes a través del Servicio de Atención al Paciente.

eitb.com: ¿Qué son el principio de autonomía y el consentimiento informado?
R.S.: El consentimiento informado es la expresión del derecho a decidir del paciente. Es más que el papel que se firma, es todo un proceso de información que finalmente se ve reflejado en ese documento. En operaciones quirúrgicas y similares el consentimiento debe ser firmado por imperativo legal, pero toda actuación médica tiene que realizarse con consentimiento del paciente: éste siempre tiene derecho a decidir sobre su salud. Para poder decidir adecuadamente hay que informarle. No es cuestión de dar mucha información al paciente sino de darle la información fundamental para él. Además, no a todas las personas se les puede dar la misma información, hay que adecuarla a cada caso. Nos encontramos con casos de pacientes que, incluso después de firmar el consentimiento, llegan a la puerta del quirófano dudando y eso no debería ocurrir. Eso significa que antes alguien no lo ha detectado y eso es un problema nuestro y tenemos que solucionarlo.

El principio de autonomía es ese derecho a decidir sobre la propia salud, el derecho a rechazar un tratamiento, a pedir una segunda opinión, a conocer la historia clínica…Todo eso está recogido en la Ley de Autonomía del Paciente 41/2002.

eitb.com: ¿En qué se basan a la hora de elaborar informes o recomendaciones?
R.S.: Cada caso es único y se hacen necesarias valoraciones concretas. Los comités tienen una metodología que consiste en estudiar el caso con todo detalle para ver cómo se ha llegado al momento en que nos encontramos, identificar el problema ético y relacionarlo con uno de los principios fundamentales de la bioética: el de no maleficencia, el de beneficencia, el de autonomía o el de justicia. En cada caso cada principio tiene un peso diferente, pero casi todas las situaciones que se nos plantean están más relacionadas con el principio de autonomía. A partir de ahí, elaboramos un informe asesorando al profesional.

eitb.com: ¿Reciben los estudiantes de Enfermería y Medicina formación en este ámbito?
R.S.: Sí, esto ha cambiado y ahora todos tienen una formación básica, como mínimo. En el Hospital del Galdakao-Usansolo, además damos una formación a los residentes y a quienes realizan las prácticas de enfermería. Un miembro del comité organiza cada año para las promociones de los residentes que entran, un curso de introducción a la bioética de 12 horas que forma parte del programa de formación independientemente del área a la que entren. En ese curso siempre hay 4 plazas para otros profesionales.

eitb.com: ¿Los cada vez más rápidos avances médicos hacen imprescindible la labor de los comités de bioética?
R.S.: Las cosas cambian tan rápido que nos obliga a estar al día. Ahora es factible elegir el sexo de los bebés en las reproducciones asistidas, o que las personas seropositivas se hagan inseminaciones artificiales con lavados de semen, etc. A medida que surgen situaciones nuevas, tenemos que ir dando respuesta porque el que algo sea posible técnicamente no quiere decir que sea éticamente correcto. El paciente tiene derecho a decidir, pero creemos que no tiene derecho a solicitar un tratamiento no indicado, la indicación es del profesional. El paciente actualmente está mucho mejor informado y existe Internet, de manera que en ocasiones te solicita tratamientos que ha leído que se hacen en EE.UU., pero que aquí no se ofertan. Hay que estar preparado para todo.

eitb.com: ¿Cree que, al margen de la labor en el ámbito sanitario, es necesario un debate social en torno a la bioética?
R.S.: Sí, de hecho nosotros realizamos sesiones internas del comité, pero también hacemos sesiones para todos los profesionales del hospital y otras actividades para la población en general. El año pasado organizamos unas jornadas de cine y bioética y este otoño las repetiremos. La primera jornada estará dedicada al Alzheimer, la segunda a la multiculturalidad y la tercera a la seguridad, con la proyección de una película y un debate posterior con ponencias de expertos de cada materia.


http://www.eitb.com

30-4-2009