jueves, 16 de diciembre de 2010

La cosificación del asegurado.

El artículo de Aldo M. Santos Hernández Médico Especialista en Cardiología y en Medicina Familia "Servicios médicos: extremos en la evaluación de resultados" publicado en

http://medicablogs.diariomedico.com el pasado 1 de diciembre ,contiene elementos de reflexión bioética ciertamente interesantes desde la óptica del debate de la selección de riesgos en el seguro de vida y salud.Pues basar la técnica de admisión de riesgos exclusivamente en evidencias estadísticas deja fuera el papel de la medicina del seguro como garante del estudio integral de la persona en el ámbito de su salud y así el suscriptor de seguro de vida debe evitar la cosificación estadística del solicitante.

Es particularmente interesante algunos párrafos del citado artículo relacionados con esta reflexión,reproducimos algunos de ellos.

"Resulta indudable el extraordinario valor de las estadísticas en salud. De hecho, buena parte de “lo científico” de las ciencias médicas contemporáneas se le debe precisamente a esta herramienta. Sin embargo, cuando se le absolutiza con fines tecnocráticos o de trasfondo político-ideológico, asumiéndose como el único parámetro de evaluación de los servicios sanitarios, la persona concreta (tanto el sujeto-paciente como el sujeto-asistente) afronta el riesgo de resultar vulnerada en su individualidad y su subjetividad, puesto que sus intereses, necesidades e incluso sus derechos (información, autonomía, confidencialidad, objeción de conciencia, libertad profesional), están supeditados a la consecución a toda costa de determinadas cifras o indicadores".

"En tal contexto, el personal médico y paramédico recibe una enorme presión que le puede hacer percibir al paciente que tiene ante sí, no como a una realidad personal, esto es: un ser humano investido de una dignidad absoluta, sino como a alguien que eventualmente podría representar una inclinación favorable o no, de alguna tasa o índice estadístico (que será por lo que en último término se le evaluará la efectividad y la calidad de su trabajo). Este degradante reduccionismo, cosifica al paciente y deshumaniza la atención de salud al ser potencialmente generador de flagrantes abusos y de todo tipo de excesos".

José Miguel Rodríguez-Pardo del Castillo.