01/06/2009
Científicos del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) han desarrollado una terapia genética que permitirá crear células sensibles a la luz que, algún día, podrán utilizarse a nivel clínico para curar la ceguera.
Cuando esto se consiga, la retinitis pigmentosa, que es una ceguera hereditaria que consiste en que los fotorreceptores sensibles a la luz del sistema visual acaban muriéndose, podrá ser tratada. La terapia genética aplicada será capaz de generar células retinales fotosensibles y devolver la visión a los que padezcan este trastorno.
La clave de la curación radicaría en la canalrodopsina-2, una proteína sensible a la luz y derivada de las algas. El gen de esta proteína se puede modificar para que sólo se exprese en unos tipos específicos de neuronas. Cuando se administra al cerebro o a los ojos a partir de una terapia de genes, la proteína se instala en la membrana celular y se abre cuando se ve expuesta a la luz. Esto hace que los iones de carga positiva se dirijan a la célula, lo que provoca un mensaje eléctrico que se transfiere a la célula siguiente dentro del circuito.
Recientemente, los científicos han publicado un estudio que demuestra que las moléculas sensibles a la luz funcionan bien en monos. Además, tras nueve meses de pruebas, estos animales no mostraron ningún efecto adverso a la terapia.
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