Hace 20.000 años, coincidiendo con el último máximo glaciar, toda Europa estaba sometida a un período intenso de frío que hacía muy difícil la vida. A las poblaciones de la época apenas les quedaban dos opciones: o emigrar hacia zonas más cálidas o morir.
Uno de estos espacios calientes lo encontraron en el territorio comprendido entre el País Vasco y Cantabria, de donde surgió un linaje europeo propio con subtipos específicos.
Hasta ahora, los investigadores solo pudieron determinar este refugio, pero presuponían que podían existir más en el Mediterráneo.
En una nueva investigación internacional en la que también ha participado el investigador gallego Antonio Salas, lo han encontrado en el norte de Italia, donde los sapiens hallaron un territorio habitable hace 11.000 años.
En este entorno surgió una nueva variante genética, un linaje propio, el U5b3, que los pobladores del refugio expandieron posteriormente, en cuanto mejoraron las condiciones climáticas, a través de la costa del Mediterráneo, en particular, y a través del mar Adriático y el Tirreno hacia la Provenza francesa. Y, desde ahí, hacia la península Ibérica.
Uno de estos focos de expansión llegó a Cerdeña, de donde vino previamente de la Provenza, donde se generó un sublinaje, el U5b3A1, que se creó hace entre 7.000 y 9.000 años. La variante genética de la isla también alcanzó España. «Es un linaje poco frecuente en España, pero existe», corrobora Salas Ellacuriaga.
10/6/2009
http://www.lavozdegalicia.es