11/06/2009 LUIS ÁNGEL Rioja
En 2009 se celebra el 200 aniversario del nacimiento del gran naturalista inglés Charles Darwin y 150 de la publicación de su trascendental obra El origen de las especies, que abrió un debate universal, persistente, sobre la controversia del Génesis y el creacionismo, y la teoría evolutiva. Pero será también, ahora y en el futuro, el año de la presentación del proyecto de Ley sobre despenalización del Aborto, hasta las 13 semanas de gestación, por la Ministra de Igualdad, Bibiana Aído, que no sólo ha asumido la responsabilidad política que le corresponde como miembro del Gobierno de la Nación, sino que ha sido capaz de conceptualizar, de forma casi dogmática (y no debería ignorar que desde Voltaire el dogma como razonamiento no se admite), sobre uno de los mayores enigmas de la ciencia y la biología, las especificidades que entre los seres vivos tiene y definen al ser humano. El feto de antes o después de la decimotercera semana.
Hace unas semanas, el profesor Diego Gracia., Catedrático de Historia de la Medicina de la Universidad Complutense, y padre de la Bioética en España, pues no en vano, además de sus valores y capacidades es filósofo (de la escuela de Zubiri y el gran Ortega) y médico (donde tuvo de maestro al gran Laín Entralgo, al que sucedió en la Cátedra), dictó una excepcional conferencia en el Hospital Universitario Miguel Servet, sobre toma de decisiones en nuestro escenario sanitario. Extraigo para el lector, de su relato, unas observaciones antropológicas sobre el ser humano.
A menudo, y tanto de la observación de la vida real, como los documentales de naturaleza, nos sorprendemos al comprobar como un elefante, caballo, ternero o cordero, recién nacido, sea capaz a los pocos minutos de pisar la tierra de ponerse débilmente de pie, deambular inestablemente al lado de su madre, comparado con nuestra debilidad en esas funciones fisiológicas en los doce o dieciocho meses iniciales de nuestra vida. ¿Por qué? ¿ Motivos científicos y antropológicos?
Nuestra prematuridad es genética, por el predominio del tamaño de nuestro cerebro en relación del resto del cuerpo, en comparación con las otras especies. Y las medidas del canal de parto de la pelvis femenina humana exigen que para que el parto sea viable, la variable determinante sea el tamaño del cráneo, y por ello nuestra inmadurez en otras funciones y capacidades comparadas con otros mamíferos, que se desarrollan en el primer año o segundo año de vida, totalmente dependientes de la madre, como consecuencia de todas las potencialidades de nuestro cerebro humano. Y su tamaño a los 9 meses.
Se han invocado la capacidad de recordar, razonar, de tener conciencia de sí mismo, capacidad para el lenguaje, para el pensamiento abstracto y la formulación de hipótesis, de adelantarse al futuro próximo como mayor expresión de la inteligencia, de tener conciencia moral (distinguir lo que está bien y lo que está mal).
Y de todas estas capacidades y definiciones de grandes hombres, han surgido legados que permiten al ser humano disfrutar en esta vida (aunque no les llegue a todos por la propia condición humana) de hechos como la "Libertad de conciencia" de Serveto, del concepto de la Ética de Kant, de la libertad individual y dejar el vasallaje (Revolución francesa) y la Ilustración, los Derechos Humanos, la justicia y los estados de derecho, las formas de relacionarnos y gobernarnos en libertad, con la Democracia, la generalización del acceso a la educación y la protección de la salud, el "principio de autonomía" del individuo en la Bioética, etc., como logros y definiciones de mentes excepcionales.
Por ello, en este escenario de ciencia, pensamiento y logros, simplificar en plazos y 13 semanas de gestación, el hecho de no ser todavía un ser humano, versus los que creen y defienden lo es desde la concepción es poco riguroso (y atrevido o frívolo). En un reciente debate cientifico sobre esta controversia, recojo una definición de una brillante embrióloga, la Dra. Renée Reijo, y ahora que tantas personas hablan y teorizan sobre las células madres y su pluripotencialidad, apoyó la tesis de la existencia de un ser humano desde el momento de la concepción, bajo un razonamiento brillante. Tenemos un reto en la ciencia "Necesitamos comprender como una célula toma una decisión. De zigoto (óvulo y espermatozoide juntos) a ser humano". Cuando hace unos días Leire Pajín, con el eco de Trinidad Jiménez, ponderaba en un mitin electoral a Bibiana Aído, como la persona que pasará a la historia como defensora de la ley del aborto y su definición de la duodécima tercera semana como hecho diferencial entre ser vivo y ser humano, me permito respetuosamente como ciudadano y demócrata, a la vez que como médico impregnado del humanismo en mi profesión y del sentido social que bajo la solidaridad y compromiso hacia los semejantes ejerzo mi labor, que me produce profunda tristeza, que en el país de Don Santiago Ramón y Cajal (la mayor referencia mundial en el conocimiento de la estructura y funcionamiento del cerebro), coincidiendo con las celebraciones del nacimiento y aportación del padre de la teoría de la evolución, Bibiana Aído, pasará sin duda a la historia, pero no de la ciencia, sino de le aberración científica. Lo siento ministra, pero debe saber existen otros razonamientos y opiniones.
Posiblemente más sólidos que los suyos. Catedrático de Urología
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