lunes, 8 de junio de 2009

“El feto de 13 semanas también es un individuo de nuestra especie”


César Nombela



Santiago Mata

Catedrático de Microbiología en la Facultad de Farmacia de la Complutense, César Nombela nació en 1946 en Carriches (Toledo). Colaborador de Severo Ochoa, dirige la Fundación que lleva el nombre del fisiólogo Nobel y de su esposa Carmen. Es asesor de Bioética de la UNESCO y desde 2007 miembro del Comité de Bioética, que debe opinar sobre la Ley del Aborto. Para él, es contraria a la ciencia.

¿La ciencia dice cuándo empieza la vida?

El cigoto es una entidad biológica nueva, distinta de los gametos, que no existiría sin la fecundación y que supone el inicio de la vida de cada individuo de la especie. Las evidencias científicas se han ido perfilando desde hace dos siglos. Son cuestiones objetivables, que nadie puede discutir.

¿Y qué dice sobre asociarle una dignidad?

La ciencia muestra que la vida de cada individuo comienza con la concepción y que es un proceso continuo, que no hay nada más que marque un antes y un después. El individuo no existiría sin esa fecundación. A mucha gente le puede costar dar a ese comienzo el mismo valor que a un feto de 14 semanas o a un recién nacido o a un adulto, pero la ciencia muestra de manera inequívoca que ese proceso continuo ha dado lugar a la vida de todos nosotros.

La gente que no lo acepta, ¿es porque ha encontrado un hecho distinto a la vida que le añade dignidad, o porque no quiere limitar su libertad?

Siempre ha habido quienes han querido dominar sobre la vida. El concepto de dignidad va muy ligado al de autonomía de cada cual, que es uno de los atributos de esa dignidad y del ser humano como sujeto de derechos. Hay corrientes bioéticas como la de Peter Singer que proponen que a la vida humana no se le atribuya ningún valor especial. Cifran el valor en la capacidad de sentir o de sufrir.

¿Qué pasa con las etapas embrionarias y fetales?

Algunos han venido a proponer que el embrión humano no merecería consideración especial hasta que alcanzara la suficiencia constitucional, que es un concepto más filosófico que científico, y por tanto nunca son capaces de señalar en qué momento se adquiere, mientras que la ciencia se atiene a hechos concretos que pueden tener una dimensión claramente marcada de tipo espacio-temporal. La suficiencia constitucional se produciría en una etapa avanzada de la vida fetal, y no en la vida embrionaria.

¿Y eso está al margen de la ciencia o en contra?

Eso lo desmiente la ciencia, al probar que la vida es un proceso continuo, donde lo único que marca un antes y un después es el inicio, porque ahí tenemos configurada una realidad biológica nueva, con una dotación genética propia del individuo que nacerá en el futuro. Y el resto es desarrollo, inclusive un acontecimiento como la anidación puede ser un acontecimiento importante, pero la vida individual ya existe. Los hechos científicos son incontrovertibles. Pero por la resistencia que algunos tienen al mundo de los valores, hasta se resisten a llamarlo humano y esto ya chirría mucho.

¿Por ejemplo Bibiana Aído?

Cuando una ministra, con una falta clara de recursos, incluso expresivos, dice que esto es un ser vivo pero no es un ser humano, la pregunta es: ¿A qué especie pertenece? Todo ser vivo pertenece a alguna especie biológica, en este caso el homo sapiens sapiens. Es obvio que no puede pertenecer a ninguna otra, pero esa resistencia a llamarlo humano existe también en muchos científicos, no solamente en ministras con una preparación nula en este terreno. Lo llaman ser fetal, ni siquiera ser fetal humano.

El llamado ‘Contramanifiesto’ afirma que la ciencia no puede establecer cuándo comienza la vida de un ser humano...

Como científico, me he sentido muy decepcionado por mis colegas, porque les pediría que digan cuándo comienza en su opinión, puesto que la ciencia sí nos dice que usted y yo somos seres humanos y también nos dice cómo nos hemos desarrollado a través de dos gametos, y cómo es ese proceso. Entonces la ciencia debería decir algo sobre cuándo existe el ser humano. Estoy de acuerdo en que concederle valor y derechos es cosa de otro ámbito, pero reclamo que la ciencia nos sirva para objetivar y fundamentar ese ámbito de valores.

¿No es un poco tarde para cientos de miles de embriones congelados?

La ley dice que es conveniente crear embriones sobrantes para emplearlos en investigación. Las actitudes de dominio de la vida humana no sólo han afectado al embrión, sino también al ser humano desarrollado. Ha habido mucha gente que ha considerado que el ser humano puede ser prescindible. La corriente bioética de Peter Singer dice eso, que un niño incapacitado de cinco años puede ser eliminado, en cambio un cerdo debe ser transportado con un mínimo de confort. Es coherente con sus presupuestos.

¿No se siente incómodo teniendo que decir a la sociedad: ‘Esto que haces está mal’?

Mi postura es más difícil, pero en España por lo menos la mitad de la sociedad es antiabortista. Y en Estados Unidos, con una tradición de aborto de muchísimos años, la última encuesta Gallup documenta un 51% de personas pro vida, frente a sólo un 40% de personas pro choice (partidarias de que se pueda elegir el aborto), eso es un dato interesantísimo de las últimas semanas. Antes no era así. En nuestra sociedad puede prender la postura de quienes reclamamos que el ser humano tiene derechos, y que los tiene también en su etapa de nasciturus, y que no es incompatible con un deseo de mejorar la salud, con una práctica médica de progreso y de avances.

¿Trata de reabrir un debate?

En España se dice que la discusión sobre el aborto se cerró en 1985 y que ahora estamos discutiendo sólo sobre qué forma de aborto. No señor. En España sigue abierto el problema, porque hay una mayoría o una fracción muy importante de la sociedad, que es por lo menos la mitad, que nos oponemos al aborto.

¿Pretende imponer su postura?

Nuestra propuesta no es de prohibición: Frente al derecho de aborto proclamamos el derecho a vivir. Frente al derecho a matar un feto que se desarrolla en el vientre de una madre, proclamamos el derecho de esa madre a serlo, a completar su gestación. Estamos proclamando derechos positivos, no prohibiciones.

¿Se ve como los abolicionistas de la esclavitud del siglo XIX?

Sí, es evidente que ha habido muchas situaciones en las que al ser humano se le han negado derechos. Ahora se le trata de negar con carácter general el derecho a nacer a mucha gente. Cuando el individuo de nuestra especie alcanza las 14 semanas y un día, la ministra Aído le dice: Usted ya tiene derecho a vivir. Si no ha alcanzado las 14 semanas, su madre puede acabar con su vida. ¿Por qué?



http://www.cope.es/familia/07-06-09