JAIME PRATS 13/06/2009
En sus dos nanómetros de ancho (apenas una milmillonésima parte de un metro), la doble espiral que forma el ADN alberga buena parte de las claves de enfermedades hasta ahora incurables. La información que contiene esta molécula representa una extraordinaria fuente de conocimiento y posible explotación comercial para explorar aspectos relacionados con el origen de la enfermedad, su desarrollo, tratamientos o posibilidades de curación.
De ahí la importancia de los bancos de ADN, que representan una excelente fuente de materia prima al servicio de la nueva medicina, una disciplina que gira en torno a la biología molecular y que se apoya en dos grandes pilares: la genética y la bioquímica. Pero las esperanzas de la ciencia médica no sólo están puestas en esta molécula helicoidal. También en las colecciones que almacenan muestras de biopsias, suero, células, plasma, orina. España se está convirtiendo, gracias a su sistema sanitario integrado que es modelo para el resto del mundo, en un proveedor potencial de amplios muestrarios a la comunidad y la industria científica, en un capítulo de I+D en pleno crecimiento.
Los investigadores necesitan miles de estas muestras de calidad para sus trabajos. Y no es fácil obtenerlas: hay que tener perfectamente caracterizado al donante y conseguir su colaboración para que done su sangre, orina, líquido sinobial, amniótico, muestras celulares o cualquier otro material biológico científicamente relevante. Las entidades que sirven de puente entre los pacientes recogen y procesan el material y lo ofrecen en las mejores condiciones a los investigadores: son los biobancos. "Sin ellos, la investigación se detendría", destaca Manuel Morente, de la red de bancos de tumores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas.
Estos organismos han ido proliferando en España a lo largo de los últimos años a pesar de que carecen de un paraguas legal específico. Es cierto que la Ley de Investigación Biomédica de 2007 dio un primer paso, pero la regulación definitiva vendrá de la mano del real decreto que ultima el Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Ciencia e Innovación. En él se establecerán los requisitos de autorización de los biobancos, se garantizará su carácter no lucrativo, se marcarán las reglas del juego con la industria farmacéutica y se establecerán los pilares para la creación de un registro nacional. En suma, se pondrá orden en las colecciones de muestras biológicas humanas que existen en España.
La utilidad de esta herramienta de trabajo está más que demostrada. La referencia europea en este nuevo enfoque en la investigación hunde sus raíces en el Janus Bank noruego, que comenzó a recoger muestras en 1973 y que almacena una cifra cercana al medio millón de viales de suero sanguíneo de 330.000 personas. El proyecto fue posible gracias al apoyo de la Sociedad Noruega contra el Cáncer. Los cientos de miles de participantes han donado entre 1 y 13 muestras cada uno y el número de casos de tumores ha pasado de cero en 1973 a 50.000 el año 2005, lo que ha facilitado una abundante información que se ha traducido en medio centenar largo de artículos y avances en el conocimiento del cáncer de tiroides, útero, mama o cervical, entre otros.
Más recientemente, algunas de las pistas sobre el comportamiento de la nueva gripe han venido de la mano de colecciones de suero estadounidenses. Un estudio hecho público por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta (EE UU) hace un mes ha detectado anticuerpos al H1N1 en personas nacidas antes de 1957, de lo que deduce que en la población por encima de los 53 años "hay algún tipo de protección".
Esta nueva forma de investigar, caracterizada no sólo por el enfoque de la biología molecular, sino por el trabajo en red y la utilización compartida de muestras, está calando entre los investigadores españoles. Sin embargo, hacía falta una norma que aclarara cómo moverse en este nuevo escenario con seguridad. "Estamos pasando de la investigación individual a la colectiva y la mayoría de los que trabajamos con muestras biológicas tenemos ciertas lagunas sobre el marco legal actual", admitía hace unos meses el reumatólogo del hospital 12 de Octubre José Luis de Pablos, en una reunión de Grupo de Trabajo de Medicina Individualizada en Reumatología.
El real decreto que prepara el Ministerio de Ciencia y Tecnología, cuyo desarrollo se ha priorizado, pretende acabar con esta incertidumbre, definir con claridad el campo de juego y arrojar luz sobre estas particulares despensas de material biológico.
A día de hoy se desconoce el número exacto de las colecciones que hay en España. "Debe haber cientos, en torno a un millar", indica José Jerónimo Navas Palacios, director del Instituto de Salud Carlos III. Las más numerosas son las almacenadas en los laboratorios de anatomía patológica de los hospitales. Sólo en un centro como La Paz, en Madrid puede haber un millón de muestras guardadas en parafina, a razón de 30.000 nuevas anuales.
Sin embargo, no es lo mismo un simple almacén de muestras que un biobanco. Este último "más allá del lugar físico, es un concepto", comenta José Jerónimo Navas. "Es un modo de coleccionar, obtener y distribuir muestras de origen biológico que deben cumplir con determinados criterios".
¿Cuáles son los requisitos que distinguen a estos sofisticados almacenes del resto de colecciones? Básicamente, deben cumplir tres condiciones. Por un lado, debe haber un escrupuloso control del consentimiento informado de los pacientes o de la población sana a la que se solicitan sus muestras. Además, la institución que las guarda ha de cumplir escrupulosamente con la ley de confidencialidad de datos. La muestra va acompañada de un extenso historial personal y clínico del donante de gran relevancia médica que ha de ser anónima. Y, por último, los biobancos deben contar con instrumentos de gestión y supervisión científica y ética.
Además, el borrador del decreto establece que estas entidades, sean públicas o privadas, deben de carecer de ánimo de lucro y tener "vocación de servicio público". Junto a ello, consagra la gratuidad de las donaciones, en línea con la legislación española. Hay países en los que se puede vender sangre e incluso órganos. En España sólo se contempla la posibilidad de recibir una remuneración por el pelo. Ni la cesión de semen u óvulos se considera venta, a pesar de que se paga unos 40 y 1.000 euros en cada caso en concepto de compensación. Así, por ejemplo, el Banco Nacional de ADN sólo cobra un euro por una muestra genética a un organismo público y 1,54 si se trata de una entidad privada.
¿Cuántos biobancos se ajustan a estos requisitos en España? Estrictamente ninguno, ya que aún no se ha publicado el real decreto. Por eso, "hasta ahora se puede decir que no hay más que colecciones de muestras", indica José Jerónimo Navas. Sin embargo, algunas de ellas tendrán más fácil biobanquizarse que otras, es decir, afrontarán menos problemas a la hora de ajustarse a los criterios que establecerá la normativa ya que se han puesto en marcha bajo una filosofía similar. El responsable del Instituto de Salud Carlos III estima que unas 40 entidades encajan en esta categoría.
Entre ellas está el Banco Nacional de ADN, puesto en marcha en 2004 por la Fundación Genoma España, estructurado en torno a cuatro grupos de enfermedades: cardiovasculares, metabólicas, neuropsiquiátricas y oncológicas, además de personas sanas que sirven de control. "Nuestra misión consiste en facilitar la investigación y acelerarla", comenta su director científico, Alberto Orfao. Cuentan con 30.000 muestras almacenadas, y un flujo de actividad constante. "A lo largo de 2008 obtuvimos 10.000 muestras y servimos a los investigadores 6.000", relata. "Y en lo que va de año hemos duplicado el ritmo en los dos aspectos".
Otro de los centros de referencia es el biobanco de muestras del virus de sida situado en el hospital Gregorio Marañón de Madrid, único en el mundo de estas características. Entre sangre, ADN, plasma o biopsias, almacena unos 50.000 viales. El ADN y el plasma sanguíneo se guardan en congeladores a una temperatura de -86 grados mientras que las células se mantienen en tanques de nitrógeno líquido a -190. En la recogida de muestras trabajan 23 hospitales de 13 comunidades autónomas.
Otra institución destacada es el hospital Clínic de Barcelona- Institut d'Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS), que coordina colecciones de enfermedades metabólicas (diabetes, obesidad y dislipemia), enfermedad inflamatoria intestinal (colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn), oncología gastrointestinal y pancreática, enfermedades psiquiátricas (esquizofrenia, depresión, trastorno bipolar) o medicina maternofetal (muestras de casos con complicaciones en el embarazo o malformaciones fetales).
Todas ellas podrán solicitar inscribirse en el Registro Nacional de Biobancos para Investigación Biomédica. Este listado oficial es otra de las novedades que establece la normativa que pretende con ella "facilitar a la comunidad científica acceder al material que albergan" y servir además de "medio de control".
Al margen de estos aspectos más organizativos y administrativos, la norma tendrá efectos en la forma de trabajar de la industria farmacéutica, que "no podrá ir directamente al paciente a recabar muestras", como señala José Jerónimo Navas Palacios. "Si una industria farmacéutica necesita muestras, primero tendrá que presentar un programa científico y firmar un convenio con biobancos". Pero, además, los impulsores de la norma confían en que las garantías y la claridad que establece el real decreto sirva de acicate para el desarrollo de nuevas parcelas de negocio relacionados con los biobancos y vinculados a la innovación y el desarrollo.
Los almacenes de muestras requieren sistemas robóticos para el archivo de las muestras, desarrollo de aplicaciones informáticas especializadas en la gestión de estos archivos o técnicas de análisis y purificación de las muestras. Y ya hay empresas que se están situando en este nuevo escenario. Un ejemplo de ellos es la firma Cryobiotech, surgida como spin off de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Sevilla y especializada en crioconservación. Cryobiotech participa con al Banco Nacional de ADN en un proyecto europeo junto con otros 15 socios.
Precisamente el horizonte europeo es otro de los retos que tienen los biobancos. La normativa que prepara el Ministerio de Ciencia e Innovación pretende acabar con la diversidad derivada de las iniciativas aisladas impulsadas por las comunidades autónomas e impulsar las redes nacionales para ganar en eficiencia. Pero aún queda coordinar los esfuerzos en el ámbito continental.
Para ello, la Unión Europea puso en marcha el año pasado el Biobanking and Biomolecular Resources Research Infraestructure (BBRMI) con la intención de crear un catálogo de los biobancos existentes en Europa e investigar la mejor manera de integrar los existentes en una misma red. Este organismo cuenta con 54 instituciones participantes, entre las que se encuentran cuatro españolas: el Instituto de Salud Carlos III, el Banco Nacional de ADN la Fundación para el desarrollo de la investigación en Genómica y proteómica y la empresa Vitro, SA. Todas ellas participan en el consejo de gobierno, organismo encargado de marcar la estrategia de la organización.
Bancos en España
- Banco Nacional de ADN. Cuenta con 30.000 fondos de cuatro enfermedades: cardiovasculares, metabólicas, neuropsiquiátricas y oncológicas. El Nodo Central está ubicado en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca.
- Biobanco de VIH. Coordinado desde el hospital Gregorio Marañón de Madrid, almacena 50.000 viales. Es el primero del mundo dedicado específicamente a esta enfermedad.
- Banco del hospital Clínic de Barcelona- IDIBAPS. Almacena muestras de enfermedades metabólicas, enfermedad inflamatoria intestinal, oncología gastrointestinal, enfermedades psiquiátricas y complicaciones de embarazo.
- Biobanco de Fracaso Renal Agudo. Situado en el hospital Ramón y Cajal de Madrid.
- Banco Nacional Renal. Coordinado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Alcalá de Henares.
- Biobanco Vasco para la Investigación (O+Ehun). Primer biobanco de España que acoge en una misma entidad muestras de células tumorales, de ADN, de tejidos y de cerebros.
- Banco de Muestras Biológicas de Enfermedades Raras. Forma parte de un consorcio público impulsado por el Instituto de Salud Carlos III. Está situado en Valencia y colabora con el hospital La Fe.
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