Capítulo 6 Intervinientes en la definición y medida
del riesgo
6.1
Introducción
Los
tres niveles de principios éticos: individual, social y global nos sirven para
analizar el conflicto que emerge en el proceso de medida de un riesgo asegurable.
En cada nivel ético, identificamos elementos que merecen conciliar los
principios éticos con la ciencia del seguro privado.
Proponemos
hacerlo, desde el papel que tiene asignado
cada actor que interviene en el proceso de aseguramiento, así explicitamos
mejor la necesaria perspectiva ética de un territorio- el precio de un riesgo-
que ha sido colonizado por la técnica estadística y computacional. Así conseguiremos que la ciencia del seguro,
recupere la capacidad de abstraer,
pues incorporaremos el juicio crítico en las decisiones finales de la medida de
la contingencia asegurable.
Nos
encaminamos hacia un ecosistema del riesgo, donde disminuye de manera
precipitada la incertidumbre, y como dice Diego Garrocho ( obra citada), si los
modelos probabilísticos en proyecciones asintóticas nos devolviernan certezas, entonces no
habría riesgo y sin riesgo no hay miedos
y por lo tanto sería imposible la práctica actuarial
6-2 El tomador-asegurado
Identificamos
tres elementos que debemos tener presente en el binomio ético-riesgo al observar al asegurado que está sometido a un
riesgo que ha decidido eludirlo mediante un contrato de seguro. Elementos como
la asimetría de información y el riesgo moral forman parte de la cultura
aseguradora clásica, veamos los tres elementos:
-El llamado comportamiento personal que
hace diferenciar el concepto de riesgo del de incertidumbre, en este segundo
caso se incorporan sesgos cognitivos personales donde el asegurado percibe el
riesgo con mayor o menor intensidad. Esto supone los modelos de precios más
actuales incorporen variables de comportamiento personal. En el capítulo de
riesgo e incertidumbre ya hemos dado cuenta de este fenómeno.
-La conciencia moral individual en su
condición de consumidor de seguros privados.
La
educación o cultura en materia de protección de seguros incorporados en los
programas de formación en edad escolar o
en su entorno familiar, contribuye al conocimiento de los riesgos, lo que
permite que el individuo cuando quiere acceder al seguro privado tenga una
percepción simétrica del riesgo de la que pueda tener el asegurador.
Este
elemento de percepción sobre el riesgo guarda relación con lo que el matemático
John Allen Paulos denomina como innumeracy (anumerismo) o incapacidad innata
para comprender estadísticas y aplicar sutilezas matemáticas a la vida
cotidiana, según refiere Sergio Parra en La probabilidad de la improbalidad: El
riesgo de morir en una escalera. Jot Down El País número 11 Agosto 2016. En
este artículo el autor advierte que los medios de comunicación pueden
amplificar los miedos haciéndonos pensar que vivimos en un mundo inseguro. Pero
la realidad numérica es la contraria, Marc Siegel de la Universidad de Nueva
York en su libro False Alarm: The Truth About the Epidemic of Fear señala que:
Estadísticamente el mundo industrializado nunca ha sido más seguro que ahora.
Muchos de nosotros vivimos más y con menos incidentes que nunca. Sin embargo,
vivimos los miedos del peor de los casos.
Llegados
a este punto, aprovechamos para introducir un término como es el precio de la tranquilidad de conciencia,
esto es, por mucho que la realidad objetiva de un riesgo disminuya y a esto
contribuya la revolución tecnológica como veremos más adelante, siempre
existirá en el sujeto que está expuesto al riesgo una percepción de que el
seguro es necesario para su tranquilidad cotidiana. Incluso nos podemos atrever
a afirmar que se le puede poner precio como
diferencia entre lo que el cliente cree que debe pagar por un riesgo y
el precio de las condiciones objetivas sin sesgos de este riesgo.
Recordemos la
famosa pirámide de "jerarquía de necesidades de Maslow " donde se dice que después de satisfacer las necesidades físicas, la prioridad siguiente son las necesidades de
seguridad, estas abarcan diferentes ámbitos de nuestra vida como: La seguridad
personal, la seguridad financiera; la salud y
el bienestar. Podríamos utilizar
una expresión muy actual en ciencias sociales y de la salud, la de los
estresores de la vida como vectores que determinan el aseguramiento de un
ciudadano en las contingencias a las que está sometido.
Un análisis complementario al anterior,
es conocer los factores que determinan
la demanda del seguro y así perfilar al individuo que busca en el seguro privado
transferir o al menos mitigar su percepción del riesgo. Estos factores de demanda nos aportan también
elementos, al menos indiciarios, de las variables que pueden conformar el
precio del seguro. Algunos de estos factores pertenecen a la familia de los
elementos calificados como de comportamiento que se diferencian de las
variables que en sentido estricto son considerados como de riesgo. Estos
modelos econométricos que han demostrado su robustez en los resultados
propuestos en todas las modalidades de seguros y para los principales mercados
aseguradores, los analizaremos en el capítulo de nuevas variables y modelos del
riesgo.
Una
visión muy acertada sobre el riesgo personal,
la realizó en un artículo titulado
acerca del miedo escrito a
sus 56 años de edad por la escritora barcelonesa Laura Freixas (
Freixas, L. El miedo, Jot Down ,septiembre 2016, nª12) es un magnífico ejemplo
de cómo se puede percibir el riesgo desde una posición personal, dice así:
Ahora mis miedos son miedos burgueses estándar, previsibles, los miedos de todo
el mundo. En forma de círculos concéntricos. En el más interior estas los
miedos a cosas que nos puedan suceder por azar, directamente el cáncer, el
accidente de coche, el incendio, el alzheimer…que podrían sobrevenirme a mí, a
mi familia, a mis amistades más cercanas, u círculo de unas pocas decenas de
personas. El segundo círculo, intermedio, es una zona de miedos muy
amortiguados; la zona en la que caen aviones cuyos pasajeros yo podía conocer a
alguno, pero a la hora de la verdad no los conozco. Y después, están los
grandes miedos vagos. Que se desate una inflación galopante que nos arruine a
todos. Que el cambio climático nos inunde, nos mate de sed o de calor. Y sobre
todo un miedo histórico, la llegada de los bárbaros. Y continua más adelante es su artículo: La
incertidumbre, que genera angustia no suele llegar a término. Cuando la
incertidumbre es total solo se puede vivir el momento presente.
El
artículo, es una descripción magnífica de cómo el incertidumbre influye en la
percepción del riesgo, y recuerda, en su última referencia, al ensayo de John
Marinal Keynes titulado Las posibilidades
económicas de nuestros nietos (1930) (Keynes J.M. Ensayos de persuasión,
Barcelona, 1988. Ed Crítica) se
dice que: La avaricia es un vicio, que
la práctica de la usura es un delito y el amor al dinero es detestable, que
aquellos que siguen verdaderamente los caminos de la virtud y la sana sabiduría
son los que menos piensan en el mañana. Una vez más debemos valorar los fines
por encima de los medios y preferir lo que es bueno a lo que es útil.
Honraremos a todos cuantos puedan enseñarnos cómo podemos aprovechar bien y
virtuosamente la hora y el día, la gente deliciosa que es capaz de disfrutar
directamente de las cosas, los lirios del campo que no trabajan ni hilan.
Entre
ambas reflexiones encontramos un elemento común, la despreocupación por el
mañana bien porque la incertidumbre es total, bien porque es un camino
virtuoso, y en ambos casos un desapego al dinero, podemos refrendar que la
percepción de proximidad al daño está condicionada a la realidad vital de cada individuo en cada momento del
tiempo. Esta visión de desapego pudiera
ser consecuencia también de un proceso de aseguramiento, aunque fuera
sobrevenido.
Podríamos
incluir en este epígrafe la información publicada en las distintas redes
sociales, donde el individuo de manera voluntaria incorpora datos de naturaleza
personal. En este contexto las técnicas de análisis de datos conocidas como big
data construyen algoritmos que son utilizadas para medir el riesgo de un evento
asegurable, capturando lo que se ha dado a conocer como la identificación de la
huella digital del usuario. El análisis de la información que el
individuo aporta en foros, blogs, grupos de discusión y apoyo, permite conocer
las percepciones, comportamientos,
miedos y actitudes frente a un riesgo y modelarlo cuantitativamente.
Los
modelos resultantes del uso de estos datos de la red, suponen en sí mismo un
reto ético, pero además suponen una homogeneización de modelos y resultados lo
que deriva en la profundización hacia la cosificación del asegurado o reducción
del la persona a un mero índice estadístico. El uso generalizado de algoritmos
de comportamientos con datos de la red, está planteando dudas sobre la interpretación
de los resultados, pues al categorizar a las personas según comportamientos
homogéneos resulta la oferta de productos, servicios sobre modelos predictivos
se uniformizan lo que contribuye a una pérdida de diversidad consustancial con
el ser humano, y por otro lado comportamientos fuera de la categorización de
los modelos, es considerada no favorable y por tanto queda fuera de la oferta
comercial de productos.
-Comportamiento de manada
Este
comportamiento es más explícito en el negocio bancario que en el seguro, en
ocasiones el consumidor de servicios financieros adopta comportamientos
grupales ante un evento. El efecto contagio, no tanto de riesgos, sino de
comportamientos podría aflorar en situaciones de estrés financiero en producto
de ahorro de seguros de vida, en rescates masivos o en situaciones de falta de
liquidez donde el asegurado tuviera garantías de anticipo (préstamo sobre la póliza) en aquellos
mercados donde hay cultura de uso de este valor garantizado incluido en la
póliza.
Algunos
pensadores como López Ibor sostienen que
es difícil en verdad que en el
hombre masa crezcan valores éticos, en el comportamiento que llamamos
manada, no es tanto un comportamiento no moral sino más un efecto contagio no
racional, y es que el ser humano tiende hacia la mimetización por observación
de las conductas personales, utilizando una expresión inglesa go with the flow, esto es, dejarse
llevar por la corriente dominante. El mismo Pareto sostenía que muchas veces la
gente no tomaría individualmente decisiones que colectivamente no le importa
tomar.
La
medida del riesgo tradicionalmente ha adoptado una visión nominalista, es
decir, le confiere realidad observable del riesgo al individuo y no a sus a las
relaciones y al conjunto., esta aproximación le ha resultado útil, pues ha aportado resultados técnicos razonables a
lo largo de la historia, y además como
desde la ética se considera al individuo como depositario de la vida moral,
no ha habido conflicto en tal sentido.
La ciencia actuarial y la antropología están
mirando hacia los comportamientos grupales, donde el cuerpo social, como dice
Celia Amorós en la Aventura de la moralidad, puede ser el sujeto de la vida
moral o por el contrario son las partes orgánicas que componen el todo.
Mientras se resuelve este nuevo dilema,
es cierto que hay avances prometedores para ver la realidad grupal del
riesgo observable desde la posición actuarial donde se requiere una nueva
hermenéutica del riesgo.
Algunos de los elementos que propician cambios en el
comportamiento del consumidor en su relación con el seguro.
-La aversión al
riesgo y a las pérdidas. Esta variable es la más intuitiva para entender la
diferencia entre riesgo incurrido e incertidumbre percibida por el decisor que
se acerca al seguro para obtener cobertura.
- La percepción
del valor del producto comprado, que difiere del precio pagado por el mismo. El
experimento realizado por Payne en el cual se planteaba la mortalidad de
forma positiva (“Vivir hasta los X años”) y por otro lado de forma negativa
(“Morir a los X años”) y encontró que las opiniones de la gente variaban en una
media de 10 años según como hubiese sido ejecutada la pregunta.
(JONH W. PAYNE; 2013. Life Expectancy as a Constructed
Belief: Evidence of a Live-to or Die-by Framming Effect. Journal of Risk and Uncertainty).
- Impacto
emocional, a la hora de la toma de la decision en relación con el contrato del
seguro, de hecho empieza a ser habitual en los modelos predictivos más
avanzados la incorporación de variables psicosociales.
- Incentivos de
autocontrol, en el caso de los seguros de ahorro las penalizaciones que manera
explícita se establecen en los contratos pueden servir de elemento regulador de
la propensión a la caída, o el caso de franquicias, carencias, limitaciones en las
coberturas...
- La
reputación de la empresa, en este caso el efecto puede ser circulo de la
muerte, es decir el mero hecho de que los clientes rescaten de manera masiva
puede propiciar que la reputación de la empresa se vea perjudicada lo que a su
vez deriva en mayores tasas de rescates....
- La complejidad del producto y su nivel de
entendimiento. El cliente tiende a la comparabilidad de productos de alguno
similar y según sea el entendimiento objetivo o no del mismo así será el
comportamiento del asegurado-consumidor.
- La
contabilidad mental del consumidor que establece sus presupuestos personales
económicos
- Los sesgos
que provocan en los diferentes aspectos contractuales derivan en la asimetría
de la información de la medida del riesgo y cabe preguntarse si este
comportamiento es medible y por lo tanto objeto de cobertura y si este puede
ser diversificado o mitigado. Con respecto a la posibilidad de la medida del
comportamiento, muchas veces no racional, la ciencia estadística actuarial
posee técnicas que mediante el uso intensivo de variables y datos unidos a capacidad de computación
permite crear algoritmos con suficiente capacidad predictiva como para ser
incorporado en los procesos del negocio.
En el caso de la propensión al rescate este
riesgo es considerado como crítico por parte de la industria del seguro así lo
acredita un estudio de la SOA ( Sociedad de Actuarios de América) en una
encuesta realizada en 2012 y en Europa ,en el QuantitativeImpactStudy 5 (QIS5)
para la nueva regulación de Solvencia II identificó el rescate como el mayor
riesgo dentro de los riesgos de suscripción de vida( Antía Caamaño Alonso, Variable Annuities Concepto y modelización de
las causas de rescates mediante regresión logística . TFM Máster en Ciencias
Actuariales y Financieras ,julio 2015)
Es interesante
conocer las conclusiones del estudio de la encuesta (ModelingofPolicyholderBehaviour for LifeInsurance and
Annuity Products. A Survey and LiteratureReview. SOA y PwC) elaborada
por la SOA ( Sociedad de Actuarios de América) junto con actuarios de la
consultora PwC a aseguradoras americanas
indica que:
·
El
60% de las compañías que respondieron la encuesta opinan que los tomadores
actúan con una eficiencia financiera neutral
·
Otro
26% opina que actúan de manera muy eficiente
·
Un
8% no consideran para nada la racionalidad del consumidor a la hora de
establecer hipótesis
·
Un
3% considera que no son para nada racionales
Es en los seguros
de ahorro de vida donde la industria del
seguro ha desarrollado el concepto de Comportamiento
Dinámico del Tomador que el terminología
anglosajona se denomina Dynamic Policy Holder Behavior ( DPHB). Concepto muy a
tener en cuenta de cara a la valoración de Opciones y Garantías (O&G) y que son necesarios para evaluar
probabilidades de rescates totales o parciales, cambios de fondos, incrementos
de primas o incluso en las tasas de conversión de la opción de capital o rentas
en aquellos productos donde así se contemple.
La importancia de este elemento nos la aporta
un estudio de estudio de la Universidad de St. Gallen (Suíza) revela que de 56
artículos de investigación sobre los rescates en pólizas de vida, 49 de ellos
fueron escritos a partir del año 2000 ( Antía
Caamaño Alonso, Variable Annuities Concepto y modelización de las causas de
rescates mediante regresión logística . TFM Máster en Ciencias Actuariales y
Financieras ,julio 2015).
Ciertamente
tratar de identificar y modelar el comportamiento del consumidor no es una
tarea sencilla si nos referimos a DPHP. Un estudio de SOA y PwC interrogó a las aseguradoras sobre los principales obstáculos que se han
encontrado a la hora de intentar modelizar el DPHB y las respuestas fueron las siguientes:
Fuente: SOA & PWC. Modeling of Policy Holder Behavior for
LIfeInsurance and Annuity Products
La ciencia
actuarial comienza a distinguir entre dos tipos de rescates ,según sea la
racionalidad o no de la toma de decisión de cancelación del contrato, así
diferencia:
- Base lapses si el rescate se debe a un a aquéllos comportamiento
irracional y
-Dynamic lapses
en el caso de que la cancelación sea debido a
un comportamiento racional.
José Miguel Rodríguez-Pardo