Capítulo 2 Principios de ética
La
medida de un riesgo asegurable en el escenario económico globalizado en el
siglo XXI donde las metodologías y
capacidad de análisis no tienen
precedente en la historia del seguro, necesita un contraste con los postulados
éticos. Sin tener la pretensión de calificarlos cómo universales, al menos, si
sean compartidos por la sociedad a la que sirve el seguro privado.
La tarea del
abordaje de la ética en el seguro tiene múltiples aspectos y es por ello por lo
que pondremos el foco en el elemento nuclear del seguro, que no es otro que el
riesgo y su medida, donde la máxima de Pitágoras de que el mundo está
construido sobre el poder de los números, parece haberse hecho realidad en este
inicio del tercer milenio.
Recurrimos al
origen etimológico de la palabra ética, término que viene de las palabras
griegas êthos y éthos, que se refiere a “morada” o “lugar donde se habita”, la
acepción de la palabra ha ido evolucionado en el tiempo como dice Carlos Gómez
( Gómez C, Muguerza,J, La Aventura de la Moralidad ( Paradigmas, fronteras y
problemas de la ética. 2007, Alianza Editorial) hacia la consideración de ética
como el lugar desde el que se vive, esto es, las disposiciones fundamentales
del hombre en la vida, el carácter. La traducción del griego al latín de éthos
se recogió con el término mos, del
que proviene la palabra moral.
El
comportamiento ético, ha sido materia de interés tanto desde la visión
religiosa como la secular, Aristóteles en su Ética a Nicómaco ya nos habla de
la justicia como el intercambio de iguales por iguales. Otros pensadores más
cercanos en el tiempo también se han ocupado de la moralidad de los negocios,
Adam Simith, David Hume, John Stuart Mill, Karl Marx, han contribuido al
pensamiento moderno de la ética empresarial.
Es interesante
conocer diferentes perspectivas de la ética distintas del pensamiento
occidental, desde la India, por ejemplo,
al reflexionar acerca de la ética
actuarial, toman las referencias
filosóficas védicas de la ética de Swani
Vivekananda cuando dice que “ La ética es la unidad, su base es el amor”, que
en interpretación desde la cultura de la India se refiere a las normas de
comportamiento social humano, donde la conducta del ser humano está orientada
al bien supremo de la vida humana y que se formula con juicios de lo correcto y
lo incorrecto del bien y del mal. Podemos comprobar que no hay diferencias
significativas entre el pensamiento oriental y el occidental.
Una reflexión
ética, debe intentar no referenciarla a las normas jurídicas universales o
locales, entendemos la ética como la bóveda por que discurre el comportamiento
humano y como tal se sitúa en un plano superior a la norma emanada por el
derecho e incluso a la propia cultura. Javier Arbizu en La ética del sistema
financiero: un sistema de cumplimiento, BBVA, abril de 2016, nos recuerda la
cita del libro de Marguerite Yourcenar, Memorias de Adriano, donde el anciano y
enfermo emperador romano reconoce que “las leyes civiles no serán nunca lo
suficientemente flexibles para adaptarse a la inmensa y fluida variedad de los
hechos. Cambian menos rápidamente que las costumbres; peligrosas cuando quedan
a la zaga de estas, lo son más aún cuando pretenden precederlas”.
Desde la
posición ética se identificaran determinados deberes morales, entre los cuales
se citan de deber de reparación y el de no dañar a otros, elementos que están
en centro de la causa de un contrato de seguro, es como si el individuo asegurara
un bien moral y así cumpliera con los principios de lo que es justo.
La distinción
que hace John Rawls ( Rawls John, Teoría de la Justicia ,1978 México.FCE)
representante de la ética política, entre lo justo y lo bueno que aún siendo
complementarios, prima lo justo, pues
tiene su origen en la diferencia entre el hombre y el ciudadano. Si el
hombre busca felicidad en su vida, el ciudadano como miembro de una comunidad
política busca el valor supremo de la justicia. En cierto modo esta distinción
nos ayuda a entender las de diferencias las normas emanadas por el derecho
de los principios morales, estos últimos nos servirán para comprender como la
conducta de las personas son en ocasiones
irracionales ( no prudenciales o hábiles en versión kantiana), lo que
hace que al enfrentarse a un riesgo, el analista deba medir esta conducta no racional.
La ética como
disciplina, según Carlos Gómez citando a Hortal (1994), es la reflexión filosófica
sobre la moralidad, sobre las diversas formas de moral vivida, mientras que la
ética con minúscula es sinónimo de moral, o la moral vivida.
Cada individuo, nos dice Fernando Quesada en la Aventura de la Moralidad, la ética como actividad reflexiva de la libertad lleva a asumir su propia vida en cuanto proyecto humano a realizar y por lo tanto a sus realización, su actividad moral es como un acuerdo contractual con uno mismo.
Cada individuo, nos dice Fernando Quesada en la Aventura de la Moralidad, la ética como actividad reflexiva de la libertad lleva a asumir su propia vida en cuanto proyecto humano a realizar y por lo tanto a sus realización, su actividad moral es como un acuerdo contractual con uno mismo.
En cierto
modo, nos aproximaremos al conflicto ético-asegurador desde posiciones aristotélicas ( teleológica) y kantianas ( deontológica), es decir nos
interesa la virtud de los distintos agentes morales, las obligaciones y
derechos morales. Virtud como la define Alfred Sonnenfeld ( Sonnenfeld Alfred,
Liderazgo ético, la sabiduría de decidir bien, 2001, Ediciones Encuentro 2011)
capacidad de actuar que está en condiciones de llegar a su plenitud humana, que
es ética y no solo técnica y biológica , la virtud, continua Sonnenfeld,
perfecciona al hombre en su totalidad y no solo bajo un aspecto sectorial. Por
último la consideración de la virtud como conocimiento, visión platónica, nos
será así mismo de utilidad para nuestro propósito.
La visión de la ética de Paul Ricoeur en Ética y moral ( Ricoeur, P. Éthique et morale, Braga, Revista Portuguesa de Filosofía, XLVI (1990) pp 5-17, Trad de Carlos Gómez) nos parece de interés ser reproducida , así dice, que la ética queda definida por tres términos: tender a la vida buena, con y para todos, en instituciones justas. Los tres componentes de la definición son igualmente importantes.
La visión de la ética de Paul Ricoeur en Ética y moral ( Ricoeur, P. Éthique et morale, Braga, Revista Portuguesa de Filosofía, XLVI (1990) pp 5-17, Trad de Carlos Gómez) nos parece de interés ser reproducida , así dice, que la ética queda definida por tres términos: tender a la vida buena, con y para todos, en instituciones justas. Los tres componentes de la definición son igualmente importantes.
En un
lenguaje más coloquial podríamos hablar de virtud, como el ideal de una buena
vida, y con este enfoque es donde debemos
analizar los conflictos ético-actuariales ,donde desarrollo científico sin contraste ético
puede producir ciertos desajustes temporales, solo así, pasando cada
innovación técnica por el cedazo ético se podrá transitar con la seguridad de la aportación al
bien común y la búsqueda de la excelencia, que como dice Victoria Camps,
esta expresión seria la interpretación contemporánea de la virtud ( areté en
griego es excelencia de una cosa).
Sabiendo que
necesitamos interpretar la ética en el riesgo, desde posiciones aristotélicas y
kantianas, es más satisfactoria transitar por la primera que nos conduce a la
felicidad mediante un esfuerzo permanente en la adquisición de la virtud, que
la kantiana que entiende la ética como el cumplimiento del deber y la
obediencia a los imperativos categóricos. Si somos capaces de determinar el fín último ( telos
) ,que nos habla Victoria Camps, sería posible construir los principios morales
de la justicia que se ven materializados en las leyes.
Dice Hans
Küng la falta de voluntad ética
impide que las leyes puedan subsistir, la ausencia de conciencia moral basada
en principios éticos elementales hace que la lucha contra el fraude, la
codicia, la corrupción y el egoísmo obtenga resultados débiles. De aquí la
importancia de establecer no solo un marco moral sino también una acción moral
positiva, donde además podamos aunar las
dos visiones de la ética del sociológo Max Weber (1919), la de convicción y la
de la responsabilidad. Sea cual sea la posición ética que adoptemos, es
oportuno recordar que esta trata de los asuntos humanos ( anthropina) y por el
contraste con las ciencias del seguro, aun perteneciendo al campo de las
sociales, no es un asunto carente de complejidad.
La filosofía
ha tratado durante siglos determinar principios éticos universales y
atemporales, este esfuerzo ha sido asumido por diferentes organizaciones
internacionales como lo fue la proclamación de las Naciones Unidas de 1948 y
tan solo unos años antes el Código de Nüremberg de 1946, que nació con el
propósito de regular la investigación en humanos y para juzgar a los médicos
nazis que experimentaron con seres humanos con fines biomédicos. De este código
surge en conocido consentimiento voluntario del sujeto humano.
Por citar
alguno de los últimos pronunciamientos hacemos referencia a la declaración Hacia una ética mundial de 1993, publicada
por el Parlamento de las Religiones del Mundo en Chicago, que constituye la
referencia a el Manifiesto para una ética
económica global proclamada en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York
de 6 de octubre de 2009. El documento redactado con el amparo de la Global
Ethics Foundations contó con la participación de economistas, empresarios y
expertos en éticas, como dice Hans Kung trata de aportar una visión fundamental
de los que es legítimo y justo se fundamenta en principios y valores que desde
tiempos inmemoriales han sido compartidos por todas las culturas y apoyados por
la experiencia práctica común.
El Manifiesto
aborda los principios fundamentales divididos en dos grupos, la humanidad y la
reciprocidad .Se organiza en base a cuatro valores y normas básicas: Respeto a
la vida, equidad y orden justo, veracidad y tolerancia, y colaboración e
igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
Estos
principios rectores nos serán de mucha utilidad a lo largo del trabajo y
contextualizarlos en el riesgo asegurable. Trataremos de recoger las
reflexiones éticas de cada uno de ellos, y aportar el conocimiento necesario
para abordar el debate acerca de si la tarificación de riesgos es una práctica
discriminante y altera el principio de igualdad. Debemos poner de manifiesto
que el principio de igualdad, se
encuentra ya enunciado desde la Biblia en el Génesis ( 4.000 -2.000 a.c.)
cuando de que todos los hombres son iguales pues están hecho a imagen y
semejanza de Dios y en nuestro mundo contemporáneo en la Declaración de los
Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas de 1948, cuyo origen
en opinión del filósofo Javier Gomá se atribuye al principio de supervivencia
que en el fundamento de la ética pues solo después de la primera y segunda
Guerra Mundial pudo nacer los derechos humanos. El filósofo Ángel Gabilondo nos
dice, muy acertadamente, que todas las personas somos igualmente diferentes,
esta sentencia nos será de utilidad para discernir acerca del conflicto identidad vs igualad.
El análisis
de los contenidos del Manifiesto para
una Ética Económica Global, en relación con los posibles conflictos que pueden
surgir al determinar y medir el riesgo asegurable, lo realizaremos en cada
elemento o principio ético que analizamos con detalle. Debatiremos si se perfecciona o se está violentando la
función social que se le asigna al seguro como transformador de la realidad
desde el principio de solidaridad de los riesgos bajo el compromiso de
preservar la dignidad humana, o incluso si necesitamos re-moralizar el contrato
de seguro, habida cuenta de los debilitamientos éticos sucesivos de sus
elementos más nucleares o por el contrario nos abandonamos a la nostalgia por
la idealización de lo arcaico que diría Claude Lévi-Strauss.
Debemos
siempre tener presente que no está resuelto el dilema universalidad vs multiculturalidad de la sociedad de los
valores éticos, aunque estos principios emanados por organismos internacionales
marcan el camino a seguir, esto supone que hoy en día que la medida de un
riesgo que se realiza en un territorio
determinado llevará incorporada la
impronta de una cultura concreta, lo que dificulta la gestión global de riesgos
de diferentes territorios, en definitiva, cómo se compensan riesgos con
perspectivas culturales distintas, la respuesta no es sencilla.
En nuestro
propósito de explorar la conveniencia de
elaborar una reflexión ética aplicada a la medida del riesgo, del seguro
y la gerencia de riesgos, deberemos crear un marco de definición del bien común
y de excelencia. Esta será la tarea que abordaremos en los siguientes
capítulos.
José Miguel Rodríguez-Pardo