domingo, 30 de julio de 2017

Ensayo sobre ética aplicada a la medida del riesgo y seguro (8-2)

8-2La economía colaborativa y el seguro

  Hemos analizado el principio ético de la reciprocidad como garante de la mutualización de los riegos, y es precisamente bajo este principio donde se construye la economía solidaria. Nos interesa estudiar con detalle este fenómeno de la economía colaborativa, pues se ponen de manifiesto muchos de los elementos nucleares del seguro en relación con conflictos morales.

La economía colaborativa, que de manera resumida se define por “ lo mío es tuyo” tiene su origen en el conocido como consumo colaborativo, término acuñado por Rachel Botsman y Roo Rodgers, está alcanzando niveles de  penetración en la economía tradicional notables, por citar un ejemplo, la alcaldesa  de París Anne Hidalgo, en declaraciones a El País, 25-9-2016, página 18, afirma de en la ciudad de París el 10% del empleo está relacionada con la economía social y solidaria, donde los jóvenes que han estudiado en las mejores universidades quieren una vida ética y no se trata solo de ganar dinero.

 Lo que hoy es una iniciativa incipiente, su análisis, nos sirve para visibilizar cómo es posible gestionar riesgos de manera colectiva sin intervención de terceros –aseguradoras- de alguna manera es como volver a las sociedades colaborativas de la Edad Media antes de que el seguro alcanzara la tecnificación actuarial que tiene hoy. Estamos hablando de comunidades de confianza, donde subyace es un nueva forma de entender la vida (ecología, compartir- relaciones interpersonales) de los ciudadanos, donde la economía tradicional no les da adecuada respuesta. Se trata de sustituir el yo por nosotros, y la competencia por la colaboración, y donde el elemento central es el empoderamiento del ciudadano en sus relaciones comerciales. En definitiva es una mirada hacia la mutualización en sus postulados más originales.


El siguiente cuadro elaborado por Marina Gómez Corona en el Seguro dentro de la  Economía Colaborativa TFM MCAF UC3M ,julio 2015., que toma a su vez como referencia el trabajo de Albert Cañigueral  de Vivir mejor con menos , nos ilustra las diferencias esenciales entre los dos modelos económicos

Algunas iniciativas de economía colaborativa van más allá en el tiempo pasado, y se configuran como propias del trueque primitivo con la participación del uso intensivo de la tecnología para el intercambio de los bienes o servicios. Y es que en esta nueva visión económica, subyace la premisa de que la propiedad no es importante no es lo relevante sino el acceso a un servicio para cubrir una necesidad concreta en un momento determinado, por citar un caso este sería el carpooling, compartir el auto para un viaje determinado ( Blablacar) o compartir  o intercambio de vivienda a turistas ( Airbnb) el Co-Working…, las iniciativas abarcan prácticamente a todos los ámbitos de los productos y servicios, lo que es un indicador de que la economía colaborativa puede comprometer la economía tradicional basada en la propiedad,  provocando una reacción vía innovación y mejora en el precio del acceso a los productos o servicios.

Los catedráticos del MIT Carlo Ratti y Richard Sennett de la LSE y la Universidad de Nueva York, en un artículo publicado el 28-8-2016 en el País ( página 12) titulado El drama de compartir, sostienen que internet ha posibilitado que el hecho de compartir sea más prestigioso porque se ha convertido en una experiencia comunicable. Los ámbitos más fuertes de la economía colaborativa es la movilidad, en los Estados Unidos los coches están aparcados sin utilizarse el 95% del tiempo. Al compartir un coche se pueden quitar entre 10 y 30 vehículos privados en la calle, y si esto se extendiera solo harían falta una quinta parte de los coches utilizados actualmente.
Los autores, advierten de las consecuencias de prescindir del consumo masivo de productos, pues puede llegar a empobrecer a muchas capas sociales relacionadas con el pequeño  comercio.

La literatura especialista en economía colaborativa, distinguen cuatros líneas de actividad:

-Consumo colaborativo, compartir, alquilar, cambiar o comerciar, normalmente bajo plataformas P2P

-Movimiento Maker y cultura Do It Yourself ( DIY)

-Conocimiento abierto

-Finanzas participativas.

Llamamos la atención acerca de que cada iniciativa de economía colaborativa está encontrando soluciones aseguradoras ajustadas al tipo de servicio, como es el caso de Home protech, aseguradora en EEUU que cubre al inquilino de Airbnb. El espectro de la economía colaborativa es tan amplio que podríamos desenfocar el interés que tenemos en valorar la experiencia de esta nueva economía en las comunidades de riesgos.

La economía colaborativa aplicada a  banca y seguros es un fenómeno que debe ser analizado con interés, solo por el volumen de actividad de estas iniciativas que el 2015 alcanzó la cifra de 26 mil millones de dólares y la estimación para 2025 de 335 mil millones de dólares, según estimaciones de Price Waterhouse Cooper ( PWC, The Sharing Economy wwwpwc.com) justificaría el análisis.

La visión económica de Do It Yourself ( DIY), el conocimiento abierto, la comunicación bidireccional  y el acceso a la información son elementos  relevantes en la economía colaborativa que hemos censados y observamos que  están presenten en las iniciativas en el sector financiero- banca y seguros.

Lo relevante es que para el seguro tradicional, la economía colaborativa de formas de compartir riesgos entre miembros de una comunidad, sin intervención de una entidad de seguros, es una iniciativa que puede comprometer sus cuentas de resultados si llegará a tener éxito, pero para que tenga un desarrollo  adecuado, es necesario como sostiene Chomsky en su obra Esencial  para que tenga éxito debe crearse una base cultural e institucional que la haga posible.

A ello contribuye, llevar al ámbito académico la economía colaborativa como tuvimos la oportunidad en el Máster de Ciencias Actuariales en la UC3M, en el trabajo fin de Máster de Gómez Corona en 2015 titulado El seguro dentro de la economía colaborativa ( Gómez Corona, M. El seguro dentro de la economía colaborativa, TFM Máster en Ciencias Actuariales UC3M 2015) donde analizó esta iniciativa empresarial.

Nos interesa, analizar la forma de afrontar el riesgo de estos colectivos, en cierto modo es como hacer arqueología del riesgo, y comprender cómo funcionaban en la Edad Media las cofradías, gildas o cualquier otra comunidad de riesgos. El alcance o definición genérica del seguro colaborativo nos lleva a las similitudes con estas instituciones medievales, pues en el seguro colaborativo se conforma un grupo de personas con un mismo interés, comparten una prima de un “seguro” para apoyarse económicamente en el caso de que un miembro del grupo sufriera la contingencia por la que se cubren mancomunadamente, si los daños del grupo no superan las primas grupales aportadas se reduce las primas de renovación.

En general estas iniciativas suelen orbitar sobre la personalización de los productos, con técnicas de hiper-segmentación donde ser conforman lo que se conoce como los “critical risk group” que posibilitan el cálculo actuarial del riesgo. La diferencia con el seguro tradicional, es que cada grupo está constituido por afinidades comunes, incluso de relación personal, de aquí surge un compromiso moral de sus miembros que disminuye el fraude por selección adversa o por comunicación de siniestros inexistentes de manera considerable. Se podría decir que estas plataformas se centran en el aseguramiento de riesgos seleccionados.

Encontramos el elemento diferencial, soslayando el debate de competencia desleal de estas iniciativas, por situarse cuanto menos en un limbo regulatorio, que es precisamente lo apuntado, “el compromiso moral de sus miembros”, que no supone presumir que los asegurados en el seguro tradicional no esté presente, pero si necesita que este compromiso alcance a todos los miembros de grupo.  Destacamos que las técnicas de  conformación del precio mutualizado es idéntico en ambos modos de aseguramiento, como hemos podido comprobar en trabajos académicos,

Podemos diferenciar tres modalidades de economía colaborativa para la gestión compartida del riesgo.

-Modelo de riesgo compartido, donde los miembros de la comunidad aportan las primas y garantizan los siniestros del resto del colectivo, cada asegurado tiene interés en prevenir los siniestros, es un miembro activo del colectivo.

 El caso de más éxito es de Guevara en seguros de autos, entidad nacida en 2013 en Gran Bretaña, como dato sorprendente decir que consiguió 100.000 libras en primas en sus primeros dos días de funcionamiento.

Las base del negocio se fundamenta en:

-Evaluar el perfil del riesgo de cada persona y sobre este perfil se determina la prima

-Cada asegurado se incluye en un grupo de riesgo con perfil similar.

-La prima que paga el asegurado, llamada prima base, tiene dos partes, una que va dirigida al grupo individual ( Depósito de Protección) y el resto a un fondo común ( Comisiones de Seguro) de todos los asegurados de todos los grupos,que crea el que denominan Fondo Waterloo

El importe de la Comisión depende de los miembros del grupo, oscila entre el 80% cuando el grupo es de menos de 10 y del 50% cuando el grupo es de más de 100 miembros.

-En caso de siniestro, primero atiende el fondo del Depósito de Protección y si este se agota lo atiende el Fondo Waterloo. Guevara tiene reasegurado el exceso de 100% del ratio de siniestralidad golbal ,es decir que se vaciara el Fondo Waterloo.

-En la renovación, el asegurado debe aportar la cantidad necesaria para rellenar el depósito del seguro, que en caso de no siniestro del grupo puede llegar a un 100% de ahorro, pagando solo la prima de las Comisiones del Seguro. Con datos de 2015, el 90% de los usuarios de Guevara han visto reducir sus primas y según la entidad si la siniestralidad es baja es asegurado puede ver reducir su prima un 50%


El caso de Lemonade, merece también la atención, esta empresa que afirma ser la primera P2P del mundo, nace en Nueva York donde tiene licencia para operar como asegurador, posibilita que un grupo de asegurados paguen primas a un pool para después atender a siniestros. Al final del contrato si hay fondos se reembolsa a los asegurados y parte a causas sociales. El público objetivo son las clases más desfavorecidas, y contó con una ronda inicial de financiación de 13 millones de dólares.



-Modelo de riesgo limitado, la diferencia con el modelo anterior es que la comunidad de riesgos es solo para siniestros de pequeña cuantía donde el colectivo responde de manera solidaria, en caso de siniestros de alto importe es donde entra en funcionamiento el contrato de seguro privado, que cada individuo ha contratado. En este modelo el individuo abona dos primas una para la comunidad de riesgo de pequeña cuantía y otra para el resto de siniestros que abonará a las aseguradora, que actúa como franquicia de la comunidad colaborativa.

 En este modelo la experiencia de Friendsurance es la referencia de más éxito, entidad nacida en 2010 opera en Alemania y colabora con 50 aseguradoras, presenta crecimientos mensuales del orden del 20%. Desde 2011 opera en tres ramos de seguro, hogar, responsabilidad civil y protección jurídica.

El perfil del asegurado es de menores de 45 años, el ahorro estimado en los costes de las primas tradicionales fue del 33% de la prima en un 94% de los clientes. El nivel de fraude reducido se estima en una 33%

El funcionamiento se basa en clasificar a los clientes según perfiles de riesgos homogéneos lo que estimula un sentimiento de pertenencia. Cuando un asegurado presenta un siniestro este se atiende por la prima aportada al grupo, este apoyo no puede ser superior a la prima de cada individuo. En caso de que superara el importe, este es atendido por una póliza de seguro tradicional que actúa como seguro con franquicia. Si no hubiera siniestros, los asegurados puede recibir reembolsos de hasta el 40% de la prima del ejercicio.



-Modelo de compra colectiva de seguros, con el fin de obtener un mejor precio en el seguro del que obtendría el asegurado de manera individual, podemos citar el caso de Bought by Many.


La experiencia en este tipo de iniciativas de economía colaborativa aplicada al seguro, ha demostrado algunos beneficios que merecen ser destacados:

-El nivel de fraude es menor que en el seguro tradicional, debido a los vínculos personales entre los miembros del colectivo asegurado.

-Menores costes de gestión y de comercialización, así como no hay necesidad de márgenes de beneficios incorporados en el precio del seguro

-Mejor selección de riesgos al reducirse la antiselección en la admisión justificada por los vínculos de amistad de los asegurados. En ética podríamos contrastar este efecto con lo que se ha dado a conocer como los afectos morales, el propio Kant desarrolla en la Crítica de la razón práctica un conjunto de consideraciones acerca del aprecio, sentimiento que recoge el juicio hacia lo debido y desprecio en caso contrario. Tal vez por estas consideraciones tradicionalmente el riesgo de anti selección es conocido como riesgo moral.

-Si al final del contrato no hay siniestros, el fondo se puede utilizar para la invertir en activos líquidos a corto plazo.

La economía colaborativa aplicada al seguro, al margen de las consideraciones más nucleares, en relación con la fórmula tradicional, ofrece ventajas en el precio del asegurado, la primera de ellas tiene su origen  por ser un “seguro en la sombra” por lo que los costes de capital asociados al riesgo no están presentes en un seguro colaborativo, la otra ventaja si es propia de este modelo, y el menor “riesgo moral” de sus miembros. La primera de ellas no  será sostenible en el tiempo en la medida que el seguro colaborativo se integre en la economía organizada.

Otros iniciativas que se están constituyendo  de P2P en diferentes mercados son según el IIA diversas como, Darwinsurance (Italia), Inspeer (Francia), PeerCover (Nueva Zelanda) y PeersMutual Protection (China), todas ellas permiten construir pools de riesgos  de afinidad y con baja siniestralidad.

8-3Internet de las cosas ( IoT)

El continuo incremento de los objetos conectados a internet ( Internet of things (IoT) en los autos, hogares, salud y la monitorización del fitness deriva en un replanteamiento de la naturaleza del riesgo asegurable, donde los productos tradicionales construidos y vendidos como  commodities dejarán paso a servicios confeccionados a la medida del cliente, esté será el verdadero motor de tracción de innovación y de competitividad de la industria del seguro.

Este tipo de tecnología reducen la dependencia de personal especializado, de equipos e infraestructuras . como veremos en el campo de salud, los modelos se negocio se están demostrando escalables, desde los primeros usuarios muy concienciados con sus registros de actividad diaria ,los conocidos como auto-cuantificadores hasta el público en general, donde ya están desarrollando sensores de diagnóstico, o de seguimiento de enfermedades crónicas como es el caso de la diabetes. Uno de los aspectos más relevantes en este modelo de negocio es el nivel de adherencia de los usuarios  para conseguir tracción comercial que haga superar los impulsos iniciales y competir en un mercado donde el nivel de granularidad de los productos es especialmente elevado, solo así sobrevivirá el más apto, y sabiendo que en Europa a diferencia de lo que sucede en los Estados Unidos este tipo de soluciones tecnológicas se perciben como un servicio que debe ser gratuito, de aquí surge la necesidad de diversificar las fuentes de ingresos, como pueden ser las soluciones SaaS ( ingresos por los datos y su capacidad predicitva)

El término Internet de las Cosas fue acuñado por Kevin Ashton en 1999, cuando trabajaba en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) para referirse a la relación entre la tecnología RFID ( Radio Frequency Identification Device) con Internet. Mario Tacón y Arantxa Coullaut ( obra citada) nos explican su funcionamiento: Esta tecnología permite identificar mediante etiquetas electrónicas (Tags) cualquier objeto, animal o persona de forma automática. Una etiqueta electrónica es un chip de silicio portador de una antena de radiofrecuencia y cuando entra en el área de cobertura de un lector, este envía una señal para que el tag transmita la información almacenada en la memoria sin necesidad de contacto físico o visual. En resumen  El IoT es una red de nodos, o dispositivos, que recopilan, monitorean y comparten datos de Internet. Estos dispositivos conectados o "inteligentes", puede ser incluidos desde automóviles,
sistemas de seguridad para el hogar, monitorización de la salud…

Las cifras de dispositivos conectados previstos dan idea de la dimensión de IoT, de los 10.000 millones de aparatos conectados en 2015, el año 2020 se estiman 50 mil millones de  las cosas” conectadas, la cifra alcanzará el billón en 2035, o lo que es lo mismo cada individuo se relacionará con seis dispositivos a nivel mundial, datos que proceden de la reaseguradora Munchener Re ( Munich Re, The internet of Things and Life/Living Benefits Insurance)

Con carácter preliminar, algunas inIciativas en este campo de aseguradoras y bancos, merecen su atención, según informe de EFMA:

-Uso de telemática para proporcionar un enfoque proactivo en el hogar, la salud y el auto

-Asistentes virtuales inteligentes con el uso de la geolocalización.

-Uso de drones para evaluar los riesgos de daños en grandes estructuras.

En la industria del seguro, convenimos en llamar Insurance Telematics ( Rodríguez-Pardo,J.M 2015, Gamificación y behavioral risks en seguros, webinar de Fundación Mapfre .Mapfre), a la aplicación de la conexión entre cosas y personas para reducir el precio del seguro a todas las áreas involucradas en el proceso del seguro ( pricing, marketing, suscripción, siniestros…)

Es en la nuevas generaciones donde el nivel de adhesión a estas iniciativas es mayor, según el Informe Mundial de Seguros de 2016 de Capgemini y Efma, advierte que hasta el 50% de los clientes más acomodados de la generación Y utilizarían las innovaciones encuadradas en IoT y hasta el 47% estarían dispuestos a contratar sus pólizas con nuevos competidores.

El asegurado y asegurador entran en un nuevo escenario donde se hace realidad el aforismo de todo lo que puede ser medido puede ser mejorado. Pero tenemos que avanzar en los que Mario Tascón y Arantxa Coullaut (obra citada) denominan dinamizadores no técnicos ( legislación) y técnicos ( cifrados de seguridad), para así garantizar la privacidad, confidencialidad y seguridad de los datos de IoT.

José Miguel Rodríguez-Pardo