Javier Martínez Dearreaza Neurólogo-Psiquiatra.
Todas las especies envejecen y experimentan notables cambios desde su nacimiento hasta que mueren. Basados en esta evidencia la ciencia ha propuesto varias teorías sobre las causas del envejecimiento, todas están en estudio y ninguna ha sido comprobada, pero se trabaja en encontrar el verdadero mecanismo, por el momento lo que podemos extraer es lo mejor de cada teoría y en base a eso trabajar para lograr alargar la vida del ser humano.
En el artículo de la semana pasada les expuse la teoría de los radicales libres, según ella, el envejecimiento de las células se da por las alteraciones acumuladas debido a las continuas reacciones químicas que se producen en su interior. Durante estas reacciones se producen los radicales libres, sustancias tóxicas que dañan la célula y producen el envejecimiento.
Pero, también existe otra teoría, la senectud programada. Aquí los genes son los que determinan la velocidad del envejecimiento, ellos tienen la información sobre cuánto tiempo vivirá una célula. A medida que éstas mueren no pueden mantener las funciones biológicas necesarias y el individuo muere.
Cambios corporales con el envejecimiento
Con la edad notamos cambios muy perceptibles en nuestro cuerpo, quizá uno de los primeros que notamos son los que aparecen en la visión, el ojo comienza a enfocar con dificultad los objetos cercanos (presbicia). Esta dificultad se comienza a manifestar hacia los cuarenta años. Otro cambio que podemos notar es la disminución de la capacidad auditiva, principalmente dificultad para los tonos más agudos (hipoacusia), se puede observar cuando la persona no percibe la tonalidad aguda de la mayor parte de las consonantes cerradas, puede pensar que los demás están murmurando. La distribución de la grasa corporal con la edad aumenta un 30 por ciento. Su distribución también varía, hay menos grasa debajo de la piel, esta se nota más fina y arrugada, se acumula más grasa en la zona abdominal.
Enfermedades que afectan más frecuentemente a las personas mayores
Las demencias y principalmente la enfermedad de Alzheimer. Estas enfermedades se dan por trastornos al cerebro que provocan una pérdida progresiva de la memoria y de otras funciones cognitivas.
* Úlceras por presión: Úlceras de la piel por una presión prolongada.
* Hiperplasia prostática benigna: Agrandamiento de la próstata, en los varones, que obstruye el flujo de orina.
* Cataratas: Opacidad del cristalino del ojo que impide la visión.
* Leucemia linfocítica crónica: un tipo de leucemia.
* Diabetes tipo II: A veces no es necesario tratamiento con insulina en este tipo de diabetes.
* Glaucoma: Aumento de la presión en una de las cámaras del ojo que puede disminuir la visión y producir ceguera.
T Gammapatías monoclonales: Es un grupo de enfermedades que producen una proliferación de un tipo específico de células que producen grandes cantidades de inmunoglobulina.
* Artrosis: Degeneración del cartílago de las articulaciones que produce dolor.
* Osteoporosis: Pérdida del calcio de los huesos que los vuelve frágiles y aumenta el riesgo de fracturas.
* Enfermedad de Parkinson: Enfermedad degenerativa y progresiva del cerebro que causa temblor, rigidez muscular, dificultad en los movimientos e inestabilidad postural.
* Cáncer de próstata: Cáncer en la glándula prostática.
* Herpes zoster: Una recidiva del virus latente de la varicela que causa erupción en la piel y puede provocar dolor durante mucho tiempo.
* Ictus: Obstrucción o rotura de un vaso sanguíneo del cerebro que provoca debilidad, pérdida de la sensibilidad, dificultad para hablar y otros problemas neurológicos.
* Incontinencia urinaria: Disminución o pérdida de la capacidad de continencia de la orina.
Las personas mayores padecen la enfermedad de una manera diferente de los adultos más jóvenes, e incluso pueden tener síntomas distintos. Por ejemplo, la disminución de la función tiroidea causa en general un aumento de peso y una sensación de pereza en las personas más jóvenes. En los mayores el hipotiroidismo puede además provocar confusión que se puede enredar con una demencia. La glándula tiroidea hiperactiva causa inquietud y pérdida de peso en los adultos jóvenes, en las personas mayores puede causar somnolencia, confusión y depresión. La depresión en el joven puede causar crisis de llanto, tristeza, aislamiento social, en cambio en la persona mayor puede causar pérdida de memoria, confusión, apatía, síntomas que se pueden confundir con una demencia.
Frecuentemente las personas mayores sufren enfermedades crónicas, éstas no necesariamente significan invalidez, las personas pueden continuar con sus actividades pero deben siempre estar bajo control médico.
Las personas mayores tienden a ocultar los padecimientos cuando consideran que no son muy graves, el problema es que los padecimientos se van agravando y llegan al médico cuando los trastornos son verdaderamente complicados, es necesario prestar la debida atención a los padecimientos por leves que sean en las personas mayores.
Disminución de las funciones internas
El pico máximo de la buena funcionalidad de los órganos internos se sitúa hacia los treinta años. A partir de esa edad se inicia un descenso gradual pero continuo. A pesar de esta pérdida, la mayoría de las funciones continúan siendo adecuadas durante el resto de la vida, porque la capacidad funcional de casi todos los órganos es superior a la que el cuerpo necesita; pero se observa los siguientes cambios:
* Disminuye la cantidad de sangre que fluye hacia los riñones, el hígado y el cerebro.
* La capacidad de los riñones para depurar toxinas y fármacos decrece.
* Se constata una menor capacidad del hígado para eliminar las toxinas y metabolizar la mayoría de los fármacos.
* La frecuencia cardíaca máxima disminuye, pero la frecuencia en reposo no sufre cambios.
* Disminuye el volumen máximo de sangre que pasa a través del corazón.
* Disminuye la tolerancia a la glucosa.
* Disminuye la capacidad pulmonar.
* Se observa un aumento de la cantidad de aire remanente en los pulmones después de respirar.
* La resistencia a las infecciones es menor.
Los cambios que se van dando en la medida que envejecemos se pueden ver alterados por el estilo de vida que ha llevado la persona. Varios órganos pueden sufrir daños en un grado mucho mayor que el causado por el envejecimiento, como en el caso de las personas que llevan un estilo de vida sedentario, una dieta inadecuada, que fuman y abusan del alcohol y de las drogas.
Las personas que se exponen a sustancias tóxicas pueden experimentar un decaimiento más marcado o más rápido en algunos órganos, especialmente, los riñones, los pulmones y el hígado. Los individuos que han trabajado en ambientes ruidosos tendrán más probabilidades de disminuir su capacidad auditiva. Algunos cambios se pueden prevenir si se adopta un estilo de vida más saludable. Por ejemplo: dejar de fumar, comer sanamente, hacer ejercicio, no ingerir licor en exceso.
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