escrito por Susana Rodríguez
martes, 08 de septiembre de 2009
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Una muerte sin sufrimiento, acompañada y con libertad de elección ante una enfermedad terminal y con dolores físicos que superan la capacidad de cualquier ser humano es lo que una persona quisiera para cualquiera de sus seres queridos que se encuentre en una situación de este tipo, es por esto y otras razones que la eutanasia se ha vuelto un tema de discusión que debe tratarse desde todas las perspectivas para llegar a una conclusión con la que se puede evitar un dolor irreversible, señaló Carlos Humberto Delgado Esqueda, uno de los ponentes que participó en el III Encuentro de Bioética, de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA).
En Aguascalientes del poco más de un millón de habitantes que hay en el estado, casi 65 mil tienen más de 65 años de edad, 25 mil personas tienen una enfermedad incurable (crónica- degenerativa, cáncer, SIDA), el 20 por ciento de estos, que son alrededor de 5 mil personas están preocupados por cómo se van a morir y eso los lleva a estar interesados en discutir sobre la eutanasia y el suicidio asistido, para Carlos Delgado por cada una de esas personas valen la pena los espacios de discusión y que se tomen acuerdos que tengan efectos en la realidad.
En su ponencia hizo un recorrido a través de la historia sobre la concepción, el conocimiento del hombre y su cosmovisión. Hay ideas en torno a un proceso natural de creación, otros dicen que fue el dedo de un ser supremo o que las plantas y los seres vivos fueron producto de la generación espontánea, son muy diversas las teorías que los científicos han propuesto para dar una explicación a la forma en que se desarrolla el uaniverso y todo lo que en el cohabita.
Sin embargo, hoy más que en otros momentos la visión del hombre actual propicia discusiones sobre la vida y la muerte, la idea de creer que el humano es un ser genético, con un compromiso de conservar la vida, es histórico, temporal, cambiante, no posee una esencia inmutable, está constante proceso de construcción, puede intervenir su evolución y mutar de raíz su naturaleza ontológica.
Hay otros factores que propician la creación de foros en torno a la eutanasia, uno de ellos es la tensión existente entre los que buscan conservar la vida a costa de lo que sea y quienes consideran que hay circunstancias bajo las cuales es más digno no considerarla, los cambios culturales, morales y científicos promueven el diálogo y los consensos.
“Hay aparatos para quienes no respiran, para quienes el corazón se les detiene y entonces ahora los doctores desconocen cuando su paciente está muerto y cuando no. A principios de 1900 la gente se moría de una diarrea, una gripa, ahora no es así y conforme vive más la gente se ven otras enfermedades que antes no”.
La propuesta que el ponente dejó al aire fue la eutanasia activa voluntaria como una buena muerte que vendría a cambiar la visión de los médicos, un acercamiento más humano entre quien atiende y el enfermo, así como la promoción y crecimiento de los cuidados paliativos.
Hubo quien tuvo una duda si la “voluntad anticipada” es lo mismo que la eutanasia a lo cual el expositor le respondió que sí son totalmente distintas, pues la voluntad anticipada consiste en dejar ante un notario que en determinado momento la persona no quiere ser conectada a un aparato para alargarle la vida, pero no está contemplada la posibilidad de solicitar que le administren alguna sustancia para morir, que en términos reales esto sería la eutanasia voluntaria asistida.