El doctor Eduardo Clavé Arruabarrena, experto en bioética del Hospital de Donostia, aseguró ayer que es necesario abrir en España un debate social y político sobre la legalización de la eutanasia, al mismo tiempo que lamentó que factores morales y religiosos impedirían un debate racional.
«Si nos planteamos el tema de la eutanasia, los factores éticos y morales, van a hacer que el tema no se contemple en una dimensión adecuada", aseveró.
Clavé analizó, durante su participación en el curso 'Abordaje integral de la persona mayor al final de la vida', el sufrimiento del ser humano ante la ausencia de curación y los problemas éticos en el final de la vida.
El médico especialista en medicina interna se mostró partidario de abrir un debate social y político sobre la eutanasia. Clavé señaló que lo primero debería ser la clarificación terminológica, en la que especialistas médicos, filósofos, bioticistas y juristas definiesen qué es una eutanasia.
Para Clavé, la eutanasia se produce cuando un paciente desea reiteradamente y de forma coherente con sus valores la muerte ante una situación que considera indigna de vivir y que los profesionales no son capaces de aliviar. Una vez que se haya finalizado la clarificación terminológica, el doctor consideró que debería abrirse un debate social y político.
Este especialista en bioética defendió la eutanasia argumentando que cada persona es autónoma para tomar las decisiones sobre su vida, aunque consideró que deben existir unos límites, como poner en marcha todos los mecanismos para aliviar al enfermo ytratar de evitar una situación que le está suponiendo más dolor que vida. «Si, a pesar de todo el paciente insiste en que desea poner fin a su vida creo que tiene derecho».
Así, destacó que el mayor problema sería cómo posibilitar ese derecho: quién se encargaría de ejecutar la eutanasia y cómo se realizaría. Es un tema complicado que muchos profesionales médicos no están dispuestos a hacer», apuntó Clavé. El doctor consideró que la mejor forma de garantizar que se haga lo que uno desea en el final es firmar un documento de voluntades anticipadas.
Clavé también se cuestionó la moralidad de ocultarle a una persona que se está muriendo. Según el doctor, es un derecho recogido por ley explicar al enfermo qué le está pasando, aunque subrayó que hay que atender a la biografía de cada persona para saber si quiere saber que se está acercando al final de su vida o por el contrario prefiere poner barreras.
«Todo depende de cómo quiera esa persona afrontar el final de la vida. Lo que es indudable es que necesitan de acompañamiento de su familia y amigos para aliviar su dolor», concluyó el médico especialista en medicina interna.