Su informe no es preceptivo y tampoco Igualdad lo ha reclamado, pero la Comisión Nacional de Bioética, nacida al amparo de la Ley de Biomedicina, parece considerar que si no se manifiesta sobre este tema, su finalidad y funcionalidad resultará todavía más discutible.
El texto que se lleva al debate parte de la premisa indiscutible científicamente de que el ‘nasciturus’ es un ser vivo y humano, una crítica directa a la ministra Bibiana Aído quien señaló que el ‘nasciturus’ era un ser vivo, pero no humano “porque no existía la evidencia científica”.
Pocos dudan, sin embargo, que el resultado final sea un mensaje de apoyo al gobierno matizado con muchos términos complejos y muchos vericuetos intelectualess pero, finalmente, de apoyo.
En todo caso, la afirmación de la humanidad del ‘nasciturus’ no conlleva su protección. De este modo, la comisión de Bioética hace complejos equilibrios para concluir que aunque ‘aquello’ es vida humana, puede quedar al pleno arbitrio de su madre durante las primeras 14 semanas. Una incoherencia intelectual que sólo se puede explicar por la mediocridad de la naturaleza humana.