Los adultos mayores físicamente activos pueden vivir más que los adultos sedentarios
NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.-Los adultos mayores físicamente activos pueden vivir más que los adultos sedentarios y son más propensos a mantener su independencia, indicó un nuevo estudio realizado en Israel.
En tanto, las personas que habían sido sedentarias, pero iniciaron actividad física, incluso a partir de los 80 años, disminuyeron el riesgo de morir y prolongaron la cantidad de años de independencia, halló el equipo del doctor Jeremy M. Jacobs, de la Escuela de Medicina de la Universidad Hebrea, en Jerusalén.
"Lo importante es que aún entre los adultos muy mayores, nunca es tarde para comenzar a hacer ejercicio", dijo Jacobs. La revista Archives of Internal Medicine publica los resultados.
Los beneficios del ejercicio son reconocidos, pero existen pocos estudios sobre la actividad física en los adultos muy mayores.
Para investigarlo, el equipo evaluó durante 18 años a mil 861 personas, de 70 a 88 años. Las dividieron en dos grupos: los físicamente activos (hacían por lo menos cuatro horas de ejercicio por semana) y los sedentarios (hacían menos de cuatro horas de ejercicio por semana).
El 15 por ciento de los mayores de 70 años físicamente activos murió en los siguientes ocho años, a diferencia del 27 por ciento de los ancianos de 70 sedentarios. La mortalidad a ocho años fue del 26 por ciento entre los mayores de 78 años activos y del 41 por ciento entre los sedentarios.
En los mayores de 85, la mortalidad a tres años fue de apenas el siete por ciento para el grupo físicamente activo y del 24 por ciento para la cohorte de sedentarios.
Hacer actividad física aumentó también la probabilidad de que una persona pueda seguir haciendo actividades cotidianas, como ducharse, vestirse y comer sola; las personas que se activan a los 78 años eran dos veces más propensas a mantener su independencia a los 85.
Las diferencias se mantuvieron significativas tras considerar en el análisis los problemas de salud, cuán independiente seguían siendo los participantes y cómo las personas calificaban su propia salud.
Si bien se sabe que las personas sanas son más propensas a mantenerse activas, el equipo consideró varios factores asociados con la longevidad, como el tabaquismo, la enfermedad cardíaca, la diabetes y la funcionalidad.
"Aunque la lista no es exhaustiva, incluye los principales factores de riesgo y controlarlos nos permitió aislar la actividad física como un factor independiente en la mortalidad y no solo un indicador de la salud general de los participantes", indicó el autor.
El mensaje de los resultados para los adultos mayores, dijo Jacobs, es empezar la actividad física hoy si aún son sedentarios.
"La belleza de nuestro hallazgo es que los beneficios de la actividad se observó con apenas cuatro horas semanales de actividad moderada. Eso es unos 30 minutos por día". añadió.
Para que el ejercicio sea seguro, el autor recomendó comenzar despacio y descansar según sea necesario, y cualquier persona que haya sufrido una caída o que esté preocupada por su equilibrio de pie debería pedir asesoramiento médico antes de comenzar a hacer ejercicio.
También es importante tener cuidado con el tránsito vehicular y evitar las temperaturas extremas.
"Caminar es mi primera elección. Además de los beneficios físicos, salir al aire libre todos los días, cruzarse con otras personas, interactuar con el medio ambiente en las distintas estaciones son ingredientes de un buen envejecimiento", dijo Jacobs.
http://www.informador.com.mx/tecnologia/2009/138172/6/actividad-fisica-suma-anos-de-vida.htm
domingo, 27 de septiembre de 2009
Actividad física suma años de vida
Actividad física suma años de vida
2009-09-27T12:58:00+02:00
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Alargar la vida con vino
MILIO MARIÑO ESCRITOR Mientras los torpes disfrutábamos del verano, los espabilados seguían trabajando sin tomarse un respiro para beber una caña y comer un pincho. Ni siquiera eso, porque informaba el «New York Times», hace poco, que allá por Wisconsin, haciendo experimentos con monos, los científicos habían conseguido lo que llevaban intentando desde mucho antes de que reinara Carolo. La fórmula para vivir cien años lo menos.
El experimento ha funcionado con monos, pero ahora toca probarlo en los hombres y, supongo, también en las mujeres, pues no se puede afirmar con certeza que vayamos a responder como nuestros parientes peludos. Dicen que es muy probable, pero está por ver que seamos capaces de superar lo que han dicho los científicos que puede alargarnos la vida: comer el 30 por ciento de lo que normalmente comemos.
Pues vaya invento ese de pasar hambre para vivir más tiempo. Algo así debieron pensar los científicos, pues convencidos de la dificultad que supondría para los que vivimos en el mundo rico prescindir del 70 por ciento de lo que normalmente comemos comenzaron a trabajar en la búsqueda de una droga que nos permita seguir comiendo lo mismo y que el cuerpo sólo perciba un tercio. Es decir, que la clave pasa por encontrar un atajo químico que sea capaz de prolongarnos la vida sin que tengamos que renunciar a una buena fabada o un plato de berces con tucu. Cosa que parece harto difícil, pero como la ciencia no tiene límites, después de probar vaya usted a saber qué potingues, los sabios llegaron a la conclusión de que lo más efectivo es el resveratrol, una sustancia, muy presente en el vino tinto, que consigue activar los sirtuinos: proteínas que forman parte de los organismos simples y tienen el poder de regular el nivel energético de las células.
Ya sé lo que están pensando. Que si los científicos consiguieron alargar la vida de los monos dándoles de comer a porrillo y regándoles las comidas con buen vino de California, se ha obrado el milagro porque no sé ustedes, pero yo paso de esperar por esas pastillas y empiezo ya mismo a darme homenajes con vistas a vivir cien años.
Ni más ni menos, lo malo, que como todo no iban a ser buenas noticias, el punto negativo lo puso la Agencia de Alimentación y Medicamentos de los Estados Unidos (la Food and Drug Administration), que pasa olímpicamente de las investigaciones porque considera que la vejez no es una enfermedad. Y en esa línea están los biólogos evolucionistas, para los cuales pretender burlar el envejecimiento sería un disparate. Argumentan que la selección natural de la especie ni se molesta en apostar por la longevidad, que lo suyo y lo normal es la fecundidad.
También alegan que prolongar la esperanza de vida en un laboratorio tiene escaso mérito, pues lo verdaderamente importante es vérselas con la célula humana, mucho más sofisticada, arriesgada y expuesta a complicaciones. La vejez, dicen, es el precio que pagamos por la alta especialización de nuestras células.
Total que la cosa no está nada clara. Hay quien da por conseguido que podamos aumentar la esperanza de vida y hay quien tiene sus dudas. El caso que si nos atenemos a como parece que los científicos lo consiguieron, dándole al morapio y pasándoselo pipa con los monos de Wisconsin, resulta poco creíble. De todas maneras, a las malas, si no conseguimos alargar la vida comiendo lo que nos apetezca y bebiendo buen vino, hacerla más divertida seguro.
http://www.lne.es/opinion/2009/09/14/opinion-alargar-vida-vino/808055.html
El experimento ha funcionado con monos, pero ahora toca probarlo en los hombres y, supongo, también en las mujeres, pues no se puede afirmar con certeza que vayamos a responder como nuestros parientes peludos. Dicen que es muy probable, pero está por ver que seamos capaces de superar lo que han dicho los científicos que puede alargarnos la vida: comer el 30 por ciento de lo que normalmente comemos.
Pues vaya invento ese de pasar hambre para vivir más tiempo. Algo así debieron pensar los científicos, pues convencidos de la dificultad que supondría para los que vivimos en el mundo rico prescindir del 70 por ciento de lo que normalmente comemos comenzaron a trabajar en la búsqueda de una droga que nos permita seguir comiendo lo mismo y que el cuerpo sólo perciba un tercio. Es decir, que la clave pasa por encontrar un atajo químico que sea capaz de prolongarnos la vida sin que tengamos que renunciar a una buena fabada o un plato de berces con tucu. Cosa que parece harto difícil, pero como la ciencia no tiene límites, después de probar vaya usted a saber qué potingues, los sabios llegaron a la conclusión de que lo más efectivo es el resveratrol, una sustancia, muy presente en el vino tinto, que consigue activar los sirtuinos: proteínas que forman parte de los organismos simples y tienen el poder de regular el nivel energético de las células.
Ya sé lo que están pensando. Que si los científicos consiguieron alargar la vida de los monos dándoles de comer a porrillo y regándoles las comidas con buen vino de California, se ha obrado el milagro porque no sé ustedes, pero yo paso de esperar por esas pastillas y empiezo ya mismo a darme homenajes con vistas a vivir cien años.
Ni más ni menos, lo malo, que como todo no iban a ser buenas noticias, el punto negativo lo puso la Agencia de Alimentación y Medicamentos de los Estados Unidos (la Food and Drug Administration), que pasa olímpicamente de las investigaciones porque considera que la vejez no es una enfermedad. Y en esa línea están los biólogos evolucionistas, para los cuales pretender burlar el envejecimiento sería un disparate. Argumentan que la selección natural de la especie ni se molesta en apostar por la longevidad, que lo suyo y lo normal es la fecundidad.
También alegan que prolongar la esperanza de vida en un laboratorio tiene escaso mérito, pues lo verdaderamente importante es vérselas con la célula humana, mucho más sofisticada, arriesgada y expuesta a complicaciones. La vejez, dicen, es el precio que pagamos por la alta especialización de nuestras células.
Total que la cosa no está nada clara. Hay quien da por conseguido que podamos aumentar la esperanza de vida y hay quien tiene sus dudas. El caso que si nos atenemos a como parece que los científicos lo consiguieron, dándole al morapio y pasándoselo pipa con los monos de Wisconsin, resulta poco creíble. De todas maneras, a las malas, si no conseguimos alargar la vida comiendo lo que nos apetezca y bebiendo buen vino, hacerla más divertida seguro.
http://www.lne.es/opinion/2009/09/14/opinion-alargar-vida-vino/808055.html
Alargar la vida con vino
2009-09-27T12:45:00+02:00
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Fallece la anciana más longeva del mundo
Gertrude Baines, la mujer más longeva del mundo, falleció a la edad de 115 años el día 11 de septiembre en Los Ángeles, Estados Unidos.
Según informaciones del periódico singapurense ‘Lianhe Zaobao’, en toda su vida, esta anciana afroamericana vió pasar por la Casa Blanca a 21 presidentes estadounidenses, dos guerras mundiales, el primer vuelo de los hermanos Wright y la llegada del primer hombre a la Luna.
El año pasado, se convirtió en la electora más vieja de Estados Unidos, apoyando al presidente actual Barack Obama, lo cual atrajo la atención de la prensa global. Al cumplir 115 años en abril pasado, Obama le envió una carta de felicitación. Baines expresó también su deseo de votar en las elecciones presidenciales de 2012.
Sin embargo, la anciana murió a las 07:25 del 11 de septiembre, a la edad de 115 años y 158 días. Pasó sus últimos once años en un sanatorio de Los Ángeles. Charles Witt, su médico, dijo que Baines atribuía su longevidad a su fe en Dios, no beber vino, no fumar y a una vida simple.
Nacida en 1894 en Shellman (Georgia, EE.UU.) e hija de un padre esclavo, Baines sobrevivió a sus hermanos y su única hija murió de fiebre tifoidea a los 18 años. Baines vivió la mayor parte de su vida en Ohio, donde trabajó de asistenta en la universidad estatal. Se mudó a Los Ángeles tras la jubilación y pasó sus últimos años en un sanatorio tras haber cumplido 100 años.
Según datos del Grupo de Investigación Geriátrica del Centro Médico de la Universidad de California, en Los Ángeles, tras la muerte de Baines, el relevo de la longevidad pasa ahora a la japonesa Kama Chinen, con 114 años.
http://spanish.china.org.cn/international/txt/2009-09/27/content_18609372.htm
Fallece la anciana más longeva del mundo
2009-09-27T12:37:00+02:00
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Viaje a los orígenes genéticos del hombre
Spencer Wells se ha ganado la popularidad gracias a los documentales de National Geographic que ha protagonizado con motivo del proyecto 'Genographic' que dirige. Pero su talla como científico supera a la figura televisiva. Tras trabajar junto a genetistas como Richard Lewontin o Luigi Luca Cavalli-Sforza -dos de los padres de la genética de poblaciones-, las películas han sido sólo una perfecta plataforma desde la que divulgar los últimos resultados de sus investigaciones. Es el caso del documental El árbol genealógico humano, que estrena hoy en España National Geographic Channel a las 21 horas y que acudió a presentar Wells la semana pasada en París.
La andadura del proyecto Genographic comenzó hace casi ocho años, después de que los trabajos de Wells resultasen cruciales para determinar el importante papel del cromosoma masculino Y -los cromosomas sexuales femeninos son XX y los masculinos XY- para reconstruir las migraciones ancestrales del ser humano. «Hemos podido reconstruir las rutas migratorias del ser humano desde que salió de África gracias a que todos tenemos un archivo histórico de documentos genéticos dentro de nosotros», dice Wells a EL MUNDO. «Cada individuo guarda pequeños cambios en el ADN que ha heredado de sus padres, de los padres de sus padres y así sucesivamente», explica. Es como si un escribano tuviese que transcribir a mano un libro de 1.000 páginas. Seguro que cometía errores. Eso sucede con las copias del ADN cuando se recombinan las copias del padre y de la madre para formar un nuevo individuo.
«El proyecto ha servido para encontrar a nuestros Adán y Eva», asegura Wells con una media sonrisa, «todos descendemos de un único hombre, un Adán científico, que vivió en África hace alrededor de 50.000 años». No quiere decir que fuese el único hombre sobre la Tierra en aquel momento de la Historia, pero sí ha sido el único que ha transmitido su ADN a las generaciones que habitan el planeta en la actualidad. «Quizá tuviese algún tipo de ventaja adaptativa que hizo que su carga genética tuviera ventajas sobre las demás y aumentase las probabilidades de vivir y reproducirse de sus descendientes», dice Wells.
Para encontrar a Eva, en cambio, hay que remontarse más de 150.000 años. Igual que el cromosoma Y sirvió para reconstruir las migraciones de los descendientes de Adán, un pequeño fragmento de ADN que no se encuentra en el núcleo y que heredamos sólo de nuestras madres (ADN mitocondrial) fue la herramienta usada para rastrear la descendencia de Eva. «El Cromosoma Y sólo lo transmite el padre y el ADN mitocondrial sólo la madre, de forma que los cambios sólo se producen por mutaciones y no por la recombinación del ADN del padre y de la madre durante la gestación».
Que descendamos de un único ancestro de hace tan sólo 40.000 años habla de las enormes semejanzas que existen entre las distintas poblaciones. «Las ramas más profundas del árbol genético humano están en África. Hay más diversidad en un sólo pueblo africano, que entre dos poblaciones separadas por miles de kilómetros», explica Wells.
En ocasiones se ha tratado de usar el proyecto Genographic con fines políticos. El investigador Lluis Quintana-Murci, que codirige la parte Europea, cuenta un perfecto ejemplo de ello. «Un periodista me preguntó si había diferencias entre palestinos y judíos y, para su sorpresa, la respuesta fue que no», dice, «cuando me preguntó si podía usar la cita le respondí negativamente. ¿Es que importa si existen diferencias genéticas para justificar una guerra?».
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/09/25/ciencia/1253906011.html
La andadura del proyecto Genographic comenzó hace casi ocho años, después de que los trabajos de Wells resultasen cruciales para determinar el importante papel del cromosoma masculino Y -los cromosomas sexuales femeninos son XX y los masculinos XY- para reconstruir las migraciones ancestrales del ser humano. «Hemos podido reconstruir las rutas migratorias del ser humano desde que salió de África gracias a que todos tenemos un archivo histórico de documentos genéticos dentro de nosotros», dice Wells a EL MUNDO. «Cada individuo guarda pequeños cambios en el ADN que ha heredado de sus padres, de los padres de sus padres y así sucesivamente», explica. Es como si un escribano tuviese que transcribir a mano un libro de 1.000 páginas. Seguro que cometía errores. Eso sucede con las copias del ADN cuando se recombinan las copias del padre y de la madre para formar un nuevo individuo.
«El proyecto ha servido para encontrar a nuestros Adán y Eva», asegura Wells con una media sonrisa, «todos descendemos de un único hombre, un Adán científico, que vivió en África hace alrededor de 50.000 años». No quiere decir que fuese el único hombre sobre la Tierra en aquel momento de la Historia, pero sí ha sido el único que ha transmitido su ADN a las generaciones que habitan el planeta en la actualidad. «Quizá tuviese algún tipo de ventaja adaptativa que hizo que su carga genética tuviera ventajas sobre las demás y aumentase las probabilidades de vivir y reproducirse de sus descendientes», dice Wells.
Para encontrar a Eva, en cambio, hay que remontarse más de 150.000 años. Igual que el cromosoma Y sirvió para reconstruir las migraciones de los descendientes de Adán, un pequeño fragmento de ADN que no se encuentra en el núcleo y que heredamos sólo de nuestras madres (ADN mitocondrial) fue la herramienta usada para rastrear la descendencia de Eva. «El Cromosoma Y sólo lo transmite el padre y el ADN mitocondrial sólo la madre, de forma que los cambios sólo se producen por mutaciones y no por la recombinación del ADN del padre y de la madre durante la gestación».
Que descendamos de un único ancestro de hace tan sólo 40.000 años habla de las enormes semejanzas que existen entre las distintas poblaciones. «Las ramas más profundas del árbol genético humano están en África. Hay más diversidad en un sólo pueblo africano, que entre dos poblaciones separadas por miles de kilómetros», explica Wells.
En ocasiones se ha tratado de usar el proyecto Genographic con fines políticos. El investigador Lluis Quintana-Murci, que codirige la parte Europea, cuenta un perfecto ejemplo de ello. «Un periodista me preguntó si había diferencias entre palestinos y judíos y, para su sorpresa, la respuesta fue que no», dice, «cuando me preguntó si podía usar la cita le respondí negativamente. ¿Es que importa si existen diferencias genéticas para justificar una guerra?».
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/09/25/ciencia/1253906011.html
Viaje a los orígenes genéticos del hombre
2009-09-27T08:30:00+02:00
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Bioethics and Health Insurance
Posted: Aug 31, 2009
J. Hughes
Bioethicists might prefer to be seen as wise non-partisan sages, dispensing timeless wisdom. But now, albeit with great reluctance, they are forced to take an active role in the increasingly divided biopolitical landscape.
The Bush administration’s appointment of Leon Kass’s President’s Council on Bioethics shattered American bioethicists’ belief that they were above politics. The polarization of liberal and conservative bioethicists in the wake of Kass’s ascendancy revealed bioethics to be proto-biopolitics, a temporary academic sherry hour where colleagues could chat about cloning and the definition of death until they were drowned out by the clash of biopolitical partisans in the streets.
With the election of President Obama, championed as a return of Enlightenment values, I’m sure some bioethicists believed the partisan polarization could be set aside, forgotten as an aberration of the Bush years. Now the hard Right’s disinformation campaigns about “death panels” and attacks on bioethicists in the health reform debate have made clear that the majority of progressive bioethicists have to take a political stand for our Enlightenment values of freedom, equality and solidarity against the forces of reaction and unreason.
First we saw the demagoguing of the provision in the House reform bill that would have allowed doctors to be reimbursed for one conversation every five years with their patients about end of life planning and advance directives. The conversations would be, of course, voluntary, and the patients could choose an advance directive that insisted on a full court press till the bitter end. But the Fox News heads made this out to be a policy requiring all patients to sign up for an early death. Then they added the charge that the Veteran Affair’s booklet on end-of-life planning document, “Your Life, Your Choices” pushed veterans to end their lives, when in fact, like all advance directives materials, it simply asked whether the person would want to forgo life-sustaining treatment in a series of scenarios.
Next we saw the conspiracy theories about the bioethicist Ezekiel Emanuel being part of a grand plot to promote euthanasia and draconian rationing as part of the alleged socialized medical system the Democrats were creating. The Democrats aren’t, sadly, proposing a socialized medical system, or any draconian rationing, and Ezekiel Emanuel is not a proponent of draconian rationing schemes, simply common-sense utilitarian priority-setting. But a paragraph or two out of thirty years of voluminous writings on bioethics, taken out of context by the Republican noise machine and then placed in juxtaposition with disinformation about the Soylent Green suicide factories supposedly being run by the Brits and Canadians, and there was at least one frothing tea-bagger at every healthcare meeting quoting from the new Protocols of the Elders of Zeke.
Then, there was the charge that the Democrat’s health reforms would create “death panels,” a lie fabricated by the Republican propagandist Betsy McCaughey. One would think that Democrats would have been able to immediately turn this attack around, since it is in fact private managed care that runs death panels, by denying coverage to the sick, then denying services for the people they cover, and then dropping people from coverage when they get sick. But since half of the Democrats have been hopelessly compromised by cozy relationships with the health insurance industry and medical industrial complex these arguments rarely occur to them.
Fortunately, as is often (too often) the case, it took Jon Stewart’s brilliant cross-examination of McCaughey on The Daily Show to deflate the balloon of “death panel” hot air. Unfortunately, polls show the damage had already been done to a credulous public’s growing unease with the health care reform process, especially among seniors.
With the mounting campaign of hate being directed at bioethicists, and core concepts of bioethical practice that have been established for decades, the liberal bioethicists were finally stirred to response.
First came the statement from the Association of Bioethics Program Directors:
Three Myths About the Ethics of Health Care Reform
The American Bioethics Program Directors represents the leadership of 60 academic bioethics programs across North America. At this critical juncture in the national debate about health care reform in the United States, our membership wishes to send a clear message about some myths that challenge the ethics of reform proposals.
Myth #1: Health care reform will mean giving up control of my own health care decisions.
Fact: The field of bioethics has long championed the rights of individual patients to make their own health care decisions in consultation with their physicians. If we thought the major proposals being considered posed a serious threat to these rights, we would be the first to speak out. But that is NOT the case. The right of individuals to make decisions about their health care is engrained in the ethics of American medical practice and that won’t change under any of the approaches to health care reform currently under discussion.
Myth #2: Health care reform will control health care costs by depriving patients of important, but costly, medical treatments.
Fact: This is also untrue. If anything, the provisions in current health care proposals will increase the likelihood that patients will get quality medical care and decrease the likelihood of medical errors that kill thousands of patients every year. There are unethical ways to control costs, including refusing to treat the uninsured or those who have insurance but cannot afford the exorbitant out of pocket costs of expensive treatments-that is the status quo. Health care reform offers a more coherent approach to delivery of health care that aims to control costs while maintaining the quality Americans have come to expect and deserve.
Myth #3: Health care reform will deny older Americans medical treatments at the end of life.
Fact: This may be the most pernicious myth of all. In proposed approaches to reform, there is a provision that supports the rights of individuals and their families to make decisions at the end of life by institutionalizing a process for patients and families to express their desires to their physicians and other health care professionals. This right is part of the culture of American medicine, defended since the beginnings of the field of bioethics, and supported by case law going back over 50 years.
Some opponents of health care reform have twisted both the intent and effect of this provision, making unsupported claims about how it will push older Americans into hospice against their will, and even euthanasia. Nothing could be further from the truth. Straightforward conversations about end of life are critical to quality health care, with decisions continuing to be made by individuals and their families in ways that are consistent with their values and in consultation with their physicians.
Here is the real bottom line: The current state of health care is unethical. It is neither just nor fair. There is no morally defensible reason why some Americans get excellent medical care at costs they can afford and other Americans lose their homes or go into bankruptcy attempting to secure treatment for a seriously ill loved one. The current proposals being debated in Congress all go a long way towards making health care in America more just. At the same time, there is nothing in the current proposals that threatens a patient’s right to choose, a critical feature of an ethically acceptable health care system.
We commend efforts to reform the health care delivery system with commitments to cover all Americans while protecting choice and maintaining the high quality care that our fellow citizens deserve. We stand ready to aid however we can in this vital effort.
This statement put pressure on the American Society for Bioethics and Humanities, which is the largest association of bioethicists in the world. They have long had bitter internal divisions between “progressives” and “professionals” over the ASBH should take stands on ethical and political issues of the day.
With the careers and lives of bioethicists being threatened, the balance tipped and they finally issued a statement on August 25th:
Response to the Recent Attacks on Bioethicists
In recent days we have witnessed unfair attacks in print and on the Internet on prominent bioethicists such as Ezekiel Emanuel and Robert Pearlman. (cf. B. McCaughey, “Deadly Doctors” New York Post, August 17, 2009; J. Towey, “The Death Book for Veterans,” Wall Street Journal, August 18, 2009). In each case, these ethicists have been incorrectly portrayed as seeking to disenfranchise patients from the decision making process and thereby hasten their deaths.
Mischaracterizing the work of any of the thoughtful people who have tried to contribute to this debate, attributing to them nightmarish views for purely political purposes, not only perpetrates a heinous form of intellectual violence against those individuals, it denigrates bioethics as a profession, and more importantly, it does a profound disservice to the society that we seek to serve.
In our complex health-care system, there has proven to be no single method to guarantee that the wishes of the patient and his or her family will be respected when they choose to focus on the comfort of the patient rather than pursue other avenues of treatment.
As a result, bioethicists have often participated in the development of legislation, regulatory and accreditation standards, institutional policies, living wills, values histories, and a variety of other means to record the wishes of patients and to provide impetus to respect those wishes. Similarly, many bioethicists endorse proposed reimbursement mechanisms that compensate physicians and other professionals for asking the patient about his or her wishes and having a detailed discussion of these sensitive manners.
The Board of Directors of the American Society for Bioethics and Humanities deplore the attempts by opponents of health care reform to scare the public by parodying bioethicists’ efforts to promote respect for patients’ wishes concerning compassionate care at the end of life. Ripping language from its context in a living will or policy proposal can easily make any document or mechanism sound inhumane and cruel, but it is a form of dishonesty that merits only contempt.
The ASBH’s statement isn’t as good as the ABPD’s, focusing only on defending the honor of the profession, but it’s a start. Perhaps the ASBH will eventually be able to acknowledge that 99% of their members consider America’s 50 million uninsured to be a violation of all conceivable interpretations of ethics and human rights.
President Obama will shortly be appointing his own bioethics advisory body, and the signals are that it will not only be again reflective of the liberal mainstream of bioethics, like the Clinton National Bioethics Advisory Commission, but also be specifically tasked to focus on the questions of health care access and priority-setting. Let us urge the Obama administration and its bioethics advisors to have the courage to appoint proud and determined progressives to the body, and give up vain efforts at “balance.”
Bioethicists can no longer pretend to be wise non-partisan sages, dispensing timeless wisdom. With great reluctance they have been forced to become part of the increasingly divided biopolitical landscape.
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James Hughes Ph.D., the IEET Executive Director, is a bioethicist and sociologist at Trinity College in Hartford Connecticut USA. He is author of Citizen Cyborg and is working on a second book tentatively titled Cyborg Buddha. He produces a syndicated weekly radio program, Changesurfer Radio.
http://ieet.org/index.php/IEET/more/hughes20090831/
J. Hughes
Bioethicists might prefer to be seen as wise non-partisan sages, dispensing timeless wisdom. But now, albeit with great reluctance, they are forced to take an active role in the increasingly divided biopolitical landscape.
The Bush administration’s appointment of Leon Kass’s President’s Council on Bioethics shattered American bioethicists’ belief that they were above politics. The polarization of liberal and conservative bioethicists in the wake of Kass’s ascendancy revealed bioethics to be proto-biopolitics, a temporary academic sherry hour where colleagues could chat about cloning and the definition of death until they were drowned out by the clash of biopolitical partisans in the streets.
With the election of President Obama, championed as a return of Enlightenment values, I’m sure some bioethicists believed the partisan polarization could be set aside, forgotten as an aberration of the Bush years. Now the hard Right’s disinformation campaigns about “death panels” and attacks on bioethicists in the health reform debate have made clear that the majority of progressive bioethicists have to take a political stand for our Enlightenment values of freedom, equality and solidarity against the forces of reaction and unreason.
First we saw the demagoguing of the provision in the House reform bill that would have allowed doctors to be reimbursed for one conversation every five years with their patients about end of life planning and advance directives. The conversations would be, of course, voluntary, and the patients could choose an advance directive that insisted on a full court press till the bitter end. But the Fox News heads made this out to be a policy requiring all patients to sign up for an early death. Then they added the charge that the Veteran Affair’s booklet on end-of-life planning document, “Your Life, Your Choices” pushed veterans to end their lives, when in fact, like all advance directives materials, it simply asked whether the person would want to forgo life-sustaining treatment in a series of scenarios.
Next we saw the conspiracy theories about the bioethicist Ezekiel Emanuel being part of a grand plot to promote euthanasia and draconian rationing as part of the alleged socialized medical system the Democrats were creating. The Democrats aren’t, sadly, proposing a socialized medical system, or any draconian rationing, and Ezekiel Emanuel is not a proponent of draconian rationing schemes, simply common-sense utilitarian priority-setting. But a paragraph or two out of thirty years of voluminous writings on bioethics, taken out of context by the Republican noise machine and then placed in juxtaposition with disinformation about the Soylent Green suicide factories supposedly being run by the Brits and Canadians, and there was at least one frothing tea-bagger at every healthcare meeting quoting from the new Protocols of the Elders of Zeke.
Then, there was the charge that the Democrat’s health reforms would create “death panels,” a lie fabricated by the Republican propagandist Betsy McCaughey. One would think that Democrats would have been able to immediately turn this attack around, since it is in fact private managed care that runs death panels, by denying coverage to the sick, then denying services for the people they cover, and then dropping people from coverage when they get sick. But since half of the Democrats have been hopelessly compromised by cozy relationships with the health insurance industry and medical industrial complex these arguments rarely occur to them.
Fortunately, as is often (too often) the case, it took Jon Stewart’s brilliant cross-examination of McCaughey on The Daily Show to deflate the balloon of “death panel” hot air. Unfortunately, polls show the damage had already been done to a credulous public’s growing unease with the health care reform process, especially among seniors.
With the mounting campaign of hate being directed at bioethicists, and core concepts of bioethical practice that have been established for decades, the liberal bioethicists were finally stirred to response.
First came the statement from the Association of Bioethics Program Directors:
Three Myths About the Ethics of Health Care Reform
The American Bioethics Program Directors represents the leadership of 60 academic bioethics programs across North America. At this critical juncture in the national debate about health care reform in the United States, our membership wishes to send a clear message about some myths that challenge the ethics of reform proposals.
Myth #1: Health care reform will mean giving up control of my own health care decisions.
Fact: The field of bioethics has long championed the rights of individual patients to make their own health care decisions in consultation with their physicians. If we thought the major proposals being considered posed a serious threat to these rights, we would be the first to speak out. But that is NOT the case. The right of individuals to make decisions about their health care is engrained in the ethics of American medical practice and that won’t change under any of the approaches to health care reform currently under discussion.
Myth #2: Health care reform will control health care costs by depriving patients of important, but costly, medical treatments.
Fact: This is also untrue. If anything, the provisions in current health care proposals will increase the likelihood that patients will get quality medical care and decrease the likelihood of medical errors that kill thousands of patients every year. There are unethical ways to control costs, including refusing to treat the uninsured or those who have insurance but cannot afford the exorbitant out of pocket costs of expensive treatments-that is the status quo. Health care reform offers a more coherent approach to delivery of health care that aims to control costs while maintaining the quality Americans have come to expect and deserve.
Myth #3: Health care reform will deny older Americans medical treatments at the end of life.
Fact: This may be the most pernicious myth of all. In proposed approaches to reform, there is a provision that supports the rights of individuals and their families to make decisions at the end of life by institutionalizing a process for patients and families to express their desires to their physicians and other health care professionals. This right is part of the culture of American medicine, defended since the beginnings of the field of bioethics, and supported by case law going back over 50 years.
Some opponents of health care reform have twisted both the intent and effect of this provision, making unsupported claims about how it will push older Americans into hospice against their will, and even euthanasia. Nothing could be further from the truth. Straightforward conversations about end of life are critical to quality health care, with decisions continuing to be made by individuals and their families in ways that are consistent with their values and in consultation with their physicians.
Here is the real bottom line: The current state of health care is unethical. It is neither just nor fair. There is no morally defensible reason why some Americans get excellent medical care at costs they can afford and other Americans lose their homes or go into bankruptcy attempting to secure treatment for a seriously ill loved one. The current proposals being debated in Congress all go a long way towards making health care in America more just. At the same time, there is nothing in the current proposals that threatens a patient’s right to choose, a critical feature of an ethically acceptable health care system.
We commend efforts to reform the health care delivery system with commitments to cover all Americans while protecting choice and maintaining the high quality care that our fellow citizens deserve. We stand ready to aid however we can in this vital effort.
This statement put pressure on the American Society for Bioethics and Humanities, which is the largest association of bioethicists in the world. They have long had bitter internal divisions between “progressives” and “professionals” over the ASBH should take stands on ethical and political issues of the day.
With the careers and lives of bioethicists being threatened, the balance tipped and they finally issued a statement on August 25th:
Response to the Recent Attacks on Bioethicists
In recent days we have witnessed unfair attacks in print and on the Internet on prominent bioethicists such as Ezekiel Emanuel and Robert Pearlman. (cf. B. McCaughey, “Deadly Doctors” New York Post, August 17, 2009; J. Towey, “The Death Book for Veterans,” Wall Street Journal, August 18, 2009). In each case, these ethicists have been incorrectly portrayed as seeking to disenfranchise patients from the decision making process and thereby hasten their deaths.
Mischaracterizing the work of any of the thoughtful people who have tried to contribute to this debate, attributing to them nightmarish views for purely political purposes, not only perpetrates a heinous form of intellectual violence against those individuals, it denigrates bioethics as a profession, and more importantly, it does a profound disservice to the society that we seek to serve.
In our complex health-care system, there has proven to be no single method to guarantee that the wishes of the patient and his or her family will be respected when they choose to focus on the comfort of the patient rather than pursue other avenues of treatment.
As a result, bioethicists have often participated in the development of legislation, regulatory and accreditation standards, institutional policies, living wills, values histories, and a variety of other means to record the wishes of patients and to provide impetus to respect those wishes. Similarly, many bioethicists endorse proposed reimbursement mechanisms that compensate physicians and other professionals for asking the patient about his or her wishes and having a detailed discussion of these sensitive manners.
The Board of Directors of the American Society for Bioethics and Humanities deplore the attempts by opponents of health care reform to scare the public by parodying bioethicists’ efforts to promote respect for patients’ wishes concerning compassionate care at the end of life. Ripping language from its context in a living will or policy proposal can easily make any document or mechanism sound inhumane and cruel, but it is a form of dishonesty that merits only contempt.
The ASBH’s statement isn’t as good as the ABPD’s, focusing only on defending the honor of the profession, but it’s a start. Perhaps the ASBH will eventually be able to acknowledge that 99% of their members consider America’s 50 million uninsured to be a violation of all conceivable interpretations of ethics and human rights.
President Obama will shortly be appointing his own bioethics advisory body, and the signals are that it will not only be again reflective of the liberal mainstream of bioethics, like the Clinton National Bioethics Advisory Commission, but also be specifically tasked to focus on the questions of health care access and priority-setting. Let us urge the Obama administration and its bioethics advisors to have the courage to appoint proud and determined progressives to the body, and give up vain efforts at “balance.”
Bioethicists can no longer pretend to be wise non-partisan sages, dispensing timeless wisdom. With great reluctance they have been forced to become part of the increasingly divided biopolitical landscape.
--------------------------------------------------------------------------------
James Hughes Ph.D., the IEET Executive Director, is a bioethicist and sociologist at Trinity College in Hartford Connecticut USA. He is author of Citizen Cyborg and is working on a second book tentatively titled Cyborg Buddha. He produces a syndicated weekly radio program, Changesurfer Radio.
http://ieet.org/index.php/IEET/more/hughes20090831/
Bioethics and Health Insurance
2009-09-27T08:18:00+02:00
bioeticayseguro
A-BIOÉTICA Y SEGURO DE ASISTENCIA SANITARIA|
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A-BIOÉTICA Y SEGURO DE ASISTENCIA SANITARIA
los riesgos de ls msnipulación de la vida humana.
Qué piensa la Iglesia Católica sobre la fecundación in vitro, la investigación con embriones, la clonación, la eugenesia o la eutanasia. Alberto Bochatey, director del Centro de Bioética de la UCA, habló con Radio Cero y diario El Día.
Por Gustavo Rivas y Marcelo Lorenzo
- ¿Cuál es el campo específico de la bioética? ¿Involucra, por ejemplo, la relación entre la técnica y la vida?
Alberto Bochatey:- En un sentido, sí. La bioética enfoca, básicamente, la licitud de la intervención del hombre sobre el hombre. La medicina durante milenios ha actuado sobre los órganos del ser humano. Pero la técnica nos permitió desde hace algunas décadas poder avanzar directamente sobre la estructura de la vida humana, la genética, la fertilización in vitro, la selección de embriones, el congelamiento de embriones, tener un hermanito para curar al hermano mayor que está enfermo. Hemos tocado, en suma, la estructura básica de la vida. Entonces en el mundo dijeron: bueno, sentémonos a pensar un poco las dimensiones éticas que tiene esto. Para poder iluminar realmente un avance de la ciencia y de la técnica acorde con la verdad, acorde con la dignidad del hombre.
- Existe la percepción de que la Iglesia Católica está enfrentada al establishment científico en este tema. Hay una tensión a raíz de visiones distintas. ¿Es así?
- En principio creo que la Iglesia parte de Cristo que dice: "la verdad os hará libres". Buscando la verdad, tiene un profundo sentido de libertad de poder actuar. No diría que está enfrentada al establishment científico. Sino que participa del avance de la ciencia desde una perspectiva antropológica cristiana. Ahí puede haber distancia. Porque hoy las perspectivas masivas no responden a una antropología profunda sobre la vida, sino que son más relativistas, contractualistas, constructivistas, hedonista, emotivistas. En fin, tenemos muchas corrientes de pensamiento contemporáneas, que globalmente las podríamos encuadrar dentro de lo que llamamos pensamiento blando o débil. Estas visiones no abordan la estructura del ser en su totalidad, sino que se quedan con una parte de la persona.
- En nuestra civilización lo científico-técnico goza de un gran prestigio. La pregunta es: ¿la técnica es neutral?
- Evidentemente la neutralidad en la ética no existe, en la técnica tampoco y en la ciencia menos. Lo que si podríamos hablar es de objetividad. Hay unas verdades objetivas y hay datos que son objetivos. Tal vez no absolutos, pero sí objetivos, en el plano científico. ¿Qué quiere decir esto?. ¿Dónde está la diferencia?. Que hoy por hoy es una trampa pretender decir que el científico que investiga en el laboratorio no responde a ningún proyecto ideológico, económico o político. Porque por otra parte alguien le paga el sueldo. Y el laboratorio va a investigar lo que le interese científicamente. Pero también lo que le puede interesar desde el punto de vista, por ejemplo, comercial. Ni hablemos cuando los gobiernos son muy estatistas y se meten en el mundo de la universidad, en el mundo de la ciencia. Y todo lo quieren controlar, desde cómo pensar a cómo vivir. Lo que sí es cierto es que la técnica le ha ganado a la ciencia. Hoy hablamos de la tecnociencia. Cuando históricamente el gran sabio, el señor de los señores en el mundo del pensamiento, era el científico. Pensemos en Bernardo Houssay. Hoy el médico, el investigador, va a depender del técnico. Esto se ve en la vida cotidiana: cuando uno va al médico, éste lo primero que te dice es: ‘bueno vaya y hágase tal y cual análisis; cuando tenga el resultado venga a verme y le digo lo que tiene’. Antes el médico te revisaba y te diagnosticaba él. Hoy necesita del dato técnico, del instrumento para poder avanzar en su ciencia. No está mal, al contrario, tenemos más precisión, mejores diagnósticos. O sea, esto no es negativo. Lo que es negativo es pretender que la técnica sea una cosa objetiva, mecánica, sin ningún peso de formación ética. Y ahí podemos caer en las garras de tecnócratas que son peores que los burócratas.
- ¿Acaso existe algo así como una mentalidad tecnocrática?
- Seguro que sí. Porque, justamente, al tener tanto poder, ser tan positiva y eficiente, la técnica genera una fascinación muy grande. Muchas veces el hombre prefiere renunciar o postrarse frente al avance tecnológico, en lugar de hacer la reflexión científica completa, dándole a la verdad científica un valor objetivo y trascendente. Hoy se habla de distintas teorías científicas. Se hace convivir a dos científicos que dicen cosas distintas, incluso opuestas, sobre el mismo objeto. Pero no: o es o no es. Si tengo un vaso de agua y se lo doy a dos bioquímicos para que me analicen el contenido del vaso, ¿qué tienen que concluir? Pues que ahí hay agua (H2O). Tal vez uno de ellos tenga mejor técnica, mejor máquina, mejor precisión a la hora de determinar por ejemplo la salinidad del agua. Pero no puede uno decirme que es agua y el otro que es gin o ginebra (porque son incoloros los dos).
Tras la huella de Menguele
- Esto de manipular la vida –algo en un sentido prodigioso- genera algunos interrogantes. Por ejemplo: al crear seres nuevos ¿no querrá el hombre parecerse a Dios? Y entonces a uno le viene a la imaginación Frankenstein, el relato del monstruo creado artificialmente, la obra literaria de Mary Shelley, de 1816...
- En el imaginario uno lo tiene presente a Frankenstein. Pero en lo concreto a Menguele. Lo terrible de una ciencia sin ética lo podríamos representar en el horror nazi del Holocausto. Y la investigación que se hacía con los presos. Menguele, como se sabe, perteneció a la jerarquía nazi. Y dirigió toda la parte de experimentación con los presos, en especial judíos. Aprovechando la existencia de los campos de concentración, con una crueldad sin límites. Por ejemplo, experimentó hasta cuándo podía vivir una persona sin comer. Una cosa horrorosa. Por eso, tras el proceso de Nüremberg, en 1948, se hace la declaración universal de los Derechos Humanos. Porque el horror nazi devino de haber avanzado en una ciencia y en una técnica sin ética. Esto provocó una reacción unánime en Occidente, desde donde se dijo: ‘señores, basta; a esto hay que detenerlo urgentemente’. Al punto que la misma ciencia médica nunca aceptó y tomó como válido ninguno de los experimentos que hicieron los nazis. Es decir, los tiraron a la basura. No porque sus resultados no pudieran ser interesantes. Sino por el medio aberrante con el que se hicieron esos experimentos.
- Aceptar los resultados de los experimentos nazis hubiese sido convalidar sus métodos…
- Exactamente. Aquí estamos en un terreno en el cual se desafía a Dios como creador de la vida, más allá de tal o cual religión. Si Dios es Dios, es de necio desafiarlo. Dios nos ha dado la capacidad, la inteligencia, la sabiduría, la razón para pode avanzar en la ciencia y mejorar la naturaleza. Somos co-creadores de la voluntad de Dios. Dios ha creado el universo y nos lo ha confiado para que lo dominemos. Lo que no significa destruirlo y mucho menos abusar de él. Dominar viene de ‘domini’, de Señor. Es decir, ser señores de la creación. Y un buen señor cuida sus bienes y los hace producir para mejor. Entonces, avanzar en la ciencia de la medicina, conocer mejor nuestra genética, poder prevenir y predecir enfermedades, eso es maravilloso. No nos podemos poner en contra de ese progreso. Pero tenemos que poner un marco antropológico adecuado, desde el cual emane una ética. A mí no me gusta decir que aquí la ética es un límite. Sino que la ética es como la autopista de la ciencia. Si yo aconsejara a alguien: este médico es excelente, pero tené cuidado que no tiene nada de ética, y aquel otro por ahí sabe menos pero es un tipo de bien, te va a cuidar, se va a interesar por vos. Es muy probable que, frente a esta dos opciones, uno elija la última. Y aquí estamos un poco en lo mismo. Pero atención: la ética nunca es un límite para la ciencia. Reitero, es como la autopista, donde hay que pagar peaje, hay que entrar por ciertos lugares, salir por ciertos lugares. Pero al mismo tiempo uno sabe que nadie viene de frente, que no hay curvas cerradas, que no hay peligros. Con la autopista se llega más rápido al objetivo.
- Parece que estamos más dispuestos a aceptar, a raíz de la crisis ecológica, que la manipulación de la naturaleza tiene un límite, pero este pensamiento no es correlativo cuando se habla de la intervención sobre la vida humana…
- Soy muy enemigo de la palabra límite. Creo que cuando nos zambullimos en la verdad, la verdad de Dios, la verdad eterna, estamos hablando de una dimensión sin límites. Ahora bien, sería necio de nuestra parte no reconocer que somos seres limitados, que necesitamos dormir, trabajar, comer y que algún día nos vamos a morir. No aceptar eso es vivir en un mundo de fantasía, en la irrealidad. Paralelamente, es importante reconocer que hay ciertas normas, que hay un protocolo, un proceso de investigación, que no se puede escindir de la verdad de persona humana (que va desde la concepción hasta la muerte natural). Eso nos da una gran sabiduría y va a salvar nuestra época. Porque podemos hacer horrores, atacar la naturaleza destruirla, dejar a nuestros hijos un mundo contaminado. O podemos avanzar y dejar un mundo sanamente organizado, desde el punto de vista científico y ético.
La clave antropológica
- Dentro de la bioética, ¿cuál es hoy el punto cardinal o más acuciante?
- Encontrarnos verdaderamente los eticistas con los científicos y los técnicos, en torno al tópico de quién es el hombre. No tenerle miedo a poner una base antropológica que sea universal, que por lo menos sea de encuentro, de acuerdo. Crear una cultura del encuentro, no de la disociación. Que cualquier ciencia pueda construirse a partir de un concepto universal de persona humana. Una verdadera antropología (…) En la Argentina tenemos el desafío del mundo hospitalario. En el país conviven la supertecnología para hacer intervenciones médicas, y profesionales de primer nivel, con hospitales donde no hay leche, colchones, mesas de luz, etc. Y ahora nos anoticiamos de este escándalo de los medicamentos truchos, en el que se mezclan los negocios y el poder. Creo que esto es muy grave (…) Tenemos que volver la mirada a los grandes hombres de ciencia del país. Un Leloir, un Houssay, un Milstein. Tenemos ejemplos muy positivos de hombres que amaron la vida y vivieron hasta el último minuto en la búsqueda de la ciencia. Sin dudas que el testimonio es más fuerte que las palabras. Y Argentina tiene, en el mundo de la ética, de la política, de la ciencia, grandes hombres.
- La última encíclica papal menciona el tema de la clonación…
- Los intentos de clonación humana han fracasado estrepitosamente y prácticamente hoy nadie los hace seriamente.
- ¿En qué consiste, básicamente?
- La clonación consiste en quitar el núcleo de una célula, transferirlo a otra célula, a la que a su vez se le quitó el núcleo originario que tenía y desarrollaron ese citoplasma de esa célula donde va a reproducir. Se replica la primera célula. Esto se ha logrado. Ahora bien, ¿se acuerdan de la oveja Dolly?. Fue el primer mamífero clonado. La noticia dio la vuelta al mundo. ¿Qué pasó con la oveja? ¿Dónde está?. Tuvieron que matarla. La oveja Dolly no se murió, la mataron. Le aplicaron la eutanasia por la cantidad de deformaciones, por su degeneración precoz, artrosis, una serie de enfermedades que desarrolló. Se olvidaron que la célula que yo tomo, si bien va a dar vida a un nuevo ser, esa célula ya tiene su edad, empieza más vieja. No es una célula que comenzó de cero, sino que ya había madurado y había tenido su tiempo de vida. En lo humano no se ha logrado nada parecido. Además está prohibido por el mundo. En los países más liberales, en la Unión Europea y demás, hay un acuerdo de prohibir la clonación humana reproductiva. Es decir se prohíbe que nazca un ser humano mediante este procedimiento.
El deshumanizante uso de los embriones humanos
- ¿Qué pasa con la manipulación de embriones humanos?
- Esto sí se está haciendo. Y abundantemente. Están en boga las técnicas de fertilización in vitro, que entre paréntesis algunos grupos de interés (clínicas) están tratando de que se impulsen hoy en el Congreso. El Estado pasaría a pagar estas técnicas que son tan caras como poco exitosas. La iniciativa toca una cuerda sensible: las parejas que no pueden tener hijos (…) Por otro lado está la ley de aborto, que quieren ponerla a todo trance (…) En algunos laboratorios se producen embriones humanos. Así muchos seres, en estado embrionario, son congelados. Para utilizarlos después en futuras transferencias al cuerpo de una mujer, para tratar de que nazcan. ¿Pero qué pasa? Que a veces no se transfieren, que hay sobreabundancia de esos embriones. Y entonces se tiran. O lo que es peor: se seleccionan. Los que son sanitos, los que se están desarrollando, sobreviven. Los que son feitos o enfermitos, van al tacho de basura. Volvemos a Menguele. Aquí entra a tallar el dato científico de cuando empieza la vida. No se puede condicionar la objetividad de un dato científico, tan específico como es la embriología, a ideologías políticas o a intereses comerciales. Eso es un atraso en la sociedad. Eso no es de progre. Eso es de pobre, que es distinto (…) Después está la práctica de crear un hermanito remedio. Es decir, tener un hijo para que sea compatible con mi hijo ya nacido enfermo y poder tener una especie de almacén de órganos, de tejidos, de repuestos para curar. El fin no justifica los medios. Uno puede entender perfectamente a los papás desesperados con un hijo enfermo. Pero no se puede utilizar una vida porque un hermano necesita órganos. Hay una política que trata el tema. Narra la historia de una familia con una hija enferma. Después tienen un hijo sano y eligen tener otro hijo -en este caso una hija mujer- para que sea fuente de órganos para su hermana. Y esta chica un buen día dice: ‘basta, desde que nací me están sacando sangre, riñones, tejidos para mi hermana. ¡Hasta cuando tengo que ser depósito o estar a disposición de la vida o salud de mi hermana y no puedo decidir yo sobre mi cuerpo, sobre mi vida!’. Esto es muy grave: porque para poder tener ese hijo remedio hay que destruir muchos otros hijos. O sea, tener muchos embriones. Los que no son compatibles se destruyen, los otros siguen. O sea que esos padres generan muchas vidas, tiran, destruyen, matan muchas de ellas y se quedan con las que han elegido.
- Escuchándolo, queda claro que por un lado la técnica ha prolongado la vida, pero por otro la destruye. ¿Hasta donde puede llegar la intervención sin producir daños?
- Se puede llegar hasta la persona. Puedo avanzar en todos los experimentos que quiera, en todas las tecnologías nuevas que quiera y para eso tenemos la razón, los medios. Estamos obligados a ir avanzando en este terreno. Pero sin violar la dignidad humana, que es un ser trascendente, intocable.
- Eso sería salirse de la autopista…
- Exactamente (…) El hombre, no importa si es mujer o varón, puede tener muchas ideas. Pero la cosa es sensible y universal cuando se toca la dimensión del amor, esa gran palabra ausente en la ciencia y en la técnica. Hablamos de ética, pero la ética es una ciencia que tiene por finalidad ayudar la vida del hombre. Y lo único que realmente nos salva es el amor del uno al otro (…) En Occidente, a partir sobre todo de los ‘70, se instaló en la sociedad el sexo sin amor. Algo que había estado en el ámbito de la prostitución. ¿Qué pasó en la década del ‘80?. Nació Louise Brown, la primera bebé de probeta (in vitro). Allí se produce otra fractura de la sexualidad. Puedo tener un hijo sin acto sexual. Es decir, ya no se saca el amor sino el acto sexual en sí mismo. Esto era algo impensado. Poder crear vida sin acto sexual es una verdadera revolución copernicana. En los ‘90 hubo otra avance: los intentos de clonación. Es decir, poder hacer vida ya no sin amor, ya no sin acto sexual sino con células (…) Cuando una sociedad no tiene como un valor fundamental la vida del otro, cae toda posibilidad de confianza, de construcción social.
- Resulta una idea inquietante que venga una generación de hijos de la ciencia. Serían los nuevos huérfanos…
- Totalmente. Además de nuevos huérfanos, serían organismos modificados genéticamente (…) No somos solo una biología, somos fundamentalmente una biografía. Mi médico conoce mi biología pero no conoce mi biografía. Y perder ante el avance tecno-científico la biografía humana, la historia humana, la familia humana sería un fracaso de la ciencia y de la técnica.
Ficha personal
El presbítero Alberto Bochatey dio una conferencia el miércoles pasado en el Instituto Sedes Sapientiae, a propósito de la encíclica “El amor en la verdad”, del Papa Benedicto XVI.
Bochatey es Director del Centro de Bioética de la Universidad Católica Argentina (UCA), miembro de la Academia de Ética en Medicina (Argentina), Licenciado en Teología Moral por la Pontificia Universidad Lateranense de Roma (Italia), y Master en Bioética por esa universidad romana, entre otros títulos.
Es fundador y miembro de numerosas asociaciones de Bioética en el país y en el exterior. Es autor y coautor de numerosos artículos y libros sobre la temática.
http://www.eldiadegualeguaychu.com.ar/index.php/claves-suplementos-14/48114-la-manipulacion-tecnica-de-la-vida-humana-bajo-la-mirada-de-un-especialista
Por Gustavo Rivas y Marcelo Lorenzo
- ¿Cuál es el campo específico de la bioética? ¿Involucra, por ejemplo, la relación entre la técnica y la vida?
Alberto Bochatey:- En un sentido, sí. La bioética enfoca, básicamente, la licitud de la intervención del hombre sobre el hombre. La medicina durante milenios ha actuado sobre los órganos del ser humano. Pero la técnica nos permitió desde hace algunas décadas poder avanzar directamente sobre la estructura de la vida humana, la genética, la fertilización in vitro, la selección de embriones, el congelamiento de embriones, tener un hermanito para curar al hermano mayor que está enfermo. Hemos tocado, en suma, la estructura básica de la vida. Entonces en el mundo dijeron: bueno, sentémonos a pensar un poco las dimensiones éticas que tiene esto. Para poder iluminar realmente un avance de la ciencia y de la técnica acorde con la verdad, acorde con la dignidad del hombre.
- Existe la percepción de que la Iglesia Católica está enfrentada al establishment científico en este tema. Hay una tensión a raíz de visiones distintas. ¿Es así?
- En principio creo que la Iglesia parte de Cristo que dice: "la verdad os hará libres". Buscando la verdad, tiene un profundo sentido de libertad de poder actuar. No diría que está enfrentada al establishment científico. Sino que participa del avance de la ciencia desde una perspectiva antropológica cristiana. Ahí puede haber distancia. Porque hoy las perspectivas masivas no responden a una antropología profunda sobre la vida, sino que son más relativistas, contractualistas, constructivistas, hedonista, emotivistas. En fin, tenemos muchas corrientes de pensamiento contemporáneas, que globalmente las podríamos encuadrar dentro de lo que llamamos pensamiento blando o débil. Estas visiones no abordan la estructura del ser en su totalidad, sino que se quedan con una parte de la persona.
- En nuestra civilización lo científico-técnico goza de un gran prestigio. La pregunta es: ¿la técnica es neutral?
- Evidentemente la neutralidad en la ética no existe, en la técnica tampoco y en la ciencia menos. Lo que si podríamos hablar es de objetividad. Hay unas verdades objetivas y hay datos que son objetivos. Tal vez no absolutos, pero sí objetivos, en el plano científico. ¿Qué quiere decir esto?. ¿Dónde está la diferencia?. Que hoy por hoy es una trampa pretender decir que el científico que investiga en el laboratorio no responde a ningún proyecto ideológico, económico o político. Porque por otra parte alguien le paga el sueldo. Y el laboratorio va a investigar lo que le interese científicamente. Pero también lo que le puede interesar desde el punto de vista, por ejemplo, comercial. Ni hablemos cuando los gobiernos son muy estatistas y se meten en el mundo de la universidad, en el mundo de la ciencia. Y todo lo quieren controlar, desde cómo pensar a cómo vivir. Lo que sí es cierto es que la técnica le ha ganado a la ciencia. Hoy hablamos de la tecnociencia. Cuando históricamente el gran sabio, el señor de los señores en el mundo del pensamiento, era el científico. Pensemos en Bernardo Houssay. Hoy el médico, el investigador, va a depender del técnico. Esto se ve en la vida cotidiana: cuando uno va al médico, éste lo primero que te dice es: ‘bueno vaya y hágase tal y cual análisis; cuando tenga el resultado venga a verme y le digo lo que tiene’. Antes el médico te revisaba y te diagnosticaba él. Hoy necesita del dato técnico, del instrumento para poder avanzar en su ciencia. No está mal, al contrario, tenemos más precisión, mejores diagnósticos. O sea, esto no es negativo. Lo que es negativo es pretender que la técnica sea una cosa objetiva, mecánica, sin ningún peso de formación ética. Y ahí podemos caer en las garras de tecnócratas que son peores que los burócratas.
- ¿Acaso existe algo así como una mentalidad tecnocrática?
- Seguro que sí. Porque, justamente, al tener tanto poder, ser tan positiva y eficiente, la técnica genera una fascinación muy grande. Muchas veces el hombre prefiere renunciar o postrarse frente al avance tecnológico, en lugar de hacer la reflexión científica completa, dándole a la verdad científica un valor objetivo y trascendente. Hoy se habla de distintas teorías científicas. Se hace convivir a dos científicos que dicen cosas distintas, incluso opuestas, sobre el mismo objeto. Pero no: o es o no es. Si tengo un vaso de agua y se lo doy a dos bioquímicos para que me analicen el contenido del vaso, ¿qué tienen que concluir? Pues que ahí hay agua (H2O). Tal vez uno de ellos tenga mejor técnica, mejor máquina, mejor precisión a la hora de determinar por ejemplo la salinidad del agua. Pero no puede uno decirme que es agua y el otro que es gin o ginebra (porque son incoloros los dos).
Tras la huella de Menguele
- Esto de manipular la vida –algo en un sentido prodigioso- genera algunos interrogantes. Por ejemplo: al crear seres nuevos ¿no querrá el hombre parecerse a Dios? Y entonces a uno le viene a la imaginación Frankenstein, el relato del monstruo creado artificialmente, la obra literaria de Mary Shelley, de 1816...
- En el imaginario uno lo tiene presente a Frankenstein. Pero en lo concreto a Menguele. Lo terrible de una ciencia sin ética lo podríamos representar en el horror nazi del Holocausto. Y la investigación que se hacía con los presos. Menguele, como se sabe, perteneció a la jerarquía nazi. Y dirigió toda la parte de experimentación con los presos, en especial judíos. Aprovechando la existencia de los campos de concentración, con una crueldad sin límites. Por ejemplo, experimentó hasta cuándo podía vivir una persona sin comer. Una cosa horrorosa. Por eso, tras el proceso de Nüremberg, en 1948, se hace la declaración universal de los Derechos Humanos. Porque el horror nazi devino de haber avanzado en una ciencia y en una técnica sin ética. Esto provocó una reacción unánime en Occidente, desde donde se dijo: ‘señores, basta; a esto hay que detenerlo urgentemente’. Al punto que la misma ciencia médica nunca aceptó y tomó como válido ninguno de los experimentos que hicieron los nazis. Es decir, los tiraron a la basura. No porque sus resultados no pudieran ser interesantes. Sino por el medio aberrante con el que se hicieron esos experimentos.
- Aceptar los resultados de los experimentos nazis hubiese sido convalidar sus métodos…
- Exactamente. Aquí estamos en un terreno en el cual se desafía a Dios como creador de la vida, más allá de tal o cual religión. Si Dios es Dios, es de necio desafiarlo. Dios nos ha dado la capacidad, la inteligencia, la sabiduría, la razón para pode avanzar en la ciencia y mejorar la naturaleza. Somos co-creadores de la voluntad de Dios. Dios ha creado el universo y nos lo ha confiado para que lo dominemos. Lo que no significa destruirlo y mucho menos abusar de él. Dominar viene de ‘domini’, de Señor. Es decir, ser señores de la creación. Y un buen señor cuida sus bienes y los hace producir para mejor. Entonces, avanzar en la ciencia de la medicina, conocer mejor nuestra genética, poder prevenir y predecir enfermedades, eso es maravilloso. No nos podemos poner en contra de ese progreso. Pero tenemos que poner un marco antropológico adecuado, desde el cual emane una ética. A mí no me gusta decir que aquí la ética es un límite. Sino que la ética es como la autopista de la ciencia. Si yo aconsejara a alguien: este médico es excelente, pero tené cuidado que no tiene nada de ética, y aquel otro por ahí sabe menos pero es un tipo de bien, te va a cuidar, se va a interesar por vos. Es muy probable que, frente a esta dos opciones, uno elija la última. Y aquí estamos un poco en lo mismo. Pero atención: la ética nunca es un límite para la ciencia. Reitero, es como la autopista, donde hay que pagar peaje, hay que entrar por ciertos lugares, salir por ciertos lugares. Pero al mismo tiempo uno sabe que nadie viene de frente, que no hay curvas cerradas, que no hay peligros. Con la autopista se llega más rápido al objetivo.
- Parece que estamos más dispuestos a aceptar, a raíz de la crisis ecológica, que la manipulación de la naturaleza tiene un límite, pero este pensamiento no es correlativo cuando se habla de la intervención sobre la vida humana…
- Soy muy enemigo de la palabra límite. Creo que cuando nos zambullimos en la verdad, la verdad de Dios, la verdad eterna, estamos hablando de una dimensión sin límites. Ahora bien, sería necio de nuestra parte no reconocer que somos seres limitados, que necesitamos dormir, trabajar, comer y que algún día nos vamos a morir. No aceptar eso es vivir en un mundo de fantasía, en la irrealidad. Paralelamente, es importante reconocer que hay ciertas normas, que hay un protocolo, un proceso de investigación, que no se puede escindir de la verdad de persona humana (que va desde la concepción hasta la muerte natural). Eso nos da una gran sabiduría y va a salvar nuestra época. Porque podemos hacer horrores, atacar la naturaleza destruirla, dejar a nuestros hijos un mundo contaminado. O podemos avanzar y dejar un mundo sanamente organizado, desde el punto de vista científico y ético.
La clave antropológica
- Dentro de la bioética, ¿cuál es hoy el punto cardinal o más acuciante?
- Encontrarnos verdaderamente los eticistas con los científicos y los técnicos, en torno al tópico de quién es el hombre. No tenerle miedo a poner una base antropológica que sea universal, que por lo menos sea de encuentro, de acuerdo. Crear una cultura del encuentro, no de la disociación. Que cualquier ciencia pueda construirse a partir de un concepto universal de persona humana. Una verdadera antropología (…) En la Argentina tenemos el desafío del mundo hospitalario. En el país conviven la supertecnología para hacer intervenciones médicas, y profesionales de primer nivel, con hospitales donde no hay leche, colchones, mesas de luz, etc. Y ahora nos anoticiamos de este escándalo de los medicamentos truchos, en el que se mezclan los negocios y el poder. Creo que esto es muy grave (…) Tenemos que volver la mirada a los grandes hombres de ciencia del país. Un Leloir, un Houssay, un Milstein. Tenemos ejemplos muy positivos de hombres que amaron la vida y vivieron hasta el último minuto en la búsqueda de la ciencia. Sin dudas que el testimonio es más fuerte que las palabras. Y Argentina tiene, en el mundo de la ética, de la política, de la ciencia, grandes hombres.
- La última encíclica papal menciona el tema de la clonación…
- Los intentos de clonación humana han fracasado estrepitosamente y prácticamente hoy nadie los hace seriamente.
- ¿En qué consiste, básicamente?
- La clonación consiste en quitar el núcleo de una célula, transferirlo a otra célula, a la que a su vez se le quitó el núcleo originario que tenía y desarrollaron ese citoplasma de esa célula donde va a reproducir. Se replica la primera célula. Esto se ha logrado. Ahora bien, ¿se acuerdan de la oveja Dolly?. Fue el primer mamífero clonado. La noticia dio la vuelta al mundo. ¿Qué pasó con la oveja? ¿Dónde está?. Tuvieron que matarla. La oveja Dolly no se murió, la mataron. Le aplicaron la eutanasia por la cantidad de deformaciones, por su degeneración precoz, artrosis, una serie de enfermedades que desarrolló. Se olvidaron que la célula que yo tomo, si bien va a dar vida a un nuevo ser, esa célula ya tiene su edad, empieza más vieja. No es una célula que comenzó de cero, sino que ya había madurado y había tenido su tiempo de vida. En lo humano no se ha logrado nada parecido. Además está prohibido por el mundo. En los países más liberales, en la Unión Europea y demás, hay un acuerdo de prohibir la clonación humana reproductiva. Es decir se prohíbe que nazca un ser humano mediante este procedimiento.
El deshumanizante uso de los embriones humanos
- ¿Qué pasa con la manipulación de embriones humanos?
- Esto sí se está haciendo. Y abundantemente. Están en boga las técnicas de fertilización in vitro, que entre paréntesis algunos grupos de interés (clínicas) están tratando de que se impulsen hoy en el Congreso. El Estado pasaría a pagar estas técnicas que son tan caras como poco exitosas. La iniciativa toca una cuerda sensible: las parejas que no pueden tener hijos (…) Por otro lado está la ley de aborto, que quieren ponerla a todo trance (…) En algunos laboratorios se producen embriones humanos. Así muchos seres, en estado embrionario, son congelados. Para utilizarlos después en futuras transferencias al cuerpo de una mujer, para tratar de que nazcan. ¿Pero qué pasa? Que a veces no se transfieren, que hay sobreabundancia de esos embriones. Y entonces se tiran. O lo que es peor: se seleccionan. Los que son sanitos, los que se están desarrollando, sobreviven. Los que son feitos o enfermitos, van al tacho de basura. Volvemos a Menguele. Aquí entra a tallar el dato científico de cuando empieza la vida. No se puede condicionar la objetividad de un dato científico, tan específico como es la embriología, a ideologías políticas o a intereses comerciales. Eso es un atraso en la sociedad. Eso no es de progre. Eso es de pobre, que es distinto (…) Después está la práctica de crear un hermanito remedio. Es decir, tener un hijo para que sea compatible con mi hijo ya nacido enfermo y poder tener una especie de almacén de órganos, de tejidos, de repuestos para curar. El fin no justifica los medios. Uno puede entender perfectamente a los papás desesperados con un hijo enfermo. Pero no se puede utilizar una vida porque un hermano necesita órganos. Hay una política que trata el tema. Narra la historia de una familia con una hija enferma. Después tienen un hijo sano y eligen tener otro hijo -en este caso una hija mujer- para que sea fuente de órganos para su hermana. Y esta chica un buen día dice: ‘basta, desde que nací me están sacando sangre, riñones, tejidos para mi hermana. ¡Hasta cuando tengo que ser depósito o estar a disposición de la vida o salud de mi hermana y no puedo decidir yo sobre mi cuerpo, sobre mi vida!’. Esto es muy grave: porque para poder tener ese hijo remedio hay que destruir muchos otros hijos. O sea, tener muchos embriones. Los que no son compatibles se destruyen, los otros siguen. O sea que esos padres generan muchas vidas, tiran, destruyen, matan muchas de ellas y se quedan con las que han elegido.
- Escuchándolo, queda claro que por un lado la técnica ha prolongado la vida, pero por otro la destruye. ¿Hasta donde puede llegar la intervención sin producir daños?
- Se puede llegar hasta la persona. Puedo avanzar en todos los experimentos que quiera, en todas las tecnologías nuevas que quiera y para eso tenemos la razón, los medios. Estamos obligados a ir avanzando en este terreno. Pero sin violar la dignidad humana, que es un ser trascendente, intocable.
- Eso sería salirse de la autopista…
- Exactamente (…) El hombre, no importa si es mujer o varón, puede tener muchas ideas. Pero la cosa es sensible y universal cuando se toca la dimensión del amor, esa gran palabra ausente en la ciencia y en la técnica. Hablamos de ética, pero la ética es una ciencia que tiene por finalidad ayudar la vida del hombre. Y lo único que realmente nos salva es el amor del uno al otro (…) En Occidente, a partir sobre todo de los ‘70, se instaló en la sociedad el sexo sin amor. Algo que había estado en el ámbito de la prostitución. ¿Qué pasó en la década del ‘80?. Nació Louise Brown, la primera bebé de probeta (in vitro). Allí se produce otra fractura de la sexualidad. Puedo tener un hijo sin acto sexual. Es decir, ya no se saca el amor sino el acto sexual en sí mismo. Esto era algo impensado. Poder crear vida sin acto sexual es una verdadera revolución copernicana. En los ‘90 hubo otra avance: los intentos de clonación. Es decir, poder hacer vida ya no sin amor, ya no sin acto sexual sino con células (…) Cuando una sociedad no tiene como un valor fundamental la vida del otro, cae toda posibilidad de confianza, de construcción social.
- Resulta una idea inquietante que venga una generación de hijos de la ciencia. Serían los nuevos huérfanos…
- Totalmente. Además de nuevos huérfanos, serían organismos modificados genéticamente (…) No somos solo una biología, somos fundamentalmente una biografía. Mi médico conoce mi biología pero no conoce mi biografía. Y perder ante el avance tecno-científico la biografía humana, la historia humana, la familia humana sería un fracaso de la ciencia y de la técnica.
Ficha personal
El presbítero Alberto Bochatey dio una conferencia el miércoles pasado en el Instituto Sedes Sapientiae, a propósito de la encíclica “El amor en la verdad”, del Papa Benedicto XVI.
Bochatey es Director del Centro de Bioética de la Universidad Católica Argentina (UCA), miembro de la Academia de Ética en Medicina (Argentina), Licenciado en Teología Moral por la Pontificia Universidad Lateranense de Roma (Italia), y Master en Bioética por esa universidad romana, entre otros títulos.
Es fundador y miembro de numerosas asociaciones de Bioética en el país y en el exterior. Es autor y coautor de numerosos artículos y libros sobre la temática.
http://www.eldiadegualeguaychu.com.ar/index.php/claves-suplementos-14/48114-la-manipulacion-tecnica-de-la-vida-humana-bajo-la-mirada-de-un-especialista
los riesgos de ls msnipulación de la vida humana.
2009-09-27T08:09:00+02:00
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Alvaro Moreno investiga desde la facultad de Filosofía de la UPV sobre el origen de la vida y de la cognición
Álvaro Moreno pertenece al grupo de Filosofía de la Biología-IAS Research Group de la UPV/EHU. El grupo, formado por filósofos y científicos, se centra en el estudio de sistemas autónomos, el concepto de información biológica y la vida artificial, desde la perspectiva de la biología teórica y la filosofía.
Los principales temas de investigación del grupo son los sistemas complejos y la autoorganización, la bioética, la vida artificial, el origen y las bases biológicas de la cognición, el desarrollo y la evolución, y el estudio de la metodología de las ciencias biológicas y cognitivas.
"Tratamos de ver desde el papel que tiene la autonomía en la bioética o en el origen de la vida, hasta cómo construir sistemas cognitivos realmente autónomos", explicó Moreno.
http://www.adn.es/local/bilbao/20090826/NWS-1497-UPV-Filosofia-Alvaro-Moreno-cognicion.html
Los principales temas de investigación del grupo son los sistemas complejos y la autoorganización, la bioética, la vida artificial, el origen y las bases biológicas de la cognición, el desarrollo y la evolución, y el estudio de la metodología de las ciencias biológicas y cognitivas.
"Tratamos de ver desde el papel que tiene la autonomía en la bioética o en el origen de la vida, hasta cómo construir sistemas cognitivos realmente autónomos", explicó Moreno.
http://www.adn.es/local/bilbao/20090826/NWS-1497-UPV-Filosofia-Alvaro-Moreno-cognicion.html
Alvaro Moreno investiga desde la facultad de Filosofía de la UPV sobre el origen de la vida y de la cognición
2009-09-27T07:58:00+02:00
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sábado, 26 de septiembre de 2009
El alma
Con las grandes palabras, especialmente si tienen mucho uso, hay que tener cuidado. Porque a medida que pasan de boca a boca y de mente a mente, se confunden, pierden sus conexiones con la realidad y flotan en el mundo de las ideas como globos a la deriva. Sugieren demasiadas cosas a la vez. Para trabajar con las grandes palabras, hay que anclarlas en la realidad: acudir a los lugares originales de donde procede su sentido.
Por Juan Luis Lorda
Arvo.net
La palabra alma es una palabra enorme, un globo gigantesco. Muy venerable, porque está relacionada con lo más sublime. Pero también pintoresca, cuando la mentalidad popular se la representa como un duende dentro del hombre. Una cultura tan científica como la nuestra no está para duendes. “Entia non sunt multiplicanda praeter necessitatem” (Ockham: “no hay por qué admitir más cosas que las necesarias”). Chesterton o Tolkien protestarían al unísono, y defenderían también la necesidad de los duendes, precisamente para contrarrestar una visión exclusivamente científica del mundo. Pero yo me voy a limitar a defender la existencia del alma.
Si comenzamos preguntando por lo que evoca la palabra, flotaremos. Tenemos que tomar tierra y relacionar la palabra con la realidad. En su origen, la palabra “alma” está relacionada con tres experiencias humanas muy importantes. La primera es el misterio de la vida y la diferencia entre la vida y la muerte. La segunda es la pregunta por el más allá, y en concreto por la supervivencia personal. La tercera se refiere a lo característico del espíritu humano, a la vida de la inteligencia y al ejercicio de la libertad y de la creatividad. No se trata de duendes.
La vida tiene una maravillosa riqueza de propiedades. Hay muchos cuentos donde los protagonistas se suben a una roca y resulta ser un elefante o creen llegar a una isla y se encuentran sobre el caparazón de una tortuga. Desde luego, en los cuentos y en la realidad, hay mucha diferencia entre subirse a un montón de tierra o a un elefante. El elefante o la tortuga pueden hacer cosas que no cabe esperar de la montaña o la isla.
El niño que está entusiasmado con su perrito se llevará un disgusto terrible si se le muere: se acabaron los juegos, se acabó el correr, se acabó esa mirada y los saltos de alegría cuando vuelve a casa. Al tocar el cuerpo frío del animal, notará la diferencia. Se asomará a la tragedia de la muerte, a esa amenaza tan tremenda para lo vivo. El cuerpo inmóvil que tiene delante, parece el mismo, pero ya no es el mismo. Ha dejado de estar animado: ha perdido la vida. En este primer sentido, alma es lo mismo que animación. Todo lo vivo está “animado”. Es lo que se ve a simple vista.
Como vivimos en una sociedad ilustrada por los conocimientos científicos, ya no podemos quedarnos con lo que se ve a simple vista. Sabemos mucho más sobre la realidad. Esto es una ventaja, pero también un inconveniente. Desde luego, saber más, es siempre una ventaja. El inconveniente consiste en que el conocimiento de los detalles puede impedirnos la visión de conjunto. Los árboles pueden ocultarnos el bosque: el bosque sólo se ve a simple vista, sin análisis.
LA MATERIA
La mentalidad científica moderna es, en mucha parte, “constructivista”, perdón por la palabra. Es decir, entiende que explicar una cosa es lo mismo que decir cómo está hecha, cuáles son sus componentes y como se combinan. Desde luego una gran parte de la ciencia moderna, la química, la física atómica y la biología, han progresado a base de analizar los compuestos y encontrar los elementos y su estructura. Esto lleva a que muchas personas con mentalidad científica al ver la realidad, piensen siempre en su composición. Ven un mineral y recuerdan de qué está compuesto. Ven un árbol y recuerdan sus estructuras. Y lo mismo al ver un perro o una persona. Hoy sabemos que, con diferentes grados de complejidad, todo está compuesto de los mismos elementos de la tabla periódica que puso en orden, hace más de cien años, Mendeleiev (+ 1907).
Cuando una persona con mentalidad científica ve que muere un animal o una persona, piensa en las alteraciones orgánicas que se han producido y que hacen imposible la vida. Tiene razón: para explicar la muerte basta fijarse en la alteración de los componentes orgánicos. El problema es que, cuando ven un ser vivo o a una persona piensan que está vivo sólo porque está construido con estos componentes. Y lo ven como si fuera una enorme estructura bioquímica que funciona ordenadamente. Muchos dirán que, “en el fondo”, es una aglomeración de materiales que funciona gracias a las propiedades físicas y químicas de sus elementos. Y aquí no tienen razón. O, por decirlo mejor, tienen sólo una parte pequeña de razón. Porque esta explicación es muy reductiva: oculta el misterio de la vida. Es como si dijéramos que El Quijote es un conjunto ordenado de letras o una casa un conjunto ordenado de materiales de construcción. Es verdad, pero ocultamos mucha más verdad de la que decimos.
Ningún materialista aceptaría de buen humor que le cambiaran a su hijo por un cubo de agua y un saquito de polvo. Y, sin embargo, es verdad que, desde el punto de vista de los materiales, el hijo es, “en el fondo”, como toda la materia viva, 80 por ciento de agua y unos pocos kilos de calcio, carbono y otros elementos químicos. Si fuera consecuente con lo que piensa, tendría que aceptar el cambio sin pestañear. Pero algo nos dice que no aceptaría. Y hace bien. Quizá defienda en teoría que es lo mismo, pero no se atreverá a vivir como si fuera lo mismo. Sólo unos pocos canallas en la historia han sido capaces de ser consecuentes hasta el final. Los demás se han sentido paralizados por sus sentimientos humanitarios, por su intuición espontánea sobre las cosas. Es que algo no cuadra. Quizá los árboles nos ocultan el bosque.
LA FORMA
¿Por qué la materia organizada y en funcionamiento es más que la materia suelta? Plantearse la pregunta así, honradamente, ya es un gran paso, casi una voltereta, porque nos puede llevar a ver las cosas al revés. Pero es la única manera de defender que el hijo “es más” que el cubo de agua y el saquito de polvo.
Bien mirado, es asombroso que la naturaleza resulte ser como un inmenso juego de construcción, con tanta complejidad y con tantísimas propiedades. Esto lo entienden mejor los aficionados a las arquitecturas y los mecanos. Hay muchos juegos de construcción muy buenos. Y se pueden hacer muchas cosas con piezas simples. Aunque, desde luego, no tantas cosas como las que hace la naturaleza. No se vende ningún juego con unas piezas tan polivalentes, capaces de formar tan sorprendentes estructuras.
No existe un juego que permita construir un perro ni nada parecido. Hay mecanos que permiten construir coches. Te dan las piezas y los planos para ponerlas en su sitio. Si tienes imaginación, puedes construir también cosas que no están previstas en los juegos de construcción: palacios estupendos o mecanismos curiosos. Caben variantes sin límite, infinitas. Sólo estás limitado por las posibilidades de las piezas. Pero ningún juego de arquitectura permite construir, por ejemplo, un motor de explosión. Las piezas no tienen las propiedades mecánicas y térmicas necesarias.
Si tuviéramos piezas de metales muy resistentes y con la forma adecuada, podríamos acoplarlas y hacer un motor de explosión. Pero sólo si tienen la forma adecuada. No sirve cualquier pieza. Para hacer un motor de explosión, primero necesitamos la idea del motor de explosión y luego, con poca libertad, podemos hacer las piezas. Lo curioso es que aquí vamos en sentido contrario que el análisis científico normal. No explicamos el motor por las piezas que lo componen, sino al revés: las características de las piezas se explican porque las necesitamos para el motor. Lo que manda es la idea del motor.
Sería ridículo explicar el motor de explosión diciendo que es una acumulación de piezas. Antes que nada, el motor es una idea. Podemos hacer las piezas con distintas formas y materiales, pero tenemos que respetar la idea. Se da la curiosa circunstancia de que las propiedades del motor de explosión son propiedades de la idea del motor, no de las piezas. Las piezas sueltas no tienen esas propiedades: si alguien las viera sueltas, no podría deducir las propiedades del motor. Sólo cuando están unidas según la idea del motor, tienen las propiedades del motor. El motor tiene más propiedades que las piezas.
Las personas con mentalidad exclusivamente científica están acostumbradas a explicar la vida por sus elementos. Y dicen que todo es, en el fondo, una combinación de piezas elementales con propiedades elementales. Todo lo de arriba se explica por lo de abajo; y, en el fondo, se reduce a lo de abajo. Lo verdaderamente real es lo de abajo. . Esto lo dicen científicos serios (S. W. Hawking, S. Weinberg, F. Crick) y también otros (C. Sagan, E. O. Wilson, R. Dawkins) que se dedican a la divulgación de la ciencia y a la extrapolación (a veces incontrolada) de los conocimientos. Pero es un reduccionismo, tan grande como explicar una casa sólo por sus ladrillos o El Quijote por sus letras.
Es más: pudiera ser muy bien que el mundo se explicara al revés, como el motor. Que las características de las piezas elementales se expliquen por las ideas superiores. Puede ser que haya que comprender los elementos de la materia como las piezas de algo superior, que tiene muchas más propiedades que las piezas. Si no, no se puede justificar la extraordinaria capacidad y polivalencia de este juego de construcción.
Es interesante notar que las ideas, las formas tienen propiedades (el motor de explosión). Aprovechan las propiedades de sus componentes, pero se comportan como un conjunto que tiene más propiedades que sus componentes. En la misteriosa diferencia entre lo vivo y lo muerto, sucede esto, con un nivel de complejidad fabuloso. Lo vivo, con todo el organismo en su sitio, tiene muchas más propiedades y muy superiores a lo no vivo. A esto, se le llama, a veces, emergentismo (M. Bunge): aunque la palabra sugiere una dirección de abajo arriba.
Quizá haya que dar la vuelta. Quizá sea más sensato pensar que los elementos de la materia son, en realidad, las piezas de lo vivo. Si la idea de lo vivo no estuviera de alguna forma prevista en el juego de construcción, ¿cómo se va a producir ese enorme salto hacia arriba? En los juegos de construcción, nunca se producen estos saltos de calidad. Y menos por casualidad. Si metiéramos millones de piezas de arquitectura, en una hormigonera y dieran vueltas durante miles años, se produciría de vez en cuando un trozo de pared, pero nunca un castillo y mucho menos un caballo. Por más vueltas que demos. Y si metiéramos canicas, nunca se produciría nada. No hay problema en admitir que la forma de un montón de tierra se ha producido por casualidad. Pero parece absurdo decir que la forma de los seres vivos se ha producido por casualidad. Las formas superiores tienen que estar previstas de alguna manera en el juego; tienen que ser posibles. ¿No habrá que pensar el mundo desde arriba en lugar de pensarlo desde abajo?
EL ESPÍRITU
Los seres vivos son seres animados. Y con esto se expresa toda su capacidad de obrar, de moverse, de conservarse en unas condiciones, de protegerse del medio, de alimentarse y de reproducirse. Hay un salto enorme entre las propiedades de lo vivo y lo que no está vivo. No sólo de orden de complejidad, de cantidad de materiales puestos en su sitio. Es que, además, hay “ideas nuevas”, formas superiores, con propiedades nuevas. A medida que subimos por la escala de la vida, nos encontramos con una conducta cada vez más compleja e interesante. Una conducta que no se explica por las piezas, que siempre son las mismas, sino por las formas que integran las piezas.
Y llega un momento en que nos encontramos con otro salto. El nuestro. Cuando escalamos la vida orgánica, en el nivel más alto nos encontramos con la conciencia. Y entramos en un terreno increíble. Estamos acostumbrados. Ese es el problema. Vivimos ahí y todo lo contemplamos desde ahí. Nuestra conciencia tiene propiedades completamente sorprendentes, pero no nos llaman la atención, porque estamos acostumbrados a ellas.
En la conciencia, se dan tres propiedades concatenadas: la inteligencia, la libertad y la causalidad espiritual o creatividad. Nuestro yo tiene las tres propiedades a la vez. La inteligencia es la capacidad de conocer y pensar con ideas abstractas. La libertad (voluntad) es la capacidad de diseñar la conducta concreta al pensarla en abstracto. La causalidad espiritual o creatividad es un efecto de todo esto. Por el dominio que tenemos sobre nuestra inteligencia y nuestro cuerpo, podemos intervenir en el mundo físico. Nos movemos en él, cambiamos las cosas de sitio, manejamos herramientas y construimos. Con esas propiedades, el ser humano ha transformado la superficie del planeta. Todo lo que vemos alrededor, todo lo que es la cultura humana, ha nacido de ideas manejadas por nuestra conciencia y ejecutadas moviendo nuestras manos (y herramientas) con un plan diseñado libremente.
Nos parece normal. Pero, si lo pensamos científicamente, es extraordinario. Nuestra capacidad de formar, transmitir y manejar ideas es un misterio. También lo es nuestra capacidad de concretar previendo y diseñando nuestra conducta (libertad). Y también lo es nuestra capacidad operativa: es decir, que la conciencia mueva la materia, empezando por nuestro propio cuerpo y nuestras manos. Si hemos estudiado física, sabremos que, después de un esfuerzo de investigación gigantesco, hemos llegado a la conclusión de que todo lo que sucede en el universo se debe a la acción de cuatro fuerzas elementales. Pues bien, además de las cuatro fuerzas, está nuestra conciencia que es capaz de mover un cuerpo, el nuestro, y, a través de él, con herramientas, todo lo demás.
EL SUJETO
Hoy somos más conscientes de lo misterioso que es todo esto cuando queremos hacer ordenadores que imiten la conducta humana. Nos tropezamos con que los ordenadores no pueden formar ideas ni entienden las palabras (inteligencia), y no son capaces de decidir una conducta concreta a partir de ideas abstractas (libertad). En cambio, son capaces de mover cosas. Un programa de ordenador, que es algo así como un poco de inteligencia condensada (ideas, formas), es capaz de obrar, siguiendo un proceso. Por supuesto que obra de una manera muy rudimentaria y sin creatividad. Tampoco tienen las delicadas relaciones con el cuerpo que nosotros tenemos: no tienen emociones. Y desde luego no tienen sentido estético; no tienen sentido del humor; no tienen sentido de la justicia; y no pueden amar al prójimo como a uno mismo. Esto son sólo propiedades de nuestra conciencia.
Un ordenador es sólo un procesador de programas. Los ordenadores siguen procesos, pero no “entienden” las ideas ni las palabras, sólo las usan. No hay un “yo” que entienda. No hay un yo que forme ideas, que obtenga analogías, que pase de lo concreto a lo abstracto ni de lo abstracto a lo concreto. No hay un yo que entienda y piense en abstracto, que obtenga analogías y las cambie de plano. No pueden aprender en abstracto y usar lo que ha aprendido en otro contexto, de manera analógica. Y, como no manejan ideas en abstracto, tampoco pueden concretar pensando (libertad): no pueden decidir, no pueden ser creativos, no pueden enfrentarse a problemas nuevos. Son un conjunto de piezas montadas, con una idea de construcción y algunas ideas prestadas de funcionamiento. Son capaces de ejecutar procesos pensados por otros. Pero no hay un sujeto, no hay un protagonista, no hay un yo que sepa lo que está haciendo.
En cambio, cada uno de nosotros somos un sujeto. Nuestras operaciones espirituales, la inteligencia, la libertad y la causalidad espiritual tienen un sujeto y nos convierten en sujetos. Obramos como un sujeto. Es un modo peculiar y distinto de estar en el mundo. Seres que piensan, que entienden, que extraen experiencia y conocimiento, y que pueden obrar abriendo caminos. Por eso, cada hombre es una singularidad en el mundo, que no está explicado por su entorno y que no se puede reducir a sus piezas. Es un centro de operaciones en el universo, creativo y autónomo, con un universo mental dentro de la cabeza. Un universo mental capaz de transformar el mundo físico con ideas y acciones.
La filosofía griega, desde Platón, ya se dio cuenta de este argumento: el sujeto humano hace operaciones inmateriales y, por tanto, no es material. El proceso de formación y uso de las nociones abstractas (ideas) no es material; el uso de la libertad, que permite trazar un camino concreto pensando en abstracto no es material y contradice el determinismo de la materia; la causalidad de la conciencia, que opera libremente sobre el cuerpo, no es material. El comportamiento inmaterial, nos señala que el sujeto es inmaterial. En los demás seres vivos, no hay sujeto, no hay espíritu, sólo hay una forma con propiedades espectaculares, una forma que se desvanece cuando se corrompe el cuerpo (aunque la idea permanece, porque se puede repetir). Pero el ser humano no es sólo una idea, una estructura repetible, sino un sujeto inmaterial y autónomo. Y como es inmaterial, no se puede corromper, tiene que ser inmortal. Este es el argumento clásico de la espiritualidad humana que han usado todos los espiritualistas, desde Platón hasta Bergson, pasando por Santo Tomás de Aquino o Descartes.
Combinando elementos de las filosofías de Platón y Aristóteles, Santo Tomás dedujo que el alma es, a la vez, el sujeto espiritual (Platón) y la forma del cuerpo (Aristóteles). Es una fórmula feliz, aunque, para entenderla bien, hay que hacerse una idea de lo que significa el sujeto espiritual en Platón y de lo que significa la forma en Aristóteles. Otros pensadores modernos han recurrido a algunas analogías más o menos felices, para señalar la diferencia entre alma y cerebro. Eccles y Popper, decían que es como el piano y el pianista. Pero es sólo un ejemplo. El piano puede ser una prolongación del cuerpo, pero no es el cuerpo. Todas las analogías son defectuosas porque el caso de la relación del alma y el cuerpo es único. Tenemos una forma con un nivel de unidad y de estructura tal, que tiene la propiedad de ser un sujeto; es una idea como el “motor de explosión”, pero con tal categoría que es una persona.
La tradición filosófica entronca la idea del sujeto humano espiritual -la persona- con una aspiración permanente y espontánea de la humanidad, la supervivencia tras la muerte: es la tercera raíz de lo que entendemos por alma. La idea de un más allá, donde las personas perviven es una aspiración que nos encontramos por todas partes y se expresa en todas las culturas, aunque de distinta manera. Muchas culturas y muchas religiones afirman que el sujeto humano permanece tras la muerte de algún modo. Y a lo que permanece, al sujeto, le llaman “alma”.
Es muy difícil pensarse como no existiendo. Esto lo sabía muy bien Unamuno, que no dejaba de pensar en ello. Es muy difícil pensar que las personas que uno ha querido son nada cuando mueren. Que esos sujetos libres y únicos, que hemos querido tanto desaparecen sin más. ¿Cómo he podido querer tanto a un poco de agua y polvo? ¿Por qué no me da lo mismo que otro poco de agua y polvo? El más allá es una cuestión oscura, porque no sabemos cómo pueda ser, pero el deseo de pervivir y el amor a las personas más allá de la muerte son tendencias claras.
LA PERSONA DESDE LA FE CRISTIANA
El mensaje cristiano no es filosofía. Pero entronca directamente con las aspiraciones personales de supervivencia y con las convicciones del amor. También con las otras raíces que han dado sentido a la palabra alma.
Para la fe cristiana, Dios, que es un ser espiritual, ha creado el mundo. Y lo ha organizado de arriba abajo, con todas sus propiedades que se despliegan en la historia del cosmos. Por eso, porque procede de una inteligencia creadora, el mundo está tan lleno de inteligencia y de altas propiedades. Por eso, el juego de construcción es tan maravilloso y capaz de tantas cosas.
Además, el mundo visible y material está ordenado al hombre, que es su cumbre, y, probablemente, la clave de todas sus propiedades. En el ámbito de la filosofía de las ciencias, se llama “principio antrópico”, a esta idea: a pensar que el mundo se explica porque está ordenado al hombre: las curiosas características de la materia, la sorprendente historia de la evolución, la existencia misma de la tierra (que es un sistema bien curioso). Pero la Biblia lo da por supuesto desde sus primeras páginas: el hombre es la cima del mundo visible, y todo está ordenado a él.
Pero es una cima que supera lo que tiene debajo, porque el hombre ha sido hecho “a imagen de Dios”. Esta expresión aparece en el primer relato de la creación, en las primeras páginas de la Biblia, y es muy importante en la tradición judía y cristiana. Indica que el hombre se parece a Dios y refleja su imagen sobre el mundo. A semejanza de Dios, el hombre es un sujeto, un ser inteligente, capaz de obrar creativamente.
El ser humano tiene algo de divino. El segundo relato de la creación, lo expresa con una imagen: Dios introduce su aliento y espíritu en el hombre. El hombre no sólo viene de abajo. Viene también de arriba, del espíritu de Dios. Aunque tenga materia, no se explica por la combinación aleatoria de las fuerzas de la materia. Tiene algo que viene de Dios y refleja lo que es Dios.
Pero además, Dios lo ha creado con un fin eterno. El ser humano ha sido creado para conocer y amar a Dios por toda la eternidad. Ha sido preparado para ese destino. Dios ha hecho al hombre capaz de conocer y amar, y de durar eternamente. Este es el argumento religioso para fundamentar y entender que el hombre es un sujeto espiritual (destinado a conocer y amar) y que es inmortal (destinado a durar para siempre).
A la religión no le asusta pensar en un sujeto espiritual, no le asusta pensar en una existencia que no es material, porque cree que Dios es un ser espiritual. La idea de persona, que es una idea cristiana, expresa la dignidad de un sujeto espiritual. La calidad de un ser que no se explica por las analogías y las propiedades de la materia. Ni su ser ni su obrar se pueden expresar con el vocabulario que se utiliza para la materia.
Al mismo tiempo, el hombre es un ser corporal. Esto no es un añadido. Es su modo de ser, pertenece a su forma, a su idea, tal como Dios la ha querido. Sabemos por experiencia que, para que el espíritu pueda expresarse en el cuerpo, el cuerpo tiene que estar en condiciones. Es preciso que la base orgánica se haya desarrollado. Si el cerebro no se ha constituido bien, la conciencia no puede expresarse, no puede abrirse al mundo. Porque el funcionamiento normal del hombre es una conciencia con un cuerpo; y el cuerpo sitúa a la persona en el mundo, y sirve de expresión e instrumento a la conciencia. La fe cristiana cree que el sujeto espiritual permanece tras la muerte, privado de su cuerpo, pero cree también que su perfección es con el cuerpo, y la alcanzará al final, en la resurrección. Tiene su modelo en la resurrección de Cristo.
Creemos que en todo ser humano, desde su origen, hay un sujeto espiritual, aunque todavía no se pueda expresar. Pero hay más. La experiencia nos enseña que para que la conciencia comience a funcionar, necesita ser hablada. Necesita ser estimulada por la palabra, despertada por la palabra, por así decir, o por lo menos por el signo (como el caso de Hellen Keller). Esto lo vemos al observar cómo se desarrollan los niños, y, por contraste, nos lo confirma la triste experiencia de los llamados “niños salvajes” (Enfants sauvages, Feral Children); niños que no han sido criados en un ambiente humano. Sin una relación humana, la conciencia humana no se puede desplegar (o lo hace muy rudimentariamente). Esto es asombroso. Es una manifestación de que el espíritu humano es relacional. La tradición de pensamiento cristiano ve en esto una huella de que el hombre es un ser para la relación: procede de la relación con Dios y está destinado a la relación con Dios.
Para el cristianismo, es un asunto muy serio. La relación humana tiene su perfección en el amor. La moral cristiana se resume en amar a Dios sobre todas las cosas; y a los demás como hijos de Dios. Cada persona humana aspira en lo más hondo a amar y a ser amada, y no le parece que hay mejor bien que éste.
Cuando se entiende el valor de cada persona, se entiende que merece ser amada. Juan Pablo II le llama a esto la “norma personalista”. Muchos pensadores cristianos (Marcel, Pieper) se han dado cuenta de que todo amor encierra un deseo de eternidad. Amar es decir “no morirás”. En los hombres es sólo un deseo. Pero en Dios es una promesa que crea la realidad. El amor personal de Dios es lo que nos convierte en sujetos para siempre. Este es el fundamento personal del peculiar modo de ser del hombre: un sujeto delante de Dios: un tú creado para siempre por un Yo que es todopoderoso y eterno (Buber).
Hay que terminar. Nos hemos acercado a las experiencias que enraízan la palabra “alma” y nos habremos dado cuenta de que estamos hablando de algo muy serio. La palabra “alma” encierra el misterio de la vida y sus sorprendentes propiedades; el misterio del más allá y las aspiraciones humanas más profundas; y el misterio de la conciencia humana, de la inteligencia y la libertad. La palabra “alma” indica también a la persona, al ser espiritual, querido por Dios y constituido, por su amor, como un interlocutor para siempre. El alma humana no es un duende, ni una cosa que esté en el hombre, ni una parte del hombre. Es el sujeto espiritual, con su forma y sus propiedades, la persona querida por Dios. Todo esto es lo que lleva dentro la palabra alma.
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Juan Luis Lorda es profesor de Antropología cristiana, doctor en Teología e ingeniero industrial. El artículo ha sido publicado originalmente en “Nuestro Tiempo” n. 603 (setiembre 2004) 101-108.
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FILOSOFÍA DEL HOMBRE
Arvo Net, 10/01/2006
Por Juan Luis Lorda
Arvo.net
La palabra alma es una palabra enorme, un globo gigantesco. Muy venerable, porque está relacionada con lo más sublime. Pero también pintoresca, cuando la mentalidad popular se la representa como un duende dentro del hombre. Una cultura tan científica como la nuestra no está para duendes. “Entia non sunt multiplicanda praeter necessitatem” (Ockham: “no hay por qué admitir más cosas que las necesarias”). Chesterton o Tolkien protestarían al unísono, y defenderían también la necesidad de los duendes, precisamente para contrarrestar una visión exclusivamente científica del mundo. Pero yo me voy a limitar a defender la existencia del alma.
Si comenzamos preguntando por lo que evoca la palabra, flotaremos. Tenemos que tomar tierra y relacionar la palabra con la realidad. En su origen, la palabra “alma” está relacionada con tres experiencias humanas muy importantes. La primera es el misterio de la vida y la diferencia entre la vida y la muerte. La segunda es la pregunta por el más allá, y en concreto por la supervivencia personal. La tercera se refiere a lo característico del espíritu humano, a la vida de la inteligencia y al ejercicio de la libertad y de la creatividad. No se trata de duendes.
La vida tiene una maravillosa riqueza de propiedades. Hay muchos cuentos donde los protagonistas se suben a una roca y resulta ser un elefante o creen llegar a una isla y se encuentran sobre el caparazón de una tortuga. Desde luego, en los cuentos y en la realidad, hay mucha diferencia entre subirse a un montón de tierra o a un elefante. El elefante o la tortuga pueden hacer cosas que no cabe esperar de la montaña o la isla.
El niño que está entusiasmado con su perrito se llevará un disgusto terrible si se le muere: se acabaron los juegos, se acabó el correr, se acabó esa mirada y los saltos de alegría cuando vuelve a casa. Al tocar el cuerpo frío del animal, notará la diferencia. Se asomará a la tragedia de la muerte, a esa amenaza tan tremenda para lo vivo. El cuerpo inmóvil que tiene delante, parece el mismo, pero ya no es el mismo. Ha dejado de estar animado: ha perdido la vida. En este primer sentido, alma es lo mismo que animación. Todo lo vivo está “animado”. Es lo que se ve a simple vista.
Como vivimos en una sociedad ilustrada por los conocimientos científicos, ya no podemos quedarnos con lo que se ve a simple vista. Sabemos mucho más sobre la realidad. Esto es una ventaja, pero también un inconveniente. Desde luego, saber más, es siempre una ventaja. El inconveniente consiste en que el conocimiento de los detalles puede impedirnos la visión de conjunto. Los árboles pueden ocultarnos el bosque: el bosque sólo se ve a simple vista, sin análisis.
LA MATERIA
La mentalidad científica moderna es, en mucha parte, “constructivista”, perdón por la palabra. Es decir, entiende que explicar una cosa es lo mismo que decir cómo está hecha, cuáles son sus componentes y como se combinan. Desde luego una gran parte de la ciencia moderna, la química, la física atómica y la biología, han progresado a base de analizar los compuestos y encontrar los elementos y su estructura. Esto lleva a que muchas personas con mentalidad científica al ver la realidad, piensen siempre en su composición. Ven un mineral y recuerdan de qué está compuesto. Ven un árbol y recuerdan sus estructuras. Y lo mismo al ver un perro o una persona. Hoy sabemos que, con diferentes grados de complejidad, todo está compuesto de los mismos elementos de la tabla periódica que puso en orden, hace más de cien años, Mendeleiev (+ 1907).
Cuando una persona con mentalidad científica ve que muere un animal o una persona, piensa en las alteraciones orgánicas que se han producido y que hacen imposible la vida. Tiene razón: para explicar la muerte basta fijarse en la alteración de los componentes orgánicos. El problema es que, cuando ven un ser vivo o a una persona piensan que está vivo sólo porque está construido con estos componentes. Y lo ven como si fuera una enorme estructura bioquímica que funciona ordenadamente. Muchos dirán que, “en el fondo”, es una aglomeración de materiales que funciona gracias a las propiedades físicas y químicas de sus elementos. Y aquí no tienen razón. O, por decirlo mejor, tienen sólo una parte pequeña de razón. Porque esta explicación es muy reductiva: oculta el misterio de la vida. Es como si dijéramos que El Quijote es un conjunto ordenado de letras o una casa un conjunto ordenado de materiales de construcción. Es verdad, pero ocultamos mucha más verdad de la que decimos.
Ningún materialista aceptaría de buen humor que le cambiaran a su hijo por un cubo de agua y un saquito de polvo. Y, sin embargo, es verdad que, desde el punto de vista de los materiales, el hijo es, “en el fondo”, como toda la materia viva, 80 por ciento de agua y unos pocos kilos de calcio, carbono y otros elementos químicos. Si fuera consecuente con lo que piensa, tendría que aceptar el cambio sin pestañear. Pero algo nos dice que no aceptaría. Y hace bien. Quizá defienda en teoría que es lo mismo, pero no se atreverá a vivir como si fuera lo mismo. Sólo unos pocos canallas en la historia han sido capaces de ser consecuentes hasta el final. Los demás se han sentido paralizados por sus sentimientos humanitarios, por su intuición espontánea sobre las cosas. Es que algo no cuadra. Quizá los árboles nos ocultan el bosque.
LA FORMA
¿Por qué la materia organizada y en funcionamiento es más que la materia suelta? Plantearse la pregunta así, honradamente, ya es un gran paso, casi una voltereta, porque nos puede llevar a ver las cosas al revés. Pero es la única manera de defender que el hijo “es más” que el cubo de agua y el saquito de polvo.
Bien mirado, es asombroso que la naturaleza resulte ser como un inmenso juego de construcción, con tanta complejidad y con tantísimas propiedades. Esto lo entienden mejor los aficionados a las arquitecturas y los mecanos. Hay muchos juegos de construcción muy buenos. Y se pueden hacer muchas cosas con piezas simples. Aunque, desde luego, no tantas cosas como las que hace la naturaleza. No se vende ningún juego con unas piezas tan polivalentes, capaces de formar tan sorprendentes estructuras.
No existe un juego que permita construir un perro ni nada parecido. Hay mecanos que permiten construir coches. Te dan las piezas y los planos para ponerlas en su sitio. Si tienes imaginación, puedes construir también cosas que no están previstas en los juegos de construcción: palacios estupendos o mecanismos curiosos. Caben variantes sin límite, infinitas. Sólo estás limitado por las posibilidades de las piezas. Pero ningún juego de arquitectura permite construir, por ejemplo, un motor de explosión. Las piezas no tienen las propiedades mecánicas y térmicas necesarias.
Si tuviéramos piezas de metales muy resistentes y con la forma adecuada, podríamos acoplarlas y hacer un motor de explosión. Pero sólo si tienen la forma adecuada. No sirve cualquier pieza. Para hacer un motor de explosión, primero necesitamos la idea del motor de explosión y luego, con poca libertad, podemos hacer las piezas. Lo curioso es que aquí vamos en sentido contrario que el análisis científico normal. No explicamos el motor por las piezas que lo componen, sino al revés: las características de las piezas se explican porque las necesitamos para el motor. Lo que manda es la idea del motor.
Sería ridículo explicar el motor de explosión diciendo que es una acumulación de piezas. Antes que nada, el motor es una idea. Podemos hacer las piezas con distintas formas y materiales, pero tenemos que respetar la idea. Se da la curiosa circunstancia de que las propiedades del motor de explosión son propiedades de la idea del motor, no de las piezas. Las piezas sueltas no tienen esas propiedades: si alguien las viera sueltas, no podría deducir las propiedades del motor. Sólo cuando están unidas según la idea del motor, tienen las propiedades del motor. El motor tiene más propiedades que las piezas.
Las personas con mentalidad exclusivamente científica están acostumbradas a explicar la vida por sus elementos. Y dicen que todo es, en el fondo, una combinación de piezas elementales con propiedades elementales. Todo lo de arriba se explica por lo de abajo; y, en el fondo, se reduce a lo de abajo. Lo verdaderamente real es lo de abajo. . Esto lo dicen científicos serios (S. W. Hawking, S. Weinberg, F. Crick) y también otros (C. Sagan, E. O. Wilson, R. Dawkins) que se dedican a la divulgación de la ciencia y a la extrapolación (a veces incontrolada) de los conocimientos. Pero es un reduccionismo, tan grande como explicar una casa sólo por sus ladrillos o El Quijote por sus letras.
Es más: pudiera ser muy bien que el mundo se explicara al revés, como el motor. Que las características de las piezas elementales se expliquen por las ideas superiores. Puede ser que haya que comprender los elementos de la materia como las piezas de algo superior, que tiene muchas más propiedades que las piezas. Si no, no se puede justificar la extraordinaria capacidad y polivalencia de este juego de construcción.
Es interesante notar que las ideas, las formas tienen propiedades (el motor de explosión). Aprovechan las propiedades de sus componentes, pero se comportan como un conjunto que tiene más propiedades que sus componentes. En la misteriosa diferencia entre lo vivo y lo muerto, sucede esto, con un nivel de complejidad fabuloso. Lo vivo, con todo el organismo en su sitio, tiene muchas más propiedades y muy superiores a lo no vivo. A esto, se le llama, a veces, emergentismo (M. Bunge): aunque la palabra sugiere una dirección de abajo arriba.
Quizá haya que dar la vuelta. Quizá sea más sensato pensar que los elementos de la materia son, en realidad, las piezas de lo vivo. Si la idea de lo vivo no estuviera de alguna forma prevista en el juego de construcción, ¿cómo se va a producir ese enorme salto hacia arriba? En los juegos de construcción, nunca se producen estos saltos de calidad. Y menos por casualidad. Si metiéramos millones de piezas de arquitectura, en una hormigonera y dieran vueltas durante miles años, se produciría de vez en cuando un trozo de pared, pero nunca un castillo y mucho menos un caballo. Por más vueltas que demos. Y si metiéramos canicas, nunca se produciría nada. No hay problema en admitir que la forma de un montón de tierra se ha producido por casualidad. Pero parece absurdo decir que la forma de los seres vivos se ha producido por casualidad. Las formas superiores tienen que estar previstas de alguna manera en el juego; tienen que ser posibles. ¿No habrá que pensar el mundo desde arriba en lugar de pensarlo desde abajo?
EL ESPÍRITU
Los seres vivos son seres animados. Y con esto se expresa toda su capacidad de obrar, de moverse, de conservarse en unas condiciones, de protegerse del medio, de alimentarse y de reproducirse. Hay un salto enorme entre las propiedades de lo vivo y lo que no está vivo. No sólo de orden de complejidad, de cantidad de materiales puestos en su sitio. Es que, además, hay “ideas nuevas”, formas superiores, con propiedades nuevas. A medida que subimos por la escala de la vida, nos encontramos con una conducta cada vez más compleja e interesante. Una conducta que no se explica por las piezas, que siempre son las mismas, sino por las formas que integran las piezas.
Y llega un momento en que nos encontramos con otro salto. El nuestro. Cuando escalamos la vida orgánica, en el nivel más alto nos encontramos con la conciencia. Y entramos en un terreno increíble. Estamos acostumbrados. Ese es el problema. Vivimos ahí y todo lo contemplamos desde ahí. Nuestra conciencia tiene propiedades completamente sorprendentes, pero no nos llaman la atención, porque estamos acostumbrados a ellas.
En la conciencia, se dan tres propiedades concatenadas: la inteligencia, la libertad y la causalidad espiritual o creatividad. Nuestro yo tiene las tres propiedades a la vez. La inteligencia es la capacidad de conocer y pensar con ideas abstractas. La libertad (voluntad) es la capacidad de diseñar la conducta concreta al pensarla en abstracto. La causalidad espiritual o creatividad es un efecto de todo esto. Por el dominio que tenemos sobre nuestra inteligencia y nuestro cuerpo, podemos intervenir en el mundo físico. Nos movemos en él, cambiamos las cosas de sitio, manejamos herramientas y construimos. Con esas propiedades, el ser humano ha transformado la superficie del planeta. Todo lo que vemos alrededor, todo lo que es la cultura humana, ha nacido de ideas manejadas por nuestra conciencia y ejecutadas moviendo nuestras manos (y herramientas) con un plan diseñado libremente.
Nos parece normal. Pero, si lo pensamos científicamente, es extraordinario. Nuestra capacidad de formar, transmitir y manejar ideas es un misterio. También lo es nuestra capacidad de concretar previendo y diseñando nuestra conducta (libertad). Y también lo es nuestra capacidad operativa: es decir, que la conciencia mueva la materia, empezando por nuestro propio cuerpo y nuestras manos. Si hemos estudiado física, sabremos que, después de un esfuerzo de investigación gigantesco, hemos llegado a la conclusión de que todo lo que sucede en el universo se debe a la acción de cuatro fuerzas elementales. Pues bien, además de las cuatro fuerzas, está nuestra conciencia que es capaz de mover un cuerpo, el nuestro, y, a través de él, con herramientas, todo lo demás.
EL SUJETO
Hoy somos más conscientes de lo misterioso que es todo esto cuando queremos hacer ordenadores que imiten la conducta humana. Nos tropezamos con que los ordenadores no pueden formar ideas ni entienden las palabras (inteligencia), y no son capaces de decidir una conducta concreta a partir de ideas abstractas (libertad). En cambio, son capaces de mover cosas. Un programa de ordenador, que es algo así como un poco de inteligencia condensada (ideas, formas), es capaz de obrar, siguiendo un proceso. Por supuesto que obra de una manera muy rudimentaria y sin creatividad. Tampoco tienen las delicadas relaciones con el cuerpo que nosotros tenemos: no tienen emociones. Y desde luego no tienen sentido estético; no tienen sentido del humor; no tienen sentido de la justicia; y no pueden amar al prójimo como a uno mismo. Esto son sólo propiedades de nuestra conciencia.
Un ordenador es sólo un procesador de programas. Los ordenadores siguen procesos, pero no “entienden” las ideas ni las palabras, sólo las usan. No hay un “yo” que entienda. No hay un yo que forme ideas, que obtenga analogías, que pase de lo concreto a lo abstracto ni de lo abstracto a lo concreto. No hay un yo que entienda y piense en abstracto, que obtenga analogías y las cambie de plano. No pueden aprender en abstracto y usar lo que ha aprendido en otro contexto, de manera analógica. Y, como no manejan ideas en abstracto, tampoco pueden concretar pensando (libertad): no pueden decidir, no pueden ser creativos, no pueden enfrentarse a problemas nuevos. Son un conjunto de piezas montadas, con una idea de construcción y algunas ideas prestadas de funcionamiento. Son capaces de ejecutar procesos pensados por otros. Pero no hay un sujeto, no hay un protagonista, no hay un yo que sepa lo que está haciendo.
En cambio, cada uno de nosotros somos un sujeto. Nuestras operaciones espirituales, la inteligencia, la libertad y la causalidad espiritual tienen un sujeto y nos convierten en sujetos. Obramos como un sujeto. Es un modo peculiar y distinto de estar en el mundo. Seres que piensan, que entienden, que extraen experiencia y conocimiento, y que pueden obrar abriendo caminos. Por eso, cada hombre es una singularidad en el mundo, que no está explicado por su entorno y que no se puede reducir a sus piezas. Es un centro de operaciones en el universo, creativo y autónomo, con un universo mental dentro de la cabeza. Un universo mental capaz de transformar el mundo físico con ideas y acciones.
La filosofía griega, desde Platón, ya se dio cuenta de este argumento: el sujeto humano hace operaciones inmateriales y, por tanto, no es material. El proceso de formación y uso de las nociones abstractas (ideas) no es material; el uso de la libertad, que permite trazar un camino concreto pensando en abstracto no es material y contradice el determinismo de la materia; la causalidad de la conciencia, que opera libremente sobre el cuerpo, no es material. El comportamiento inmaterial, nos señala que el sujeto es inmaterial. En los demás seres vivos, no hay sujeto, no hay espíritu, sólo hay una forma con propiedades espectaculares, una forma que se desvanece cuando se corrompe el cuerpo (aunque la idea permanece, porque se puede repetir). Pero el ser humano no es sólo una idea, una estructura repetible, sino un sujeto inmaterial y autónomo. Y como es inmaterial, no se puede corromper, tiene que ser inmortal. Este es el argumento clásico de la espiritualidad humana que han usado todos los espiritualistas, desde Platón hasta Bergson, pasando por Santo Tomás de Aquino o Descartes.
Combinando elementos de las filosofías de Platón y Aristóteles, Santo Tomás dedujo que el alma es, a la vez, el sujeto espiritual (Platón) y la forma del cuerpo (Aristóteles). Es una fórmula feliz, aunque, para entenderla bien, hay que hacerse una idea de lo que significa el sujeto espiritual en Platón y de lo que significa la forma en Aristóteles. Otros pensadores modernos han recurrido a algunas analogías más o menos felices, para señalar la diferencia entre alma y cerebro. Eccles y Popper, decían que es como el piano y el pianista. Pero es sólo un ejemplo. El piano puede ser una prolongación del cuerpo, pero no es el cuerpo. Todas las analogías son defectuosas porque el caso de la relación del alma y el cuerpo es único. Tenemos una forma con un nivel de unidad y de estructura tal, que tiene la propiedad de ser un sujeto; es una idea como el “motor de explosión”, pero con tal categoría que es una persona.
La tradición filosófica entronca la idea del sujeto humano espiritual -la persona- con una aspiración permanente y espontánea de la humanidad, la supervivencia tras la muerte: es la tercera raíz de lo que entendemos por alma. La idea de un más allá, donde las personas perviven es una aspiración que nos encontramos por todas partes y se expresa en todas las culturas, aunque de distinta manera. Muchas culturas y muchas religiones afirman que el sujeto humano permanece tras la muerte de algún modo. Y a lo que permanece, al sujeto, le llaman “alma”.
Es muy difícil pensarse como no existiendo. Esto lo sabía muy bien Unamuno, que no dejaba de pensar en ello. Es muy difícil pensar que las personas que uno ha querido son nada cuando mueren. Que esos sujetos libres y únicos, que hemos querido tanto desaparecen sin más. ¿Cómo he podido querer tanto a un poco de agua y polvo? ¿Por qué no me da lo mismo que otro poco de agua y polvo? El más allá es una cuestión oscura, porque no sabemos cómo pueda ser, pero el deseo de pervivir y el amor a las personas más allá de la muerte son tendencias claras.
LA PERSONA DESDE LA FE CRISTIANA
El mensaje cristiano no es filosofía. Pero entronca directamente con las aspiraciones personales de supervivencia y con las convicciones del amor. También con las otras raíces que han dado sentido a la palabra alma.
Para la fe cristiana, Dios, que es un ser espiritual, ha creado el mundo. Y lo ha organizado de arriba abajo, con todas sus propiedades que se despliegan en la historia del cosmos. Por eso, porque procede de una inteligencia creadora, el mundo está tan lleno de inteligencia y de altas propiedades. Por eso, el juego de construcción es tan maravilloso y capaz de tantas cosas.
Además, el mundo visible y material está ordenado al hombre, que es su cumbre, y, probablemente, la clave de todas sus propiedades. En el ámbito de la filosofía de las ciencias, se llama “principio antrópico”, a esta idea: a pensar que el mundo se explica porque está ordenado al hombre: las curiosas características de la materia, la sorprendente historia de la evolución, la existencia misma de la tierra (que es un sistema bien curioso). Pero la Biblia lo da por supuesto desde sus primeras páginas: el hombre es la cima del mundo visible, y todo está ordenado a él.
Pero es una cima que supera lo que tiene debajo, porque el hombre ha sido hecho “a imagen de Dios”. Esta expresión aparece en el primer relato de la creación, en las primeras páginas de la Biblia, y es muy importante en la tradición judía y cristiana. Indica que el hombre se parece a Dios y refleja su imagen sobre el mundo. A semejanza de Dios, el hombre es un sujeto, un ser inteligente, capaz de obrar creativamente.
El ser humano tiene algo de divino. El segundo relato de la creación, lo expresa con una imagen: Dios introduce su aliento y espíritu en el hombre. El hombre no sólo viene de abajo. Viene también de arriba, del espíritu de Dios. Aunque tenga materia, no se explica por la combinación aleatoria de las fuerzas de la materia. Tiene algo que viene de Dios y refleja lo que es Dios.
Pero además, Dios lo ha creado con un fin eterno. El ser humano ha sido creado para conocer y amar a Dios por toda la eternidad. Ha sido preparado para ese destino. Dios ha hecho al hombre capaz de conocer y amar, y de durar eternamente. Este es el argumento religioso para fundamentar y entender que el hombre es un sujeto espiritual (destinado a conocer y amar) y que es inmortal (destinado a durar para siempre).
A la religión no le asusta pensar en un sujeto espiritual, no le asusta pensar en una existencia que no es material, porque cree que Dios es un ser espiritual. La idea de persona, que es una idea cristiana, expresa la dignidad de un sujeto espiritual. La calidad de un ser que no se explica por las analogías y las propiedades de la materia. Ni su ser ni su obrar se pueden expresar con el vocabulario que se utiliza para la materia.
Al mismo tiempo, el hombre es un ser corporal. Esto no es un añadido. Es su modo de ser, pertenece a su forma, a su idea, tal como Dios la ha querido. Sabemos por experiencia que, para que el espíritu pueda expresarse en el cuerpo, el cuerpo tiene que estar en condiciones. Es preciso que la base orgánica se haya desarrollado. Si el cerebro no se ha constituido bien, la conciencia no puede expresarse, no puede abrirse al mundo. Porque el funcionamiento normal del hombre es una conciencia con un cuerpo; y el cuerpo sitúa a la persona en el mundo, y sirve de expresión e instrumento a la conciencia. La fe cristiana cree que el sujeto espiritual permanece tras la muerte, privado de su cuerpo, pero cree también que su perfección es con el cuerpo, y la alcanzará al final, en la resurrección. Tiene su modelo en la resurrección de Cristo.
Creemos que en todo ser humano, desde su origen, hay un sujeto espiritual, aunque todavía no se pueda expresar. Pero hay más. La experiencia nos enseña que para que la conciencia comience a funcionar, necesita ser hablada. Necesita ser estimulada por la palabra, despertada por la palabra, por así decir, o por lo menos por el signo (como el caso de Hellen Keller). Esto lo vemos al observar cómo se desarrollan los niños, y, por contraste, nos lo confirma la triste experiencia de los llamados “niños salvajes” (Enfants sauvages, Feral Children); niños que no han sido criados en un ambiente humano. Sin una relación humana, la conciencia humana no se puede desplegar (o lo hace muy rudimentariamente). Esto es asombroso. Es una manifestación de que el espíritu humano es relacional. La tradición de pensamiento cristiano ve en esto una huella de que el hombre es un ser para la relación: procede de la relación con Dios y está destinado a la relación con Dios.
Para el cristianismo, es un asunto muy serio. La relación humana tiene su perfección en el amor. La moral cristiana se resume en amar a Dios sobre todas las cosas; y a los demás como hijos de Dios. Cada persona humana aspira en lo más hondo a amar y a ser amada, y no le parece que hay mejor bien que éste.
Cuando se entiende el valor de cada persona, se entiende que merece ser amada. Juan Pablo II le llama a esto la “norma personalista”. Muchos pensadores cristianos (Marcel, Pieper) se han dado cuenta de que todo amor encierra un deseo de eternidad. Amar es decir “no morirás”. En los hombres es sólo un deseo. Pero en Dios es una promesa que crea la realidad. El amor personal de Dios es lo que nos convierte en sujetos para siempre. Este es el fundamento personal del peculiar modo de ser del hombre: un sujeto delante de Dios: un tú creado para siempre por un Yo que es todopoderoso y eterno (Buber).
Hay que terminar. Nos hemos acercado a las experiencias que enraízan la palabra “alma” y nos habremos dado cuenta de que estamos hablando de algo muy serio. La palabra “alma” encierra el misterio de la vida y sus sorprendentes propiedades; el misterio del más allá y las aspiraciones humanas más profundas; y el misterio de la conciencia humana, de la inteligencia y la libertad. La palabra “alma” indica también a la persona, al ser espiritual, querido por Dios y constituido, por su amor, como un interlocutor para siempre. El alma humana no es un duende, ni una cosa que esté en el hombre, ni una parte del hombre. Es el sujeto espiritual, con su forma y sus propiedades, la persona querida por Dios. Todo esto es lo que lleva dentro la palabra alma.
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Juan Luis Lorda es profesor de Antropología cristiana, doctor en Teología e ingeniero industrial. El artículo ha sido publicado originalmente en “Nuestro Tiempo” n. 603 (setiembre 2004) 101-108.
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2009-09-26T20:56:00+02:00
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SIMIOS Y PREEMBRIONES
Se permitirá la unión de sus células germinales con células animales, lo que se denomina “quimeras” o híbridos interespecíficos para experimentar con ellos. La siguiente conclusión que se desprende no se desprende sola…
Por Sunsi Estil-les Farré *
Diari de Tarragona - Arvo Net,
28/04/2006
(Recuperado: 25/09/2009)
Releo la propuesta del Proyecto Gran Simio. Si no fuera porque no hay duda de que estamos en abril, creería que se trata de una inocentada típica del 28 de diciembre. El tema es que los grandes simios se han plantado en el Congreso de los Diputados para incluir a los antropoides no humanos en una comunidad de iguales, otorgándoles la protección moral y legal de la que actualmente sólo gozan los seres humanos. En otras palabras, pedir que se reconozcan los "derechos humanos" de los gorilas, orangutanes o chimpancés. El punto de partida es el siguiente dato: somos genéticamente iguales en un 98,8%. El objetivo: librar a los monos del maltrato, las jaulas, la muerte y la extinción.
La conclusión que se desprende de esta propuesta y de la nueva Ley de la reproducción humana artificial se desprende sola. No es necesario pensar. El simio se asimila al hombre y el embrión humano a la cosa.
El proyecto de Ley de Reproducción humana artificial da un paso más respecto de la Ley de reproducción asistida de 1988 : introduce el concepto de preembrión. Y entiende por preembrión el embrión in vitro constituido por el grupo de células resultantes de la división progresiva del ovocito, desde que es fecundado hasta 14 días más tarde. El día 15 ya es embrión. Porque, según la nueva Ley, hasta el día catorce es -más o menos- el momento en que deja de ser posible la gemelación; y también que -más o menos- desde entonces se incrementa notablemente la viabilidad del embrión por haberse consolidado su implantación en la madre. La cuestión de fondo es que se contempla una fase pre-humana, que dura catorce días. Este supuesto preembrión - o sus células - podrá ser utilizado con fines comerciales, industriales y cosméticos. Se elimina la obligación de congelar los no implantados en el útero. Y –ojo al dato- se permitirá la unión de sus células germinales con células animales, lo que se denomina “quimeras” o híbridos interespecíficos para experimentar con ellos.
La siguiente conclusión que se desprende no se desprende sola. Hay que utilizar nuestra capacidad de raciocinio, pero les aseguro que no es en absoluto complicada. A los simios les faltará siempre un 1’8 % para ser hombres; jamás serán personas. ¿Y el “peembrión”?. El preembrión lleva impreso desde el primer instante en que es fecundado toda la información genética de un ser humano, distinto a todos los demás, único e irrepetible. Si nadie lo toca ni lo manipula, inicia un proceso vital: de embrión a feto, de feto a niño, de niño a joven, de joven a adulto y de adulto a anciano. Luego es una vida desde su concepción.
Los que, por fortuna, pudimos estudiar filosofía “en serio” recordamos el concepto aristotélico del cambio. Aristóteles define el cambio –el movimiento en términos metafísicos- como el paso de potencia a acto. El cambio es la actualización de todo lo que se es en potencia. El embrión es acto de ser que posee en potencia todo lo que irá actualizándose con el paso del tiempo. Lo que ahora somos es la actualización de lo que ayer éramos en potencia; lo que fuimos ayer es lo que anteayer potencialmente éramos.... Y así sucesivamente hasta que llegamos al punto en el que fuimos embrión con todas las potencias por actualizar. ¿Quién se atreve a negar que un preembrión –un embrión con menos de catorce días- no es una vida humana al 100%?. Aunque suene a perogrullada, lo demuestra la ley natural y el sentido común. No los toquen. Déjenlos crecer en su hábitat, que no es otro que el vientre de la madre ... y al cabo de unos años serán la charcutera, el profesor de nuestros hijos, la cantante de moda, el médico de cabecera, el conductor del autobús, el recepcionista del hotel, la ministra de... si les permiten vivir.
“¿Qué estás haciendo?”. me preguntó ayer mi hija pequeña mientras repasaba estos asuntos. “Estoy leyendo cosas sobre preembriones”, respondí. “¿Y que es eso?”, volvió a preguntar. “Lo que tú eras cuando ni siquiera yo sabía que existías, cuando tenías tan poquitos días de vida que eras muchísimo más menuda que esta uña”. Y le enseñé el dedo meñique. “A algunos los congelan; y a los que no sirven, los tiran”. “¿¿¿¿Los tiran???”. Su reacción fue inmediata. “¡Pero si eso es matar!”. Ahí queda la afirmación de una mente de once años no contaminada.
http://arvo.net/nuestros-temas-de-hoy/simios-y-preembriones/gmx-niv902-con9381.htm
Por Sunsi Estil-les Farré *
Diari de Tarragona - Arvo Net,
28/04/2006
(Recuperado: 25/09/2009)
Releo la propuesta del Proyecto Gran Simio. Si no fuera porque no hay duda de que estamos en abril, creería que se trata de una inocentada típica del 28 de diciembre. El tema es que los grandes simios se han plantado en el Congreso de los Diputados para incluir a los antropoides no humanos en una comunidad de iguales, otorgándoles la protección moral y legal de la que actualmente sólo gozan los seres humanos. En otras palabras, pedir que se reconozcan los "derechos humanos" de los gorilas, orangutanes o chimpancés. El punto de partida es el siguiente dato: somos genéticamente iguales en un 98,8%. El objetivo: librar a los monos del maltrato, las jaulas, la muerte y la extinción.
La conclusión que se desprende de esta propuesta y de la nueva Ley de la reproducción humana artificial se desprende sola. No es necesario pensar. El simio se asimila al hombre y el embrión humano a la cosa.
El proyecto de Ley de Reproducción humana artificial da un paso más respecto de la Ley de reproducción asistida de 1988 : introduce el concepto de preembrión. Y entiende por preembrión el embrión in vitro constituido por el grupo de células resultantes de la división progresiva del ovocito, desde que es fecundado hasta 14 días más tarde. El día 15 ya es embrión. Porque, según la nueva Ley, hasta el día catorce es -más o menos- el momento en que deja de ser posible la gemelación; y también que -más o menos- desde entonces se incrementa notablemente la viabilidad del embrión por haberse consolidado su implantación en la madre. La cuestión de fondo es que se contempla una fase pre-humana, que dura catorce días. Este supuesto preembrión - o sus células - podrá ser utilizado con fines comerciales, industriales y cosméticos. Se elimina la obligación de congelar los no implantados en el útero. Y –ojo al dato- se permitirá la unión de sus células germinales con células animales, lo que se denomina “quimeras” o híbridos interespecíficos para experimentar con ellos.
La siguiente conclusión que se desprende no se desprende sola. Hay que utilizar nuestra capacidad de raciocinio, pero les aseguro que no es en absoluto complicada. A los simios les faltará siempre un 1’8 % para ser hombres; jamás serán personas. ¿Y el “peembrión”?. El preembrión lleva impreso desde el primer instante en que es fecundado toda la información genética de un ser humano, distinto a todos los demás, único e irrepetible. Si nadie lo toca ni lo manipula, inicia un proceso vital: de embrión a feto, de feto a niño, de niño a joven, de joven a adulto y de adulto a anciano. Luego es una vida desde su concepción.
Los que, por fortuna, pudimos estudiar filosofía “en serio” recordamos el concepto aristotélico del cambio. Aristóteles define el cambio –el movimiento en términos metafísicos- como el paso de potencia a acto. El cambio es la actualización de todo lo que se es en potencia. El embrión es acto de ser que posee en potencia todo lo que irá actualizándose con el paso del tiempo. Lo que ahora somos es la actualización de lo que ayer éramos en potencia; lo que fuimos ayer es lo que anteayer potencialmente éramos.... Y así sucesivamente hasta que llegamos al punto en el que fuimos embrión con todas las potencias por actualizar. ¿Quién se atreve a negar que un preembrión –un embrión con menos de catorce días- no es una vida humana al 100%?. Aunque suene a perogrullada, lo demuestra la ley natural y el sentido común. No los toquen. Déjenlos crecer en su hábitat, que no es otro que el vientre de la madre ... y al cabo de unos años serán la charcutera, el profesor de nuestros hijos, la cantante de moda, el médico de cabecera, el conductor del autobús, el recepcionista del hotel, la ministra de... si les permiten vivir.
“¿Qué estás haciendo?”. me preguntó ayer mi hija pequeña mientras repasaba estos asuntos. “Estoy leyendo cosas sobre preembriones”, respondí. “¿Y que es eso?”, volvió a preguntar. “Lo que tú eras cuando ni siquiera yo sabía que existías, cuando tenías tan poquitos días de vida que eras muchísimo más menuda que esta uña”. Y le enseñé el dedo meñique. “A algunos los congelan; y a los que no sirven, los tiran”. “¿¿¿¿Los tiran???”. Su reacción fue inmediata. “¡Pero si eso es matar!”. Ahí queda la afirmación de una mente de once años no contaminada.
http://arvo.net/nuestros-temas-de-hoy/simios-y-preembriones/gmx-niv902-con9381.htm
SIMIOS Y PREEMBRIONES
2009-09-26T20:40:00+02:00
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Un proyecto científico busca las claves genéticas de las enfermedades raras
En España hay tres millones de personas que sufren enfermedades raras, casi medio millón en Andalucía; el 80% de las 5.000 patologías infrecuentes descritas tienen base genética. Buena parte de ellas se deben al fallo de un único gen. Sólo se conocen unos 300 genes asociados a estas enfermedades. Ahora, un proyecto impulsado por la Consejería de Salud, el Medical Genome Project (MGP), pretende avanzar en este desafío biomédico (principalmente, diagnóstico) y comparar genomas de personas sanas, pacientes con patologías genéticas ya identificadas y enfermos de enfermedades infrecuentes sobre las que se ignora su causa concreta. El destilado final que se persigue es un mapa de la variabilidad genómica humana que sirva, por comparación, para identificar fallos genéticos.
La envergadura del proyecto -sólo abordable gracias a los más recientes avances en la secuenciación de ADN y en el tratamiento informático de datos-, su clara orientación clínica y el monto de muestras biológicas a procesar (las de unos 1.000 pacientes, recopiladas por el Hospital Virgen del Rocío) lo convierten en el mayor estudio de este tipo diseñado hasta la fecha.
El MGP fue presentado ayer a los medios por la consejera de Salud, María Jesús Montero; el investigador principal del proyecto, Shomi Bhattacharya, director del Cabimer y director asociado del Plan Andaluz de Genética; Guillermo Antiñolo, director del mismo; y Joaquín Dopazo, también director asociado para Bioinformática del Plan Andaluz de genética y jefe de Bioinformática y Genómica del Centro de Investigación Príncipe Felipe, de Valencia. Ninguno dudó en atribuir al proyecto la máxima relevancia internacional. Unos 20 investigadores participarán en la iniciativa, que debe arrancar en 2010.
Precisamente, será Dopazo el responsable del Centro Andaluz de Secuenciación Genómica Humana, en cuyas instalaciones -en el edificio Insur, de la Cartuja, en Sevilla- se ubicará la veintena de secuenciadores de alto rendimiento y el equipamiento informático que constituyen el corazón del MGP. Las obras de adaptación de esta nueva infraestructura de investigación (ubicada en un espacio de alquiler), dependiente de la Consejería de Salud, saldrán a concurso previsiblemente en unas dos semanas. Un poco más tarde, pero antes de fin de año, saldrán a concurso público, por un precio de unos seis millones de euros, los secuenciadores. Por ahora, la punta de lanza de esta tecnología es la de los aparatos de Roche (plafatormas 454). Pero el proyecto no está vinculado necesariamente a la tecnología de esta multinacional: si hay mejores secuenciadores en el mercado en el momento del concurso (que será de ámbito europeo), la Junta optará a ellos.
El MGP cuenta con una estimación de financiación de unos 27 millones de euros. La Consejería de Salud asume el compromiso institucional de financiar la totalidad del proyecto durante los tres años previstos de su duración, pero si aparecen socios en el camino -públicos o privados-, les dará la bienvenida; si se llegan a acuerdos satisfactorios, claro. Por ahora, según precisó la consejera de Salud, hay contactos abiertos con la misma compañía Roche. La idea de fondo de este planteamiento es doble: por un lado, el MGP es un proyecto de investigación ambicioso que busca al final resultados en salud; es lógico (aunque no superfluo recordarlo) que a las investigaciones sanitarias financiadas con dinero público se les exija resultados que ayuden a mejorar la vida de la gente. Por otro lado, el conocimiento generado en el ámbito público y sus aplicaciones deben revertir a lo público y, en general, a la sociedad. Es posible que del MGP salgan aplicaciones para investigar medicamentos o kits de diagnóstico. Las compañías interesadas en esos hallazgos de I+D pueden comprarlos a precio de mercado al dueño de la correspondiente patente (o sea, de momento, mayormente, la Junta), o participando en su búsqueda sumándose al proyecto; bien colaborando con financiacón, bien mediante suministros de aparataje, bien mediante cesión de conocimientos. En general, bajo cualquier fórmula que el interés y la imaginación hagan atractiva para dos socios que firman un trato. Por eso, precisamente, la consejera Montero encuadró el proyecto en el nuevo mantra de la economía sostenible: esto no es sólo genética. Es más. Debe ser más
http://www.europasur.es/article/andalucia/523359/proyecto/cientifico/busca/las/claves/geneticas/las/enfermedades/raras.html
La envergadura del proyecto -sólo abordable gracias a los más recientes avances en la secuenciación de ADN y en el tratamiento informático de datos-, su clara orientación clínica y el monto de muestras biológicas a procesar (las de unos 1.000 pacientes, recopiladas por el Hospital Virgen del Rocío) lo convierten en el mayor estudio de este tipo diseñado hasta la fecha.
El MGP fue presentado ayer a los medios por la consejera de Salud, María Jesús Montero; el investigador principal del proyecto, Shomi Bhattacharya, director del Cabimer y director asociado del Plan Andaluz de Genética; Guillermo Antiñolo, director del mismo; y Joaquín Dopazo, también director asociado para Bioinformática del Plan Andaluz de genética y jefe de Bioinformática y Genómica del Centro de Investigación Príncipe Felipe, de Valencia. Ninguno dudó en atribuir al proyecto la máxima relevancia internacional. Unos 20 investigadores participarán en la iniciativa, que debe arrancar en 2010.
Precisamente, será Dopazo el responsable del Centro Andaluz de Secuenciación Genómica Humana, en cuyas instalaciones -en el edificio Insur, de la Cartuja, en Sevilla- se ubicará la veintena de secuenciadores de alto rendimiento y el equipamiento informático que constituyen el corazón del MGP. Las obras de adaptación de esta nueva infraestructura de investigación (ubicada en un espacio de alquiler), dependiente de la Consejería de Salud, saldrán a concurso previsiblemente en unas dos semanas. Un poco más tarde, pero antes de fin de año, saldrán a concurso público, por un precio de unos seis millones de euros, los secuenciadores. Por ahora, la punta de lanza de esta tecnología es la de los aparatos de Roche (plafatormas 454). Pero el proyecto no está vinculado necesariamente a la tecnología de esta multinacional: si hay mejores secuenciadores en el mercado en el momento del concurso (que será de ámbito europeo), la Junta optará a ellos.
El MGP cuenta con una estimación de financiación de unos 27 millones de euros. La Consejería de Salud asume el compromiso institucional de financiar la totalidad del proyecto durante los tres años previstos de su duración, pero si aparecen socios en el camino -públicos o privados-, les dará la bienvenida; si se llegan a acuerdos satisfactorios, claro. Por ahora, según precisó la consejera de Salud, hay contactos abiertos con la misma compañía Roche. La idea de fondo de este planteamiento es doble: por un lado, el MGP es un proyecto de investigación ambicioso que busca al final resultados en salud; es lógico (aunque no superfluo recordarlo) que a las investigaciones sanitarias financiadas con dinero público se les exija resultados que ayuden a mejorar la vida de la gente. Por otro lado, el conocimiento generado en el ámbito público y sus aplicaciones deben revertir a lo público y, en general, a la sociedad. Es posible que del MGP salgan aplicaciones para investigar medicamentos o kits de diagnóstico. Las compañías interesadas en esos hallazgos de I+D pueden comprarlos a precio de mercado al dueño de la correspondiente patente (o sea, de momento, mayormente, la Junta), o participando en su búsqueda sumándose al proyecto; bien colaborando con financiacón, bien mediante suministros de aparataje, bien mediante cesión de conocimientos. En general, bajo cualquier fórmula que el interés y la imaginación hagan atractiva para dos socios que firman un trato. Por eso, precisamente, la consejera Montero encuadró el proyecto en el nuevo mantra de la economía sostenible: esto no es sólo genética. Es más. Debe ser más
http://www.europasur.es/article/andalucia/523359/proyecto/cientifico/busca/las/claves/geneticas/las/enfermedades/raras.html
Un proyecto científico busca las claves genéticas de las enfermedades raras
2009-09-26T20:33:00+02:00
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Un estudio comparará genomas sanos con el de personas con patología genética para descubrir y analizar genes defectuosos
SEVILLA, 24 Sep. (EUROPA PRESS) -
La consejera de Salud andaluza, María Jesús Montero, anunció hoy la puesta en marcha de un estudio, "único a nivel mundial", cuyo objetivo se centrará en el análisis comparativo de los genomas sanos de unas 300 personas, con el de otras tantas personas de las que se sabe que padecen enfermedades de base genética --fundamentalmente serán enfermos con patologías raras--, al objeto de identificar el gen o genes defectuosos que causan la enfermedad y su comportamiento.
Este trabajo, denominado 'Proyecto Genoma Médico' y del que ya se lleva trabajando de forma preliminar desde hace un año, comenzará en 2010, tendrá un horizonte de tres años --ampliable a un cuarto año--, una inversión de 27 millones de euros, --que incluye 20 megasecuenciadores--, y se llevará a cabo en un centro de alta tecnología ubicado en la Isla de la Cartuja de Sevilla. Con todo, en el mismo participarán en red otros centros del sistema sanitario público andaluz.
De hecho, en dicho proyecto trabajarán unas 20 personas, dirigidas por el profesor Shomi Bhattacharya, director asociado del Plan Andaluz de Genética; el especialista Guillermo Antiñolo, director del Plan Andaluz de Genética, y el doctor Joaquín Dopazo, director científico asociado para Bioinformática del Plan Andaluz de Genética y jefe de la Unidad de Bioinformática y Genómica del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia.
Según explicó en rueda de prensa el propio Antiñolo, este proyecto será posible gracias al uso de hasta una veintena de megasecuenciadores de alto rendimiento de la plataforma 454 de Roche, unos dispositivos de última generación --llevan menos de un año en el mercado-- capaces de sencuenciar un genoma en dos días. Esta rapidez de secuenciación posibilitará disponer en el plazo de una semana con una información equivalente a la que tenía la comunidad científica en dicha materia hasta el 2006.
En concreto, Antiñolo precisó que en una primera parte de este estudio, en la que se prevén invertir entre 12 y 18 meses de tiempo, se pretende construir el 'molde completo' de los genomas de unas 300 personas sanas.
Posteriormente, se llevará a cabo una validación de ese modelo genómico de personas sanas con genomas de otros 300 pacientes aproximadamente cuyo gen causante de su enfermedad ya está identificado. El objeto de esta comparación es saber si la localización del gen en el molde sano concuerda con la ubicación en el genoma de la persona enferma, al objeto de determinar si la secuenciación de la persona sana está bien hecha. Con este paso también se pretende afinar en la identificación y comportamiento del gen defectuoso.
Un tercer paso del estudio sería la comparación de este modelo informático de secuenciación con el de personas afectadas con enfermedades genéticas, pero cuyo gen causante no se conoce, algo que ya se hace pero no tan rápido como se hará ahora gracias a estos megasecuenciadores.
En definitiva, el análisis de las muestras permitirá identificar los genes que causan las enfermedades raras --el 80% tiene una base genética--, lo que favorecerá su detección, prevención y tratamiento.
De hecho, existe un importante número de enfermedades raras de base genética de las que aún no se conoce su origen, mientras que de aquellas de las que sí se ha localizado el gen causante ha sido gracias a un procedimiento muy laborioso y que hasta el momento ha llevado mucho tiempo.
RECLUTAMIENTO DE MUESTRAS
Andalucía cuenta con muestras de AND de más de 11.000 personas, en las que se incluye prácticamente todo el abanico de enfermedades hereditarias que pueden estudiarse y que han sido recopiladas por la Unidad de Genética del Virgen del Rocío en el transcurso de 20 años.
Estos patrones se compararán con los de un grupo de control formado por ciudadanos sanos, lo que permitirá comprobar dónde se encuentran las alteraciones. Al final del proceso, que los investigadores estiman en tres años, se contará con un mapa del AND en su conjunto donde se señalará qué genes intervienen en el desarrollo de las distintas enfermedades genéticas. Más tarde, se abordarán enfermedades más frecuentes como la diabetes, cáncer, hipertensión, entre otras.
ABIERTO AL CAPITAL PRIVADO
Montero señalo, por otra parte, que aunque los 27 millones de euros de inversión los aportará la Junta de Andalucía, este proyecto está abierto también a la iniciativa privada. De hecho, reconoció que el Gobierno andaluz ya está manteniendo conversaciones con la farmacéutica Roche.
http://www.europapress.es/andalucia/sevilla-00357/andalucia/sevilla-00357/noticia-estudio-comparara-genomas-sanos-personas-patologia-genetica-descubrir-analizar-genes-defectuosos-20090924163107.html
La consejera de Salud andaluza, María Jesús Montero, anunció hoy la puesta en marcha de un estudio, "único a nivel mundial", cuyo objetivo se centrará en el análisis comparativo de los genomas sanos de unas 300 personas, con el de otras tantas personas de las que se sabe que padecen enfermedades de base genética --fundamentalmente serán enfermos con patologías raras--, al objeto de identificar el gen o genes defectuosos que causan la enfermedad y su comportamiento.
Este trabajo, denominado 'Proyecto Genoma Médico' y del que ya se lleva trabajando de forma preliminar desde hace un año, comenzará en 2010, tendrá un horizonte de tres años --ampliable a un cuarto año--, una inversión de 27 millones de euros, --que incluye 20 megasecuenciadores--, y se llevará a cabo en un centro de alta tecnología ubicado en la Isla de la Cartuja de Sevilla. Con todo, en el mismo participarán en red otros centros del sistema sanitario público andaluz.
De hecho, en dicho proyecto trabajarán unas 20 personas, dirigidas por el profesor Shomi Bhattacharya, director asociado del Plan Andaluz de Genética; el especialista Guillermo Antiñolo, director del Plan Andaluz de Genética, y el doctor Joaquín Dopazo, director científico asociado para Bioinformática del Plan Andaluz de Genética y jefe de la Unidad de Bioinformática y Genómica del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia.
Según explicó en rueda de prensa el propio Antiñolo, este proyecto será posible gracias al uso de hasta una veintena de megasecuenciadores de alto rendimiento de la plataforma 454 de Roche, unos dispositivos de última generación --llevan menos de un año en el mercado-- capaces de sencuenciar un genoma en dos días. Esta rapidez de secuenciación posibilitará disponer en el plazo de una semana con una información equivalente a la que tenía la comunidad científica en dicha materia hasta el 2006.
En concreto, Antiñolo precisó que en una primera parte de este estudio, en la que se prevén invertir entre 12 y 18 meses de tiempo, se pretende construir el 'molde completo' de los genomas de unas 300 personas sanas.
Posteriormente, se llevará a cabo una validación de ese modelo genómico de personas sanas con genomas de otros 300 pacientes aproximadamente cuyo gen causante de su enfermedad ya está identificado. El objeto de esta comparación es saber si la localización del gen en el molde sano concuerda con la ubicación en el genoma de la persona enferma, al objeto de determinar si la secuenciación de la persona sana está bien hecha. Con este paso también se pretende afinar en la identificación y comportamiento del gen defectuoso.
Un tercer paso del estudio sería la comparación de este modelo informático de secuenciación con el de personas afectadas con enfermedades genéticas, pero cuyo gen causante no se conoce, algo que ya se hace pero no tan rápido como se hará ahora gracias a estos megasecuenciadores.
En definitiva, el análisis de las muestras permitirá identificar los genes que causan las enfermedades raras --el 80% tiene una base genética--, lo que favorecerá su detección, prevención y tratamiento.
De hecho, existe un importante número de enfermedades raras de base genética de las que aún no se conoce su origen, mientras que de aquellas de las que sí se ha localizado el gen causante ha sido gracias a un procedimiento muy laborioso y que hasta el momento ha llevado mucho tiempo.
RECLUTAMIENTO DE MUESTRAS
Andalucía cuenta con muestras de AND de más de 11.000 personas, en las que se incluye prácticamente todo el abanico de enfermedades hereditarias que pueden estudiarse y que han sido recopiladas por la Unidad de Genética del Virgen del Rocío en el transcurso de 20 años.
Estos patrones se compararán con los de un grupo de control formado por ciudadanos sanos, lo que permitirá comprobar dónde se encuentran las alteraciones. Al final del proceso, que los investigadores estiman en tres años, se contará con un mapa del AND en su conjunto donde se señalará qué genes intervienen en el desarrollo de las distintas enfermedades genéticas. Más tarde, se abordarán enfermedades más frecuentes como la diabetes, cáncer, hipertensión, entre otras.
ABIERTO AL CAPITAL PRIVADO
Montero señalo, por otra parte, que aunque los 27 millones de euros de inversión los aportará la Junta de Andalucía, este proyecto está abierto también a la iniciativa privada. De hecho, reconoció que el Gobierno andaluz ya está manteniendo conversaciones con la farmacéutica Roche.
http://www.europapress.es/andalucia/sevilla-00357/andalucia/sevilla-00357/noticia-estudio-comparara-genomas-sanos-personas-patologia-genetica-descubrir-analizar-genes-defectuosos-20090924163107.html
Un estudio comparará genomas sanos con el de personas con patología genética para descubrir y analizar genes defectuosos
2009-09-26T20:28:00+02:00
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Paso adelante para descifrar las claves genéticas
EL ADN, la molécula que contiene las instrucciones genéticas, se transcribe en otra molécula, el ARN para producir las proteínas que actúan en las células. Pero, mientras el ADN es prácticamente igual en las células de un organismo dado, el ARN varía en gran medida dependiendo de qué genes se activen en cada momento y en qué condiciones del entorno. Por eso, para los científicos es muy importante conocer a fondo este paso de transcripción en los sistemas biológicos. Pero hasta ahora, para secuenciar el ARN, es decir, para deletrear las letras químicas que lo componen, había que convertirlo antes en ADN y en el proceso, las manipulaciones introducen alteraciones indeseables.
Un equipo de científicos de EEUU anuncia en Nature que ha desarrollado una nueva técnica que permite a los investigadores secuenciar directamente el ARN, sin pasar por el ADN. Patrice Milos y sus colegas (Helicos BioScience Corporation) explican que su método permite secuenciar incluso fragmentos cortos de ARN. Esto es importante porque, la técnica tradicional no es adecuada, afirman, para el análisis cuando se trata de muestras de ARN pequeñas o degradadas.
El avance puede tener gran repercusión en multitud de investigaciones de biología molecular y celular al evitar el paso intermedio en los análisis de las funciones de los genes, en la ingeniería genética, etcétera. "Nuestra comprensión de la biología humana y de la enfermedad depende en última instancia de una comprensión completa del genoma y sus funciones", afirman Milos y sus colegas en su artículo científico.
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Paso/adelante/descifrar/claves/geneticas/elpepusoc/20090923elpepusoc_15/Tes
Un equipo de científicos de EEUU anuncia en Nature que ha desarrollado una nueva técnica que permite a los investigadores secuenciar directamente el ARN, sin pasar por el ADN. Patrice Milos y sus colegas (Helicos BioScience Corporation) explican que su método permite secuenciar incluso fragmentos cortos de ARN. Esto es importante porque, la técnica tradicional no es adecuada, afirman, para el análisis cuando se trata de muestras de ARN pequeñas o degradadas.
El avance puede tener gran repercusión en multitud de investigaciones de biología molecular y celular al evitar el paso intermedio en los análisis de las funciones de los genes, en la ingeniería genética, etcétera. "Nuestra comprensión de la biología humana y de la enfermedad depende en última instancia de una comprensión completa del genoma y sus funciones", afirman Milos y sus colegas en su artículo científico.
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Paso/adelante/descifrar/claves/geneticas/elpepusoc/20090923elpepusoc_15/Tes
Paso adelante para descifrar las claves genéticas
2009-09-26T20:24:00+02:00
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Gene Variant Shows Strong Gender Bias For Cancer Predisposition
Cancer predisposition resulting from the presence of a specific gene variant shows a strong gender bias, researchers at the University of Cincinnati (UC) have demonstrated.
In addition, the research indicates that the risk for development of cancer in individuals harboring the gene variant can be further increased as a result of environmental exposure.
Peter Stambrook, PhD, a professor in the department of molecular genetics, biochemistry and microbiology, and colleagues report their findings this week in Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). Co-authors include researchers from Wright State University and the Laboratory for Health Protection Research, National Institute of Public Health and the Environment, the Netherlands.
Stambrook says the gene CHEK2 is part of a DNA damage response pathway that can have an impact on whether or not cancers develop. A CHEK2 variant, CHEK2*1100delC, is associated with increased risk of cancer.
"Women who carry this particular gene variant are predisposed to developing breast or ovarian cancer," says Stambrook, "while men have a higher risk of developing prostate cancer."
Stambrook's team has produced a mouse model in which the CHEK2 gene was replaced by the variant and found that the overwhelming majority of mice that developed cancer were female - about 80 percent, as opposed to slightly more than 15 percent for males. This contrasts sharply with the incidence of cancer in wild-type mice (those with the normal CHEK2 gene), in which male and female mice developed cancer to about the same extent but at a much lower frequency.
Stambrook says his team will be exploring possible reasons behind the difference, looking at hormonal involvement and possible interactions between the gene variant and estrogen receptors or estrogen itself.
By using a known carcinogen, dimethyl benzanthracene, the researchers also determined that mice that harbor the variant are more susceptible to an environmental challenge than those that don't. The compound was administered orally to female mice.
"When they delivered the compound, the lifespan of the mice was reduced significantly - they developed breast cancer as well as other types of cancers," Stambrook says. "In addition, the mice that harbored this variant were more susceptible - in other words, they developed tumors more quickly than wild-type mice."
Stambrook says that by learning more about the signaling pathway of the CHEK2 gene, researchers can explore ways to "rescue" it and identify potential therapeutic targets.
"It's an interesting gene," says Stambrook, "and there are a lot of interesting directions that this finding will take us."
The work was supported in part by grants from the National Institutes of Health and UC's Center for Environmental Genetics.
Keith Herrell Keith Herrell
University of Cincinnati Academic Health Center
Article Date: 23 Sep 2009
http://www.medicalnewstoday.com/articles/164929.php
In addition, the research indicates that the risk for development of cancer in individuals harboring the gene variant can be further increased as a result of environmental exposure.
Peter Stambrook, PhD, a professor in the department of molecular genetics, biochemistry and microbiology, and colleagues report their findings this week in Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). Co-authors include researchers from Wright State University and the Laboratory for Health Protection Research, National Institute of Public Health and the Environment, the Netherlands.
Stambrook says the gene CHEK2 is part of a DNA damage response pathway that can have an impact on whether or not cancers develop. A CHEK2 variant, CHEK2*1100delC, is associated with increased risk of cancer.
"Women who carry this particular gene variant are predisposed to developing breast or ovarian cancer," says Stambrook, "while men have a higher risk of developing prostate cancer."
Stambrook's team has produced a mouse model in which the CHEK2 gene was replaced by the variant and found that the overwhelming majority of mice that developed cancer were female - about 80 percent, as opposed to slightly more than 15 percent for males. This contrasts sharply with the incidence of cancer in wild-type mice (those with the normal CHEK2 gene), in which male and female mice developed cancer to about the same extent but at a much lower frequency.
Stambrook says his team will be exploring possible reasons behind the difference, looking at hormonal involvement and possible interactions between the gene variant and estrogen receptors or estrogen itself.
By using a known carcinogen, dimethyl benzanthracene, the researchers also determined that mice that harbor the variant are more susceptible to an environmental challenge than those that don't. The compound was administered orally to female mice.
"When they delivered the compound, the lifespan of the mice was reduced significantly - they developed breast cancer as well as other types of cancers," Stambrook says. "In addition, the mice that harbored this variant were more susceptible - in other words, they developed tumors more quickly than wild-type mice."
Stambrook says that by learning more about the signaling pathway of the CHEK2 gene, researchers can explore ways to "rescue" it and identify potential therapeutic targets.
"It's an interesting gene," says Stambrook, "and there are a lot of interesting directions that this finding will take us."
The work was supported in part by grants from the National Institutes of Health and UC's Center for Environmental Genetics.
Keith Herrell Keith Herrell
University of Cincinnati Academic Health Center
Article Date: 23 Sep 2009
http://www.medicalnewstoday.com/articles/164929.php
Gene Variant Shows Strong Gender Bias For Cancer Predisposition
2009-09-26T20:14:00+02:00
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variantes genéticas que aumentan los riesgos de padecer cáncer de próstata
ABC | MADRID
Un grupo de investigadores ha identificado , el segundo tipo de cáncer más común en los hombres y que afecta a 25 de cada 100.000 en todo el mundo. La revista «Nature Genetics» recoge en su edición digital cuatro estudios que analizan estas nuevas variantes genéticas.
Dos de los estudios, liderados por Rosalind Eeles, del Instituto de Investigación del Cáncer de Reino Unido, y Julius Gudmundsson, de la empresa «deCODE» en Islandia,identificaron ocho localizaciones genéticas relacionadas con un aumento del riesgo de padecer cáncer de próstata. Además, los científicos identificaron dos nuevas variantes en 8q24, que confieren el riesgo de cáncer de próstata. Una de sus áreas se ha asociado con el cáncer de mama, de colon y de vejiga. A pesar de que esta región no contiene genes codificadores de proteínas conocidos, el encogen MYC está localizado próximo a esta región. En el proyecto se analizaron los genomas de miles de hombres con cáncer de próstata y participaron investigadores españoles de los Institutos de Ciencias de la Salud y Nanotecnología de Aragón, el Hospital Universitario Lozano Blesa de Zaragoza y el Hospital Reina Sofía de Tudela.
Importancia del 8q24
El equipo dirigido por Douglas Easton, de la Universidad de Cambridge en Reino Unido, realizó un análisis integral de 8q24 e identificó dos nuevas regiones asociadas con el riesgo de sufrir un cáncer de próstata.
Por su parte, el trabajo de Meredith Yeager, del Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos, también identificó, aunque de forma independiente, una de las nuevas variantes de riesgo en 8q24, al igual que el equipo liderado por Douglas Easton.
Como conclusión general, los estudios enfatizan la necesidad de intensificar la investigación en la localización del 8q24, ya que futuros descubrimientos serán relevantes para múltiples tipos de cáncer.
http://www.abc.es/20090921/nacional-sociedad/nuevas-variantes-geneticas-aumentan-20090921.html
Un grupo de investigadores ha identificado , el segundo tipo de cáncer más común en los hombres y que afecta a 25 de cada 100.000 en todo el mundo. La revista «Nature Genetics» recoge en su edición digital cuatro estudios que analizan estas nuevas variantes genéticas.
Dos de los estudios, liderados por Rosalind Eeles, del Instituto de Investigación del Cáncer de Reino Unido, y Julius Gudmundsson, de la empresa «deCODE» en Islandia,identificaron ocho localizaciones genéticas relacionadas con un aumento del riesgo de padecer cáncer de próstata. Además, los científicos identificaron dos nuevas variantes en 8q24, que confieren el riesgo de cáncer de próstata. Una de sus áreas se ha asociado con el cáncer de mama, de colon y de vejiga. A pesar de que esta región no contiene genes codificadores de proteínas conocidos, el encogen MYC está localizado próximo a esta región. En el proyecto se analizaron los genomas de miles de hombres con cáncer de próstata y participaron investigadores españoles de los Institutos de Ciencias de la Salud y Nanotecnología de Aragón, el Hospital Universitario Lozano Blesa de Zaragoza y el Hospital Reina Sofía de Tudela.
Importancia del 8q24
El equipo dirigido por Douglas Easton, de la Universidad de Cambridge en Reino Unido, realizó un análisis integral de 8q24 e identificó dos nuevas regiones asociadas con el riesgo de sufrir un cáncer de próstata.
Por su parte, el trabajo de Meredith Yeager, del Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos, también identificó, aunque de forma independiente, una de las nuevas variantes de riesgo en 8q24, al igual que el equipo liderado por Douglas Easton.
Como conclusión general, los estudios enfatizan la necesidad de intensificar la investigación en la localización del 8q24, ya que futuros descubrimientos serán relevantes para múltiples tipos de cáncer.
http://www.abc.es/20090921/nacional-sociedad/nuevas-variantes-geneticas-aumentan-20090921.html
variantes genéticas que aumentan los riesgos de padecer cáncer de próstata
2009-09-26T20:07:00+02:00
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El Hospital hará pruebas genéticas a 130 familiares de enfermos con hipercolesterol
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* campos obligatoriosEnviarLa hipercolesterolemia familiar es un trastorno genético heredado que predispone a una marcada elevación de las cifras del colesterol desde el nacimiento y conlleva el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular prematura. Por ello, los especialistas consideran que la detección precoz de esta patología, con un marcado carácter hereditario, es fundamental.
El servicio de Medicina Interna del Hospital General va a poner en marcha una iniciativa en este sentido. Este fin de semana ha convocado en el centro ilicitano a 130 familiares de enfermos ya diagnosticados de hipercolesterolemia. El objetivo estriba en determinar si han heredado la patología. El diagnóstico se llevará a cabo en base a la historia familiar y personal de cada uno de los convocados, un examen físico y pruebas relacionadas con concentraciones de colesterol y extracción de sangre.
Las jornadas, que se celebrarán hoy y mañana, tienen gran relevancia, según los responsables del Hospital «si se tiene en cuenta que las personas con la enfermedad pueden presentar infartos en edad temprana», algo que se puede prevenir con estas iniciativas.
El único en la provincia
La doctora Mar Piedecausa, coordinadora de la Unidad de Factores de Riesgo y una de las organizadoras del evento junto con el doctor Víctor Cánovas recuerda que el servicio de Medicina Interna «realiza el diagnóstico genético de pacientes con hipercolesterolemia familiar hace cinco años y es el único hospital público en la provincia en realizarlo». Actualmente hay diagnosticados genéticamente 70 pacientes con esta patología familiar, una enfermedad con una prevalencia de un caso por cada 500 personas. Esta proporción lleva a pensar que buena parte de los afectados aún no están diagnosticados.
http://www.laverdad.es/alicante/20090919/elche/hospital-hara-pruebas-geneticas-20090919.html
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El servicio de Medicina Interna del Hospital General va a poner en marcha una iniciativa en este sentido. Este fin de semana ha convocado en el centro ilicitano a 130 familiares de enfermos ya diagnosticados de hipercolesterolemia. El objetivo estriba en determinar si han heredado la patología. El diagnóstico se llevará a cabo en base a la historia familiar y personal de cada uno de los convocados, un examen físico y pruebas relacionadas con concentraciones de colesterol y extracción de sangre.
Las jornadas, que se celebrarán hoy y mañana, tienen gran relevancia, según los responsables del Hospital «si se tiene en cuenta que las personas con la enfermedad pueden presentar infartos en edad temprana», algo que se puede prevenir con estas iniciativas.
El único en la provincia
La doctora Mar Piedecausa, coordinadora de la Unidad de Factores de Riesgo y una de las organizadoras del evento junto con el doctor Víctor Cánovas recuerda que el servicio de Medicina Interna «realiza el diagnóstico genético de pacientes con hipercolesterolemia familiar hace cinco años y es el único hospital público en la provincia en realizarlo». Actualmente hay diagnosticados genéticamente 70 pacientes con esta patología familiar, una enfermedad con una prevalencia de un caso por cada 500 personas. Esta proporción lleva a pensar que buena parte de los afectados aún no están diagnosticados.
http://www.laverdad.es/alicante/20090919/elche/hospital-hara-pruebas-geneticas-20090919.html
El Hospital hará pruebas genéticas a 130 familiares de enfermos con hipercolesterol
2009-09-26T20:03:00+02:00
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A-BIOÉTICA Y MEDICINA DEL SEGURO DE VIDA|
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A-BIOÉTICA Y MEDICINA DEL SEGURO DE VIDA
Mechanism Related To The Onset Of Various Genetic Diseases Revealed
Researchers at the Department of Biochemistry and Molecular Biology of Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) have revealed the process by which proteins with a tendency to cause conformational diseases such as amyotrophic lateral sclerosis, familial amyloidotic polyneuropathy, familial amyloidotic cardiomyopathy, etc. finally end up causing them. Researchers have carried out an analysis of their 3D structure and studied why these proteins finally become toxic although they are correctly folded, an indicator that they are functioning correctly. The answer can be found in the separation of the proteins, which under normal conditions are found in groups of two or more, caused by a genetic mutation in their composition. Researchers believe this discovery, published recently in the journal PLoS Computational Biology, could also be the cause of other diseases of unknown origins.
Every day cells produce thousands of new proteins which renew themselves every second and which, by obeying the orders prescribed in our genetic code, work towards the proper functioning of our body. However, these proteins occasionally suffer genetic mutations which can cause changes in their composition, thus preventing them from carrying out their functions and the activities they are assigned. In many cases this gives way to the formation of toxic macromolecular aggregates amyloid fibrils - which block our body's protein quality control system and finally provoke cell death.
Protein aggregation and the misfolding of proteins can be linked to the origin of many conformational diseases which can be either genetic or spontaneous. The proteins involved can either have an unstructured or lineal unfolded form such as in Alzheimer's and Parkinson's disease or Type II Diabetes, or can be globular, showing a folded 3D-structure. The former have been widely characterised by scientists and the process by which they unfold is known. The process leaves regions uncovered which are in the risk of becoming aggregated and these eventually form toxic assemblies. Globular proteins are known to be linked to hepatic, cardiac, renal and neurological disorders. However scientists do not know exactly how they manage to aggregate despite the fact that they are correctly folded within the body.
Through computational analysis, researchers Salvador Ventura and Virgínia Castillo, from the UAB Department of Biochemistry and Molecular Biology, have discovered that, in non-disease conditions, globular proteins related to conformational diseases are found associated in pairs to other proteins or in complex subunits, in a way that one protein covers the aggregation-prone region of the other and thus prevents the onset of this process. Therefore these regions remain obscured in the interior of the structure and are inoffensive to the organism as long as the two proteins are joined together. Researchers have found that genetic mutations produced in the interaction sites of the protein pair prevents their association, leaving aggregation-prone regions uncovered and favouring the formation of toxic aggregates. According to researchers, this would explain why out of two people with the same globular proteins and the same risk regions, only the one who suffers a genetic mutation would finally develop a disease.
The conclusions obtained have led researchers to contemplate the possibility that dissociation is a general mechanism, which not only affects globular proteins with a clearly defined structure, but also others which have not yet been characterised and which could be the cause of diseases of unknown origin.
As possible strategies to prevent the dissociation of proteins, the authors propose introducing genetic mutations into the proteins to strengthen their association and developing specific molecules to block the risk regions of already dissociated proteins.
The results of the study carried out by UAB researchers coincides with those obtained by researchers at Cambridge University, who also published similar data in the journal Proceedings of the National Academic of Sciences.
In the future UAB researchers are planning to expand their computational analysis to cover the whole set of human proteins with a defined 3D-structure. With this objective they seek to discover the proteins responsible for different genetic diseases of unknown origins and offer a series of new therapeutic targets for these disorders.
Source: Barcelona Universitat Autònoma
http://www.medicalnewstoday.com/articles/164374.php
Article Date: 18 Sep 2009
Every day cells produce thousands of new proteins which renew themselves every second and which, by obeying the orders prescribed in our genetic code, work towards the proper functioning of our body. However, these proteins occasionally suffer genetic mutations which can cause changes in their composition, thus preventing them from carrying out their functions and the activities they are assigned. In many cases this gives way to the formation of toxic macromolecular aggregates amyloid fibrils - which block our body's protein quality control system and finally provoke cell death.
Protein aggregation and the misfolding of proteins can be linked to the origin of many conformational diseases which can be either genetic or spontaneous. The proteins involved can either have an unstructured or lineal unfolded form such as in Alzheimer's and Parkinson's disease or Type II Diabetes, or can be globular, showing a folded 3D-structure. The former have been widely characterised by scientists and the process by which they unfold is known. The process leaves regions uncovered which are in the risk of becoming aggregated and these eventually form toxic assemblies. Globular proteins are known to be linked to hepatic, cardiac, renal and neurological disorders. However scientists do not know exactly how they manage to aggregate despite the fact that they are correctly folded within the body.
Through computational analysis, researchers Salvador Ventura and Virgínia Castillo, from the UAB Department of Biochemistry and Molecular Biology, have discovered that, in non-disease conditions, globular proteins related to conformational diseases are found associated in pairs to other proteins or in complex subunits, in a way that one protein covers the aggregation-prone region of the other and thus prevents the onset of this process. Therefore these regions remain obscured in the interior of the structure and are inoffensive to the organism as long as the two proteins are joined together. Researchers have found that genetic mutations produced in the interaction sites of the protein pair prevents their association, leaving aggregation-prone regions uncovered and favouring the formation of toxic aggregates. According to researchers, this would explain why out of two people with the same globular proteins and the same risk regions, only the one who suffers a genetic mutation would finally develop a disease.
The conclusions obtained have led researchers to contemplate the possibility that dissociation is a general mechanism, which not only affects globular proteins with a clearly defined structure, but also others which have not yet been characterised and which could be the cause of diseases of unknown origin.
As possible strategies to prevent the dissociation of proteins, the authors propose introducing genetic mutations into the proteins to strengthen their association and developing specific molecules to block the risk regions of already dissociated proteins.
The results of the study carried out by UAB researchers coincides with those obtained by researchers at Cambridge University, who also published similar data in the journal Proceedings of the National Academic of Sciences.
In the future UAB researchers are planning to expand their computational analysis to cover the whole set of human proteins with a defined 3D-structure. With this objective they seek to discover the proteins responsible for different genetic diseases of unknown origins and offer a series of new therapeutic targets for these disorders.
Source: Barcelona Universitat Autònoma
http://www.medicalnewstoday.com/articles/164374.php
Article Date: 18 Sep 2009
Mechanism Related To The Onset Of Various Genetic Diseases Revealed
2009-09-26T19:59:00+02:00
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