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Ciertamente la herencia genética tiene algún impacto en elenvejecimiento, el
desarrollo de condiciones crónicas y lalongevidad, pero una
abundante evidencia producto de nuevas investigaciones está demostrando que la
ciencia de la epigenética de cómo nuestros genes son expresados para
protegernos de la enfermedad y de la debacle temprana esta por completo bajo
nuestro control. El estilo de vida, la exposición a peligros ambientales y en
una mayor proporción a un mayor grado a la calidad, composición y tipo de
alimentos que consumimos, juegan un rol importante en la determinación de cómo
envejecemos y cuándo moriremos.
Un equipo de investigación nutricional de la
Universidad de Newcastle en el Reino Unido ha reportado los resultados de un
estudio en la revista Aging Cell, donde explica cómo los cambios moleculares de
nuestros genes, conocidos como marcas epigenéticas, son producidos
principalmente por el envejecimiento, pero también son afectados por lo que
comemos. Los científicos han estado revelando el impacto celular que los
compuestos moleculares tales como la curcumina, resveratrol y las grasas
Omega-3 poseen en nuestra expresión genética y en el metabolismo humano durante
la década pasada. Estas estructuras químicas naturales han demostrado tener un
impacto dramático en la prevención de enfermedades al alterar los marcadores genéticos
por medio de la epigenética.
La dieta saludable y natural altera la
metilación del ADN para promover una mejor salud y mayor período de vida.
Los investigadores han examinado las células
de un grupo de voluntarios para colonoscopía para determinar el impacto de la
dieta en la formación de pólipos, un biomarcador del envejecimiento y
presentación futura de cáncer de colon. Los voluntarios no poseían cáncer o
enfermedad inflamatoria de los intestinos y continuaron comiendo como solían
hacer. Los científicos buscaron cambios epigenéticos, identificados como
metilación de los marcadores del ADN, los cuales no alteran el código genético,
pero afectan si los gentes son activados o no. Los marcadores epigenéticos son
un vaticinador fuerte de desarrollo precancerígeno y de la futura incidencia de
la enfermedad.
El equipo de estudio descubrió que los
hombres tendían a tener una mayor frecuencia de estos cambios epigenéticos que
las mujeres, lo cual es consistente con que los hombres tengan mayor riesgo de
cáncer de intestino. Los participantes con mayor consumo de vitamina D
mostraron menores niveles de metilación y un efecto similar fue observado para
el mineral selenio. El hallazgo fue consistente con los vínculos conocidos
entre los niveles mayores de vitamina D y selenio y la disminución del riesgo
de cáncer de intestino.
A la inversa, los mayores niveles de
vitamina B, folato fueron asociados con mayores niveles de cambios epigenéticos
vinculados al cáncer de intestino. Además, el estudio encontró relaciones entre
el tamaño del cuerpo (altura, peso y circunferencia de la cintura) y los
cambios epigenéticos. La información brindada por este estudio ayuda a validad
una abundancia de estudios previos que explican cómo la dieta y el ambiente
alteran los marcadores genéticos para mejorar o empeorar la salud. Mantener un
peso corporal normal y consumir una dieta natural, libre de alimentos fritos o
procesados promueve cambios epigenéticos que nos mantienen saludables y
prolongan nuestras existencias.