martes, 29 de enero de 2013

Microvidas


“Microvidas” para entender el ritmo de envejecimiento

Viernes, 21 de diciembre de 2012
En la vida diaria recibimos informaciones continuas, a través de los medios de comunicación, sobre lo perjudicial o beneficioso que es esto o aquello para nuestra salud. Alimentos ricos en grasas, inactividad física, humo de tabaco, alcohol…todo ello constituye fuentes de riesgo potenciales que aceleran el proceso de envejecimiento físico. En cambio, mantener un estado físico saludable contribuye a retardar el envejecimiento natural.
Con el objetivo de comunicar de manera sencilla el impacto del estilo de vida y de los hábitos cotidianos sobre nuestra salud y, por extensión, sobre nuestra esperanza de vida, el profesor Spiegelhalter  ha diseñado un método que permite a la población general entender de manera simple cómo incide este o aquel comportamiento en el proceso de envejecimiento.
Define cada media hora de vida como una “microvida” y, basándose en estudios epidemiológicos recientes sobre los hábitos, el autor explica que prácticas como fumar dos cigarrillos diarios, beber dos copas de alcohol extra, comer una porción de carne roja, pesar cinco kilos de más o ver la televisión durante dos horas al día, se asocian con la pérdida de microvidas, en concreto, cada día de exceso puede restarnos al menos media hora de vida.
Por el contrario, hábitos saludables como ingerir una dieta rica en frutas y verduras o realizar ejercicio físico de manera habitual, puede hacernos ganar microvidas o, lo que es lo mismo, retrasar la velocidad a la que envejecen nuestras células, que se traduce en un aumento de la esperanza de vida.
Además, factores demográficos, temporales o de género también determinan el número de microvidas de cada individuo, por lo que se trata de un conjunto de elementos que definen la velocidad de envejecimiento celular, algunos de los cuales (como las costumbres insanas) podemos controlar.
Spiegelhalter defiende que esta forma de comunicación permite al público general hacer comparaciones tomando como punto de referencia la “velocidad de envejecimiento”, algo que, según él, ha sido eficaz a la hora de fomentar el abandono del hábito de fumar.              
Este trabajo propone un método novedoso para transmitir las informaciones científicas al mundo no académico, pero en ningún caso se trata de un estudio científico concluyente sobre los efectos de determinadas rutinas en el proceso de envejecimiento.
Más información: British Medical Journal

http://www.ipemedicina.com