“La pérdida de calidad y de esperanza de vida en quienes han sufrido fracturas es el principal impacto socioeconómico de la osteoporosis”, según ha indicado hoy el Profesor Bengt Jönsson, de la Stokholm School of Economics (Suecia) en el Aula de Biotecnología de la Comunidad Valenciana, organizada por Amgen e inaugurada por Manuel Escolano Puig, director general de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana e Isabel Muñoz Criado, directora del Centro Superior de Investigación en Salud Pública de la Comunidad Valenciana.
Durante la inauguración del acto, Concha Serrano, directora de Relaciones Institucionales de Amgen, ha explicado la trascendencia sanitaria que ha adquirido en los últimos años la osteoporosis, una patología que, según ha dicho, afecta en España a más de tres millones de personas. “Amgen tiene un compromiso con la osteoporosis – ha añadido— y queremos facilitar nuevas terapias biológicas cada vez más eficaces y con mejor perfil terapéutico”.
El coste directo de la osteoporosis en la UE se estima en unos 37.000 millones de euros anuales, y el indirecto en otros 8.000 millones. Pero el Profesor Jönsson ha cifrado el impacto económico de esa pérdida de calidad y esperanza de vida en el doble de los costes directos e indirectos juntos, tal como se observó en un estudio de carácter nacional en Suecia.
Jönsson ha expuesto que de los estudios nacionales existentes (a falta de un estudio único europeo) se puede inferir que el coste de la osteoporosis en términos DALY (años sin discapacidad ajustados por calidad de vida) es superior al ocasionado por la mayor parte de cánceres y otras enfermedades crónicas.
Nuevas oportunidades ante nuevas terapias
Los ocho expertos que han participado en este Aula Biotech, dedicada a la “Osteoporosis: avances de la investigación traslacional y repercusiones para la Salud Pública”, han ofrecido a investigadores y clínicos su visión sobre la aparición de nuevas terapias, la adherencia al tratamiento, el coste de la enfermedad y los retos que presenta a la salud pública.
Las nuevas terapias ofrecen más oportunidades en el abordaje de la enfermedad. Adolfo Díez, del Servicio de Medicina Interna y Enfermedades Infecciosas del Hospital del Mar de Barcelona, ha indicado que “el descubrimiento del papel crucial de algunas proteínas en el equilibrio entre la resorción y formación del hueso, ha permitido el diseño de un anticuerpo monoclonal activo y selectivo que impide la pérdida patológica de masa ósea”.
Por otro lado, las nuevas terapias pueden mejorar la adherencia al tratamiento, que es el principal reto clínico. Xavier Nogués, del Instituto Municipal de Investigación Médica de Barcelona, indicó que “algunos tratamientos simples, como la toma de calcio o vitamina D, sólo los cumplen un 50% de los pacientes”. Los nuevos tratamientos alargan sensiblemente las dosis, lo que facilitará la adherencia.