Á. Cámara / La Rábida | Actualizado 01.08.2009
El director del curso 'Iniciación a la biotecnología', el profesor de la Universidad de Huelva Francisco Córdoba, señaló que "los científicos tienen una obligación y una responsabilidad", que es transmitir a la sociedad los avances que se van produciendo como resultado de sus trabajos.
Córdoba precisó que esta comunicación entre profesional y ciudadano tiene como ventaja el hecho de que la sociedad esté informada sobre los adelantos desarrollados, y "pueda tomar sus decisiones al respecto". Según sus palabras, la información es un elemento imprescindible para formar opiniones libremente, y es la sociedad la que debe decidir sobre los avances logrados, no los científicos.
El coordinador del seminario indicó que "la misión del científico no es sustituir a la sociedad", y, quien piense así, "incurre en el mayor pecado de soberbia". El trabajo de un profesional de la ciencia, subrayó, es "analizar objetivamente la realidad y transmitir información a la sociedad".
Otro de los puntos sobre los que giró la intervención del docente fue el hecho de que, en algunos casos, existe "una desinformación cruzada". A veces, declaró, "los científicos se miran únicamente su ombligo, y a veces los críticos de los avances de la ciencia se miran exclusivamente el suyo".
El "amarillismo" de ciertos artículos publicados en determinadas revistas científicas también fue objeto de las críticas de Córdoba. Según sus palabras, estos documentos cuentan "medias verdades", ya que, aun sin mentir, se subrayan determinados aspectos con el objetivo de atraer a la población. Por esto, hay que tener "cuidado", ya que estos artículos pueden inducir al error .
El seminario también ha abordado las implicaciones éticas y legales de las nuevas técnicas de carácter biológico que se pueden aplicar en la actualidad. En estas técnicas se incluyen aquellas que permiten manipular plantas, animales e incluso seres humanos a partir del trabajo con células madre o la clonación.
El profesor se refirió a la existencia de comités éticos, como el Comité Nacional de Bioética en España, el cual se dedica a analizar las repercusiones a nivel social de estas investigaciones. Este organismo tiene carácter asesor y no vinculante, por lo que sus postulados no tienen ninguna influencia en la legislación. Córdoba señaló que en otros países también existen comités similares, en los que, a diferencia del español, se incluyen representantes de la sociedad, como sindicatos, o religiosos de distintas confesiones.
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