domingo, 6 de diciembre de 2015

El seguro de rentas a menos de un mes de la entrada vigor de Solvencia II.

Nos encontramos a escasos días para que entre en vigor la normativa conocida de Solvencia II cuyos efectos se materializarán desde el próximo 1 de enero de 2016.
La nueva forma de medir y gestionar el riesgo suscrito por las aseguradoras, condicionan la propia determinación del precio del contrato. De entre las líneas de negocio que se verán particularmente afectadas destaca el seguro de rentas vitalicias.
En el escenario denominado Solvencia I , los recursos exigidos para los seguros de vida en general, donde se encuadran las rentas vitalicias, son equivalentes al 4% de las provisiones técnicas. Para una rentabilidad esperada después de impuestos del 10% para un accionista que invierte en una entidad de seguros, los diferenciales necesarios técnicos-financieros para comercializar un seguro de rentas  se sitúan en la banda del 0,50%-0,60%. Este diferencial puede incrementarse en función del apetito al riesgo de cada aseguradora, pero nos sirve para el ejemplo.
Si tomamos como referencia el bono español a 10 años como activo adecuado para invertir  el pasivo actuarial de la rentas vitalicias para una edad media de 70-75 años, el tipo de interés técnico al cliente debe minorarse en los diferenciales anteriores. A lo largo de este cuarto trimestre, el bono a este plazo ha oscilado entre 1,5%-2%.
A partir del próximo 1 de enero, los requerimientos de capital de la nueva normativa aumentan considerablemente, y así en términos de SCR sobre BEL el consumo se podría elevar a un rango del 9-10%,en este porcentaje intervienen todos los riesgos de la entidad y la propia composición de los LOB´S (líneas de negocio) de la entidad, con lo que puede variar. Para poder comparar el efecto de este consumo con solvencia I, hacemos la conversión a requerimientos de capital sobre provisión matemática, en este caso los porcentajes resultantes se situarían entre 10,5%-11,6%.De este valor, la mayor carga de capital corresponde al subriesgo de longevidad con alrededor del 80% del peso de todos los riesgos, sin tener en cuenta los otros riesgos de suscripción o la propia diversificación.
Vemos que del 4% de solvencia I, en el nuevo marco el consumo de capital  se eleva al 11%. Estos valores suponen en términos de diferencial sobre el activo de referencia elevarlo desde el 0,55% de media anterior al 1,5%, con lo que no queda mucho recorrido para entregar al cliente un tipo de interés técnico positivo.
Visto el escenario, podemos llegar a pensar si podemos anticipar la fecha de fin de la comercialización de este tipo de productos. La respuesta la encontramos en los modelos internos de longevidad donde se mejoran sustancialmente las cargas de capital asignadas al riesgo de supervivencia, así como en una adecuada diversificación entre longevidad y mortalidad y macheo perfecto de cartera, todo este conjunto de herramientas de gestión del riesgo permiten mayores rentabilidades a los producto, compensando los reducidos  márgenes que estos dejan en el entorno actual.

 Para actuar sobre la principal palanca del riesgo de supervivencia,recordemos el trabajo( libro de premio Julio Castelo), donde proponíamos un modelo actuarial para graduar el subriesgo sistemático (  tendencia) dentro del riesgo de longevidad , que es el causante de los consumos tan elevados por la incertidumbre que genera. En el modelo propuesto en dicho trabajo, basado en el uso del SLI ( índice español de longevidad), se producían ahorros del 67,3% del consumo de capital ( página 183 del trabajo).
Siguiendo con los datos anteriores, esta reducción tendría como resultado que el consumo de capital se reduce desde el 11% hasta el 5,1%, es decir cifras similares a solvencia I.
La conclusión es meridiana, la gestión activa del riesgo, sobre la base del uso de modelos estadísticos avanzados nos aporta valor económico y permite en este caso poder comercializar productos de longevidad con unos requerimientos de capital similares a los actuales en vigor.
Advertimos que actualizar las tablas regulatorias, no corrigen el problema, por la propia metodología de solvencia II al determinarse el consumo de capital por diferenciales de estrés , se produce la paradoja siguiente: una tabla actuarial actualizada no reduce la carga de capital, un cálculo sencillo nos dice que disminuyendo la tabla regulatoria en un 10% en las probabilidades de fallecimiento, el SCR por subriesgo de longevidad, puede incrementarse un 0,5%.
Vemos que se abre un campo de trabajo de interés y que soluciones para disminuir la carga de capital para el negocio de rentas existen como proponemos en el libro de longevidad publicado en Fundación Mapfre.
José Miguel Rodríguez-Pardo.