domingo, 6 de diciembre de 2015

ACTUALIZACIÓN DE LOS VALORES DEL RIESGO SISTEMÁTICO DE LONGEVIDAD EN ESPAÑA.

El riesgo sistemático de longevidad no se refiere tanto a que la esperanza de vida continúe aumentando, sino que esta aumente más rápido de los previsto. Este sería el caso de un descubrimiento contra el cáncer que hiciera disminuir la mortalidad de manera súbita.
 A este riesgo de mejora súbita, se le suele asignar una probabilidad muy baja y es por lo que el actuario centra sus esfuerzos en modelar las mejoras de la longevidad sobre valores pasados procurando que no se produzcan insuficiencias por errores en la "inclinación" de la tendencia.
Si desde 1980 la esperanza de vida a los 65 años ha aumentado de media 1,5 año por década, lo que trata de medir el actuario es si este incremento será mayor en el futuro. Este riesgo calificado como sistemático no puede ser diversificado con la puesta en común de los asegurados expuestos ( pool de riesgos) ya que afectan a todos los individuos de la misma cohorte poblacional.
La incertidumbre de la medida del riesgo sistemático es una de las razones de las limitaciones de la oferta de los aseguradores de productos de rentas, a esto se une  al escenario actual de rendimientos muy bajos en las inversiones, y la posición del reaseguro que no es activa en el mercado en relación con la transferencia del riesgo suscrito.
Solo desde una visión rigurosa  aportada desde la técnica estadística actuarial que mitigue, con suficientes garantías, el riesgo sistemático, se podrá eliminar la tradicional falta de confianza o apetito al negocio de riesgo de longevidad.
Los esfuerzos desde la academia y de instituciones para cumplir con este propósito han sido recogidos en  el documento Longevity Seminar -Mortality Assumptions and Longevity Risk presentado por Pablo Antolin, presentado por la OCDE en Chicago en febrero de 2015, que ha modelizado el riesgo de tendencia por edad, con varias de las mejores  metodologías actuariales , modelo Lee Carter , el CBD, P-splines y el CMI , comparando los resultados de las proyecciones de las tablas poblacionales con la base de datos HMD y con los valores contemplados en los factores de mejora de las tablas regulatorias de supervivencia españolas PERMP para el género masculino.
 El resultado del trabajo nos dice que en términos generales los factores de mejoras de las tablas PERM parecen que son insuficientes para capturar a medio y largo plazo el riesgo de tendencia, lo que hace emerger el riesgo sistemático.




Similares conclusiones se aportaron en el trabajo El riesgo de longevidad y su aplicación práctica a solvencia II https://www.fundacionmapfre.org/documentacion/publico/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=1080482 donde aplicando metodología actuarial similar, pero no idéntica, se pudo  elaborar un índice español de longevidad (SLI) con el fin último de  mitigar el riesgo sistemático con robustez suficiente.

Los resultados de ambos trabajos  difieren en parte a  que se utilizan para las proyecciones, diferentes periodos de observación, esta cuestión se sigue debatiendo en los foros actuariales y todavía no hay consenso sobre ello.
Pongamos un ejemplo de los distintos resultados, para una edad de la cohorte 75- 79 años, si la PERM -P considera un factor de mejora del 1,5%,  la media de los cuatro modelos del trabajo de la OCDE es de 1,9% y  en modelo SLI del libro de referencia  el valor es de 2,14%.
Concluimos con tres consideraciones:
-Desde dos aproximaciones distintas, en cuanto a  modelos utilizados y periodos de observación distintos ,llegamos a la misma conclusión,  el factor de mejora de la PERM-P necesita ser reevaluado si queremos no incurrir en riesgo sistemático
-Los modelos más avanzados y robustos, surgidos muchos de ellos con posterioridad a la fecha de elaboración de las tablas PERM-P, reducen de manera significativa la incertidumbre del riesgo sistémico, principal barrera de la oferta del seguro de rentas vitalicias.
- La revisitar el riesgo con mayor periodicidad, permite reducir las desviaciones que se observen. Es recomendable reevaluar al menos cada cinco años.

José Miguel Rodríguez-Pardo