domingo, 6 de diciembre de 2015

Últimos avances en la graduación de la supervivencia de los centenarios

Una de las mayores dificultades a la que se enfrenta el actuario a la hora de graduar el riesgo de longevidad, es modelar la supervivencia humana más allá de los 100 años de edad y determinar la edad límite de supervivencia humana, tradicionalmente fijada en los 120 años de edad.
El origen de esta dificultad, reside en la ausencia de datos poblaciones para poder graduar sobre la experiencia, esto hace que haya que extrapolar y ajustar tasas de mortalidad sobre tasas de mortalidad de edades inferiores, y para que los modelos sean biológicamente robustos, estos deben considerar el llamado "plateau" de la mortalidad en edades extremas, es decir, a partir de edades muy altas ( 105 ó 110 años) la mortalidad se mantiene a tasas constantes. El Dr. Fahy, Director del Organ Cryopreservation Laboratory at the American Red Cross Jerome Holland Laboratory in Rockville, confirma el plateau al decir “La existencia de una meseta de la mortalidad tardía de la vida para los seres humanos y otras especies implica que se detiene el envejecimiento por encima de una cierta edad.”.
 La relevancia de esta hipótesis llevó a los profesores Gavrilov y Gavrilova de la Universidad de Chicago a afirmar  que no hay límite superior en la longevidad. En efecto, estos profesores, al observar el comportamiento biológico de determinados seres vivos en los que se puede observar toda la supervivencia por su corta vida, comprobaron que en la mortalidad en la última parte de la vida probable se produce una desaceleración del incremento de las tasas de mortalidad, llegando a mantenerse constante, es decir no hay desgaste biológico del ser vivo.

Se puede pensar que las personas que alcanzan la centena de años son muy pocas y por tanto el riesgo de insuficiencia actuarial es muy bajo si se infraestima las tasas de supervivencia en edades de 100 años y mayores. Si observamos el siguiente gráfico, que proyecta la evolución de los centenarios en el mundo hasta mediados de este siglo, entendemos la necesidad de modelar correctamente este último tramo de la vida. Hay opiniones que dicen que este siglo será el de los centenarios.



Los primeros modelos de graduación de supervivencia en edades extremas, son relativamente recientes, el artículo que escribí en la revista Gerencia de Riesgos y Seguros con el título El riesgo de longevidad en personas centenarias (http://www.mapfre.com/fundacion/html/revistas/gerencia/n111/estudio-1.html)
se recogían el estado de la investigación en 2011 en este campo. Recordemos que la primera tabla actuarial que contemplaba estos fenómenos fue la Canadian Annuitant Mortality Table de 2005. Desde entonces, se ha ido construyendo desde distintas aportaciones académicas y de experiencia reales en colectivos de rentistas, un criterio doctrinal que tendente a modelar este riesgo y que de manera razonable deberá ser de aplicación en todos los modelos actuariales.
En este sentido, la reciente publicación por parte del Continuous Mortality Investigation Limited del working paper número 85 Initial report on the features of high age mortality
de octubre de 2015, file:///C:/Users/User/Downloads/cmiwp85-readinglist.pdf aúna toda la investigación actuarial de los centenarios y que desde los distintos modelos estadísticos se proponen graduaciones que de alguna manera presentan grados de convergencia interesantes. El trabajo nos reproduce los ajustes realizados por las tablas de 2014, de experiencia Canadiense, de Estados Unidos y de Inglaterra.
El gráfico siguiente ( página 23 del trabajo) recoge alguna de esas modelizaciones,


Los elementos en discusión, se centran en  determinar la edad a la que comienza de la desaceleración de las tasas de mortalidad, además fijar la tasa en la que esta tasa se mantiene constante ( 105  ó 110), los valores que toma en esa edad extrema y no menos importante determinar el mejor método de ajuste o suavizado desde los 90 años de edad.
Las aportaciones de este trabajo, contribuyen sin duda alguna, a fijar criterios para la graduación de tablas actuariales poblacionales, de experiencia de asegurados o incluso para modelos internos.

JM R-P.