El hallazgo de científicos del Vall d'Hebron Instituto de Investigación, publicado en Medicinal Research Reviews, permite atacar las células madre que provocan el cáncer para buscar su envejecimiento y posterior desaparición.
REDACCIÓN HO-. Científicos de la Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR) han descubierto que pequeñas cadenas de material genético juegan un papel importante en la inmortalidad celular, por lo que actuar sobre ellas podría tener consecuencias en los avances de la lucha contra el cáncer. Cinco años de investigaciones han llevado a la doctora Matilde Leonard y a su equipo a conseguir este importante avance en la lucha contra el cáncer. Así se expresaba la propia Leonard, en declaraciones ofrecidas por la Cadena COPE:
"Como una de las teorías del origen del cáncer, que es la que está más en boga, es la del cáncer a partir de una célula madre mutada, creemos que atajando a estas células madre que originan el tumor podremos combatir toda la masa tumoral".
El siguiente paso en la investigación será experimentar en animales, antes de poder actuar en seres humanos.
Según un comunicado del que informa Europa Press, estas cadenas de material genético, llamadas microRNAs y de función casi desconocida, son capaces de regular la expresión de otros genes, por lo que la caracterización de estas cadenas abre una vía para erradicar los procesos malignos, ya que el bloqueo de su función podría inducir la senescencia -tendencia a envejecer- de las células tumorales.
El estudio, publicado en 'Medicinal Research Reviews' y financiado por la Fundación BBVA, indaga en el envejecimiento de las células y la inmortalidad de éstas, partiendo de la premisa que la característica que hace que las células tumorales sean tan nocivas es precisamente esta capacidad de ser inmortales, ya que no envejecen ni se autoeliminan, contrariamente al comportamiento de las células sanas.
Esta inmortalidad de las células cancerígenas hace que los tumores crezcan sin control y sean tan malignos, de modo que uno de los retos de este grupo ha sido identificar los microRNAs que hacen posible esta inmortalidad -para estudiar después los mecanismos que desactiven esta eterna juventud y convierten las células malignas en mortales-.
Actualmente se conoce que más de un tercio de todos los genes de nuestro genoma se regulan mediante microRNAs, de forma que su estudio es más que obligado y todas las hipótesis apuntan a su papel clave en el proceso de inmortalidad de las células.
Concretamente, el trabajo del VHIR tiene el objetivo de caracterizar los microRNA terapéuticos para erradicar los procesos malignos, y para ello sus investigaciones están centradas preferentemente en la introducción de la senescencia prematura celular como mecanismo antitumoral.
Concretamente, este grupo ha llegado a identificar hasta 28 microRNAs capaces de escaparse de los mecanismos de la senescencia y, en consecuencia, mantener el potencial proliferativo celular y otorgar inmortalidad a la célula.
"La característica más notable de este hallazgo es que los microRNAs específicos de células madre han sido capaces de evadir la senescencia con mayor efecto biológico que el resto de los microRNAa conocidos, induciendo así esta inmortalización", ha explicado la doctora Matilde Lleonart, coordinadora del estudio.
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