domingo, 16 de octubre de 2011

Crecimiento estimado de la población mundial.


Asusta leer las informaciones más recientes sobre el crecimiento estimado de la población mundial. Y no es porque falten espacios para convivir ¿en paz?, sino porque cada vez son más acuciantes los problemas causados por la falta de alimentos y la elevación de la pobreza, debido a la inequidad entre pobres y ricos.

Varias fuentes fidedignas han dado a conocer que en el próximo mes de octubre seremos 7 mil millones de personas en el planeta Tierra y que en 2043 la cifra se elevará a 9 mil millones.

No por gusto el tema ha sido analizado en la ONU. La cuestión resulta altamente preocupante, porque la relación existente entre el crecimiento poblacional y el aumento de la cantidad de hambrientos es directamente proporcional. A eso hay que sumarle la carestía gradual, y al parecer imparable, del costo de los alimentos.

En América Latina hoy somos unos 600 millones de habitantes, equivalentes al 8,6% de la población total del mundo, pero en 2050 en las naciones de la región vivirán 750 millones. Según estimados conservadores de la oficina regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en el continente suman 56 millones de personas hambrientas.

Algunos especialistas llenos de optimismo aseguran que la producción de alimentos aumentará en un 70% para 2050. Considero que esos analistas no han tomado en cuenta las afectaciones provocadas y por provocar por el cambio climático: inundaciones, sequías, elevación o disminución brusca de la temperatura, los cada vez más frecuentes fenómenos naturales y la contaminación de las aguas y la atmósfera.

Las cosechas podrán aumentar quizás, pero a los supermercados y sitios de venta seguirán acudiendo únicamente los que disponen de financiamiento, mientras los empobrecidos se tendrán que conformar, como hasta ahora, con contemplar las vidrieras y estantes repletos de productos o seguir buscando en latones de desperdicios y basureros, algo que llevar al estómago.

Ante ese panorama desolador y la realidad del crecimiento poblacional, la ONU ha establecido varios desafíos que deben ser atendidos con urgencia y prioridad: la producción de alimentos como número uno, las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, el envejecimiento acelerado de la población, la atención a los adolescentes y la educación. Y yo, modestamente, le agregaría dos más: la cada vez más notable emigración del campo a las ciudades en busca de mejores condiciones de vida y el aumento acelerado del desempleo.

http://www.5septiembre.cu