Infobae.com.ar | 25/7/2011-00:00 hs. |
El trabajo arrojó que los hombres en los Estados Unidos mueren, en promedio, a los 75 años, 1,5 años antes que en Reino Unido y 3,5 años antes que en Australia.
En el caso de las mujeres, la media de vida de las norteamericanas es de 81 años, mientras que, por ejemplo, las australianas viven 3 años más.
Si se tiene en cuenta la tabla global de expectativa de vida de todos los países del mundo, los EEUU ocupan el no tan honroso puesto 37, informó el sitio web de la cadena BBC.
Los investigadores de la Universidad de Washington en Seattle y del Imperial College de Londres, encargados del estudio, agregaron que la brecha que separa en este aspecto a la nación más rica del mundo con el resto de los países desarrollados es cada vez más amplia.
El informe sostiene que “estas expectativas de vida relativamente bajas en Estados Unidos no pueden explicarse por el tamaño del país, su diversidad racial o su economía. Más bien, las altas tasas de obesidad, el consumo de tabaco y otros factores de riesgo que pueden prevenir una muerte prematura son los principales responsables de esta brecha entre los EE UU y otras naciones“.
Para Ali Mokdad, profesor de salud global del Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington y director del trabajo, no fue una sorpresa conocer estos datos.
“Lo que nos sorprendió es el hecho de que estamos quedando aún más rezagados”, sostuvo.
La principal comparación que estableció es con Australia, un país con características socioeconómicas similares, que también es una nación de inmigrantes y relativamente joven. “Tiene un problema de obesidad y, sin embargo, ha continuado mejorando sus expectativas de vida y sigue siendo una de las naciones más sanas del mundo”, opinó.
Dentro del análisis de los factores de riesgo, Mokdad señaló que una de cada cinco muertes en los EEUU es causa del consumo de cigarrillos. Sin embargo, las políticas antitabaco norteamericanas nunca llegaron tan lejos como las australianas, que restringen la publicidad y prohíben fumar en sitios públicos cerrados.
Con respecto a la obesidad, se estima que los EEUU salvarían la vida de 100 mil habitantes por año –una de cada seis personas- si se redujera el consumo de sal en la dieta. Esta es la cifra de personas que fallecen anualmente a causa de la hipertensión.
En tanto, uno de cada diez norteamericanos adultos está calificado como obeso, lo que equivale a 10 veces más que en países con tasas de longevidad más altas, como Japón.
Para el profesor Danny Dorling, experto en geografía humana de la Universidad de Sheffield, en Inglaterra, la desigualdad que existe entre los distintos estados de ese país es la que lleva a que el promedio de vida sea tan bajo. Por ejemplo, mientras que en regiones como Mississippi los hombres no viven más de 67 años en promedio, muy por debajo de lo que sucede, por caso, en Filipinas, las mujeres de ciertas áreas de Florida viven tanto como las japonesas, que son las más longevas del mundo.
En cambio, se comprobó que los norteamericanos adultos tienen una mejor capacidad para sobrevivir a una enfermedad del corazón y a varios tipos de cáncer, a diferencia de lo que sucede en otros países ricos.
“El problema quizás no es la calidad de la atención médica en sí misma sino tener acceso a ella. Y si todos tuvieran un seguro médico sería una gran ayuda”, concluyó Dorling.
Este es uno de los objetivos de la ley de reforma de salud, aprobada en marzo de 2010. Cuando entre en vigor en 2014, todos los adultos de los EEUU estarán obligados a contar con un seguro médico.
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