LONDRES, Inglaterra, jun. 19, 2013.- Los últimos datos demográficos muestran que en el Reino Unido la esperanza de vida para un típico ciudadano supera los 78 años. Este índice entre las mujeres británicas es aun mejor: 81 años.
Pero un nuevo estudio, que fue efectuado por la agencia estatal de Salud Pública, demostró un mapa interactivo de muertes prematuras en Gran Bretaña. Con colores como los de un semáforo, se ve muy claramente que hay zonas que afectan directamente el número de años que una persona puede esperar vivir.
Por ejemplo, la gente en Manchester, al norte de Inglaterra, tiene un riesgo casi 3 veces más alto de contraer cáncer o morir antes de cumplir los 75 años, que un típico ciudadano en Brighton, al sur del Reino Unido.
Los expertos establecieron que aunque los factores socioeconómicos juegan un papel muy importante, en muchos casos es demasiado simplista explicarlo todo por la riqueza o falta de ella en la población.
En algunas áreas muy afluentes de Londres, como Kensington y Chelsea, los niveles de muertes prematuras por enfermedades coronarias o pulmonares es igual que en las ciudades relativamente pobres al este de Inglaterra.
Esto porque el nivel del consumo de alcohol y tabaco puede ser incluso más alto entre la clase media alta, que entre los representantes de la clase trabajadora.
Mientras tanto, en esta ciudad post-industrial británica, Redcar, la situación con la longevidad está mejorando. Y esto a pesar de que la zona está entre las más pobres del país.
"Sabemos que existe una variedad de cosas que contribuyen a las muertes prematuras, y por más de una década estamos concentrando nuestros esfuerzos justo en esto: la reducción de la pobreza y el desempleo, y mejor educación y vivienda social", señala Zoe Patrick, experta en salud pública de la ciudad de Redcar.
Ocho de cada 10 muertes prematuras, es decir, de la gente menor de 75 años, ocurren no por un problema médico heredado, sino por el mal estilo de vida. En la ciudad de Redcar, los médicos familiares cuentan con el derecho de prescribir no sólo medicinas, sino también clases gratis en los centros deportivos.
"Después de mi operación de cadera, me movía muy poco. Mi médico me aconsejó perder peso. Qué bueno que puedo hacerlo aquí con un costo mínimo", dice Sue Walker, una británica jubilada.
Actualmente, una de cada tres muertes en Inglaterra son clasificadas como prematuras.