Desde 200 euros y sin moverse del sofá, ya se puede hacer una prueba para saber a qué enfermedad se es proclive. O más visceral: tests de paternidad o de infidelidad
28.11.09 - 02:29 - PAZ GÓMEZ pgomez@laverdad.es | MURCIA.
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300 euros cuesta el estudio para detectar Corea de Huntington en los precios que ofrece IB Biotech en su web (www.ibbiotech.com).
2.000 euros por un estudio genético de propensión al cáncer de colon o de mama (BRCA1 y BRCA2) en de IB Biotech.
169 euros cuesta la prueba de paternidad sin validez legal (uso privado) en DNA Solutions. Si se solicita a través de la web de Biosynthesis (www.centrodeaden.es), el coste es 165 dólares (unos 110 euros), sin especificar gastos de envío.
298 euros supone pedir los dos pasos del test de detección de infidelidad que ofrece DNA Solutions (www.dnasolutions.es) .«El diagnóstico genético puede evitar que una persona transmita su dolencia a sus hijos» .Tan sencillo y asequible como pedir una pizza a domicilio, pero con una trascendencia que puede cambiar tu vida y la de los tuyos para siempre. La biotecnología y el potencial económico de los grandes laboratorios comerciales han popularizado las pruebas de ADN hasta el punto de que cualquiera, sin necesidad de una prescripción médica, puede solicitar que le envíen a casa un kit para tomar una muestra de saliva y con ella averiguar si es proclive a una enfermedad de las predecibles genéticamente.
Un avance científico que ya permite diagnosticar enfermedades raras, averiguar la agresividad de un tumor o prevenir infartos, pero que también ha abierto la vía a otros usos más viscerales: pruebas de paternidad y de infidelidad sin pasar por el juzgado ni por un forense ni informar al investigado. Y todo por precios desde 110 a 169 euros, los más baratos.
El empleo del diagnóstico genético está ya extendido en enfermedades como el Huntington, el síndrome de Down, ciertos cánceres o la fibrosis quística, así como en reproducción humana para detectar embriones con patologías congénitas. La novedad es la venta a domicilio del servicio. Esta opción es relativamente temprana, como señala Elena Iglesias Bravo, gerente de administración de DNA Solutions en España, y, por lo tanto, poco demandada a título particular. Todavía...
De las 100 ó 120 pruebas mensuales que realiza esta empresa, de origen australiano, a clientes españoles y franceses, «el 90% son pruebas de paternidad: hombres que desconfían de que sus hijos lo sean en realidad y nos piden un kit bucal o nos remiten muestras que denominamos discretas: el cepillo de dientes o un chicle usado para certificar que es suyo», precisa Iglesias.
Si se trata de un menor, ambos progenitores deben firmar un consentimiento. El conflicto se resuelve en casa. El precio y el protocolo de actuación diferencian una prueba privada de otra con validez jurídica. Si el resultado va a ser presentado como prueba legal para denegar el pago de una manutención o para solicitar derecho a una herencia, las empresas Progenie-Molecular y DNA Solutions detallan que hay que verificar la identidad de los testados ante notario, realizar una custodia de las pruebas y emplear personal médico autorizado, entre otros requisitos. La opción legal cuesta entre 450 y 600 euros, mientras que la privada oscila entre 110 y 200 euros.
La fiabilidad de ambas cotejaciones de alelos, como señala Diego Arroyo, director de Progenie-Molecular y genetista, es del 99%. Se diferencian en su validez legal. Otro aspecto es el impacto familiar de un resultado negativo.
Si me engañas, te espío el ADN
Decenas de laboratorios, muchos de ellos ubicados en otros países, ya ofertan estos servicios, al puro estilo de los agentes forenses de CSI, en sus páginas web. La toma de muestras con un simple bastoncillo frotado en el interior de las mejillas permite que la prueba viaje sin riesgo y que se pueda realizar sin conocimientos médicos en casa. DNA Solutions recibe peticiones de la Región de Murcia, aunque no realizan estadísticas por comunidades. Pero no hay que irse muy lejos: IB Biotech, del Instituto Bernabeu, tiene sede en Cartagena y Alicante, como Ampligen posee una delegación alicantina, entre otras firmas.
El abanico de secretos a investigar con la popularización del análisis del código genético toca de lleno con un mundo espinoso: las infidelidades. «¿Sospecha de una aventura? Corte un trozo de ropa interior, de las sábanas o guarde un pelo que encontró en su cama. Le brindamos paz mental». Es uno de los múltiples anuncios de servicio anti-cuernos que ofrecen estos laboratorios en sus webs. Averiguar si la pareja ha mantenido relaciones sexuales con un tercero o tercera requiere dos pasos: el primero, extracción de diferentes ADN encontrados en, por ejemplo, las sábanas. En segundo lugar, cotejar el ADN testado con el de la pareja proporcionando al laboratorio un objeto íntimo del investigado, como un cepillo del pelo. El primer estudio cuesta 99 euros y el segundo, 199 en DNA Solutions. La empresa Biosynthesis, en su web (www.centrodeadn.com), oferta el servicio total de detección de infidelidad por 350 dólares (unos 234,99 euros).
En 2 ó 3 semanas se conoce el resultado. ¿Pero es legal? ¿Qué ocurre en esa familia a partir de ese descubrimiento? «Los oídos no tienen párpados», como escribía Javier Marías en Corazón tan blanco, y lo desvelado cambia la percepción de por vida. Nada será igual.
Susceptible no es condenado
Ésa es una de las principales preocupaciones de los genetistas. Encarna Guillén, jefa de la Unidad de Genética Médica del Hospital Virgen de la Arrixaca, advierte de que «el resultado de un diagnóstico genético es altamente sensible. Incumbe no sólo al individuo en cuestión, sino a toda su familia y necesitará un asesoramiento profesional si se confirma que padecerá o padece asintomáticamente un enfermedad hereditaria. El consejo genético, el que sólo le puede ofrece un especialista en genética, es fundamental».
El problema es que no está regulado legislativamente en nuestro país, como tampoco existe la especialidad de genetista (somos el único país de la UE junto a Grecia sin esta formación reglada), lo que alimenta ese vacío contra el que alertan profesionales como Encarna Guillén.
Sin entrar ni de puntillas en las pruebas de paternidad y los tests de infidelidad, la doctora Guillén defiende la utilidad del diagnóstico genético para mejorar la atención clínica. Para disipar errores, lo primero es discernir, a su juicio, entre pruebas de susceptibilidad ante una patología y diagnósticos genéticos que confirman una sospecha clínica. Por eso es muy importante que el resultado sea interpretado por un especialista, que además ayude a esa familia en la que existe una mutación genética que les predispone a una patología.
Y si se trata de enfermedades sin cura, ¿en qué ayuda el examen del ADN? Tanto la doctora Guillén como el genetista Diego Arroyo defienden que el paciente tiene derecho a conocer si tiene una enfermedad hereditaria. Reconocen que el diagnóstico ha avanzado mucho más rápido que la terapia génica (erradicar o bloquear la mutación genética culpable del mal), pero sí se puede actuar. No es información baldía: «Si el paciente sufrirá fibrosis quística, permite retrasar complicaciones y aumentar su calidad de vida, estudiar a otros familiares posibles portadores de la mutación y, sobre todo, dar opciones alternativas de reproducción para evitar la transmisión a los hijos». El diagnóstico genético preimplantacional permite localizar embriones con la mutación y fecundar a la madre con los sanos.
«Evitar el mismo sufrimiento que tú padeces a tus hijos, me parece un motivo más que suficiente para hacerse un diagnóstico genético -defiende Arroyo. Porque no se trata sólo de cáncer, sino que podemos localizar el trozo de ADN en el que muta un gen que provocará a ese ser humano enfermedades tan dolorosas e incapacitantes como esclerosis, atrofia muscular espinal o demencias neurodegenerativas».
Escasez en la red pública
En España se realizan anualmente unas 120.000 pruebas genéticas, según datos de la Asociación Española de Genética Humana. Desde que se creó en 2000, la Unidad de Genética Médica de La Arrixaca atiende a unos 2.000 pacientes cada año. Y con todo es un porcentaje asistencial reducido.
En la Región de Murcia, la unidad que dirige Encarna Guillén es referencia para toda la comunidad autónoma. Por norma, a excepción de en Andalucía y el País Vasco, los consejeros genéticos escasean en las redes asistenciales públicas.
En el futuro, chequeo total
El genoma humano es la secuencia de ADN de un ser humano. Está dividido en 24 fragmentos, que conforman los 23 pares de cromosomas distintos de la especie humana (22 autosomas y 1 par de cromosomas sexuales). El genoma humano está compuesto por aproximadamente entre 25.000 y 30.000 genes distintos. Cada uno de estos genes contiene codificada la información necesaria para la síntesis de una o varias proteínas.
Con semejante volumen de información biológica aún es imposible buscar enfermedades hereditarias en el código genético de un ser humano a granel. Arroyo, cuya empresa realiza estudios genéticos para La Arrixaca, adelanta que «a medio plazo sí será factible chequear todo el ADN de una persona y localizar las mutaciones. Ahora se busca una patología concreta, porque presenta síntomas o porque hay antecedentes familiares, y un trocito de su ADN». Los precios oscilan mucho: desde 70 euros a 3.000 euros, dependiendo del gen a localizar y de la patología.
Guillén puntualiza que no existe ningún laboratorio capaz de realizar todas las búsquedas de mutaciones relacionadas con enfermedades, por eso se especializan. Lo que sí son capaces de predecir con certeza es en qué franja de edad dará la cara la enfermedad. Incluso hay empresas que elaboran cuadros confeccionados con la huella genética de una persona y la imagen de su rostro. ¿Por qué la genética molecular no puede ser arte?
http://www.laverdad.es/murcia/20091128/cultura/intimidad-genetica-vende-domicilio-20091128.html