sábado, 3 de noviembre de 2012

Primer mapa de las mutaciones del ADN que afectan a la salud






El Proyecto de los 1.ooo Genomas ya tiene la primera fotografía de la variación genética del ser humano. Esta iniciativa sin precedentes, que pretende desvelar las claves que diferencian a un individuo de otro, ha cerrado su primera fase tras analizar el material genético de 1.092 personas anónimas de cuatro continentes. Los datos obtenidos ofrecen una valiosa base de datos que permitirán explicar la susceptibilidad de algunas personas a enfermar o su reacción a determinados medicamentos.
Los resultados se publican en la revista «Nature» y son el resultado de un ambicioso trabajo en el que colaboran 400 científicos de un centenar de instituciones diferentes, entre ellas, el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca, la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos), el Instituto británico Wellcome Trust Sanger, el Instituto de Investigación del Genoma Humano de Estados Unidos y el Instituto de Genómica de Pekín (China).
Se trata de la primera fase de un proyecto cuyos resultados se publican hoy en la revista Nature y que constata que individuos provenientes de diferentes grupos poblacionales tienen diferentes perfiles genéticos en lo que respecta a variantes raras y comunes.
                                       Imagen microscópica de un cromosoma. | Science Photo Library

Desde un punto de vista genético, dos personas comparten el 99% de su material genético. Lo que nos distingue a unos de otros está en las variantes genéticas más raras. Es ahí donde se esconde el secreto de la aparición de enfermedades raras y también de enfermedades tan comunes como el cáncer, los problemas de corazón o la diabetes. Esta pequeña fracción del material genético, también podría explicar por qué algunos medicamentos no son tan eficaces en algunas personas cuando funcionan en otras o causan efectos secundarios como las náuseas, el insomnio o incluso problemas cardiacos. También ayudará a entender el distinto efecto de tóxicos como el humo del tabaco en la salud humana. ¿Por qué algunas personas se mueren a los 90 años con el cigarrillo en los labios y otros fallecen a los 40 víctimas de un cáncer de pulmón? En definitiva, este ambicioso proyecto pretende mostrar la raíces genéticas de enfermedades raras y comunes en todas las poblaciones del mundo.

      
Este trabajo supone una presentación global de los primeros resultados y en un futuro se irán publicando otros artículos en los que se ahonde en esas diferencias entre individuos y poblaciones.
      
Lo que sí constata era algo ya sabido, que las poblaciones africanas presentan una variabilidad genética más alta.
      
De entre las poblaciones seleccionadas para el estudio, una de ellas ha sido la española peninsular: 62 agrupaciones familiares.
      
Los primeros resultados de este mapa -el objetivo es analizar 2.500 individuos de 26 poblaciones- pueden ser consultados gratuitamente por la comunidad científica.
      
La secuenciación del genoma de estos 1.092 individuos ha sido realizada por 400 profesionales de más de 100 instituciones diferentes agrupadas en el proyecto "1.000 Genomas", entre ellos investigadores de la Universidad de Barcelona (UB) y de Salamanca.
      
El objetivo de este "ambicioso" proyecto es contribuir a esclarecer cuál es el componente genético de las enfermedades mediante la creación de un mapa genético que recoja el espectro de las variantes genéticas que existen entre los individuos y grupos poblacionales, según una nota de la universidad salmantina.
      
Todos los humanos comparten cerca del 99% del material genético y las diferencias individuales se explicarían por el 1% de ADN restante.
      
Para Marc Via, biólogo de la UB, este mapa permitirá y permite ya ver distintos niveles de variación.
      
Así, se constatan diferencias entre individuos de una misma población, de éstos con personas de poblaciones distintas pero de un mismo continente y entre poblaciones ubicadas en continentes diferenciados, ha detallado a Efe este investigador de la UB.
      
Este mapa, ha continuado, ha caracterizado tanto ese 99% del genoma que comparten los humanos como el 1% que les diferencia.
      
Este proyecto, para el que se ha trabajado con personas sanas de Europa, África, Asia Oriental y América, supone un "adelanto sin precedentes" en la capacidad de relacionar la información secuencial del ADN con riesgo de incidencia de enfermedades, según Via.
En sus inicios, el proyecto de los 1.000 genomas había ido descubriendomillones de variantes genéticas desconocidas hasta ahora, pero eran las que se encontraban con mayor frecuencia entre la población. Los nuevos datos aportan el 98% de las variaciones menos frecuentes, las que se dan en el 1% de la población estudiada, y que son precisamente las que se cree que contribuyen al desarrollo de enfermedades.
Además, los investigadores de este proyecto han comprobado que las variantes genéticas raras tienden a limitarse a determinadas regiones geográficas, ya que suelen surgir de mutaciones más recientes, después de que el hombre se extendiera por todo el mundo. En concreto, las poblaciones de Finlandia, España y la afroamericana son las que portan el mayor número de variaciones raras.
      
El ADN se compone de elementos llamados bases o nucleótidos y hay cuatro tipos (representados por cuatro letras: A, T, C y G), cuya combinación, dentro del material que forma los cromosomas de las células, determina las funciones de genes y proteínas.
      
Este estudio describe, entre otros, un catálogo de 38 millones de mutaciones en un único nucleótido.
      
"Más de la mitad de esos 38 millones de mutaciones identificadas son nuevos polimorfismos desconocidos hasta ahora y en su mayoría son mutaciones de baja frecuencia que, en muchos casos, anulan la función biológica de alguna proteína o gen", ha explicado Via.
      
El trabajo, que incluye grupos familiares, también ha sido clave para comparar los genomas de padres e hijos.
      
Para Gil McVean, de la Universidad de Oxford, el estudio revela que individuos aparentemente sanos son portadores de centenares de variantes raras de genes que pueden tener un efecto sutil sobre el funcionamiento de los genes, y de dos a cinco variantes raras que han sido identificadas como causantes de patología en otras personas.

Además, tal y como señala el profesor Gil McVean, de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y principal autor de este trabajo, "se ha encontrado que cada persona aparentemente sana lleva cientos de variantes genéticas raras que tienen un impacto significativo en cómo funcionan sus genes, y un puñado (de dos a cinco) de cambios raros que han sido identificados como factores que contribuyen a la enfermedad en otras personas".
En concreto, estos individuos sanas portan al menos entre 130 y 140 variantes que alteran proteínas; de 10 a 20 que destruyen su función; de dos a cinco variantes que dañan esa función; y una o dos alteraciones asociadas al cáncer.
¿Qué es entonces lo que hace que una persona desarrolle enfermedades? Según Chakravarti, hay varios factores. Uno es que los genes se encuentran en pares, sin embargo, nuestro cuerpo a menudo sólo requiere una copia normal para trabajar bien. Otro es que un gen redundante en otra parte del genoma a veces puede compensar una deficiencia específica. Además, algunos genes nocivos sólo se activan en respuesta a ciertas señales ambientales (como el tabaco) y, si el individuo no se expone a ellas, no se desarrollará ninguna enfermedad.
"El proyecto no muestra ningún vínculo entre variaciones genéticas y enfermedades. Este trabajo es más un recurso que un resultado científico en sí. Es una utilísima herramienta que da pistas para buscar explicaciones a esas variaciones encontradas. Servirá para estudiar la evolución de las poblaciones humanas y también para comparar estos resultados con los obtenidos en otros proyectos, como los que analizan los genomas del cáncer. Es el mapa de lo que nos hace diferentes, de nuestros rasgos físicos y de las enfermedades que desarrollamos", explica Toni Gabaldón, jefe de grupo de Genómica Comparativa del Centro de Regulación Genómica de Barcelona.

FUENTE. El Mundo, la Razón, ABC.