miércoles, 4 de febrero de 2015

¿La genética podría explicar la diferencia de longevidad entre mujer y el hombre?

Se ha discutido mucho sobre las causas que originan la diferencia de esperanza de vida al nacer entre las mujeres y los hombres. En España esta diferencia alcanza los 5 ó 6 años de edad. La diferencia de esperanza de vida entre los géneros femenino y masculino es una evidencia que se acusa cuanto mayor es la persona, de hecho podemos afirmar que alcanzar los 100 años de vida parece que está reservado casi con exclusividad a las mujeres. Si bien es cierto que las diferencias de esperanza de vida al nacer se están reduciendo en las últimas décadas, en España esta diferencia se sitúa en 5 años la menor desde los años 70 del siglo pasado, no parece que haya razones que nos permita concluir que convergerán ambos sexos en las marcas de longevidad. Dicha reducción se atribuye más a la adquisición por parte de la mujer de hábitos no saludables que en décadas pasadas eran propios del género masculino, como el tabaco y estrés laboral, que una mejora intrínseca en el hombre. Es verdad que las reducciones observadas en la mortalidad de origen coronario en el hombre y el aumento del cáncer de pulmón en la mujer han propiciado cierta disminución de las diferencias. En este sentido es difícil encontrar países donde la diferencia de esperanza de vida al nacer por género sea inferior a cuatro años y en opinión de algunos expertos en condiciones idénticas de estilos de vida y sistemas de salud esta no será nunca menor de dos años. El papel de la mitocondria podría ser la respuesta a la pregunta del porqué las mujeres en todas las sociedades viven más que los hombres. Observaciones con la mosca del vinagre en la Universidad de Lancaster en Gran Bretaña confirman que el ADN mitocondrial presentaba mutaciones que derivaban en una menor longevidad, situación que no se observó en las moscas hembras. La mitocondria como sólo se transmite por vía materna -en el proceso de la fecundación las mitocondrias del espermatozoide se pierde- y se considera como la fábrica de energía de la célula, su función se relaciona con el daño oxidativo y tiene una implicación directa en el envejecimiento humano. Por otra parte se han encontrado explicaciones complementarias a la genética de la longevidad diferencial entre géneros, en primer lugar nos referimos al papel del sistema inmunológico de la mujer que parece que también explica la diferencia en la duración de la vida, así ha concluido una investigación reciente de la Universidad Médica de Tokio en Japón donde se ha comprobado que los leucocitos en la sangre disminuyen con la edad y los neutrófilos se reducen en ambos sexos por igual, los linfocitos se reducen en el hombre pero aumentan en las mujeres. Este efecto se asocia con los niveles de estrógenos y con las hormonas sexuales que también afectan al sistema inmunológico. Por último, también los hábitos de estilo de vida que son diferentes entre sexos explican parte de las diferencias, en este caso un estudio encargado por las autoridades de salud de Escocia, evaluaron que entre un 40% y 60% de las diferencia se explica por el hábito del tabaco y un 20% se atribuye al consumo del alcohol. Estos datos aplicados a España situarían la diferencia en un 67%, según los cálculos de Teresa Robanillos. José Miguel Rodríguez-Pardo Publicado en Teinteresa.es 4-2-2015