domingo, 19 de abril de 2015

¿Se puede entrenar al corazón para que soporte mejor un infarto?

18/04/2015 - Dr. Antonio López Farré/Director Científico de Teinteresa Un muy buen amigo que varias veces ya he nombrado en estos artículos del fin de semana, José Miguel Rodríguez Pardo, colaborador habitual de la sección Pregunta al Médico de Teinteresa, me preguntó el otro día que había leído en algún lugar que el corazón puede entrenarse para el momento de sufrir un infarto el daño que provocado por este fuera menor en el tejido miocárdico. Es decir, en lenguaje coloquial José Miguel me traslado la pregunta de si ¿el corazón puede entrenarse para protegerse de una falta en un momento dado de oxígeno?. En el artículo de hoy, vamos a empezar al revés el formato habitual de estos comentarios que cada fin de semana compartimos en Teinteresa y comenzaremos por lo tanto con la ya establecida frase dice la historia. La historia dice que a finales de los años 80 y más concretamente en 1986, tres investigadores norteamericanos de la Universidad de Duke, Murry, Jennings y Reimer observaron que el corazón cuando sufre isquemias repetidas, las isquemias posteriores a la primera producen un daño menor en el miocardio. Claro, estarán pensando ahora muchos de ustedes, pero al fin y al cabo tiene el corazón que sufrir un infarto para que, entre comillas, este se beneficie de esta adaptación a la falta de oxígeno en alguna de sus áreas. Si claro que tendrían ustedes mucha razón, pero tengan ustedes también en cuenta que el infarto de miocardio muchas veces está precedido de múltiples episodios de angina de pecho. Para comprenderlo mejor les contaremos que la angina de pecho es también un evento coronario isquémico como el infarto de miocardio pero en el caso de la angina no se ocluye completamente las coronarios y sigue existiendo un paso de sangre a través de ellas. Por lo tanto, el daño sobre el miocardio es muchísimo menor que el producido por un infarto. Por lo tanto, los pacientes que sufren repetidos episodios de angina pre-condicionan su corazón para la hipotética llegada de un infarto. Esto promocionaría una ventana de tiempo muy importante antes de que las células del corazón murieran, y por lo tanto en esa ventana de tiempo existirían más posibilidades de actuar por ejemplo con una angioplastia que restableciera la llegada de sangre al miocardio infartado antes de que este muriera. Al corazón también se le puede entrenar valga la redundancia entrenando. Es decir, la realización continuada de actividad física ha demostrado que favorece que nuevos vasos sanguíneos se creen en el miocardio de tal forma que si una coronaria importante se obstruyera pero existiera esta podríamos llamar “circulación colateral” de alguna manera aseguraríamos que ante un infarto que ocluyera una coronaria, la circulación colateral mantendría la llegada de cierta cantidad de de oxígeno al miocardio que podría morir por la oclusión coronaria. Así también se abriría una ventana de tiempo para la actuación médica antes de la pérdida de miocardio. Hay que tener en cuenta que el daño de un infarto se mide en función del tamaño del infarto que es una forma de llamar a cuanto tejido miocárdico de forma irreversible murió cuando se ocluyó la coronaria correspondiente que lo irrigaba y le aseguraba la llegada de oxígeno y nutrientes. Los mecanismos por los que se produce y forma esta circulación colateral por ejercicio físico es algo que está en continuo debate. Existe el pensamiento que cuando un corazón late con más frecuencia, como ocurre al hacer ejercicio físico, el flujo sanguíneo coronario aumenta y esa presión puede abrir vasos colaterales. En el mecanismo molecular parece que está implicado una molécula involucrada en el crecimiento endotelial y vascular, el factor de crecimiento endotelial más conocido en sus siglas en inglés como VEGF (vascular endotelial growth factor). Incluso se está investigando que tipo de ejercicio físico sería mas favorable para la formación de este VEGF y, en definitiva de circulación colateral en el miocardio, pero esto será asunto que trataremos otro fin de semana. Aunque hemos empezado por la historia, no podemos terminar también sin contarles algo relacionado con ella y con el tema del pre-condicionamiento cardiaco que nos ha ocupado hoy. Galeno fue médico de gladiadores y emperadores romanos como marco Aurelio, Cómodo o Septimio Severo. Galeno, hizo importantes contribuciones al desarrollo del conocimiento fisiopatológico en la historia. Una de ellas fue la demostración de que en las arterias corre sangre y no aire, como hasta entonces se había creído. Además, demostró que la sangre era impulsada en los vasos sanguíneos por el corazón.