sábado, 23 de julio de 2011

El estrés psicológico puede acelerar el acortamiento de los telómeros.

Extracto del artículo de julio 18, 2011 de IsaMarketing publicado en http://www.saludisagenix.com.


Muchas enfermedades relacionadas con una salud empobrecida, incluyendo el inevitable destino del envejecimiento, han sido relacionadas con el acortamiento de los telómeros. Los telómeros son la capa protectora de nuestros cromosomas que permite una división y replicación celular exitosa. Estas estructuras han llegado a ser de vital importancia en la batalla por la salud a largo plazo.

Los hallazgos que presentaron investigadores de la Universidad de California, San Francisco (UCSF), el 4 de abril, se agregó a un creciente número de evidencias que demuestran que el estrés psicológico puede acelerar el acortamiento de los telómeros, y exponen cómo el ejercicio físico regular puede ayudar a prevenirlo. Además, un nuevo estudio publicado en el volumen de marzo de PLoS ONE afirma que la depresión crónica está relacionada con la reducción acelerada del largo de los telómeros. Investigadores de la Universidad de California, San Francisco, incluyendo a la ganadora del premio Nobel Elizabeth Blackburn, reunieron a 18 individuos con una historia de desórdenes depresivos severos, además de 17 participantes de control. Los investigadores midieron el largo de los telómeros de los leucocitos (glóbulos blancos), además de evaluar el estrés oxidativo y e indicadores de inflamación.

Los leucocitos son células importantes en la función inmune y resistencia a los patógenos. Los autores examinaron específicamente los leucocitos para ver cómo nuestros mecanismos protectores se ven afectados específicamente por el estrés psicológico.

Los participantes que sufrían depresión crónica tenían telómeros significativamente más cortos. Además, el largo de los telómeros era inversamente proporcional al estrés oxidativo e inflamatorio. En otras palabras, más estrés y más destrucción celular equivale a telómeros más cortos. Los autores concluyeron en que una cascada de hormonas del estrés, “la inflamación crónica y la oxidación pueden ser mecanismos mediante los cuales la depresión crónica pueda resultar en telómeros acortados”.

Estos resultados agregan evidencias al fenómeno que se observa frecuentemente de que las personas deprimidas crónicamente tienen mayor incidencia de enfermedades crónicas y mortalidad.

http://www.saludisagenix.com/2011/07

Cómo medir la edad real


N. RAMÍREZ DE CASTRO


Puede que en los próximos años nuestro médico pida junto al análisis de colesterol la medida de nuestros telómeros, unas estructuras protectoras del material genético que se sitúan en el extremo final de los cromosomas. Su papel es clave en dos de los grandes retos de la ciencia médica: el cáncer y el envejecimiento. Cuanto mayor es la presencia de células con telómeros cortos en el organismo, mayor es el grado de envejecimiento y también de daño celular. Es, por tanto, un marcador de la edad biológica del organismo mejor que la que figura en el carné de identidad. El símil más utilizado para explicar cómo actúan los telómeros es la de los protectores de plástico que se colocan en el extremo del cordón de los zapatos para evitar que se deshilachen. Los telómeros, como los plásticos de los cordones, protegen el final de los cromosomas para evitar su deterioro cuando las células se dividen.

La tecnología que permite saber la longitud de esta estructura se encontraba en los laboratorios de investigación. Hasta la fecha. El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y la empresa Life Length han firmado un acuerdo de colaboración para explotar esta tecnología, desarrollada por el grupo de Telómeros y Telomerasa del CNIO que dirige la investigadora María Blasco. Entre los socios mayoritarios de la compañía figuran la Fundación Botín y una firma de finanzas corporativas. La tecnología desarrollada en el CNIO permite comparar la longitud de los telómeros de una persona con los de la media de la población de la misma edad, a partir de una base de datos construida con mediciones previas de cientos de personas. La medida «es muy precisa», asegura María Blasco y da una valoración de la salud general a partir del grado de envejecimiento y daño celular. La longitud de estas estructuras es predictiva de patologías en apariencia tan diferentes como el cáncer, el declive cognitivo, las enfermedades cardiovasculares o infecciosas, porque a mayor envejecimiento más perezoso se vuelve el sistema inmune.

El campo que se abre es muy ambicioso. La tecnología puede ser de gran utilidad en la industria farmacéutica, cosmética y también tendrá una aplicación directa al paciente. Los laboratorios de análisis clínicos que la posean podrán ofrecer a sus pacientes la posibilidad de conocer su edad real, a partir de una simple muestra de sangre. De momento, el precio de uno de estos análisis oscila entre los 500 y los 1.500 euros, un coste no muy elevado si se compara con otras pruebas genéticas. No bastaría con una única prueba a lo largo de la vida, «como tampoco bastaría con medir en una sola ocasión el colesterol», explica Blasco. La edad clave para someterse a un primer examen para comprobar la edad real está entre los 20 y 30 años.

Fármacos antienvejecimiento

La tecnología es esperada también por laboratorios farmacéuticos y la industria de los cosméticos . A partir de una muestra de piel o un cabello se puede conocer el envejecimiento real de un individuo y también probar la eficacia de cremas antiedad y productos cosméticos. Los laboratorios farmacéuticos ya han mostrado su interés por esta tecnología que les permitirá testar los efectos de sus medicamentos dirigidos a frenar el envejecimiento o a luchar contra el cáncer. En oncología se trabaja en el desarrollo de nuevos fármacos que puedan reducir la telomerasa, la enzima que controla los telómeros, para que las células cancerígenas dejen de dividirse. Algunos de estos medicamentos están ya en una fase avanzada de investigación. Productos «antiaging», basados en moléculas como las sirtuinas también podrían testarse.


http://www.abc.es/salud/

domingo, 17 de julio de 2011

CAUSAS DE MORTALIDAD DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA

8 de Julio de 2011

La incansable lucha contra el sida parece estar dando sus frutos: el aumento de la eficacia de los tratamientos antirretrovirales así como las campañas de concienciación y diagnóstico precoz del VIH están consiguiendo reducir el número de muertes causadas por este motivo hasta cifras 'récord'.

En 2009 fallecieron 1.079 personas por VIH/sida, lo que supone un 11,2 por ciento menos que el año anterior según el informe Defunciones según la causa de muerte 2009 que elabora cada año el Instituto Nacional de Estadística (INE), el mayor descenso de los últimos 11 años. Asimismo, la tasa bruta de mortalidad se situó en 838 fallecidos por cada 100.000 habitantes, lo que también supuso una reducción del 1,1 por ciento respecto a 2008.

La enfermedades isquémicas del corazón —infarto, angina de pecho, etc.— y las cerebrovasculares volvieron a ocupar el primer y segundo puesto con 35.607 y 31.143 muertes respectivamente (Ver tabla).

Otros datos destacables que sobresalen son el aumento de los fallecimientos debidos a enfermedades relacionadas con los trastornos mentales que han aumentado un 10,9 por ciento, situando el número de fallecidos en 14.455, de los cuales 13.732 fueron demencias. Asimismo, también se han elevado las muertes relacionadas con enfermedades del sistema nervioso hasta el 7,3 por ciento. En este caso, el número de fallecidos se situó en 18.771, de los cuales 11.161 están relacionados con el alzhéimer.



Y el cáncer en ascenso

Si bien, en términos globales, las enfermedades circulatorias continúan siendo la primera causa de mortalidad en nuestro país, también destaca que, respecto al año anterior, continuó la tendencia ascendente de fallecimientos por tumores (concretamente un uno por ciento más), mientras que se redujeron los casos debidos a los otros dos grupos: las enfermedades circulatorias (un 2,2 por ciento) y las respiratorias (un 2,1).

En este sentido, entre las defunciones debidas a tumores malignos, el cáncer de mama continuó siendo el más significativo en las mujeres (aumentando un 1,3 por ciento), seguido del de colon (que descendió un 1,1).

En los varones, después del de bronquios y pulmón se situaron el cáncer de colon (un 4,9 por ciento más de fallecidos) y el cáncer de próstata (un 1,1 más).

Además, los tumores de bronquios y pulmón fueron la causa de muerte con mayor sobremortalidad masculina, con una incidencia como causa de defunción 5,7 veces superior a la de las mujeres. En cambio, la enfermedad de Alzheimer, las demencias y la enfermedad hipertensiva presentaron una clara sobremortalidad femenina, ya que su tasa entre las mujeres fue, al menos, el doble que la de los varones.

Finalmente, los fallecidos en accidentes de tráfico descendieron de nuevo en 2009 y se situaron en 2.588 —esto es, un 14,6 por ciento menos—. Este dato significa que en los últimos cinco años se ha reducido a casi la mitad el número de muertes por esta causa.

El descenso de la mortalidad por accidentes de tráfico situó de nuevo al suicidio como la primera causa externa de defunción con 3.429 personas fallecidas, cifra similar a la de años anteriores.

Por sexos se produjo una acentuada sobremortalidad masculina: ocho de cada diez personas que se quitaron la vida fueron hombres.

Asturias, la comunidad con la mortalidad más alta

Por comunidades autónomas las tasas más elevadas de fallecidos por cada cien mil habitantes en el año 2009 correspondieron al Principado de Asturias (1.206,9) Galicia (1.102,7) y Castilla y León (1.081,3). Desde el INE recuerdan que esto se explica en parte debido a que "estas tres comunidades tienen una población más envejecida". De hecho, las tasas brutas de mortalidad están afectadas por la estructura de edad de cada autonomía, de manera que una región muy envejecida tendrá más fallecimientos que otra con una estructura de edad más joven. En el extremo opuesto de la lista se sitúan la Ciudad autónoma de Melilla, la Comunidad de Madrid y Canarias que presentaron las tasas de mortalidad más bajas de España con 569 por cada cien mil habitantes, 655, y 618 respectivamente.

http://www.gacetamedica.com

lunes, 4 de julio de 2011

Hallan fármaco que revierte el envejecimiento celular.

Un fármaco que se usa actualmente para reducir el riesgo de rechazo de órganos trasplantados parece revertir los daños causados en el ADN por el envejecimiento.

El hallazgo, afirman los científicos, podría ser un tratamiento potencial para los niños que sufren una rara enfermedad genética llamada síndrome de Hutchinson-GIlford, o progeria, que provoca que los pacientes envejezcan ocho veces más rápido de lo normal.

Pero también podría tener un impacto beneficioso para retrasar el proceso normal de envejecimiento de los humanos, dice el estudio publicado en la revista Science Translational Medicine.

La investigación fue llevada a cabo por científicos del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano, la Universidad de Maryland, el Hospital General de Massachusetts y la Escuela Médica de Harvard, en Estados Unidos.

La progeria es una enfermedad extremadamente rara y letal que afecta a aproximadamente uno de cada 8 millones de nacimientos vivos.

Los pacientes rara vez sobreviven los 13 años.

Proteína tóxica

La enfermedad es causada por una mutación nueva, no heredada, la cual provoca la producción de una proteína llamada progerina que no puede ser procesada normalmente y se acumula en el núcleo de las células.

Esta acumulación de progerina en las células que se están dividiendo afecta de forma inversa al núcleo, causando estragos en la función celular.

Desde hace tiempo los científicos estudian con interés esta enfermedad porque creen que en ésta podrían encontrarse claves importantes sobre el proceso normal de envejecimiento humano.



Los niños con progeria a menudo presentan los mismos síntomas que se ven en los ancianos, como rigidez en las articulaciones, dislocación de cadera y enfermedades cardiovasculares.

Los científicos saben que la proteína progerina también se produce en las células normales y esta producción aumenta en grandes niveles, a medida que se aproxima la senectud.

La nueva investigación involucró tomar células de niños con progeria que fueron tratadas en el laboratorio con un fármaco llamado sirolimus (también conocido como rapamycin).

El fármaco, producido a base de una sustancia descubierta en la Isla de Pascua, Australia, es un poderoso inmunosupresor y se utiliza para evitar el riesgo de rechazo de órganos en pacientes que recibieron trasplantes.

Estudios anteriores con ratones también habían demostrado que el rapamycin logra prolongar la vida de los animales.

Ahora los investigadores compararon el efecto que produjo el fármaco en células tratadas y células no tratadas.

Descubrieron que el fármaco ayudó a las células a deshacerse de la acumulación de progerina y a revertir los defectos del núcleo celular que provocan la reducción de la longevidad.

http://www.teleuniversocanal29.net.