domingo, 14 de febrero de 2021

“La pandemia ha demostrado que el modelo ético médico ha sido sustituido por el principio de coste de oportunidad”

 




Entrevista la Razón 


José Miguel Rodríguez-Pardo es doctor en Economía por la UCM y doctor en Biomedicina por la UEM, así como posgrado en gestión empresarial por la EOI y PDG-BBVA en IESE, actuario y licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales. Actualmente está en el Consejo Científico de la Escuela de Pensamiento de la Mutualidad de la Abogacía. Ha sido uno de los ponentes del I Congreso Online celebrado estos días para hablar de nuestros mayores, y ha estado organizado por 60 y mucho + bajo el título: Construir futuro pensando en el sénior.

- Habla usted mucho de la economía del envejecimiento. ¿Podría explicarme en qué consiste?

-Con la economía del envejecimiento estudiamos y analizamos los comportamientos y hábitos de las personas mayores y cómo estos se traducen en un impacto económico. La economía del envejecimiento debe aportar pautas para la mejora de la toma de decisiones de política económica e incluso de sanidad y asistencia social. No olvidemos que España en las próximas décadas encabezará la lista de países con más esperanza de vida al nacer del mundo, a la vez que su tasa de nacimientos, según los últimos datos, es de las más bajas del planeta.

Estos datos demográficos nos dicen que el envejecimiento en España se verá agravado y que la economía, para mantener sus niveles de crecimiento, necesitará un balance equilibrado de apelación a la inmigración y el incremento de la productividad, cuyo principal gradiente será la innovación tecnológica.

- La pandemia y el resultado con las personas mayores ¿le ha sorprendido o se lo esperaba tal cual ha pasado?

-La pandemia de COVID-19 nos ha dado la oportunidad de ver cómo el modelo ético tradicional de la medicina, basado en la justicia redistributiva y la dignidad de la persona, ha sido sustituido por el principio de coste de oportunidad, concepto en el que la edad del paciente y sus patologías previas han sido el criterio para decidir sobre su vida.

Este hecho no me sorprende en sí mismo, pero sí hubiera sido deseable que se hubiera procedido con decisiones éticas que no se vulnerasen los derechos de las personas, como el derecho a vivir.

- ¿Tiene usted un yo acuso sobre lo que ha sucedido?

No es un “yo acuso” pero sí tengo una reflexión sobre esta situación: el estado de «medicina de guerra» que lleva a tomar estas decisiones muy cuestionables desde la ética, muestra la insuficiencia de recursos del sistema sanitario español para afrontar esta emergencia sanitaria. Si el sistema sanitario no hubiera colapsado en marzo, el edadismo hospitalario no se hubiera producido.

Sin embargo, en abril de 2020, el Ministerio de Sanidad estableció unos principios objetivos, generalizables, transparentes, públicos y consensuados para proteger uno de los fundamentos del estado de Derecho como es la no discriminación por razón de edad.

- ¿Cree que hemos aprendido algo o seguiremos igual o peor?

Sin quererlo, el Covid se ha convertido en el escenario y oportunidad para replantearnos, como sociedad, qué estamos haciendo mal y, sobre todo, cuáles son los retos que debemos afrontar si queremos construir una sociedad basada en la ética, la dignidad y la protección de los derechos de todos, también de los ancianos centenarios. Y es que, en la economía mundial actual, en la que también están implicadas las políticas sociales, no cabe otra alternativa que apostar, sí o sí, por la economía de la inclusión.

- ¿Tiene fe en las nuevas generaciones o por el contrario cree que son muchísimo más egoístas y hedonistas que en el pasado?

R- Tengo fe en la nuevas generaciones que apuesten una economía colaborativa y solidaria. Un reto inmediato que no debe demorarse ya que, como algunos expertos ya están comentando, en el año 2024, cuando la pandemia se espera que esté controlada, volveremos a vivir los felices años 20 del siglo pasado, con lo cual, puede volver otra vez un desenfreno en los gastos y en el abandono de toda la situación de los ancianos. El llamado consumo de revancha que se producirá en el Gran Reinicio en 2024 puede ser una señal de alerta.