jueves, 6 de abril de 2017

La edad biológica: Un concepto del cálculo vital que puede cambiar hasta las primas de riesgo



Antonio López Farré y José Miguel Rodríguez-Pardo*
Facultad de Medicina. Universidad Complutense y *Ciencias Actuariales y Financieras. Universidad Carlos III de Madrid.

La unidad de medida de la esperanza de vida de un individuo es relativa a su edad cronológica exclusivamente. Sin embargo, el avance del conocimiento científico ha hecho pensar, muy particularmente a entidades y organismos que necesitan revisar de forma periódica las estimaciones de tasas de mortalidad como pueden ser los fondos de pensiones, productos de rentas definidas vitalicias o los sistemas públicos de pensiones entre otros, que la medida de esperanza de vida en relación a las edades cronológicas no capturan adecuadamente la esperanza de vida individual, es decir el cálculo de la supervivencia de la población.
Con estas premisas, aparece el concepto de edad biológica. La edad biológica  es la que se corresponde con el estado funcional de nuestros órganos comparados con patrones estándar para una edad. Es un concepto fisiológico del estado del envejecimiento de nuestro organismo. La literatura científica nos dice que la diferencia observable entre la edad cronológica y la biológica puede variar en hasta más menos 12 años.
El proceso de envejecimiento es un proceso complejo en el que en las células intervienen diferentes mecanismos moleculares cuya consecuencia final será el envejecimiento celular (senescencia) y cuyo reflejo más llamativo es la reducción de la capacidad proliferativa de las células y del recambio celular de las células más envejecidas por células jóvenes. Se han identificado muchos de estos mecanismos asociados al envejecimiento celular como puede ser una estimulación del proceso oxidativo, la reducción en longitud de unas estructuras existentes en los cromosomas denominadas telómeros, cambios en la capacidad inflamatoria, cambios en el metabolismo energético y en la funcionalidad de las mitocondrias o cambios en mecanismos moleculares asociados a la funcionalidad de los vasos sanguíneos por citar algunos.
El sector asegurador muestra gran interés en los avances relativos al conocimiento y cálculo de la edad biológica. Sin embargo, antes de que este sector pueda trasladar el uso de la edad biológica a la medida del riesgo de mortalidad o morbilidad para el cálculo de la prima, requiere realizar varias consideraciones.
La primera es de orden técnico consistente en que la  unidad medida cumpla con los requisitos que se le exigen a una variable para ser incorporada en el cálculo del precio, como son de representatividad, suficiencia estadística. Aunque es verdad que en este sentido a priori podrían no existir grandes reticencias. El segundo requisito, es de orden ético, debido a que se debe para sus uso mantener el principio de no discriminación de la variable, el principio de proporcionalidad, la pertinencia clínica y la capacidad predictiva de los biomarcadores de toda índole, genéticos, proteínas, péptidos etc., que compondrían un supuesto algoritmo para el cálculo de la edad biológica.