domingo, 24 de mayo de 2015

La medicina predictiva le hubiera gustado a Nostradamus

23/05/2015 - Dr. Antonio López Farré/Director Científico de Teinteresa Dice un antiguo proverbio chino que la medicina solo puede curar las enfermedades curables. Estamos hablando de hace casi más de 2000 años cuando el mundo se encontraba en lo que podemos llamar los comienzos de la era de la medicina sanadora. Medicina sanador cuyo fin era evidentemente aliviar el sufrimiento de las personas, y en la medida de lo posible, curarlas. Otra medicina, que es probablemente en la era en la que ahora aún nos movemos, es la medicina preventiva. La medicina preventiva, como su palabra dice, intenta prevenir la aparición de la enfermedad. En realidad, la medicina preventiva actúa cuando la enfermedad ha comenzado a mostrar los síntomas de sus estadios iniciales. Por ejemplo, los pacientes con tensión arterial alta o con el colesterol elevado, son tratados con fármacos para prevenir que esas dos circunstancias progresen hacia estados patológicos más deletéreos como puede ser un infarto de miocardio o una insuficiencia cardiaca por nombrar algún ejemplo. También actúa la medicina preventiva cuando se realizan recomendaciones poblacionales, por ejemplo las vacunaciones, o también cuando se hacen recomendaciones higiénicas, por ejemplo el lavado de manos. Si lo recuerdan, el tema preventivo del lavado de manos lo estuvimos comentando hace algunos fines de semana cuando les contamos como las manos son probablemente, junto con la boca, las vías fundamentales de defensa inicial que tenemos, pero también vías favorecedoras del acceso de agentes infecciosos al organismo. Con la mano vamos a tocar la boca, la nariz, una herida que tengamos, a otra persona, cualquier objeto que nos rodee en casa, en el trabajo, en los medios de transporte y así podíamos establecer un listado interminable. Si no nos lavamos las mano, estas se vuelven vehículos transportadores de agentes infecciosos, por ejemplo de bacterias o virus, que si posteriormente tocamos heridas, boca, ojos etc, lo que hacemos es ayudarlas a que se introduzcan en el organismo. Pero el conocimiento científico ha progresado exponencialmente en los últimos diez o quince años, y ha comenzando a permitir bajar un escalón más en la detección de las enfermedades. Ese escalón es el de predicción. Cuando hablamos de predicción es posible que nuestro pensamiento asocie esta palabra con algo relacionado casi con la magia la adivinanza, difícilmente con a medicina. Efectivamente, predicción es una expresión que sugiere la anticipación de aquello que, supuestamente, va a suceder. Por ejemplo, predicción es lo que hace los meteorólogos al intentar deducir el tiempo que hará en los próximos días. Pero, y por eso traemos aquí el comentario de hoy, también se comienzan a predecir si una persona durante su vida tiene mayor probabilidad de sufrir ciertas enfermedades. ¿Y eso como se puede conocer?. Se puede conocer mediante un estudio genético. A través de estudios genéticos, y de la medicina predictiva, podemos conocer por ejemplo si una enfermedad de origen genético como pueden ser muchos cánceres, enfermedades cardiovasculares, enfermedades metabólicas como la diabetes mellitus, pérdidas de audición y un larguísimo etcétera, que tiene una frecuencia alta en una familia, que miembros de la familia están realmente en riesgo de padecerla y quienes no. Pero también, desde el punto de vista de las probabilidades a través de la genética podemos predecir cuanto ha realmente envejecido nuestro organismo, lo que conocemos como edad biológica, que alimentos nos engordan más, el riesgo que tenemos de ser obesos o incluso el riesgo si hacemos deporte de sufrir o no una lesión muscular severa o que tipo de ejercicio físico es más apropiado realizar por cada persona. El mundo de la medicina predictiva está prácticamente en su nacimiento, pero a pesar de su juventud, ya ha salido del área médico-científica para llegar al ámbito de la sociedades aseguradoras, porque entre otras aplicaciones, permitirá identificar grupos de riesgo que de otra manera sería muy difícil hacerlo. Prueba de ello es que este próximo jueves y viernes, se va a celebrar en Madrid, organizado por la Asociación Española de Gerencia de Riesgos y Seguros (AGERS), el primer Congreso de Biomedicina del Seguro, donde va a intercambiar opiniones y conocimientos sobre los avances de la medicina predictiva científicos de altísimo prestigio con profesionales ligados a los seguros de vida y de la salud. Dice la historia que Michel de Notre-Dame, nacido en 1503, que pasará a la historia con el nombre de Nostradamus, era un médico y astrólogo francés. Publicó varios libros pero quizás el más conocido fue el de 1555 llamado Prophéties, donde escribió sus célebre profecías. Catalina de Médici, que se casó con Enrique II de Francia al que Nostradamus predijo su muerte en un combate de justas, era una gran admiradora de Nostradamus. Nostradamus fue padre de seis hijos. El menor de ellos era André, también llamado “Nostradamus el Joven”. Dice la leyenda que André publicó en 1563 un Traité d´astrologie (Tratado de astrología) donde profetizaba que el pueblo de Le Pouzin sería devorado por las llamas. Fue sorprendido cuando él mismo estaba prendiéndole fuego, lo que le costó morir ahorcado.