La comunidad científica internacional experta en genómica ha estado reunida durante la primera semana de diciembre en Washington en el International Summit on Human Gene Editing organizado por la Academia Nacional de Ciencias y la de Medicina de Estados Unidos, la Academia de Ciencias de China y la Royal Society de Londres. El tema central del congreso ha sido el análisis de los problemas biomédicos, legales y éticos de la llamada edición genética en la llamada línea germinal humana que podría alterar la herencia.
La edición genética de embriones para mejorar la raza humana es objeto de controversia y genera muchas dudas al margen de la propia viabilidad biomédica para su aplicación. Si en Europa está prohibida y en los Estados Unidos no se contempla su aplicación, China es más flexible a la hora de investigar sobre la línea germinal.
Si algunos expertos sostienen que la tecnología no está madura para aplicarla en la clínica otros sostienen que no hay necesidad médica alguna para el progreso de la especie humana. Asuntos como la clonación de seres humanos, el cultivo de células madre, reprogramación de células pluripontenciales inducidas son objeto del debate. David Baltimore, biólogo ganador del Premio Nobel en el Instituto de Tecnología de California considera que “No se han cumplido los criterios necesarios para cualquier uso clínico propuesto”.
La búsqueda de la perfección genética que se ha llegado a denominar por el famoso Musk como The Hitler Problem ha suscitado interés desde que la última versión de la conocida herramienta CRISPR- Cas 9 (la primera versión data de 1987) es capaz de eliminar, añadir y sustituir trozos de ADN en las células a precios económicos.
La comunidad internacional sostiene que se debe crear un foro permanente para establecer “normas” sobre los niños modificados genéticamente. El video del Congreso de Washington está disponible en la página web del mismo.
La edición genética es un asunto del que no conviene especular, su aplicación práctica, podría devenir en el fin de la humanidad al lograrse la uniformidad genética de todo ser humano.
Coincidiendo en el tiempo, el pasado 3 de diciembre se celebró organizado por Fundación Mapfre, la Jornada Big Data en el sector sanitario: De la medicina preventiva a la predicitiva, donde tuvimos la oportunidad de exponer y debatir en el ámbito del seguro de salud y de vida, las consecuencias de las medicina predictiva, donde los biomarcadores genéticos y no genéticos tendrán un protagonismo relevante en la medida del riesgo predictivo. Y es en este contexto donde las diferentes ponencias coincidieron en que la nueva medicina preventiva se articula sobre la edad biológica. En el coloquio posterior, que fue muy intenso y extenso se debatió sobre los efectos de las terapias de perfección genética en la supervivencia humana y en particular en el cálculo de la esperanza de vida.
La profesión médica especialista en laboratorio que asistió a la Jornada, realizó aportaciones sugerentes y se mostró sorprendentemente satisfecha por el nivel de conocimiento del sector asegurador en relación con la medicina predictiva y las líneas de productos y servicios que se están desarrollando.
En los dos foros que hemos comentado, surge la necesidad de que la biomedicina vaya de la mano del derecho y de la ética para garantizar el desarrollo científico acorde con los derechos humanos. Solo así, la industria del seguro puede acompasar sus procesos de innovación a la sociedad a la que ofrece coberturas de contingencias relacionada con la salud.
José Miguel Rodríguez-Pardo