sábado, 29 de marzo de 2014

El sector asegurador y la necesidad de datos estadísticos y actuariales de discapacidad





Artículo, publicado el Revista Íbdice , Nº 57, OCTUBRE 2013

http://www.revistaindice.com/numero57/p28.pdf

¿Dejarán las aseguradoras de discriminar en función de la edad?

Primero fue el sexo y ahora podría ser la edad. Los mismos argumentos que han servido al Tribunal de Justicia de la UE para prohibir a partir de diciembre próximo que las aseguradoras tengan en cuenta el sexo del asegurado como factor para calcular las primas, podrían servir para obligarles también a que dejen de utilizar la edad en sus cálculos. ¿Acaso no es también ésta una práctica discriminatoria?
Algunas aseguradoras se muestran preocupadas porque Bruselas pueda tener en su hoja de ruta esta posibilidad y han comenzado a plantearse cambiar el sistema de cálculo tradicional en los seguros de vida e incorporar modelos predictivos. Así lo ha manifestado José Miguel Rodríguez-Pardo, profesor de la Universidad Carlos III y de ICEA, en las jornadas “Modelos predictivos aplicados en el seguro de vida”, organizadas recientemente por ICEA y patrocinadas por Swiss Re.
A juicio de este experto, una eventual prohibición de considerar la edad para el cálculo del precio de la póliza, es una de las razones por la que el escenario actual es el propicio para implantar estos modelos. Además, destaca que la edad cronológica ya no sirve en todos los casos para medir el riesgo de mortalidad. En su opinión, por debajo de los 60 años es irrelevante para explicar el riesgo de mortalidad, y a partir de los 100, la tasa de mortalidad se mantiene constante, por lo que tampoco es relevante.
José Miguel Rodríguez-Pardo explica que estos modelos se utilizan ya en muchas industrias y en cinco años serán una herramienta común en el sector asegurador, tanto en mercados maduros como en los que lo son menos, como el español. Una de las principales dificultades para el suscriptor es elegir los factores que van a determinar el riesgo de mortalidad en un modelo predictivo. Entre ellos se pueden incluir los rasgos intrínsecos de salud, factores inherentes al producto, como la cartera o la razón de compra, o factores relacionados con la modalidad del contrato. Según explica, se trata de modelos muy exigentes en datos, y en este sentido incide en la importancia de las redes sociales: “Quien domine los datos disponibles en la red será el ganador en cualquier tipo de negocio, también en el seguro”
Redacción Rastreator.com

viernes, 28 de marzo de 2014

viernes, 14 de marzo de 2014

¿Son los 120 años el límite de la supervivencia humana?

PUBLICADO EN EL DIARIO Teinteresa,es el 13 de marzo de 2014 Para responder adecuadamente a esta pregunta, acudimos en primer lugar a analizar el registro verificable de las personas más longevas de la historia. Los expertos de biometría humana designan con el nombre supersupercentenarios a aquellas personas que han superado los 115 años de edad, llega a esta a edad parece estar reservado al género femenino, de hecho el 95% de las personas que lo han conseguido han sido mujeres. La dificultad de llegar a estas edades extremas lo confirman los registros mundiales históricos mundiales verificables elaborado por el Grupo de investigación de Centenarios de los Ángeles en los Estados Unidos, veamos las personas que han cumplido 115 años o más. Edad cumplida Número de personas 115 22 116 7 117 4 118 2 119 2 120 1 121 1 122 1 Comprobamos que al menos desde la perspectiva histórica tan solo una persona ha superado los 120 años de edad, este caso corresponde a la francesa Jeanne Calment, que murió en 1997, cuando contaba 122 años, cinco meses y catorce días, falleció el 4 agosto de 1997. Curiosamente la señora Calment bebía un vaso de vino de Oporto todos los días, fumó cigarrillos hasta los 117 años de edad, montó en bicicleta hasta los 100, comía chocolate y mantenía siempre su sentido del humor. No deja de ser significativo que si el número de seres humanos que han vivido a lo largo de la historia se cifra en unos 110.000 millones de personas, tan solo una persona haya alcanzado los 120 años de edad. Por lo tanto, en efecto, parece ser que los 120 años de edad es una barrera biológica difícil de superar, circunstancia distinta es si en un futuro los avances en la investigación biomédica puedan llevar a superar esa cifra llegando a los 150 años o más como ya aventuran algunos expertos. Leer más: ¿Son los 120 años el límite de la supervivencia humana? http://www.teinteresa.es/microsite/Pregunta_al_medico/biometria/anos-limite-supervivencia-humana_0_1101489977.html#WaQ1EFrRU0EZALZG

domingo, 9 de marzo de 2014

sábado, 8 de marzo de 2014

Posiblemente exista el “País de Nunca Jamás” en el ADN de algunas personas .

Hace ya algunas semanas, si recuerdan los fieles seguidores de esta cita semanal que tenemos en Teinteresa donde les intentamos contar en unas pocas líneas aspectos que a nosotros nos parecen curiosos y novedosos para difundir sobre el conocimiento de la salud, estuvimos comentando la existencia de un gen llamado Matusalén. Este gen parece que está implicado en que tengamos una longevidad mayor. Si lo recuerdan, estuvimos comentando que se había observado en experimentos realizados con moscas, que las moscas que tenían el gen de matusalén vivían hasta un 35% más que las que carecían del mismo. También comentábamos en aquella ocasión que la hidra que es un animal considerado casi inmortal, también tiene el gen de Matusalén. Que puede significar estas observaciones. Pues simplemente que es probable que independientemente de otros factores que tantas veces hemos comentado, como pueden ser factores de estilo de vida incluida la alimentación, el ejercicio físico o incluso factores socioeconómicos que influyen de forma importante en la esperanza de vida de las personas, existe también un componente genético que puede marcar y definir cuanto cada uno de nosotros puede llegar a vivir.
Pero la investigación sobre que genes influyen en nuestra esperanza de vida no se ha detenido aquí. El otro día  con un gran amigo, José Miguel Rodriguez-Pardo, uno de los mayores expertos en biometría (ciencia que analiza parámetros relacionados con la esperanza de vida) que recientemente se ha incorporado al maravilloso equipo de profesionales que participan en la sección de Pregunta al Médico de Teinteresa, me estuvimos comentando que, como muchos de los descubrimientos importantes que jalonan lahistoria de la biomedicina, la casualidad ha jugado también un papel importante en aumentar el conocimiento sobre los genes que regulan el proceso y progreso del envejecimiento de nuestro organismo. Él comenzó a contarme la  siguiente interesante historia: 
Todo ocurrió de la mano de unos investigadores que estaban estudiando como se produce el proceso de la pubertad. Por pubertad conocemos el tiempo en que ocurren los cambios en el organismo que convierten a un niño en un ser adulto. La pubertad es un proceso que comienza en el cerebro y en concreto en una región conocida como hipotálamo. El hipotálamo podríamos decir que es el centro dentro del cerebro donde se regulan múltiples procesos que mantienen la normalidad en el organismo, lo que se conoce científicamente con el término homeostasis del organismo. Cuando la pubertad va a tener comienzo, el hipotálamo comienza a liberar una hormona conocida como hormona liberadora de gonadotropinas. La gonadotropinas son hormonas implicadas en la regulación de las funciones reproductoras de los vertebrados. Por ejemplo, una de ellas llamada hormona luteinizante es la encargada de que comience la ovulación en la mujer. 
Pero volvamos al punto donde nos habíamos quedado sobre la liberación por el hipotálamo de la hormona liberadora de gonadotropinas, justo en el comienzo de la pubertad. Para que esta hormona se libere necesita que antes alguien estimule su liberación en el hipotálamo. Ese alguien es una proteína que se llama  kisspeptina. Si la kisspeptina se bloquea la pubertad se retrasa y si se inyecta se produce la madurez sexual. Hasta aquí, aunque algo complejo, no sería nada diferente a otros múltiples mecanismos reguladores que existen en el organismo y que regulan y mantienen el funcionamiento normal de todas nuestras células. Pero resulta que unos investigadores estaban analizando unos ratones intentando diferenciar los machos de las hembras para separarlos. Esto que parece inicialmente muy sencillo en algunos roedores como son los ratones en edades tempranas no es una tarea tan fácil. De echo, estos investigadores no eran capaces de diferenciarlos. Entonces repentinamente se dieron cuenta que lo que ocurría es que los pequeños ratones no habían “crecido” porque les faltaba una proteína que llamaron gpr54. Esta proteína tenía como función reconocer a la proteína kisspeptina. En otras palabras, los en estos ratones la kisspeptina no podía hacer su función de comenzar la pubertad. 
Seguro que todos ustedes recuerdan la maravillosa historia de Peter Pan, creada en el año 1904 por James Matthew Barrie y llevada al cine por los increíbles dibujos de Walt Disney. En ella se contaba la historia de un niño que nunca crecía y que habitaba en las lejanas tierras del País de Nunca Jamás, localizada en “la segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer”. En Nunca Jamás existía también una colonia de niños perdidos que tampoco en ellos el tiempo tenía efecto para crecer y madurar. Basado en esta historia a nuestro gen gpr54 se le comenzó a llamar el gen de Peter Pan. (No hay que confundirlo con el Síndrome de Peter Pan, del cual les hablaremos en otra ocasión) 
Claro, que todos pensamos que esto es muy interesante que ocurra en los ratoncitos. Pero,  ¿es también real en el ser humano?.  
Es evidente que todos hemos pensado o dicho alguna que otra vez, mira a tal o cual persona, no parece pasar el tiempo por él. Esto, que podría ser considerado una apreciación subjetiva, parece ser que algunas publicaciones científicas apoyan que científicamente es posible ya que el gen de Peter Pan puede hacer que algunas personas aparenten tener en sus rasgos faciales entre 8 a 12 años menos que lo que realmente tienen y mantener una apariencia de juventud. 
Se sigue avanzando más en el conocimiento del gen de Peter Pan. Por ejemplo parece cada vez más evidente que en algunas personas en las que se ha detectado una gran expresión de este gen (la expresión de un gen es un término que podemos decir que refleja la actividad del mismo), envejecen mucho más lentamente. 
Dice la historia que la vejez ha sido un tema de preocupación ara el ser humano. Cicerón en su obra De senectute dialogus ad T. Pomponium Atticum escrita el año 43 antes de Jesucristo supone una conversación entre Catón el Censor, de 84 años, con Escipión el Africano y su amigo Lelio. En la obra, Catón va explicando los inconvenientes de la vejez.
Esta claro que los científicos intentamos conocer como funciona nuestro organismo y entre estas funciones como retrasar los relacionados con su envejecimiento.
Hay genes, de los que ya hablaremos en otra ocasión, que, contrariamente al gen Peter Pan o al gen Matusalén, parecen en este caso ligados a que envejezcamos más rápidamente. Esto también es importante conocerlo porque quizás en algún momento se averigüe como bloquear estos genes o al menos reducir su actividad. Quizás algún día termine alguien poniendo como nombre a estos u otros genes que se descubran alrededor de este tema, Wendy. No sé si se le habrá ocurrido ya a alguien, lo intentaré buscar. Lo que si es evidente, es que si algo tenemos seguro cuando nacemos es que cada día que pasa envejecemos, y terminaremos convirtiéndonos en polvo. “Polvo eres y en polvo te convertirás” y no creo que sean los de Campanilla.




miércoles, 5 de marzo de 2014

¿Cuánto añade a la esperanza de vida el estilo de vida saludable?

La longevidad humana se explica en una 25% por la genética de cada persona y en un 75% por factores externos donde el estilo de vida saludable juega una papel principal.
Sobre los efectos cuantitativos que el estilo de vida tiene sobre la supervivencia humana hay innumerables estudios, pero si tuviéramos que poner una cifra de consenso, podemos cifrar este efecto entre  12 a 15 años.
Esto quiere decir que nuestra edad biológica, medida del grado de envejecimiento personal, puede diferir hasta en 15 años de nuestra edad cronológica, esto es, la de nuestro cumpleaños.
Y es por lo anterior que desde la biomedicina e incluso desde los modelos utilizados por los expertos en medir la longevidad humana conocidos como bioactuariales, se propone medir mediante la edad biológica el grado de envejecimiento personal, de esta manera las terapias de la medicina preventiva y personalizada para abordar determinados padecimientos serán mas efectivas. En este mismo sentido, la entidades de seguro de vida empiezan a consideran variables de estilo de vida para afinar y ajustar su forma de determinar el precio del seguro.
En la medida que se extienda su uso, las personas que adopten un estilo de vida saludable podrán recuperar edad biológica e incluso hacer que esta sea menor que su edad cronológica. En efecto, dentro de los diferentes hábitos de vida saludables, adoptar algunos de ellos pueden revertir el reloj biológico, este sería el caso del ejercicio físico o la dieta saludable. Este hecho se podido verificar mediante el análisis de determinados biomarcadores de longevidad como es el de la longitud de los telómeros.

Artículo que he publicado en http://www.teinteresa.es/ 5 de marzo de 2014